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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 7 de mayo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>China</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La resistencia de la población
trabajadora<BR></STRONG></DIV></FONT>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Wong Kam
Yan *</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Revista Sin Permiso</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.sinpermiso.info"><STRONG>www.sinpermiso.info</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Camila
Vollenweider</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Las revueltas populares en China aumentaron un 30% en los
últimos años. Mientras que en 1993, se reportaron 10.000 casos con 700.000
participantes, en 2003 los casos aumentaron a 60.000, y los manifestantes
alcanzaron los 3 millones. Entre estos ejemplos, los disturbios protagonizados
por los trabajadores fueron notables, a pesar de lo dificultoso de obtener
estadísticas oficiales. <BR><BR>La primera oleada de protestas sindicales fue
protagonizada principalmente por trabajadores de empresas estatales (EPEs)
contra la privatización total o restructuración en empresas modernas. Comenzó a
principios de los 90, y a comienzos del siglo XXI se volvió más profunda, e
involucró a más trabajadores. El campo petrolero de DaQing y el ejemplo de Liao
Yang han sido los casos más sonados.<BR><BR>En Marzo de 2002, 50.000
trabajadores petroleros de DaQing protestaron durante varios días contra el
ajuste de la empresa (downsizing). La industria del petróleo sufrió una inmensa
reestructuración para competir con los gigantes del petróleo extranjeros en el
mercado doméstico. Antes, en 2001, una planta de metales en LiaoYang situada –al
igual que el campo de DaQing- al Noreste, fue a la quiebra con los activos de la
propiedad pública saqueada por la dirección y los funcionarios locales. Los
trabajadores tomaron las calles para protestar.<BR><BR>Mientras que el caso de
DaQing sobresalió por el gran numero de manifestantes y su llamado a formar
sindicatos independientes, el caso de LiaoYang fue espectacular por sus
esfuerzos destinados a conseguir la adhesión de otros trabajadores industriales
para luchar contra la privatización.<BR><BR>Ambos casos fueron severamente
reprimidos por las autoridades, y los dos líderes principales de Liao Yang
fueron sentenciados a entre cuatro y siete años de prisión. Seguidamente, la
fábrica fue llevada a la quiebra. Al final, 600.000 obreros de la industria
petrolera fueron despedidos.<BR><BR>Puede haber cientos, o aun miles de casos de
trabajadores de empresas estatales luchando en los últimos diez años, pero en
general han perdido las batallas. Unos 30 millones de trabajadores fueron
despedidos y, frecuentemente, las primeras en irse han sido las trabajadoras
mujeres. Entre 1993 y 2003, el producto industrial de las EPEs en relación al
total de la industria cayó desde el 47% al 38%. <BR><BR>Bajo la política
de “mantener las grandes (EPEs), dejando ir las pequeñas” (de hecho muchas
medianas EPEs también se dejaron ir), se privatizaron muchas pequeñas y medianas
empresas. En el caso de las grandes EPEs, han sido reestructuradas como
establecimientos comerciales cuya máxima ambición es convertirse en
Corporaciones Transnacionales (CTs) y competir en el mercado internacional junto
a Mobile o Ford. Si podrán ser exitosas, ese es otro asunto.<BR><BR><STRONG>La
nueva clase trabajadora</STRONG><BR><BR>Mientras los trabajadores de las
empresas estatales fueron cesados en gran número y sus trabajadores de menor
rango transformados, en términos de condiciones de trabajo, edad y experiencia,
una nueva clase trabajadora fue formándose en las zonas de procesamiento de
exportacion (ZPE), ubicadas principalmente en el Delta del Río Pearl.<BR><BR>Hay
unas 800 ZPEs en el mundo, empleando aproximadamente a 30 millones de
trabajadores. Las ZPEs chinas emplean cerca de 20 millones, dos tercios del
total.<BR><BR>Estos datos hablan del hecho de una China que se ha convertido en
la favorita para la inversión extranjera directa (FDI) de las CTs, ya que sus
empleados trabajan entre 12-14 horas diarias por un salario mínimo, suficiente
para comprar sólo tres raciones diarias de comida. Desde esas ZPEs se exportan
productos chinos increíblemente baratos al mercado mundial, causando
desindustrialización en todos los sitios, y provocando el desplazamiento de
fábricas extranjeras hacia China.<BR><BR>Esta es una doble pérdida, tanto para
la clase trabajadora internacional como para la china: mientras la primera
pierde sus puestos de trabajo mejor pagados, la segunda no percibe el beneficio,
sino que sólo consigue empleos precarios con terribles condiciones de
trabajo.<BR><BR>Los trabajadores de las ZPEs aceptan estas lamentables
condiciones de trabajo porque principalmente son migrantes rurales que no tienen
otro lugar al que acudir para ganarse la vida. Gracias a la revolución de 1949,
y de hecho una de las pocas conquistas sociales de la revolución que no han sido
anuladas a lo largo de los 15 años de la restauración capitalista, los
campesinos aún poseen pequeñas porciones de tierra, que simplemente no resultan
suficientes para sobrevivir. Los padres tienen que enviar a sus hijos a trabajar
a las ciudades.<BR><BR>Las hijas tienen mejores oportunidades de conseguir
trabajo en las ZPEs porque sus patrones prefieren mujeres jóvenes, dado que
perciben que son más pasivas y proclives a resistir más horas de trabajo duro.
Allí las mujeres obreras representan un 70% de la fuerza de
trabajo.<BR><BR>Mientras los trabajadores de las EPEs han sido ampliamente
derrotados en su lucha contra la privatización, se ha producido un aumento de
las huelgas y las protestas en las ZPEs. De acuerdo con datos oficiales,
Shenzhen, una gran ciudad de inmigrantes cercana a Hong Kong, experimentó
protestas laborales que involucraron a 300.000 trabajadores en 2004. En el
último año se reportaron más de una docena de huelgas y cortes de carreteras
sólo en la provincia de Guangdong. Muchos otros ejemplos de disturbios no han
sido reportados.<BR><BR>En Julio de 2004, se informó que en dos fábricas de
pilas en China continental, al menos 370 trabajadores fueron envenenados con
cadmio. Las dos fábricas pertenecen al Gold Peak Industrial Holding Ltd, una
firma asiática transnacional con base en Hong Kong y Singapur; sus productos
electrónicos son vendidos en todo el mundo bajo diferentes marcas.<BR><BR>Los
trabajadores afectados recibieron una pequeña compensación, y en cierta medida
fueron amenazados por la compañía y las autoridades locales, de que si acudían
al gobierno central en Beijing podrían terminar con cargos
criminales.<BR><BR>Los trabajadores se las arreglaron para defenderse. Desde
entonces, se iniciaron varias huelgas y cortes de carreteras, la única manera de
hacer oir sus voces. Las mujeres trabajadoras tomaron el liderazgo en estas
acciones.<BR><BR>Globalization Monitor, una ONG con base en Hong Kong, ha
seguido el caso desde entonces, haciendo campaña contra la compañía. Ha
conseguido el apoyo de muchos sindicatos y ONGs para demandar que Gold Peak
establezca un fondo médico en Hong Kong para atender a sus
trabajadores.<BR><BR>El 5 de agosto, la compañía finalmente cedió a la presión
de los trabajadores y sus defensores en Hong Kong, y anunció la creación de un
fondo de 10 millones de dólares locales. La intervención de Hong Kong fue
importante para conseguir la concesión de Gold Peak. Sin ella, la lucha de
los trabajadores podría no haber sido sostenida o informada. Lo mismo ocurre con
el caso Stella que tratamos más adelante. Hong Kong ha sido crucial para la
burocracia en su proyecto capitalista, pero también puede ser instrumental en el
futuro del movimiento obrero chino: es la única ciudad china que disfruta de
libertad de expresión y derechos electorales parciales.<BR><BR><STRONG>La
violenta huelga de Stella</STRONG><BR><BR>Stella es una compañía de propiedad
taiwanesa que fabrica calzados para Nike y otras grandes marcas. Dos fábricas
proveedoras de esta compañía repetidamente pagaron a sus trabajadores salarios
menores al que habían acordado. El 21 de abril de 2004 los obreros de una de
estas fábricas vieron que sus salarios estaban siendo recortados nuevamente, y
1.000 trabajadores respondieron de inmediato con una revuelta: máquinas
destrozadas, coches volcados y supervisores golpeados.<BR><BR>Dos días más
tarde, en otra fábrica sucedió lo mismo, pero esta vez con aún más violencia.
3.000 obreros irrumpieron en las plantas y destrozaron todo. La policía se
presentó, pero fue sobrepasada en número. Al día siguiente fueron enviados más
efectivos policiales. Finalmente diez obreros fueron condenados y sentenciados a
entre tres y tres años y medio de prisión. Varias docenas de trabajadores fueron
despedidos de las dos plantas. A principios de 2005 todos los trabajadores
fueron liberados luego de las campañas a favor de su causa realizadas por
activistas laborales en Hong Kong y en los Estados Unidos.<BR><BR>A pesar de que
ha habido numerosas huelgas en las ZPEs, poca organización se ha creado, incluso
cuando las acciones resultaron exitosas para conseguir concesiones desde la
gerencia. Las huelgas se disolvieron espontáneamente o abruptamente después de
la represión, o bien luego de algunas concesiones por parte de los directivos.
Esto es porque estos migrantes rurales tienen poco conocimiento del
sindicalismo, y su pensamiento aún carece de identidad colectiva como
trabajadores, lo cual dificulta su habilidad para organizarse en el largo plazo.
Es esta circunstancia la que hace tan significativo el caso
Uniden.<BR><BR><STRONG>Uniden: ¿primera organización
consciente?</STRONG><BR><BR>Uniden es una firma electrónica japonesa, la cual
opera en China desde 1987. Es una gran compañía con 12.000 obreros. El salario
básico mensual para los trabajadores comunes era de 480 RMB, lo cual es menos
que suficiente para sobrevivir. Para ganar 800 RMB, los trabajadores tienen que
aumentar sus horas extras hasta llegar a12 horas diarias.<BR><BR>Estos bajos
salarios siempre han sido la queja principal. Otro reclamo fue la mala comida
que servía el restaurante de la planta. Este y otros reclamos finalmente
provocaron una gran huelga el 10 de diciembre de 2004. Uno de los activistas
escribió: “En la mañana cuando íbamos a trabajar todos teníamos un panfleto en
nuestros armarios. Todos sabíamos que algo iba a suceder. Y entonces a las 4 de
la tarde los trabajadores comenzaron a salir de la línea de ensamblaje. Sólo
imagínese cómo se ven 10.000 trabajadores unidos, si no fuera que las cosas han
ido más allá de su resistencia física, estas jóvenes mujeres adolescentes no
habrían salido, más bien habrían continuado trabajando como
robots”.<BR><BR>Desde aquel día hasta abril de 2005 se organizaron cinco huelgas
–y realmente fueron organizadas, no surgieron espontáneamente-. En realidad, los
trabajadores en Uniden hicieron algo muy poco frecuente entre los trabajadores
de ZPEs: solicitaron la creación de sindicatos. Un comité preparatorio ha sido
establecido y está funcionando.<BR><BR>La razón de ello es principalmente el
hecho de que los técnicos de rango medio y los trabajadores especializados que
han estado en la vanguardia del esfuerzo organizador, son personas que
probablemente provengan de las ciudades. Han puesto en circulación panfletos
entre sus compañeros trabajadores, colocado sus reclamos e informes en internet,
una tarea poco familiar para los trabajadores de origen campesino. <BR><BR>Los
trabajadores rurales migrantes también tienen numerosos reclamos, pero nuestras
entrevistas con los obreros de Uniden confirmaron que fueron los técnicos y
trabajadores más especializados quienes tomaron el liderazgo y mantuvieron
una dirección más consciente. Lo que hace tan especial al caso de Uniden,
entonces, son estos técnicos de rango medio y trabajadores especializados unidos
a los trabajadores rurales migrantes, en contraste con el caso de Stella donde
la revuelta de los trabajadores comunes simplemente no tuvo ningún liderazgo
serio, ni siquiera demandas muy claras.<BR><BR>Librados a sus propios medios,
aun en los casos en que algunos trabajadores inmigrantes elevaron reclamos,
tendieron a ser bastante limitados, dirigidos sólo a cuestiones específicas que
conciernen a trabajadores individuales, con poca preocupación por generalizar
las demandas para englobar a todos ellos y construir solidaridad. <BR><BR>Como
sea, las demandas de los trabajadores de Uniden fueron mucho más
claras:<BR><BR>1. Los salarios básicos deberán estar en línea con los
salarios mínimos, como estipula la ley;<BR><BR>2. La compañía deberá pagar
a los trabajadores un seguro básico, tal como estipula la
ley;<BR><BR>3. Las trabajadoras recibirán un mes de permiso por
maternidad;<BR><BR>4. Compensación por las horas extras debe ser de
150-300% del salario básico; <BR><BR>5. Ninguna hora extra será
obligatoria, como estipula la ley;<BR><BR>6. Los trabajadores establecerán
su propio sindicato; <BR><BR>7. No se deducirán salarios ante ausencias
justificadas por enfermedad;<BR><BR>8. Dietas para comida y
alojamiento;<BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>9. Incrementos salariales de
acuerdo con la antigüedad laboral.<BR><BR>El 20 de abril de 2005 los
trabajadores de Uniden nuevamente fueron a la huelga, esta vez coincidiendo con
el movimiento anti-japonés (protestas contra la negativa de Japón a reconocer su
brutal ocupación de China durante la década de 1930 y la Segunda Guerra
Mundial). Dado el sentimiento general de entonces, las huelgas pronto se
volvieron más radicales; no solo se reclamó el derecho a crear sindicatos, sino
que durante las acciones también se destrozaron algunas ventanas. Los
huelguistas pronto se enfrentaron a la represión policial, tal como sucedió en
las últimas cuatro huelgas, con líderes arrestados, encarcelados o
despedidos.<BR><BR>El Washington Post entrevistó a una trabajadora que dijo:
“Algunos funcionarios del departamento de trabajo local nos dijeron que nosotros
teníamos que cooperar, o algunos inversores se irían para trasladarse a algún
otro lugar y seríamos despedidos de nuestros trabajos”. ¿Serán capaces estas
amenazas de disuadir las protestas en el futuro?<BR><BR>Necesitamos esperar y
ver. Pero volviendo a diciembre de 2004, cuando sucedió la primera huelga, una
trabajadora fue entrevistada y dijo: “Si nosotras fuésemos hombres, la huelga
habría tenido lugar bastante tiempo antes. Las mujeres son fáciles de intimidar,
pero tenemos corazones de acero” (New York Times, 16 de diciembre de
2004).<BR><BR>Como es habitual, todavía hay muchos datos que simplemente no
conocemos, y los lectores tienen que disculpar la falta de detalles, ya que bajo
la severa censura es extremadamente difícil verificar los hechos. (Es bienvenida
la correccion desde fuentes confiables). Aún así, desde diferentes fuentes, más
o menos podemos delinear las tendencias generales de la situacion; esto es, que
ha tenido lugar un esfuerzo de organización más consciente.<BR><BR>Por supuesto
quedan numerosas preguntas sin responder: ¿Por qué en otros casos los técnicos
no han tomado el liderazgo como lo hicieron los de Uniden? ¿Es significativo el
hecho de que Uniden sea de propiedad japonesa? ¿Es Uniden un caso especial?
¿Cuál es el destino de los trabajadores encarcelados?<BR><BR><STRONG>El
Futuro</STRONG><BR><BR>En contraste con los trabajadores despedidos por las
EPEs, los trabajadores de las ZPEs son muy solicitados por las empresas que
sufren escasez de trabajadores. Esta diferencia da una ventaja a los
trabajadores de las ZPEs. Dado que los salarios reales de los trabajadores de
las ZPEs han decaído en los ultimos 15 años, y las condiciones son peores que en
las maquilas de Indonesia, es altamente probable que habrá en adelante más
huelgas por parte de esta nueva clase trabajadora.<BR><BR>Aún así, hay un largo
camino entre las luchas espontáneas y la huelga organizada, dadas las
desventajas que enfrentan los migrantes rurales. El caso de Uniden puede ser un
ejemplo, pero podría tomar algún tiempo antes de ser duplicado. Y sin
organización, a pesar de sus heroicas y espontáneas luchas, los trabajadores de
las ZPEs alcanzarán pocos objetivos de largo alcance.<BR><BR>De todas maneras,
cuando se valore el potencial para el conflicto, uno no sólo debe mirar hacia
los trabajadores. La situación general de China debe ser tomada en
consideración: después de más de veinte años de rápido crecimiento, este país
puede estar entrando en una nueva fase, simplemente porque los enormes ritmos de
crecimiento han sido sostenidos a costa de enormes costes humanos, sociales y
medioambientales, al margen de los enormes desembolsos relizados para pagar
intereses de la deuda pública. Y, por los requisitos de acceso de la OMC, los
mercados locales tendrán que ser liberalizados en el 2007.<BR><BR>Todo esto es
insostenible en el largo plazo. En efecto, ha sido insostenible en ciertos
sectores. Y los nuevos líderes del Partido Comunista Chino no serán capaces de
gestionar todos esos problemas. Por el hecho, por supuesto, de que ellos mismos
son parte del problema, no de la solución.<BR><BR>El primer secretario
general, Zhao Ziyang, en su lecho de muerte, profetizó que China, al igual que
las viejas dinastías, no sería capaz de auto reformarse y que la fecha para el
colapso repentino no estaría muy lejos. Deberíamos agregar que, cuando hay una
crisis de gobierno, puede ocurrir un progreso repentino de consciencia en medio
de este nuevo proletariado en construcción.<BR><BR>Es de importancia fundamental
que el movimiento trabajador internacional se prepare para solidarizarse con las
futuras rebeliones de los obreros chinos. China tiene una poderosa clase
trabajadora de 200 millones. La clase trabajadora puede estar declinando en
algunas partes del mundo, pero en otras areas está creciendo -su distribución
alrededor del mundo está en constante cambio-. Sólo con la solidaridad entre la
clase obrera china y la internacional se puede detener y revertir la insana
carrera global hacia los salarios deprimidos por el capital.<BR><BR><BR>* Wong
Kam Yan es el seudónimo de un activista e investigador de Hong
Kong<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR><BR>(1) Empresas de Propiedad
Estatal ( State Owned Enterprises, SOEs).<BR><BR>(2) Zonas de Procesamiento de
Exportación (Export Processing Zones, EPZs).
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR><BR><BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>