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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 27 de mayo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El país produce el 80% de la cocaína
mundial<BR><BR>Uribe y su mano dura, protagonistas de la prueba electoral de
mañana </STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG>Informe de Amnistía Internacional sobre derechos
humanos irrita al gobierno</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG>El presidente busca su
reelección, amparado en la férrea política de seguridad que lo hace ir arriba en
los sondeos. Sus críticos dicen que en su afán por terminar con la violencia,
descuida los derechos humanos.</STRONG> <BR><BR><STRONG>Néstor Restivo,
enviado especial a Bogotá</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Clarín, Buenos Aires,
27-5-06</STRONG><BR><BR><BR>Mucho soldado y policía en la calle —más por temor a
atentados de cara a las elecciones—, 25% más de tropas en 4 años y un batallón
militar abierto cada mes en la gestión del presidente Alvaro Uribe, que mañana
buscará ser reelecto. El clima de seguridad abunda en Bogotá y otros puntos de
Colombia, donde los uribistas afirman que así bajó la violencia.<BR><BR>La
capital por cierto está mejor que hace unos años, cuando nadie sabía si volvía
vivo a casa. Está limpia La Candelaria, barrio colonial, tras las gestiones de
los alcaldes Antanas Mockus y el actual Luis Garzón, del Polo Democrático, cuyo
candidato Carlos Gaviria desafía a Uribe. <BR><BR>Se lucen iglesias como la
amarilla Candelaria o la blanquirroja del Carmen, bellas ambas. Y los viejos
balcones bajo los cuales se ganan la vida vendedores de empanadas o aguardiente.
En Bogotá, ahora que cesó la época de lluvias, brotan de intenso verde parques y
cerros como el Monserrate, que alberga una casa de Simón Bolívar. Y desde la
circunvalar, arriba, se ven los techos de teja terracota y las torres del
centro.<BR><BR>Al norte están los barrios ricos Santana, Chicó o la zona rosa.
En un shopping una corbata vale US$ 230, lo que gana en un año un indigente de
Ciudad Bolívar, barrio donde reinan combos, parches y mafias, los tres niveles
jerárquicos del crimen. Aunque para el gobierno en el campo aplacó la guerra
igual, ahí mandan aún los narcos, la guerrilla y los paramilitares (Ver
Escenario...). Los paras, fuertes al norte y las FARC y algo el ELN, al sudeste.
Al oeste, por los ríos y la salida al Pacífico, hay disputas terribles por el
tráfico de drogas y armas.<BR><BR>Juan Tokatlian, de la Universidad argentina de
San Andrés, dijo a Clarín que Uribe "estableció de movida el dilema del Estado
hobbesiano", un pacto social por el cual para salir del estado de
autodestrucción se delegó al gobierno el poder de "mano dura para reconstruir al
Estado" a través de la seguridad pública.<BR><BR>Para los uribistas, la
violencia bajó así varios grados y los secuestros de la guerrilla cayeron de 3 a
1 mil. Pero hay críticas. Lina Galindo, politóloga del Grupo Observador de las
campañas presidenciales, dijo a este enviado: "La popularidad de Uribe reposa en
la mayor seguridad, pero la oposición le critica apostar todo allí violando
derechos humanos y abandonando la agenda social".<BR><BR>Una fuente militar
argentina vinculó a los narcos con los paras. "Son verdaderos capos, en cambio
en la guerrilla —dijo a Clarín— hay comunistas primitivos y otros usan el
tráfico de drogas sólo por dinero con qué armarse. Pero ni el Plan Colombia de
ayuda de EE.UU. ni el Plan Patriota, de ofensiva militar norte a sur,
resultaron".<BR><BR>Uribe erradicó 523 mil hectáreas de cultivos de coca pero
siguen 144 mil o más productivos por hectárea, indicó el propio ministro del
Interior, Sabas Pretelt. Y Colombia produce aún 80% de la cocaína mundial.
Además, pese a haber extraditado a 300 narcos a EE.UU. y vencido a los grandes
carteles desde que murió Pablo Escobar en 1993, hay ahora "carteles boutiques",
chicos pero repartidos por el país.<BR><BR>El Plan Colombia regó US$ 4 mil
millones para combatir al narcotráfico y la guerrilla. Hoy Colombia es el quinto
receptor de armas de EE.UU. tras Israel, Irak, Afganistán y Egipto. Pero salvo
el ELN, disminuido y en tratativas de paz, las FARC en vez de retroceder
recrudecieron. Y si es reelecto, Uribe se vería forzado a negociar, lo que hasta
ahora negó, opinó el analista Alejo Vargas. <BR><BR>Muchos piden empezar por un
acuerdo humanitario, un canje de rehenes por prisioneros. Pero hasta hoy Uribe
se obsesiona con vencer militarmente a quienes culpa de todo mal y de querer
boicotear la elección: las FARC, que ayer llamaron a votar por cualquiera contra
Uribe. El jueves, tres chicos de 10 años murieron por una granada olvidada en
Antioquia. Y hay escándalo por la masacre inexplicable de 10 policías a manos
del Ejército, el lunes en Jamundí. Pero un episodio enterneció anteayer al
país.<BR><BR>Olga, guerrillera e indígena de 16 años, dio a luz a un bebé en La
Macarena y fue partero Félix Monte, sargento de la Fuerza militar Omega, que
entró a una cabaña a emboscarla y vio que iba a parir. El y su tropa pidieron
ser padrinos y todo fue sonrisas por TV.<BR><BR>Resolver la guerra será mucho,
mucho más difícil. </DIV>
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<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=4><FONT size=3>Escenario de incertidumbre
para la guerrilla, los paras y los
desplazados</FONT><BR></FONT></STRONG><BR><BR>Las AUC, autodefensas
paramilitares de Colombia que enfrentan a la guerrilla, anunciaron en 2002 su
repliegue y desarme. Pero esta semana Amnistía Internacional informó que de ese
año a 2005 cometieron 2.750 asesinatos. Human Rights Watch o la ONU irritan con
datos peores a Uribe y a su tan duro o más que él vice Francisco Santos. Acnur,
agencia para refugiados de la ONU, también los enoja: recuerda que hay 3,6
millones de desplazados.<BR><BR>Una fuente militar señaló a Clarín que los paras
"entregaron armas viejas, o vistieron de milicia a jóvenes pobres haciéndolos
pasar por autodefensas". Para el gobierno, 16 de los 20 mil paras se entregaron,
pero hay muchas dudas. "¿Cómo va a haber acuerdo de paz entre Uribe y ellos? Se
acuerda la paz con enemigos, no con amigos", ilustró la fuente off the
record.<BR><BR>Según el analista Alfredo Rangel, a la desmovilización
paramilitar le falta definición judicial. La Fiscalía General debe definir cómo
serán los juicios, qué aportarán a la verdad y justicia, cuánta reparación
pagarán. La Corte Constitucional recibió enmiendas a la ley de Justicia y Paz
sobre cómo aplicar o no penas. Capos como Salvatore Mancuso, "Ernesto Baez de la
Serna"—irónica o patética alusión al Che Guevara— o "Jorge 40" presionaron a la
Corte para convertir la Ley en "una de impunidad". Y añadió la fuente: "Hasta el
embajador de EE.UU. criticó que los paras fueran al Congreso colombiano cuando
aún tienen a 400 secuestrados".<BR><BR>Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá y
candidato sin chances a presidente, criticó a Uribe por basar mucho de su plan
represivo "en recompensas, en vez de apelar a otras motivaciones para que se
colabore".<BR><BR>Otra cara del drama, las FARC, el alicaído ELN y grupos
pequeños como el EPL, también tienen a cientos de secuestrados. Entre otras
razones, no quieren entregar las armas por el antecedente del M19, que al salir
a la superficie fue masacrado. Pero los rehenes de la guerrilla, igual que los
de los paras —algunos desde hace 8 años—, esperan que Uribe cambie y negocie su
liberación.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
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