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<DIV align=center><FONT color=#800000 size=4><STRONG><EM>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</EM></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=center><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><STRONG><EM><FONT color=#000080>Año III - 22 de abril 2006 -
Redacción: </FONT></EM></STRONG></FONT><A
href="mailto:germain@chasque.net"><FONT color=#000080
size=4><STRONG><EM>germain@chasque.net</EM></STRONG></FONT></A></DIV>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Perú</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Una izquierda sólidamente
dividida</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>A doce días de la jornada electoral del pasado 9
de abril sigue ocupando el centro de atención la reñida carrera que definirá al
candidato que competirá con Ollanta Humala en la segunda vuelta. En ese
escenario no parece oportuno preguntarse por qué no hubo una opción de
izquierda. Inoportuna y todo, la pregunta vale.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Ivonne Trías</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo, 21-4-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Al cierre de esta nota, computado el 91 por ciento de las
actas electorales, Ollanta Humala (UPP) se mantiene en el 30,7 por ciento de los
votos y la distancia que separa a la candidata Lourdes Flores, de Unidad
Nacional, del candidato del APRA, Alan García, es de 79.838 votos, equivalentes
al 0,71 por ciento. Flores adjudica su repunte a los votos del extranjero,
aunque se entiende que los votos foráneos aún no contabilizados (unas 600
actas), no superarían los casi 80.000 votos de ventaja que le lleva Alan García.
No obstante, los seguidores de Flores confían aún en que los votos de las actas
impugnadas en Lima le permitan obtener el triunfo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este final cabeza a cabeza para definir el segundo lugar
deja fuera de foco al ganador de la primera vuelta, Ollanta Humala. Sin embargo,
este candidato sigue siendo un fenómeno político que pone en serias dificultades
a quien intenta explicarlo. Porque sigue siendo un enigma político entender qué
pasó en ese país de partidos de izquierda y guerrillas históricas para que los
resultados electorales fueran los que fueron: un desastre para las opciones de
izquierda que se presentaron atomizadas al veredicto popular sin alcanzar,
ninguna, el 1 por ciento de los votos. Susana Villarán (Concertación
Descentralista), representante de dos partidos nacionales de izquierda y de
nueve regionales, obtuvo un 0,62 por ciento; Javier Diez Canseco (Partido
Socialista) un 0,49 por ciento y el Movimiento Nueva Izquierda un 0,02.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para encuadrar mejor esos muy magros resultados hay que
saber que la opción fujimorista representada por Martha Chávez, de Alianza por
el Futuro, obtuvo el cuarto lugar entre los más votados, con un 7,4 por ciento.
Que detrás se colocó Valentín Paniagua (Frente de Centro), con el 5,7 por
ciento, seguido de otra sorpresa: el serenísimo evangelista Humberto Lay Sun, de
Restauración Nacional, con el 4,3 por ciento de los votos. Todos ellos
recogieron más adhesiones que la izquierda electoral. Tampoco se dieron
fenómenos que permitieran inferir que la izquierda vive y lucha fuera del
escenario electoral.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Humala es la izquierda peruana?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Los izquierdistas peruanos, muy marcados por la huella
identitaria de la lucha armada (a favor o en contra), se sitúan a distancias muy
variadas del fenómeno Humala. Para unos no es más que un militar autoritario sin
propuestas claras. Para otros es el claro outsider, candidato de un nacionalismo
refundante añorado. Y, para un tercer sector, Humala es la opción progresista
que la izquierda no supo liderar. Según Carlos Tapia, ex comisionado de la
Comisión de Verdad y Reconciliación (CVR), Humala representa una salida
nacionalista, apoyada por la izquierda que no se vio representada en los
candidatos propios, como Diez Canseco o Villarán.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Cada uno quería ser cabeza de ratón. Buscaron pretextos
para apostar por un protagonismo personal. El ejemplo de unidad de (Alfonso)
Barrantes se dejó de lado y ahora dicen que para las elecciones municipales y
regionales volverán a presentarse. Con esos niveles de votación eso significa no
tener un sentido ético”, sentenció Tapia (diario La República, de Perú,
19-IV-06).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Humala no es de izquierda –él mismo declara que no es de
izquierda ni de derecha– pero tiene el apoyo de los sectores más pobres y
desprotegidos del país. Y tiene además, combinación que no suele resultar
perjudicial, el apoyo de una parte de la izquierda, algunos de los sectores (no
todos) de la llamada “izquierda caviar”, de intelectuales de capas medias. La
candidata Susana Villarán, también catalogada como caviar, presentó sin embargo
su propia candidatura.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Causas de la dispersión</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Durante la semana electoral, BRECHA mantuvo en Lima una
extensa conversación con el ex senador de Izquierda Unida, el sociólogo Rolando
Ames, de la que dio cuenta parcial en la edición anterior. Pero la conversación
incursionó también en las causas del fraccionamiento de la izquierda
peruana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“No tuvimos la fuerza para diferenciarnos, en los años
ochenta, de los dos fenómenos de mayor impacto en la sociedad: Sendero Luminoso
por un lado, Alan García por el otro. Ambos tomaron cosas de nuestro mensaje,
ambos hacían, como nosotros, ‘la revolución’”.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>—¿A quiénes se refiere cuando dice
“nosotros”?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>—A la Izquierda Unida, que nació en setiembre de 1980, en
parte como consecuencia del fracaso electoral de la izquierda (que votó
dividida, como ahora) y le dio al APRA la chance de convertirse en la segunda
fuerza política del país. El objetivo era la creación de un frente de masas, un
militante-un voto, integrado por siete partidos, cinco de los cuales eran
marxistas de diversas vertientes, un grupo velasquista y un pequeño grupo del
nacionalismo derivado de Belaúnde, de izquierda. La cultura promedio nos llevaba
al socialismo, eso podría explicar muchas cosas. El frente gana la alcaldía de
Lima en 1983 y desde ahí hasta el 90 gana siempre en los distritos populares de
Lima y la sierra centro sur.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>—¿Y qué cataclismo detuvo esa marcha
triunfal?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>—Que simultáneamente Alan García, al frente del APRA,
toma muchas de las banderas de la izquierda. Cuando se produce la estatización
de la banca, por ejemplo, quedamos en una posición muy rara, porque no éramos
del gobierno pero en los debates defendíamos mejor las razones de la
estatización que los propios apristas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y que del otro lado salió Sendero Luminoso (1) también en
nombre del socialismo y de Mariátegui, el mismo José Carlos Mariátegui que
nosotros reivindicamos. En 1989 hicimos un congreso y allí nos dividimos entre
los partidarios de una vía más moderada, que iban con Barrantes, y los marxistas
más radicales e independientes que considerábamos que había que hacer un
gobierno sensato sin romper la base popular, sin romper el frente. Pero ya la
suerte estaba echada, fue un tiempo terrible entre la hiperinflación y la
violencia. Perú aparecía como un país de viabilidad precarísima.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>—Pero, ¿cuáles fueron las causas internas del
fracaso del frente? ¿Radicalización, asimilación?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>—El frente era un proyecto que tenía base social débil y
era demasiado utópico. De a ratos pienso que no fallamos por radicales sino por
no ser más integralmente radicales. Por no criticar cosas más cualitativas, más
culturales, económicas.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>—Pasaron muchos años de todo eso pero en estas
elecciones no parece haberse recuperado ni una brizna de unidad. Diez Canseco va
solo, Susana Villarán también...</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>—La gente quedó con distintas heridas de aquella
experiencia. Javier (Diez Canseco) era parte del comité directivo de IU. Si
estuviera aquí diría las mismas cosas que estoy diciendo. Pero yo, como
científico social, tuve un lugar de repliegue que me permitió rediscutir lo que
había sucedido sin alejarme de la política, en cambio Javier no tuvo un espacio
de revisión crítica. Lo hizo personalmente. Y Susana Villarán ha querido hacer
una centroizquierda que no creo que tenga viabilidad, muy limeña, muy
tecnócrata, con un equipo excelente que podría ser bueno para cualquier
gobierno, pero que no es expresión de esta sociedad. Por purismo de ambos lados,
Diez Canseco y Villarán se quedaron separados.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>—¿Y el resto?</STRONG></DIV><STRONG></STRONG>
<DIV align=justify><BR>—Los que venimos de esa experiencia hubiéramos tratado de
hacer una alianza, no sólo entre Villarán y Diez sino también con el frente
amplio de Moreno, porque todo eso fue Izquierda Unida. Pero el sentimiento de
unidad que funcionó en los ochenta se quebró, y al quebrarse y venir la derrota,
con un Fujimori exitoso... ya es casi impensable que pueda reconstruirse. No lo
hizo y tengo la impresión de que ahora viene una tarea que nos va a obligar a
actuar, pero va a recoger muy poco del pasado. Tendrá que hacerse a partir de
los nuevos datos. Y eso está bien difícil.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><U>Nota</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1) La izquierda peruana nace a comienzos del 900, con la
fundación del APRA (1924) y el Partido Socialista de Mariátegui, que sería luego
(1931) el Partido Comunista Peruano (pcp), de evolución similar a la mayoría de
los partidos comunistas latinoamericanos. Pero aquel APRA de los años treinta y
cuarenta no era el APRA de Alan García. Era el que se ponía al frente de las
luchas populares y sufría las consecuencias, como cuando lideró en 1932 la
insurrección de Trujillo, cruentamente reprimida. A partir de los años cincuenta
el APRA se corrió al centro y, como parece inevitable, el lugar que dejó vacío
en la izquierda fue ocupado por otros, en este caso por grupos marxistas que, a
partir de la revolución cubana, optaron por el camino armado y transitaron la
clandestinidad. El pcp se incorporó en los años sesenta a la legalidad, pero las
intensas polémicas internacionales de esos años (el debate China-URSS; Cuba,
etcétera) alentaron la separación de diversos contingentes y el surgimiento de
una fracción maoísta (1964) que, tras varias divisiones, dará lugar al Partido
Comunista del Perú “Por el luminoso sendero de José Carlos Mariátegui”, el
famoso Sendero Luminoso. Junto a esta influyente corriente maoísta surgió otra,
autodenominada “nueva izquierda”, que pretendía un camino autónomo respecto de
China y la URSS y hacía hincapié en reivindicaciones nacionalistas. Dispersas
por la represión y vueltas a organizar, las fuerzas izquierdistas se toparon
poco después, en octubre de 1968, con el golpe militar del general Juan Velasco
Alvarado.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
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