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<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 24 de abril 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain@chasque.net"><EM><STRONG><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Muros</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT
face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El muro de Berlín era la noticia de
cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la
Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro…<BR><BR>Eduardo
Galeano</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo,
21-4-06</STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros
han brotado, siguen brotando, en el mundo, y aunque son mucho más grandes que el
de Berlín, de ellos se habla poco o nada.<BR>Poco se habla del muro que Estados
Unidos está alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas
de Ceuta y Melilla.</DIV>
<DIV align=justify>Casi nada se habla del muro de Cisjordania, que perpetúa la
ocupación israelí de tierras palestinas y de aquí a poco será quince veces más
largo que el muro de Berlín.<BR>Y nada, nada de nada, se habla del muro de
Marruecos, que desde hace veinte años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara
occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por
miles de soldados, mide sesenta veces más que el muro de Berlín.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR><BR>¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y
muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes
medios de comunicación construyen cada día?<BR>En julio de 2004 la Corte
Internacional de Justicia de La Haya sentenció que el muro de Cisjordania
violaba el derecho internacional y mandó que se demoliera. Hasta ahora, Israel
no se ha enterado.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR><BR>En octubre de 1975 la misma Corte había
dictaminado: “No se establece la existencia de vínculo alguno de soberanía entre
el Sahara occidental y Marruecos”. Nos quedamos cortos si decimos que Marruecos
fue sordo. Fue peor: al día siguiente de esta resolución desató la invasión, la
llamada “Marcha verde”, y poco después se apoderó a sangre y fuego de esas
vastas tierras ajenas y expulsó a la mayoría de la población.<BR>Y ahí
sigue.<BR>Mil y una resoluciones de las Naciones Unidas han confirmado el
derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.<BR>¿De qué han servido esas
resoluciones? Se iba a hacer un plebiscito, para que la población decidiera su
destino. Para asegurarse la victoria, el monarca de Marruecos llenó de
marroquíes el territorio invadido. Pero al poco tiempo, ni siquiera los
marroquíes fueron dignos de su confianza. Y el rey, que había dicho sí, dijo que
quién sabe. Y después dijo no, y ahora su hijo, heredero del trono, también dice
no. La negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos
confiesa que ha robado un país.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR><BR>¿Lo seguiremos aceptando, como si tal cosa?
¿Aceptando que en la democracia universal los súbditos sólo podemos ejercer el
derecho de obediencia?<BR>¿De qué han servido las mil y una resoluciones de las
Naciones Unidas contra la ocupación israelí de los territorios palestinos? ¿Y
las mil y una resoluciones contra el bloqueo de Cuba?<BR>El viejo proverbio
enseña: “La hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud”.<BR>El
patriotismo es, hoy por hoy, un privilegio de las naciones dominantes.<BR>Cuando
lo practican las naciones dominadas, el patriotismo se hace sospechoso de
populismo o terrorismo, o simplemente no merece la menor atención.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR></DIV>
<DIV align=justify>Los patriotas saharauis, que desde hace treinta años luchan
por recuperar su lugar en el mundo, han logrado el reconocimiento diplomático de
ochenta y dos países. Entre ellos, mi país, Uruguay, que recientemente se ha
sumado a la gran mayoría de los países latinoamericanos y africanos.<BR>Pero
Europa no. Ningún país europeo ha reconocido a la República Saharaui. España
tampoco. Éste es un grave caso de irresponsabilidad, o quizá de amnesia, o al
menos de desamor. Hasta hace treinta años el Sahara era colonia de España, y
España tenía el deber legal y moral de amparar su independencia.<BR>¿Qué dejó
allí el dominio imperial? Al cabo de un siglo, ¿a cuántos universitarios formó?
En total, tres: un médico, un abogado y un perito mercantil. Eso dejó. Y dejó
una traición. España sirvió en bandeja esa tierra y esas gentes para que fueran
devoradas por el reino de Marruecos.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR><BR>Desde entonces, el Sahara es la última colonia de
África. Le han usurpado la independencia.<BR>¿Por qué será que los ojos se
niegan a ver lo que rompe los ojos?<BR>¿Será porque los saharauis han sido una
moneda de cambio, ofrecida por empresas y países que compran a Marruecos lo que
Marruecos vende aunque no sea suyo?<BR>Hace un par de años, Javier Corcuera
entrevistó, en un hospital de Bagdad, a una víctima de los bombardeos contra
Irak. Una bomba le había destrozado un brazo. Y ella, que tenía 8 años de edad y
había sufrido 11 operaciones, dijo:<BR>—Ojalá no tuviéramos petróleo.<BR>Quizás
el pueblo del Sahara es culpable porque en sus largas costas reside el mayor
tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las inmensidades de arena,
que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de fosfatos y quizá
también hay petróleo, gas y uranio.<BR>En el Corán podría estar, aunque no esté,
esta profecía: “Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes”.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR><BR>Los campamentos de refugiados, al sur de Argelia,
están en el más desierto de los desiertos. Es una vastísima nada, rodeada de
nada, donde sólo crecen las piedras. Y sin embargo, en esas arideces, y en las
zonas liberadas, que no son mucho mejores, los saharauis han sido capaces de
crear la sociedad más abierta, y la menos machista, de todo el mundo
musulmán.<BR>Este milagro de los saharauis, que son muy pobres y muy pocos, no
sólo se explica por su porfiada voluntad de ser libres, que eso sí que sobra en
esos lugares donde todo falta: también se explica, en gran medida, por la
solidaridad internacional.<BR>Y la mayor parte de la ayuda proviene de los
pueblos de España. Su energía solidaria, memoria y fuente de dignidad, es mucho
más poderosa que los vaivenes de los gobiernos y los mezquinos cálculos de las
empresas.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>***<BR><BR>Digo solidaridad, no caridad. La caridad humilla.
No se equivoca el proverbio africano que dice: “La mano que recibe está siempre
debajo de la mano que da”.<BR>Los saharauis esperan. Están condenados a pena de
angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Los campamentos de refugiados llevan
los nombres de sus ciudades secuestradas, sus perdidos lugares de encuentro, sus
querencias: El Aaiún, Smara…<BR><BR>Ellos se llaman “hijos de las nubes”, porque
desde siempre persiguen la lluvia.<BR>Desde hace más de treinta años persiguen,
también, la justicia, que en el mundo de nuestro tiempo parece más esquiva que
el agua en el desierto.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>