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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><FONT color=#800000>Boletín
informativo - Red solidaria de la izquierda radical</FONT><BR><IMG alt=""
hspace=0 src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG"
align=baseline border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 11 de mayo 2006 -
Redacción: <A
href="mailto:germain@chasque.net">germain@chasque.net</A></FONT></FONT></EM></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Crisis
regional</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Roce entre Venezuela y Brasil por la
crisis del gas boliviano...<BR><BR>Gobierno Lula critica la "militarización" de
los campos petroleros</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Brasilia
reconoció su incomodidad por la actuación de Hugo Chávez en el conflicto y su
persistente apoyo a la nacionalización decidida por La Paz. Caracas respondió
afirmando que le sorprenden esas
críticas</FONT></STRONG><BR><BR><STRONG>Eleonora Gosman, corresponsal en San
Pablo <BR>Clarín, Buenos Aires, 11-5-06</STRONG><BR><BR><BR>Las relaciones
entre Brasil y Venezuela se pusieron tirantes, por primera vez en años. Ayer
Caracas devolvió "sorprendida" las críticas de Brasilia. El choque lo puso de
relieve un día antes el canciller brasileño, Celso Amorim, cuando afirmó ante el
Senado que su país está "disgustado" por la "influencia" de Hugo Chávez en la
nacionalización del petróleo en Bolivia. El presidente brasileño llegó a
expresar su "disgusto" a su colega venezolano en forma "inequívoca" en la
reunión de la semana pasada en Puerto Iguazú, dijo. Y lo hizo frente a sus
colegas Néstor Kirchner y Evo Morales.<BR><BR>La irritación brasileña fue tan
grande que en esa cita, según confesó el propio Amorim, se llegó a plantear que
estaba "en riesgo la propia integración sudamericana y el Gasoducto del Sur".
Ayer, la Cancillería venezolana reaccionó con "mucha sorpresa" ante los dichos
del ministro brasileño y otros del principal asesor de Lula da Silva en asuntos
externos, Marco Aurelio García, que aludió a un retorno de la Guerra Fría por
ciertas acciones del presidente Hugo Chávez, en especial sus choques con EE.UU.
Pero Caracas sostuvo que no influyó en las decisiones de Morales de estatizar
los hidrocarburos.<BR><BR>"Todo el mundo sabía de la realización de un referendo
en Bolivia sobre la nacionalización de sus recursos naturales", dijo el
comunicado venezolano. En consecuencia, si "los queridos amigos brasileños"
ahora se quejan, no será por desconocimiento de las intenciones del presidente
Morales, que trascienden cualquier eventual incidencia venezolana en el decreto
de nacionalización. Pero la contrariedad brasileña tiene otras explicaciones. En
realidad, están de por medio intereses económicos específicos. Justamente ayer
el gobierno de Bolivia se encargó de transmitir dos mensajes a Brasilia.
Primero: La Paz no va a negociar con la estatal brasileña Petrobras sino con el
gobierno de Brasil. Segundo, "no habrá" indemnizaciones para Petrobras por la
toma del control accionario de su subsidiaria en Bolivia. El gobierno de Morales
no dejó lugar a dudas: la Constitución de su país no prevé indemnizar a empresas
por quiebra de contrato cuando las operaciones se basaron en "acuerdos ilegales"
no ratificados por el Congreso boliviano. <BR><BR>El ministro de Hidrocarburos,
Andrés Soliz Rada, fue preciso en ese punto: discutirán directamente con Lula
las condiciones de permanencia de Petrobras. Para Evo y sus colaboradores,
"planteada en estos términos, la negociación será mucho más fructífera". Lo que
Bolivia admite es indemnizar a la petrolera brasileña por la infraestructura de
las refinerías. Así lo admitió Jorge Alvarado, presidente de YPF de Bolivia. "Se
saldará el 51% de las acciones referentes a la nacionalización. Pero no habrá
dinero para indemnizar por los recursos naturales que son de nuestra
propiedad."<BR><BR>Ayer, justamente, en La Paz, hubo una reunión clave entre
Soliz Rada, su colega de Minas y Energía de Brasil, Silas Rondeau, y el
presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli de Azevedo. La agenda era
evidente.<BR><BR>En sus referencias al gobierno boliviano, Amorim tuvo
expresiones bastante más duras que lo habitual y calificó la ocupación militar
de campos gasíferos como "gesto innecesario. Una actitud adolescente". Sin
embargo, puso todo el cuidado de aclarar que la política de Brasil "nunca será
la de la cachiporra, sino la de buena vecindad". Con la misma prolijidad, el
canciller brasileño señaló: "No es cierto que Morales esté en las manos de
Chávez."<BR><BR>No deja de ser interesante la explicación que dio Amorim sobre
la presencia de Chávez en el encuentro entre Kirchner, Lula y Morales. El
canciller brasileño dijo que la clave debe encontrarse en la "integración
energética de América del Sur, con Venezuela, que posee las principales reservas
gasíferas". En el Congreso, el ministro sintió el peso de las presiones
internas: algunos senadores de la oposición lo cuestionaron por "blandura" para
tratar el caso boliviano. "¿No merece una reacción más fuerte?", preguntaron.
Amorim no estuvo de acuerdo: "Hay momentos para hacer barullo y ser estridentes.
Y hay momentos para la acción silenciosa de la diplomacia." Explicó que Lula ha
demostrado en este caso no regirse por presuntos beneficios electoralistas. "Si
hubiera querido ganancias en ese terreno, habría hecho un enorme ruido que iría
a rendir dividendos internos pero que no ayuda a resolver el
problema."<BR><BR>La disputa se prolongó todo el día de ayer. A través de su
presidente, José Gabrielli, Petrobras informó que irá a plantear el diferendo en
los tribunales de Nueva York en caso de no llegar a un consenso. "Tenemos 15
días para redefinir los contratos y vamos a esperar otros 45 días para negociar
la indemnización. Si no se resuelve, iremos a la Corte." En Bolivia respondieron
sin prisa ni pausa: "Las negociaciones van a ser largas y difíciles. Eso quiere
decir que no habrá imposiciones inmediatas y que inclusive podrá reverse el
plazo de los 45 días."<BR><BR>Mientras tanto, en Caracas, el otro polo del
conflicto, el ministro de Energía, Rafael Rodríguez, sostuvo que instruyó a los
funcionarios de Petróleos de Venezuela para que no se involucren en el proceso
de nacionalización boliviano. Pero falta algo más: en el enojo brasileño también
influyó la decisión de Morales de nombrar cuatro militares bolivianos como
directores de la filial boliviana de Petrobras.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
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Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
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