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<DIV align=center><FONT color=#800000 size=4><EM>
<HR>
</EM></FONT></DIV></STRONG>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=4><EM>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</EM></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=4><EM><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 2 de abril 2006 - Redacción:
</FONT></EM></FONT></STRONG><A href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><FONT
color=#000080 size=4><EM>germain@chasque.net</EM></FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Cuba</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a Fidel Castro
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>"Este país puede
autodestruirse"</FONT></STRONG> </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>El director de 'Le Monde Diplomatique' publica en un libro
sus cien horas largas de conversación con el presidente de Cuba Fidel Castro,
que tantos discursos pronuncia, ha concedido pocas entrevistas, y sólo se han
publicado cuatro conversaciones largas con él a lo largo de 50 años. La quinta,
mantenida con el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, se ha
convertido en el libro Fidel Castro, biografía a dos voces, resumen de la vida y
el pensamiento del jefe de Estado de Cuba en cien horas de conversación. La
primera se inició a finales de enero de 2003, y la última, en diciembre de 2005.
En estas páginas se publica un extracto de la entrevista acerca de la sucesión
de Castro, de 79 años. Como dice el comandante, seguirá ahí "mientras lo decida
la Asamblea Nacional en nombre del pueblo cubano". El libro, de próxima
aparición, se edita en Debate.<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Ignacio Ramonet</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El País, Madrid, 2-4-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Pregunta. ¿Cómo se encuentra de salud?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Respuesta. Bueno, me encuentro bien. Por lo general, sí
me siento bien, sobre todo me siento con energía, me siento con entusiasmo por
las cosas. Me siento muy bien física y mentalmente. En esto seguramente ha
contribuido el hábito del ejercicio; yo creo que el ejercicio físico no sólo
ayuda a los músculos, ayuda también a la mente. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. El 23 de junio de 2001 sufrió usted un desmayo
durante un discurso público, y el 20 de octubre de 2004 tuvo usted una caída,
también en público, que le causó la fractura de una rodilla. ¿Cómo se ha
repuesto usted de esos dos percances físicos?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Mire, como siempre, se ha especulado mucho con eso. Es
cierto que, aquel 23 de junio de 2001, en un barrio de La Habana, en El Cotorro,
bajo un calor intenso y durante un discurso que duró más de tres horas,
transmitido en directo por televisión, conocí una ligera pérdida de conciencia.
Algo muy venial. Fue un desvanecimiento ligero de apenas unos minutos, debido al
calor y al sol excesivos. Unas horas después, los que allá, en Miami, ya lo
estaban celebrando, se llevaron la sorpresa de verme reaparecer en un programa
televisivo donde pude darle al pueblo, directamente, la versión auténtica de lo
sucedido. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. ¿Y su caída en Santa Clara?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Sobre lo del 20 de octubre de 2004 ya he tenido
ocasión de contarlo en una carta enviada el día siguiente al pueblo. Al
finalizar un discurso en Santa Clara, fui afectado por una caída accidental.
Algunas agencias y otros medios divulgaron varias versiones sobre las causas del
accidente. Como protagonista, le puedo explicar con toda precisión lo
ocurrido.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Yo había concluido mi discurso alrededor de las diez de la
noche. Varios compañeros subieron a la tribuna para saludarme. Estuvimos allí
varios minutos y bajamos a reunirnos de nuevo por una misma pequeña escalerita
de madera que usamos para acceder a la tribuna. Yo iba a sentarme en la misma
silla que me habían asignado antes de que llegara mi turno en la tribuna, y
caminaba sobre el pavimento de granito a la vez que, de vez en cuando, saludaba
a los invitados al acto.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Cuando llegué al área de concreto, a unos quince o veinte
metros de la primera hilera de sillas, no me percaté de que había una acera
relativamente alta entre el pavimento y la multitud. Mi pie izquierdo pisó en el
vacío, por la diferencia de altura. El impulso y la ley de gravedad, descubierta
hace tiempo por Newton, hicieron que, al dar el paso en falso, me precipitara
hacia adelante hasta caer, en fracción de segundos, sobre el pavimento. Por puro
instinto, mis brazos se adelantaron para amortiguar el golpe; de lo contrario,
mi rostro y mi cabeza habrían chocado contra el piso. (...)<BR></DIV>
<DIV align=justify>Alrededor de las once de la noche, tendido sobre una camilla,
me trasladaron en ambulancia hacia la capital. Algunos analgésicos, en cierto
modo, aliviaron mis dolores. (...)<BR></DIV>
<DIV align=justify>La operación duró tres horas quince minutos. Los ortopédicos
se dedicaron a reunir y ubicar cada uno de los fragmentos en los sitios que les
correspondían a cada uno de ellos y, como tejedores, proceder a unirlos,
cosiéndolos con fino hilo de acero inoxidable. Un trabajo de
orfebrería.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Solicité a los médicos que no me aplicaran ningún sedante, y
utilizaron anestesia por vía raquídea, que adormece la parte inferior del cuerpo
y mantiene intacto el resto del organismo. Dadas las circunstancias, era
necesario evitar la anestesia general para estar en condiciones de atender
asuntos importantes. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Yo quisiera, a este respecto, abordar el tema
del porvenir. ¿Ha pensado usted en algún momento en retirarse?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Mire, sabemos que el tiempo pasa y que las energías
humanas se agotan. Pero le voy a decir lo que les dije a los compañeros de la
Asamblea Nacional el 6 de marzo de 2003, cuando me reeligieron presidente del
Consejo de Estado. Les dije: "Ahora comprendo que mi destino no era venir al
mundo para descansar al final de mi vida". Y les prometí estar con ellos, si así
lo deseaban, todo el tiempo que fuera necesario mientras tuviera conciencia de
poder ser útil. Ni un minuto menos, ni un segundo más. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. La CIA ha anunciado, en noviembre de 2005, que
usted padece la enfermedad de Parkinson. ¿Qué comentario le inspira esa
"información"?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Ellos están esperando un fenómeno natural y
absolutamente lógico, que es el fallecimiento de alguien. En este caso, me han
hecho el considerable honor de pensar en mí. Será una confesión de lo que no han
podido hacer durante mucho tiempo: asesinarme. Si yo fuera un vanidoso, podría
estar incluso orgulloso de que esos tipejos digan que tienen que esperar a que
yo muera. Todos los días inventan algo, que si Castro tiene esto, que si tiene
lo otro, si tal o más cual enfermedad. Lo último que inventaron es que tengo
Parkinson. Dice la CIA que descubrió que yo tenía Parkinson. Bueno, no importa
si me da Parkinson. El papa Juan Pablo II tenía Parkinson y estuvo un montón de
años recorriendo el mundo. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Usted va casi siempre armado, y como
consecuencia de esa caída perdería, me imagino, el uso de su brazo derecho y la
posibilidad de usar su arma. ¿Le preocupó eso?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. (...) Dispongo de una Browning de 15 tiros. He
disparado mucho en mi vida. Siempre he tenido buena puntería, fue una suerte, y
la he conservado. En cualquier circunstancia, no temo al enemigo. Lo primero que
quise ver fue si mi brazo tenía fuerza para manejar esa arma que yo siempre usé.
Ésa está al lado de uno. Moví el peine, la cargué, le puse el seguro, se lo
quité, le saqué el peine, le saqué la bala, y dije: "Tranquilo". Eso fue al día
siguiente. Me sentía con fuerza para disparar.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Usted, en varios de sus discursos y de sus
entrevistas, ha evocado la cuestión de su eventual sucesión, de lo que ocurrirá
en Cuba el día que usted no dirija este país. ¿Cómo ve usted el porvenir de Cuba
sin Fidel Castro?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Bien, voy a tratar de ser breve sobre eso. Ya le conté
los planes de eliminación física. Al principio, mi papel era más decisivo porque
había que librar una batalla de ideas muy importante, había que persuadir mucho.
Le dije que había prejuicios y que las leyes revolucionarias los fueron
transformando. Había prejuicios raciales, prejuicios antisocialistas, todo el
veneno sembrado durante mucho tiempo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. ¿Quiere decir que desde hace mucho tiempo ha
pensado en una eventualidad de que pudiesen asesinarlo y ha tenido que pensar en
lo que podría pasar?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Ya casi me está preguntando por la sucesión.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Sí, sí, por la sucesión.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Bueno, mire, al principio, con todos esos planes de
atentados, yo tenía un papel decisivo, papel decisivo que no tengo hoy. Hoy
tengo, tal vez, más autoridad y más confianza de la población que nunca.
Nosotros, ya se lo dije, estudiamos todos los estados de la opinión pública.
Seguimos con un microscopio los estados de opinión. Y le podemos decir los
estados de opinión en la capital, por ejemplo, y en el resto del país, y le
puedo presentar todas las opiniones. Aunque sean adversas. La inmensa mayoría
nos son favorables.<BR></DIV>
<DIV align=justify>El nivel de autoridad, después de cuarenta y seis años de
lucha y experiencia, es más alto de lo que era. Es muy alta la autoridad de
aquellos que luchamos y que hicimos la guerra, condujimos al derrocamiento de la
tiranía y a la independencia de este país. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Si usted, por cualquier circunstancia,
desapareciera, ¿Raúl sería su sustituto indiscutible?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Si a mí me pasa algo mañana, con toda seguridad que se
reúne la Asamblea Nacional y lo eligen a él, no le quepa la menor duda. Se reúne
el buró político y lo eligen.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero ya él me va alcanzando en años, van llegando, ya es
problema más bien generacional. Ha sido una suerte que los que hicieron la
revolución hayan tenido tres generaciones. También los que nos precedieron, los
antiguos militantes y dirigentes del Partido Socialista Popular, que era el
partido marxista-leninista, y con nosotros vino una nueva generación. Ya
después, la que viene detrás de nosotros, e inmediatamente después, las de la
campaña de alfabetización, la lucha contra bandidos, la lucha contra el bloqueo,
la lucha contra el terrorismo, la lucha en Girón, los que vivieron la crisis de
octubre, las misiones internacionalistas... Mucha gente con muchos méritos.
(...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Es decir, usted piensa que su verdadero
sustituto, más allá de una persona, más allá de Raúl, sería más bien una
generación, la generación actual...</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Sí, ya son unas generaciones las que van a sustituir a
otras. Tengo confianza, y lo he dicho siempre, pero estamos conscientes de que
son muchos los riesgos que pueden amenazar un proceso revolucionario. Están los
errores de carácter subjetivo... Existieron errores, y tenemos la
responsabilidad de no haber descubierto determinadas tendencias y errores. Hoy,
simplemente, se han superado algunas y se están combatiendo otras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ya le dije lo que pasaría mañana; pero ya son nuevas
generaciones, porque ya la nuestra va pasando. Ya el más joven, digamos, le he
mencionado el caso de Raúl, es apenas cuatro años y tantos más joven que
yo.<BR></DIV>
<DIV align=justify>Esta primera generación todavía coopera con las nuevas que
acatan la autoridad de los pocos que vamos quedando... Está la segunda; ahora,
la tercera y la cuarta... Yo tengo una idea clara de lo que va a ser la cuarta
generación, porque tú ves a los muchachos de sexto grado haciendo su discurso.
¡Qué talento hemos descubierto!<BR></DIV>
<DIV align=justify>Hemos descubierto miles de talentos, esos niños impresionan,
impactan. No se sabe cuánto genio y cuánto talento hay en el pueblo. Yo albergo
la teoría de que el genio es común, si no para una cosa es para otra, es para la
computadora o es para la música, es para la mecánica; el genio es común y unos
lo tienen para una cosa y otros para otra. Ahora, desarrolla y educa a una
sociedad completa -eso es lo que estamos haciendo- y veremos entonces lo que da.
Ésos son los ocho millones que después del primer año de "periodo especial"
suscribieron: "Soy socialista".<BR></DIV>
<DIV align=justify>Yo tengo mucha esperanza, porque veo con claridad que estos
que yo llamo de la cuarta generación van a tener tres, cuatro veces más
conocimientos que nosotros los de la primera y, más o menos, más de tres veces
los conocimientos de la segunda. Y la cuarta debe saber, con todo lo que se está
haciendo ahora, por lo menos, dos veces y media lo de la tercera. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. ¿Usted está diciendo que esta revolución no
está agotada?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. No hemos terminado ni mucho menos. Vivimos en la mejor
época de nuestra historia y la de más esperanza de todo, y usted lo ve en todas
partes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es cierto, es correcto, yo estaría dispuesto a aceptar la
crítica de que cometimos algunos errores de idealismo, quizá quisimos ir
demasiado rápido, quizá subestimamos fuerzas, el peso de los hábitos y eso. Pero
ningún país se ha enfrentado a ningún adversario tan poderoso, tan rico, a su
maquinaria de publicidad, a su bloqueo, a una desintegración del punto de apoyo.
Desapareció la URSS y nos quedamos solos, y no vacilamos. Sí, nos acompañó la
mayor parte del pueblo, no le digo que todo, porque algunos se desalientan, pero
nosotros hemos sido testigos de las cosas que ha hecho este país, cómo resistió,
cómo avanza, cómo se reduce el desempleo, cómo crece la conciencia. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. ¿Usted cree que el relevo se puede pasar sin
problema ya?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. De inmediato no habría ningún tipo de problema; y
después tampoco. Porque la revolución no se basa en ideas caudillistas, ni en
culto a la personalidad. No se concibe en el socialismo un caudillo, no se
concibe tampoco un caudillo en una sociedad moderna, donde la gente haga las
cosas únicamente porque tiene confianza ciega en el jefe o porque el jefe se lo
pide. La revolución se basa en principios. Y las ideas que nosotros defendemos
son, hace ya tiempo, las ideas de todo el pueblo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Veo que no está usted preocupado por el
porvenir de la Revolución Cubana; sin embargo, ha sido usted testigo en estos
últimos años del derrumbe de la Unión Soviética, del derrumbe de Yugoslavia, del
derrumbe de la revolución albanesa, Corea del Norte en esa situación tan triste,
Camboya, que se hundió también en el horror, o la propia China, donde la
revolución ha tomado un cariz muy diferente. ¿No le angustia a usted todo
eso?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. Pienso que la experiencia del primer Estado
socialista, la URSS, Estado que debió arreglarse y nunca destruirse, ha sido muy
amarga. No crea que no hemos pensado muchas veces en ese fenómeno increíble
mediante el cual una de las más poderosas potencias del mundo, que había logrado
equiparar su fuerza con la otra superpotencia, un país que aplastó al fascismo,
se derrumbara como se derrumbó. Hubo quienes creyeron que con métodos
capitalistas iban a construir el socialismo. Es uno de los grandes errores
históricos. No quiero hablar de eso, no quiero teorizar; pero tengo infinidad de
ejemplos de que no se dio pie con bola en muchas cosas que hicieron quienes se
suponían teóricos, que se habían empanfletado hasta el tuétano de los huesos en
los libros de Marx, Engels, Lenin y todos los demás. (...)<BR></DIV>
<DIV align=justify>En cuanto a China, es otra cosa, una gran potencia que emerge
y una gran potencia que no destruyó la historia, una gran potencia que mantuvo
determinados principios fundamentales, que buscó la unidad, que no fragmentó sus
fuerzas. (...)</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>P. Pero la pregunta que algunos se hacen es: ¿el
proceso revolucionario, socialista, en Cuba, puede también
derrumbarse?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>R. ¿Es que las revoluciones están llamadas a derrumbarse,
o es que los hombres pueden hacer que las revoluciones se derrumben? ¿Pueden o
no impedir los hombres, puede o no impedir la sociedad que las revoluciones se
derrumben? Yo me he hecho a menudo estas preguntas. Y mire lo que le digo: los
yanquis no pueden destruir este proceso revolucionario, porque tenemos todo un
pueblo que ha aprendido a manejar las armas; todo un pueblo que, a pesar de
nuestros errores, posee tal nivel de cultura, conocimiento y conciencia que
jamás permitiría que este país vuelva a ser una colonia de ellos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero este país puede autodestruirse por sí mismo. Esta
revolución puede destruirse. Nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería
culpa nuestra. Si no somos capaces de corregir nuestros errores. Si no
conseguimos poner fin a muchos vicios: mucho robo, muchos desvíos y muchas
fuentes de suministro de dinero de los nuevos ricos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por eso estamos actuando, estamos marchando hacia un
cambio total de nuestra sociedad. Hay que volver a cambiar, porque tuvimos
tiempos muy difíciles, se crearon desigualdades, injusticias. Y lo vamos a
cambiar sin cometer el más mínimo abuso.<BR>Habrá una participación cada vez
mayor y seremos el pueblo que tendrá una cultura general integral. Martí dijo:
"Ser cultos es el único modo de ser libres", y sin cultura no hay libertad
posible, Ramonet.
<HR>
<EM><STRONG><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
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firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></STRONG></EM><A
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>