<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 10 de mayo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Mercosur</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Una crisis casi
terminal</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Los presidentes han erosionado la
necesaria solidaridad</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La política de Bush -expresada de
modo directo por Condoleezza Rice- apuesta a Brasil como el gran estabilizador
de la convulsionada región</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><FONT
size=3><STRONG></STRONG></FONT></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><FONT size=3><STRONG>Raúl Zibechi
*</STRONG></FONT><BR> <BR> <BR>Un daño irreparable. Mientras el
gobierno de Bolivia nacionalizaba los hidrocarburos, el presidente de Uruguay
anunciaba en Washington la salida del Mecado Común del Sur (Mercosur), sumiendo
a la más importante alianza regional en una crisis casi terminal de la que
resultará muy difícil salir: las relaciones entre sus presidentes se han
erosionado y la desconfianza ocupa ahora el lugar de la necesaria solidaridad.
<BR> <BR>Tabaré Vázquez fue contundente. Dos días antes de su entrevista
con George W. Bush anunció su intención de "desligarse como miembro pleno del
Mercosur" con el objetivo de concretar acuerdos comerciales con la superpotencia
para ganar mercados para las exportaciones primarias de Uruguay. Además, y pese
a que los ambientalistas argentinos despejaron el bloqueo del principal puente
internacional, adelantó que seguirá adelante con las denuncias ante los
organismos internacionales por "el daño provocado por las protestas contra las
plantas de celulosa". Apenas difundida la noticia, miembros del gabinete
uruguayo desmintieron la eventualidad de una ruptura del Mercosur y voceros del
propio Vázquez matizaron sus afirmaciones. <BR> <BR>Sin embargo, los
desmentidos no son creíbles, toda vez que Vázquez ha forjado todo un estilo de
ambigüedades y vaivenes, afirmaciones contradictorias luego negadas por sus
voceros. <BR> <BR>Mes y medio atrás, en Caracas, aseguró en tono tajante,
junto a Hugo Chávez, que Uruguay no firmará un TLC con Estados Unidos. La semana
pasada, con el presidente Fox, en México, dijo lo contrario. Uruguay no puede
pretender que un acuerdo con Washington sea recibido sin más por sus vecinos.
Más aún cuando Vázquez sostiene que se trata de buscar "una nueva inserción de
Uruguay en el mundo" y asegura que su objetivo es "liberar al Uruguay" de los
problemas que le acarrea el Mercosur. <BR> <BR>Los objetivos y el lugar
donde fueron planteados, en medio de reuniones con el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, no son de recibo cuando
la región atraviesa una coyuntura que puede suponer un viraje de larga duración
respecto a la tradicional dependencia de Estados Unidos y los organismos
financieros. <BR> <BR>En efecto, el litigio entre Argentina y Uruguay por
las plantas de celulosa está en camino de resolverse. Los ambientalistas de la
Asamblea de Gualeguaychú despejaron la ruta y levantaron el corte del puente
internacional, principal argumento del gobierno uruguayo para mantener las
espadas en alto. Ahora el diferendo se ventilará en instituciones
internacionales, ya que Néstor Kirchner decidió presentar un reclamo ante el
Tribunal de La Haya, que había condicionado a que los vecinos levantaran el
bloqueo. <BR> <BR>Los 100 mil manifestantes que desbordaron las
inmediaciones del puente el pasado domingo, son fiel testimonio del potente
rechazo y del masivo apoyo con que cuentan los ambientalistas. La forma
democrática y horizontal con que funciona la asamblea, a la que acuden miles de
vecinos, capaces de debatir y acordar durante horas, fue reconocida hasta por la
derecha argentina. <BR> <BR>La incapacidad de negociar y el apego de
Vázquez a los acuerdos con megaempresas de celulosa pudo más, sin embargo, que
la movilización social. Estamos ante un triunfo de las multinacionales y una
derrota de la movilización social, en la cual un gobierno que se proclama de
izquierda jugó un papel decisivo. <BR> <BR>El grave momento que atraviesa
la región requiere grandeza. Todo indica que se están desdibujando los
alineamientos tradicionales y están emergiendo otros. El eje
Cuba-Venezuela-Bolivia es ya una realidad, tanto en el terreno político como en
la cooperación económica. <BR> <BR>Por otro lado, parece insinuarse otro
eje "estabilizador" conformado básicamente por Brasil, Chile y Uruguay, con
buenas relaciones con Washington, los organismos financieros internacionales y
las grandes empresas. El papel de Argentina parece aún incierto, ya que si bien
necesita mantener su sólida alianza con Brasil, comparte con el eje
"bolivariano" sus raíces afincadas en la profunda movilización y revuelta
popular, que marca límites a cualquier gobierno. No era en absoluto absurda ni
irreal la política de la administración Bush -expresada de modo directo por
Condoleezza Rice- de apostar a Brasil como el gran estabilizador de la
convulsionada región. <BR> <BR>El gobierno de Lula ha adoptado una posición
apaciguadora ante la nacionalización de los hidrocarburos por el gobierno de Evo
Morales. Un medido comunicado oficial aplacó la ira del presidente de Petrobras
y reconoció el derecho de Bolivia de controlar la comercialización, transporte e
industrialización de los hidrocarburos "como acto inherente a su soberanía".
Pero hay contradicciones insoslayables. <BR> <BR>Brasil depende en un 50
por ciento del gas boliviano; 75 por ciento del gas consumido en Sao Paulo,
corazón de la industria de la décima potencia industrial del mundo, proviene de
Bolivia. Como contrapartida, Petrobras produce 15 por ciento del producto
interno bruto boliviano y son brasileños los que cultivan 30 por ciento de la
soya en el separatista departamento de Santa Cruz. Lula moderó sus impulsos,
pero todos los testimonios dan cuenta de su perplejidad ante el sorpresivo
anuncio de Evo. <BR> <BR>Síntoma de los nuevos tiempos, Lula, Kirchner, Evo
y Chávez se reunieron para ver cómo seguir adelante y, sobre todo, para debatir
el precio del gas que será uno de los ejes de la nueva política boliviana.
<BR> <BR>El daño irreparable infligido al Mercosur, que hasta hace un año
parecía en condiciones de expandirse incluyendo a Bolivia y Venezuela, puede ser
ahora el punto de partida de otra integración anclada en los hidrocarburos y en
sociedades movilizadas. Sin embargo, tampoco es el momento de echar las campanas
al vuelo. Hay demasiadas contradicciones sobre la mesa. Brasil sigue apostando
al IIRSA, integración destinada a facilitar el flujo de mercancías
Pacífico-Atlántico acorde con las necesidades actuales del comercio global
digitado por las multinacionales. Un test decisivo será el proyectado Gasoducto
del Sur: si se concreta será la primera gran obra Norte-Sur, orientada a
comunicar a los países de la región a contramano de las expectativas de los
mercados. <BR> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>* Periodista del semanario Brecha,
investigador y docente, integra el espacio Hijos (derechos humanos) en
Montevideo. Recientemente ha publicado <STRONG>"Dispersar el poder. Los
movimientos como poderes antiestatales"</STRONG>, Textos rebeldes, La Paz, 2006,
un riguroso análisis sobre los movimientos sociales en Bolivia, con énfasis en
El Alto.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR> <BR> </FONT></DIV></BODY></HTML>