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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 8 de mayo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El
Salvador</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>De los escuadrones al
TLC</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>A catorce años de los Acuerdos de Paz que
terminaron con la guerra civil, el país más pequeño de América Central sigue
bajo la órbita geoestratégica de Estados Unidos. El cuadro actual se completa en
un contexto de desigualdad, impunidad y violencia<BR></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Fernando M. López desde San Salvador</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo, 5-5-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), que
desde 1961 financia proyectos afines con la política exterior estadounidense
bajo el eufemismo de “ayuda humanitaria”, en su página web apunta: “La
localización estratégica única de El Salvador y los fuertes lazos históricos y
culturales con Estados Unidos hacen de la estabilidad política y económica del
país un interés vital para Estados Unidos. La liberación política y económica
que El Salvador ha adoptado con éxito ha hecho de este país un modelo pos
conflicto para países en desarrollo”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la misma línea se colocan aquellos analistas que
festejan los “beneficios” de la introducción del dólar estadounidense como
moneda oficial salvadoreña y las innumerables ventajas que traerá la apertura de
los mercados a partir del tratado de libre comercio centroamericano, al que
también se suma la República Dominicana (CAFTA-DR). El Salvador fue el primer
país de la región en poner en vigencia el cafta, el 1 de marzo pasado, y ahora
Washington busca cerrar las negociaciones con el resto de los gobiernos
involucrados en ese pequeño ALCA.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, en el último informe mundial del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que mide el desarrollo humano de
177 países, El Salvador aparece en la posición 104, un lugar detrás del que
obtuvo en el informe de 2004. Su distribución de la riqueza es una de las peores
del continente: en 1999, el 20 por ciento más rico recibió un 45 por ciento de
las ganancias, mientras que un año después acaparó el 57 por ciento. En el otro
extremo, el del 20 por ciento más pobre, la participación fue de un 5,6 por
ciento, descendiendo al 2,9 en el mismo período.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tampoco se encontrarán datos alentadores si se revisan,
por ejemplo, los índices de mortalidad infantil, que trepan a 32 niños por cada
mil nacidos vivos; o la tasa de analfabetismo, que abarca al 20,3 por ciento de
la población, sobre un total de 6,2 millones de habitantes.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Emigración masiva</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Más de 2,5 millones de salvadoreños emigraron, sobre todo a
Estados Unidos donde viven alrededor de 2 millones. Desde el punto de vista
económico, la expulsión de pobres se ha convertido en una de las mayores fuentes
de ingresos para el Estado salvadoreño, a tal punto que en 2004 el país recibió
2.547 millones de dólares en concepto de remesas, lo que significa más del 16
por ciento del pbi nacional. Si se cortaran esas remesas, alrededor de 360 mil
hogares quedarían en situación de extrema pobreza.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El tema migratorio es un arma que la ultraderecha utiliza
con frecuencia para influenciar el voto ciudadano. En los últimos comicios del
12 de marzo para elegir alcaldes y diputados, el partido Alianza Republicana
Nacionalista (ARENA) presentó la extensión del Estatuto de Protección Temporal
(TPS) como un logro de su gestión. El TPS es un acuerdo firmado entre los
presidentes Elías Antonio Saca y George W Bush, que regulariza la situación
migratoria de sólo 250 mil salvadoreños en Estados Unidos y cuya prórroga rige
hasta setiembre de este año. Además, ARENA apoyó esta presentación con una
campaña de terror en la que presagiaba el fin de las remesas en caso de que
triunfara su principal opositor, el Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (fmln).</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Los terroristas del futuro</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La migración tuvo particular incidencia en la conformación de
las pandillas urbanas, conocidas en El Salvador, y en muchos países de América,
con el nombre de “maras”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las maras se originaron durante la década de 1970 en
Estados Unidos en un duro contexto de marginalidad y xenofobia que afectó
principalmente a los hijos de inmigrantes mexicanos y centroamericanos. Por eso
diversos estudios explican la naturaleza del fenómeno como una forma de
supervivencia de estos grupos frente a las condiciones adversas que les imponía
la sociedad estadounidense. Las dos pandillas más importantes surgieron en las
calles 18 y 13 de Los Ángeles, de donde también adquirieron los nombres que las
identifican: Mara 18 y MS-13 o Mara Salvatrucha (MS). La primera se fundó con
miembros de origen mexicano, mientras que la MS respondía a jóvenes
salvadoreños. Sin embargo, luego se incorporaron a sus filas pandilleros de
diversos orígenes, sobre todo de Honduras, Guatemala y, en menor medida,
Nicaragua.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El fenómeno llegó a Centroamérica al final de la Guerra
Fría, cuando Estados Unidos realizó las primeras deportaciones masivas de
inmigrantes ilegales hacia los países cuyas experiencias revolucionarias se
vieron frustradas tras la caída del bloque socialista.<BR>El Salvador lo vivió a
partir de los acuerdos de paz de 1992, que terminaron con más de doce años de
guerra civil. Desde entonces, los sucesivos gobiernos de ARENA identifican a las
maras como la principal causa de violencia, justificando con este argumento el
creciente gasto en seguridad y leyes represivas cada vez más duras que no logran
bajar la tasa de criminalidad de forma significativa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es cierto que el país registra uno de los índices más
altos de violencia, con un promedio de entre nueve y diez homicidios diarios,
pero las causas van más allá de las pandillas. Las Naciones Unidas y varias ong
coinciden en que los factores principales que deben combatirse son el deterioro
de la situación socioeconómica y la tenencia indiscriminada de armas en manos de
particulares y empresas privadas de seguridad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El discurso oficial que apunta exclusivamente contra las
maras es funcional a un negocio que mueve miles de millones de dólares por año y
en el cual están involucrados desde jefes policiales hasta funcionarios
estatales y militares retirados. Según cifras de la propia Policía Nacional
Civil (PNC), en 2003 había más de 170 empresas de seguridad privada que
empleaban a 23 mil agentes, es decir, 3 mil efectivos más que los de la PNC. Hoy
existen entre 200 y 300 empresas con armamento y tecnología que superan la
infraestructura de la seguridad pública.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El economista del PNUD William Pleitez afirmó
recientemente que El Salvador “es uno de los países latinoamericanos que más
invierte en seguridad y uno de los que menos seguridad tiene”. Los datos que
maneja el organismo indican que el Estado salvadoreño gasta más del 11 por
ciento de su pbi en ese rubro, una cifra desproporcionada que duplica el
presupuesto destinado a educación y salud, que en su conjunto sólo alcanza un
4,8 por ciento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte, Santo Alberto Hernández, director de Fe y
Alegría, explicó a BRECHA que el problema de las maras podría solucionarse con
la mitad del dinero que invierte el Estado y con un buen plan preventivo de
formación y trabajo para incluir a los jóvenes marginados, sobre todo los que
poseen antecedentes de violencia familiar, que son el caldo de cultivo de las
pandillas. “En realidad existe un desinterés por parte del gobierno de controlar
todo esto”, porque si se soluciona el problema “se termina el negocio de las
empresas de seguridad”, agregó. Fe y Alegría trabaja con unos 700 menores en el
corazón de la colonia Zacamil de San Salvador, donde opera una “clica” de la
Mara Salvatrucha llamada Locos Liro Crazy (véase recuadro en pág 37). A pocas
cuadras de sus instalaciones comienza el territorio de una célula de la Mara
18.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El fenómeno de las pandillas se transformó en el pretexto
ideal para los planes de recolonización de la Casa Blanca en la región, siempre
en el marco de su cruzada global contra el “eje del mal”. En este sentido, el
presidente salvadoreño viene desempeñando el rol de legitimador ante sus pares
centroamericanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En febrero de 2005 el diario Boston Herald se encargó de
instalar el rumor de que existían vinculaciones entre la Mara Salvatrucha y la
red terrorista Al Qaeda. Inmediatamente, Antonio Saca aseguró a la prensa que
dichas informaciones eran “bastante graves” y que era consciente del problema,
aunque reconoció que no tenía pruebas al respecto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A un año de esas declaraciones, y tras el fracaso de su
plan Súper Mano Dura, Saca ya no duda de que los mareros “serán los terroristas
del futuro”. Así los definió en la II Convención Antipandillas, que se realizó
en San Salvador del 4 al 6 de abril, con la participación de autoridades del
fbi, la dea y fuerzas de seguridad de México y América Central. El jefe de la
policía salvadoreña, Rodrigo Ávila, tampoco ahorró palabras para ponerse en
línea con el discurso del “enemigo terrorista” al asegurar que “si esto fuera
una guerra y se aplicaran los conceptos de la guerra, aquí las pandillas se
acabarían en dos meses”.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Impunidad</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>A pesar de los acuerdos de paz que se firmaron en 1992 entre
el gobierno de El Salvador y la guerrilla del fmln, las heridas de la guerra
civil de la década de 1980 aún siguen abiertas. El analista Dagoberto Gutiérrez
considera que “no es posible pensar en reconciliarse sin luchar exitosamente
contra la impunidad, como una especie de presupuesto, pero que es también
consustancial. Al mismo tiempo que se lucha contra la impunidad, la sociedad se
encuentra, es decir, se reconcilia. Por eso, luchar contra la impunidad es
luchar por la democracia”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La reconciliación se hace difícil en las condiciones
actuales de un Estado y un Poder Judicial que se niegan a investigar un pasado
reciente que dejó 75 mil muertos y más de 7 mil desaparecidos. Hace apenas unas
semanas, miles de salvadoreños recordaron un nuevo aniversario de la muerte de
uno de los símbolos de la resistencia contra la opresión y la pobreza: el
arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado el 24 de
marzo de 1980 por los grupos paramilitares de ultraderecha conocidos como
“escuadrones de la muerte”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos grupos, que operaban en forma conjunta con las
fuerzas armadas, fueron financiados, armados y asesorados por el Pentágono y la
CIA en el marco de los proyectos contrainsurgentes de la administración Reagan.
En 1993 la Comisión por la Verdad de El Salvador responsabilizó por la muerte de
Romero al creador de los escuadrones de la muerte, Roberto D’Aubuisson, quien
casualmente también fue fundador de ARENA, el partido que gobierna el país desde
hace 17 años. Sin embargo, hasta el momento no existe ninguna condena por el
asesinato del arzobispo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La indiferencia de la justicia llevó a los familiares de
las hermanas Erlinda y Ernestina Serrano Cruz (un caso emblemático de la
violación de los derechos humanos), que desaparecieron en junio de 1982, luego
del exterminio masivo del Batallón Atlacatl en Chalatenango, a recurrir a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, que derivó el caso a la
Corte Interamericana. El 1 de marzo de 2005 la comisión emitió una sentencia
contra el Estado salvadoreño, obligándolo a cumplir una serie de medidas que
incluían la reparación de daños.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante, el gobierno de Saca incumplió
sistemáticamente cada una de sus obligaciones, entre ellas un desagravio que
debía pronunciar el presidente el 22 de marzo pasado. Saca no sólo faltó al acto
sino que no pidió perdón como establecía la sentencia. En su representación
envió al canciller Francisco Laínez, con un discurso preelaborado en el cual
lamentó “profundamente aquellos hechos del conflicto armado”. A pesar de todo,
el caso es una llama de esperanza para más de 700 denuncias de niños
desaparecidos que aún siguen sin respuesta.
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Agua turbia</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Hace apenas un mes la revista Vértice, de San Salvador,
reveló que la Compañía Integral de Agentes de Seguridad Privada (CIAP), una
firma establecida a principios de 2005, recluta a civiles y ex militares
salvadoreños con el fin de enviarlos como mercenarios a Irak. La tarea fue
encargada por una compañía llamada Black Water, con sede en Florida, Estados
Unidos, y ramificaciones en varios países de América Latina, entre ellos
Chile.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero esta no es la única empresa de seguridad privada que
opera en Irak, donde además el gobierno de El Salvador aún mantiene tropas de
ocupación junto a las fuerzas estadounidenses. Según otras fuentes, se calcula
que existen unas 40 compañías similares a Black Water que ganan alrededor de 100
millones de dólares anuales y operan con empresas como CIAP en más de 50
países.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>“Para tener respeto”</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Las “clicas” son las células de una mara que se asientan
en cada barrio con el objetivo de controlar y establecer tareas de choque contra
las pandillas rivales, el reclutamiento de nuevos miembros, distribución de
droga, robo y cobro de peajes. Están compuestas por no más de 30 pandilleros,
que en su mayoría son jóvenes de entre 12 y 25 años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En general, los jefes son deportados que cuentan con
experiencia en las calles y las cárceles de Estados Unidos. Se calcula que en El
Salvador existen alrededor de 150 clicas de la MS-13, mientras que el resto de
las pandillas no superan las cien.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para “brincar” (entrar) a una clica el aspirante deberá
soportar una prueba conocida como “cortón”, que consiste en una golpiza de seis
mareros durante un tiempo estimado de 13 segundos. Así también se resuelven los
problemas de indisciplina tales como el consumo desmedido de la droga que se
destina a la venta.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Joel es un ex simpatizante de la MS, de 16 años, que
ingresó al proyecto Calle, de Fe y Alegría, luego de salir de la cárcel por
robo. El programa consiste en la reinserción social del adolescente, coordinando
el trabajo entre la institución y la familia, en este caso formada por el padre
y seis hermanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según el joven, ninguna mara obliga a nadie a ser un
pandillero, sino que “la onda es ser parte de esa familia”. Sostiene que el
mayor incentivo de convertirse en un marero es “más que nada para que tengan
respeto”.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>