<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML xmlns:o = "urn:schemas-microsoft-com:office:office"><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 28 de mayo 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Coches-bombas</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Las fuerzas aéreas de los pobres
*<BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Mike Davis **</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>ZNet en español</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.zmag.org/Spanish/"><STRONG>http://www.zmag.org/Spanish/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducido por Felisa Sastre y revisado por
Esther Carrera</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>El coche-bomba se convirtió
en un arma semi-estratégica comparable a la fuerza aérea en su capacidad de
derribar centros urbanos importantes y cuarteles generales. El camión bomba
suicida que devastó la embajada estadounidense y los cuarteles de los marines en
Beirut en 1983, superó -al menos en sentido geopolítico- al fuego combinado de
los bombarderos y barcos de guerra de Estados Unidos y obligó a Reagan a
retirarse de Líbano</STRONG> </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><EM></EM> </DIV>
<DIV align=justify><EM>“¡Vosotros no os habéis apiadado de nosotros! Y nosotros
haremos lo mismo. Os vamos a dinamitar”. (Advertencia anarquista,
(1919)</EM></DIV>
<DIV align=justify><BR>En un caluroso día de septiembre, pocos meses después de
la detención de sus camaradas Sacco y Vanzetti, un vengativo anarquista
italiano, llamado Mario Buda, aparcó su carro tirado por un caballo cerca de la
esquina de Wall y Broad Streets, enfrente de la compañía J.P. Morgan. Se bajó
despreocupadamente y desapareció sin llamar la atención entre la multitud que
iba a almorzar. Unos pocas manzanas más allá, un asustado cartero encontró unas
extrañas octavillas que avisaban: “ ¡Liberad a los prisioneros políticos o
moriréis todos!”, firmadas por “American Anarchist Fighters” (Combatientes
anarquistas de Estados Unidos). Las campanas de la cercana Trinity Church
empezaron a sonar a mediodía y, cuando pararon, el carro- cargado de dinamita y
trozos de metal- explotó convertido en una bola de fuego llena de
metralla”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“El caballo y el carro saltaron hechos migas” escribe
Paul Avrich, el famoso historiador del anarquismo estadounidense que descubrió
la verdadera historia. “Los cristales de las ventanas de las oficinas cayeron a
la calle y los toldos de los doce pisos quedaron envueltos en llamas. La gente,
presa de pánico, se vio envuelta en una nube de polvo que cubrió la zona. Thomas
Joyce del departamento de valores, títulos bancarios murió en su despacho entre
los escombros de las paredes. En el exterior, montones de cuerpos quedaron
esparcidos por las calles.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin duda, Buda se disgustó cuando se enteró de J.P.
Morgan no se encontraba entre los 40 muertos y más de 200 heridos- el gran
jefazo de los ladrones estaba lejos, en Escocia, en su pabellón de caza. Aun así
, un pobre inmigrante con algo de dinamita robada, un montón de trozos de metal
y un viejo caballo había ocasionado un terror sin precedentes en el mismísimo
corazón del capitalismo estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Su bomba en Wall Street fue la culminación de medio siglo
de fantasías anarquistas sobre angeles vengativos hechos de dinamita; pero
asimismo fue una invención, como el Difference Engine de Charles Babbage, que
superaba la imaginación de su época. Sólo después de que la barbarie de las
bombas estratégicas se haya convertido en algo rutinario y cuando las fuerzas
aéreas persiguen de forma rutinaria a los insurgentes entre los laberintos de
las ciudades pobres, habría de realizarse por completo el potencial radical de
la “máquina infernal” de Buda.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El carro de Buda era, en esencia, el prototipo del coche
bomba: la primera utilización de un vehículo que no llama la atención, que pasa
desapercibido en casi cualquier escenario urbano, para transportar enormes
cantidades de explosivos de gran potencia hacia un objetivo determinado y
valioso. No se reprodujo, hasta donde yo puedo establecer, hasta el 12 enero de
1947, cuando la Brigada Stern colocó un camión con explosivos en una comisaría
de policía británica en Haifa, Palestina, matando a 4 personas e hiriendo a 140.
La Brigada Stern (un grupo pro-fascista, liderado por Abraham Stern, y escindido
del sionista y ultraderechista paramilitar Irgun ) pronto colocaría camiones y
coches bomba para asesinar también a los palestinos: una atrocidad creativa,
copiada de inmediato por los desertores británicos que luchaban al lado de los
nacionalistas palestinos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde entonces, los vehículos bomba se utilizaron
esporádicamente- produciendo masacres famosas en Saigón (1952), Argel (1962 y
Palermo (1963), pero las puertas del infierno sólo se abrieron de verdad en
1972, cuando el IRA- según dice la leyenda de forma accidental- improvisó el
primer coche bomba con nitrato de amonio y fuel oil (ANFO, en sus siglas
inglesas). Esta nueva generación de bombas, que requieren sólo de ingredientes
industriales comunes y abonos sintéticos, resultan baratos de fabricación y
sorprendentemente potentes, elevaron el terrorismo urbano desde el nivel
artesanal al industrial y posibilitaron la puesta en marcha de campañas
continuas contra los centros urbanos así como la destrucción completa de
rascacielos de hormigón y bloques de apartamentos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En otras palabras, el coche bomba se convirtió de repente
en un arma semi-estratégica que, en determinadas circunstancias, era comparable
a la fuerza aérea en su capacidad de derribar centros urbanos importantes y
cuarteles generales al mismo tiempo que aterrorizaba a la población de ciudades
enteras. En efecto, el camión bomba suicida que devastó la embajada
estadounidense y los cuarteles de los marines en Beirut en 1983, superó- al
menos en sentido geopolítico- al fuego combinado de los bombarderos y barcos de
guerra de la Sexta Flota de Estados Unidos y obligó a la administración Reagan a
retirarse de Líbano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El uso sin tregua de los coches bombas de Hizbollah en
Líbano durante los años 80 para oponerse a la avanzada tecnología militar de
Estados Unidos, Francia e Israel, enseguida envalentonó a una docena de otros
grupos para llevar sus insurgencias y jihads internas hasta las metrópolis.
Algunos de los integrantes de las nuevas generaciones de preparadores de coches
bomba se graduaron en escuelas de terroristas puestas en marcha por la CIA y los
servicios de inteligencia pakistaníes (ISI, en sus siglas inglesas), con
financiación saudí, a mediados de los 80 para entrenar a los mujahidines en el
terrorismo contra los rusos que ocupaban entonces Kabul. Entre 1992 y 1998, 16
de los principales atentados con vehículos bomba en 13 ciudades diferentes
mataron a 1.050 personas e hirieron a cerca de 12.000. Aún más importante, desde
un punto de vista geopolítico, fue que el IRA y la Yama’a al-Islamiya
infligieron daños por miles de millones de dólares en los dos centros
principales que controlan la economía mundial- la City de Londres (1992,1993 y
1996) y el sur de Manhattan (1993)- y obligaron a que la industria mundial del
seguro se reorganizara.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el nuevo milenio, 85 años después de aquella primera
masacre de Wall Street, los coches bomba se han convertido casi en algo tan
generalizado a escala mundial como los iPod y el SIDA, abriendo cráteres en las
calles de las ciudades desde Bogotá a Bali. Camiones bomba con suicidas, en otra
época marca distintiva de Hizbollah, han sido introducidos en Sri Lanka,
Chechenia / Rusia, Turquía, Egipto, Kuwait e Indonesia. En cualquier gráfico del
terrorismo urbano, la curva que representa a los coches bomba ha crecido
bruscamente, de forma casi exponencial. El Iraq ocupado por Estados Unidos es un
infierno sin fin con más de 9.000 víctimas- principalmente civiles- atribuidas a
vehículos bomba en el período de los dos años comprendido entre julio de 2003 y
junio de 2005. Desde entonces, la frecuencia de los atentados con coches bomba
ha aumentado dramáticamente: 140 por mes en otoño de 2005, 13 de ellos en Bagdad
sólo el día de año nuevo de 2005. Si las bombas en las carreteras o IED(
Improvised Explosives Devices) son las armas más efectivas contra los vehículos
militares estadounidenses, los coches bomba son el arma elegida para la matanza
de civiles chiíes delante de las mezquitas o mercados y para provocar una guerra
sectaria apocalíptica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ante la amenaza de armas que no se distinguen del tráfico
normal, los aparatos de la Administración y de las finanzas se están recluyendo
en el interior de “anillos de acero” y “zonas verdes” pero el enorme desafío de
los coches bombas parece insuperable. El robo de bombas nucleares, el gas sarin
y el ántrax pueden convertirse en “nuestros peores miedos” pero el coche bomba
es el instrumento cotidiano del terrorismo urbano. Antes de analizar su génesis,
sin embargo, puede resultar útil resumir las características que hicieron del
carro de Buda una formidable, y sin duda, fuente permanente de inseguridad
urbana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Primero, los vehículos bomba son armas que sorprenden
sigilosamente al poder y que tienen una eficacia destructiva. Camiones,
furgonetas o incluso todo-terrenos pueden transportar fácilmente el equivalente
a varias bombas convencionales de 1.000 libras (N.T. unos 500 kg.) hasta la
puerta de un objetivo principal. Además, su potencial destructivo está todavía
en evolución gracias a los continuos pequeños ajustes que llevan a cabo sus
ingeniosos fabricantes. Todavía tendremos que enfrentarnos al horror absoluto de
remolques cargados con explosivos capaces de diseminar sus efectos mortales en
200 yardas a la redonda o de bombas cargadas de los suficientes residuos
nucleares para convertir Wall Street en zona radioactiva durante
generaciones.<BR>Segundo, son extraordinariamente baratos: se puede masacrar a
40 ó 50 personas con un coche robado y unos 400 dólares de fertilizantes y
material electrónico ilegal. Ramzi Yousef, cerebro del atentado del World Trade
Center en 1993, se ha jactado de que su gasto mayor fueron las llamadas
telefónicas de larga distancia. El explosivo, en sí mismo, (media tonelada de
urea) costó 3.615 dólares y el alquiler diario de 59 dólares de una furgoneta
Ryder de diez pies de largo (N.T.: unos tres metros). Por contraste, cada uno de
los misiles de crucero que se han convertido en la forma de respuesta típica
estadounidense a los ataques terroristas en el exterior cuesta 1 millón cien mil
dólares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tercero, los coches bomba son muy sencillos de activar.
Aunque todavía hay quien se niega a creer que Timothy McVeigh y Terry Nichols no
contaron con ayuda secreta de algún oscuro gobierno u organización, dos hombres
por medio de la típica cabina de teléfono- un guarda de seguridad y un granjero-
planearon y ejecutaron con éxito el horrendo atentado de Oklahoma con libros de
instrucciones e información obtenida en el circuito de venta de armas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuarto, de la misma manera que las más “sofisticadas”
bombas aéreas, los coches bomba actúan de forma indiscriminada: los “daños
colaterales” son prácticamente inevitables. Si la lógica de una atentado es la
de matar a inocentes y sembrar el pánico en el círculo más amplio para crear una
“estrategia de tensión” o para desmoralizar a la sociedad, los coches bomba son
el instrumento ideal. Pero de la misma manera resultan efectivos para minar la
credibilidad moral de una causa y provocar el rechazo de sus bases de
apoyo.(...)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Quinto, los coches bomba son extremadamente anónimos y
dejan escasas huellas y pruebas forenses. Buda se marchó tranquilamente a
Italia, dejando a William Burns, a J. Edgar Hoover y al Bureau of Investigation
(más tarde bautizado como FBI) que hicieran el ridículo siguiendo una tras otra
pistas falsas durante una década. La mayoría de los continuadores de Buda han
escapado asimismo a la identificación y la detención. El anonimato, además,
anima enormemente a utilizar coches bomba a quienes les gusta ocultar su autoría
material, entre otros a la CIA, al Mossad israelí, al GSD sirio, al Pasdaran
iraní y al ISI paquistaní, todos ellos autores de grandes masacres con tales
dispositivos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Detonaciones preliminares
(1948-63)</STRONG></DIV><STRONG></STRONG>
<DIV align=justify><BR><EM>“Bombas de relojería de los rojos hacen volar el
centro de Saigón” (Titular del New York Times, 10 de enero de 1952)</EM></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los componentes de la Brigada Stern fueron alumnos
aventajados de la violencia, judíos que se auto proclamaban admiradores de
Mussolini y que se empaparon de las tradiciones terroristas del partido
socialista revolucionario ruso anterior a 1917, del IMRO macedonio y de los
camisas negras italianos. En su calidad de extrema derecha del movimiento
sionista en Palestina- considerados “fascistas” por la Haganah y “terroristas
por los británicos- fueron moral y tácticamente inmunes a las consideraciones de
la diplomacia y de la opinión mundial. Gozaron de una feroz y bien merecida
reputación por la originalidad de sus operaciones y lo sorpresivo de sus
atentados. El 12 de enero de 1947, como parte de su campaña para evitar
cualquier compromiso entre los principales responsables sionistas y el gobierno
británico, hicieron explotar un potente camión bomba en la comisaría central de
policía de Haifa, que produjo 144 víctimas. Tres meses después, repitieron la
misma táctica en Tel Aviv, volando los cuarteles de la policía en Sarona (5
muertos) con un camión robado del servicio postal, lleno de dinamita.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En diciembre de 1947, a raíz de la votación en la ONU
sobre la partición de Palestina, se desataron las hostilidades entre las
comunidades árabe y judía desde Haifa a Gaza. La Brigada Stern que rechazaba
cualquier reparto que no fuera la restauración de la Israel bíblica, procedía a
hacer el debut del camión bomba como arma de terrorismo masivo. El 4 de enero de
1948, dos hombres disfrazados con ropa árabe condujeron un camión aparentemente
repleto de naranjas hasta el centro de Jaffa y lo aparcaron cerca del New Seray
Building, sede del gobierno municipal palestino y de un comedor de beneficencia
para niños pobres. Se entretuvieron para tomar un café en un local cercano antes
de escapar pocos minutos antes de la detonación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“Una ensordecedora explosión” escribe Adam LeBor en su
historia de Jaffa, “sacudió la ciudad. Cristales rotos y trozos de ladrillos
cayeron sobre la Clock Tower Square. El interior del New Seray y las paredes
laterales se derrumbaron en un montón de escombros y hierros retorcidos. Sólo la
fachada neo-clásica se mantuvo en pie. Tras un momento de silencio, comenzaron
los gritos. Murieron 26 personas y hubo centenares de heridos. La mayoría eran
civiles, entre ellos muchos niños de los que comían en el comedor de la
beneficencia”. La bomba no alcanzó a los dirigentes palestinos, que se habían
traslado a otro edificio, pero la atrocidad consiguió aterrorizar a los
residentes y creó las circunstancias para una eventual escapada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Asimismo, provocó a los palestinos para devolver el
golpe. El Arab High Committee disponía de su propia arma secreta: los rubios
desertores británicos que luchaban a su lado. Nueve días después del atentado de
Jaffa, unos de estos desertores, dirigidos por Eddie Brown- ex cabo de la
policía, cuyo hermano había sido asesinado por el Irgún – se apropiaron de un
camión del servicio de correos, lo cargaron con explosivos y lo hicieron
explotar en el barrio judío de Haifa, hiriendo a 50 personas. Dos semanas más
tarde, Brown, con un coche robado y seguido por un camión de cinco toneladas
conducido por un palestino vestido de policía, consiguieron pasar los controles
británicos y de la Haganah y se introdujeron en la parte nueva de Jerusalén. El
conductor aparcó delante del Palestine Post, encendió la mecha y escapó en el
coche de Brown. La sede del periódico quedó devastada y hubo un muerto y 20
heridos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según un cronista del suceso, Abdel Kader el-Husseini,
los líderes militares del Arab Higher Committee quedaron tan impresionados por
el éxito de estas operaciones- inspiradas involuntariamente por la Brigada
Stern- que autorizaron una ambiciosa continuación en la que intervinieron seis
desertores británicos. “En esa ocasión, se utilizaron tres camiones, escoltados
por un vehículo blindado británico robado, con un joven rubio vestido de policía
en la torreta”. De nuevo, el convoy atravesó fácilmente los controles y se
dirigió hacia el Atlantic Hotel en la calle Ben Yehuda. Un curioso vigilante
nocturno fue asesinado al enfrentarse a los terroristas, que huyeron en el
vehículo blindado después de activar los explosivos de los tres camiones. La
detonación fue enorme y las consecuencias graves: 46 muertos y 130
heridos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las facilidades para atentados semejantes- la posibilidad
de pasar de una zona a la otra- se terminaron cuando los palestinos y los judíos
se enzarzaron en una guerra total, pero un atentado final adelantó el brillante
futuro del coche bomba como instrumento para asesinar. El 11 de marzo, se dejó
entrar en el patio del muy vigilado complejo de la Jewish Agency a la limusina
oficial del cónsul general estadounidense, con la bandera de las barras y
estrellas y conducido por su chófer habitual. El conductor, un cristiano
palestino de nombre Abu Yussef, esperaba asesinar al líder sionista David Ben
Gurion, pero la limusina fue movida justo antes de que explotara; sin embargo,
murieron 13 funcionarios de la Jewish Fundation Fund y 40 resultaron
heridos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El breve pero terrible intercambio de coches bomba entre
árabes y judíos se fijaría en la memoria colectiva de su conflicto pero no
alcanzaría el grado máximo hasta que Israel y sus aliados falangistas empezaron
a aterrorizar Beirut occidental con bombas en 1981: una provocación que habría
de despertar al dragón chií dormido. Mientras tanto, la continuación real se
desarrolló en Saigón: una serie de atrocidades con coches y motocicletas bomba
llevadas a cabo en 1952-53- reflejadas en el argumento de la novela de Graham
Greene, El americano impasible (The Quiet American)-, que él describe como
preparadas en secreto por el agente de la CIA, Alden Pyle, quien conspira para
sustituir al Viet -Mingh (a quien se responsabilizaría de las bombas) y a los
franceses (incapaces de garantizar la seguridad pública) por un partido
pro-estadounidense.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la vida real, el americano impasible, fue el experto
en contrainsurgencia, coronel Edward Lansdale (con sus éxitos recientes contra
los campesinos comunistas en Filipinas), y el verdadero dirigente de la “Tercera
Fuerza” fue su protegido, el general Trihn Minh The, de la secta religiosa Cao
Dai. Es indudable, escribe el biógrafo de The, que el general “instigó muchos
atentados terroristas en Saigón, en los que se utilizó cargas de plástico con
temporizadores colocadas en vehículos, o escondidas en los cuadros de
bicicletas. En particular, el Li An Minh (el ejército de The) hizo explotar
coches delante de la Opera House (Teatro de la Ópera) de Saigón en 1952.
Aquellas bombas de relojería, según se ha sabido, llevaban 50 Kg. de metralla,
de la utilizada por las fuerzas aéreas francesas, que no había explotado y los
del Li An Minh habían recogido.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Allen Dulles de la CIA, envió a Lansdale a Saigón unos
meses antes de la atrocidad de la Ópera (inmortalizada de forma terrible en una
fotografía de Life en la que se veía el cadáver de un conductor de rickshaw con
ambas piernas amputadas) atribuida oficialmente a Ho Chi Min. Aunque Lansdale
era bien consciente de que la autoría de estos sofisticados atentados era del
general The (los explosivos estaban ocultos en falsos compartimentos cercanos a
los depósitos de gasolina), sin embargo proclamó al señor de la guerra del Cao
Dai como patriota comparable a Washington y Jefferson. Tras el asesinato de The,
a manos de agentes franceses o de cuadros del Vietminh, Lansdale le elogió ante
los periodistas como “un buen hombre. Era moderado, un excelente general, estaba
con nosotros, y nos costaba treinta y cinco mil dólares.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bien fuera por imitación o por reinvención, los coches
bomba sobresalieron más tarde en otra colonia francesa desgarrada por la guerra:
en Argel durante los últimos días de los pied-noirs o colonos franceses. Algunos
de los amargados oficiales franceses que prestaron servicios en Saigón en los
años 1952-53 se convertirían en cuadros de la Organisation de l’Armé Secrete
(OAS) dirigida por el general Raoul Salan. En abril de 1961, tras el fracaso de
su insurrección contra el presidente francés Charles de Gaulle-que estaba
dispuesto a negociar un acuerdo con los rebeldes argelinos-, la OAS se volvió
hacia el terrorismo- con un auténtico festival de plastique – con toda la
formidable experiencia de sus veteranos paracaidistas y legionarios. Sus
enemigos declarados incluían al mismo De Gaulle, a las fuerzas de seguridad
francesas, a los comunistas, a los pacifistas (entre ellos al filósofo y
activista Jean-Paul Sartre) y en particular a los civiles argelinos. El más
mortífero de sus coches bomba mató a 62 estibadores musulmanes que hacían cola
para trabajar en los muelles de Argel en mayo de 1962, pero sólo sirvió para
afianzar la resolución de los argelinos de echar al mar a todos los pied-
noirs.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El siguiente objetivo del coche bomba fue Palermo, en
Sicilia. Angelo La Barbera, capo de la Mafia del centro de Palermo, no cabe duda
de que había prestado cuidadosa atención a las bombas de Argel e incluso puede
que se sirviera de algunos expertos de la OAS cuando lanzó su devastador
atentado contra su rival de la Mafia, “Little Bird” Greco, en febrero de 1963.
El bastión de Greco era la ciudad de Ciaculli en las afueras de Palermo donde
estaba protegido por un ejército de guardaespaldas. La Barbera superó este
obstáculo con la ayuda del Alfa Romeo Giulietta. “Este elegante cuatro puertas
familiar”, escribe John Dickie en su historia de la Cosa Nostra, “ fue uno de
los símbolos del milagro económico italiano: ‘estilizado, práctico, confortable,
seguro y accesible’, tal como decía la publicidad.” El primero de los Giuletta
cargado con explosivos, destruyó la casa de Greco: el segundo, unas semanas
después, mató a uno de sus principales socios. Los pistoleros de Greco
respondieron, hiriendo en mayo a La Barbera en Milán. Como respuesta, el
ambicioso lugarteniente de La Barbera, Pietro Tortea, y Tommaso Buscetta (que
después se convertiría en el más famoso de los pentiti de la Mafia) colocaron
otros mortíferos Giuliettas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 30 de junio de 1963, “el enésimo Giulietta abarrotado
de TNT” fue abandonado en uno de los campos de mandarinos que rodean Ciaculli.
Una bombona de butano con una mecha estaba claramente visible en el asiento
trasero. Esa misma mañana, otro Giulietta había explotado en un pueblo cercano,
matando a dos personas, así que los carabinieri tomaron precauciones y
solicitaron ayuda de ingenieros militares. “Dos horas más tarde llegaron dos
expertos en explosivos, cortaron la mecha y dijeron que el vehículo ya podía
examinarse. Pero cuando el teniente Mario Malausa inspeccionaba el contenido del
maletero, hizo estallar la enorme cantidad de TNT que contenía. Él y seis
hombres más quedaron convertidos en jirones por la explosión que chamuscó y
desnudó los mandarinos en un radio de centenares de metros.” (El lugar todavía
hoy está señalado con uno de los varios monumentos a las víctimas de las bombas
en la región de Palermo.)</DIV>
<DIV align=justify><BR>Antes de que esta “primera guerra de la Mafia” terminara
en 1964, la población de Sicilia había aprendido a temblar ante la simple vista
de un Giuletta y el coche bomba se había convertido en un instrumento permanente
de la Mafia. Se utilizaron de nuevo durante una segunda, e incluso más
sangrienta, guerra mafiosa o Matanza entre 1981-83, para volverse contra los
funcionarios públicos a principio de los años 90 tras la condena de los
dirigentes de Cosa Nostra en una serie de sensacionales “maxi-juicios”. “ El más
famoso de aquellos coches bomba ciegos de cólera- presumiblemente organizado por
‘Tractor’ Provenzano y su célebre banda corleonesa- fue la explosión en mayor de
1993 que dañó la mundialmente conocida Galería de los Uffizi en el corazón de
Florencia y mató a 5 peatones e hirió a otros 40.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>“El Black Stuff”</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><EM>“Pudimos sentir el temblor bajo nuestros pies.
Después supimos que pasaba algo y escapamos de allí” (Palabras de un veterano
del IRA sobre el primer coche bomba ANFO)</EM></DIV>
<DIV align=justify><BR>La primera generación de coches bomba- Jaffa-Jerusalén,
Saigón, Argel y Palermo- eran suficientemente letales (con un resultado
equivalente por lo general a varias cientos de kilos de TNT) pero exigía el
acceso al robo de explosivos industriales o militares. Los fabricantes de
bombas, sin embargo, eran conscientes de que existía una alternativa casera, muy
peligrosa en su preparación pero que ofrecía casi posibilidades ilimitadas de
destrucción a muy bajo costo. El nitrato de amonio es un fertilizante sintético
asequible en cualquier lugar y un ingrediente industrial con extraordinarias
propiedades explosivas, tal como se comprobó en la catástrofe accidental
producida en la planta química de Oppau en Alemania en 1921- las ondas
expansivas se percibieron a más de 150 km. y sólo quedó un enorme cráter en el
lugar donde había estado la fábrica-; y en un desastre en la ciudad de Texas en
1947 (con 600 muertos y el 90 % de la ciudad dañada en sus estructuras). El
nitrato de amonio se vende por medias toneladas y es asequible para el
terrorista más escaso de dinero, pero el proceso de mezclarlo con fuel oil para
producir un explosivo ANFO es algo más difícil tal como el IRA descubrió a
finales de 1971.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“El (re)descubrimiento del coche bomba fue totalmente
accidental”, explica el periodista Ed Maloney en su Secret History of the IRA,
“pero su desarrollo por el IRA de Belfast no lo fue. La cadena de
acontecimientos se inició a finales de diciembre de 1971, cuando el responsable
general de la intendencia, Jack McCabe, resultó mortalmente herido cuando un
artefacto experimental casero, constituido básicamente por una mezcla con
fertilizante, conocido como black stuff , explotó cuando lo estaba manipulando
con una pala en su garaje en las afueras de la zona norte de Dublín. Los
dirigentes del IRA advirtieron de que era muy peligroso manipular la mezcla,
pero Belfast ya había recibido un envío y alguien tuvo la idea de aprovecharlo
colocándolo en un coche con una mecha y un temporizador y dejándolo en algún
lugar del centro de Belfast.” La deflagración producida causó una gran impresión
en los dirigentes de Belfast.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El “black stuff”- que el IRA pronto aprendió cómo
manipular con seguridad- liberó al ejército clandestino de las dificultades para
obtener suministros por la fuerza: el coche bomba aumentó su capacidad
destructiva al mismo tiempo que reducía las posibilidades de que los voluntarios
fueran detenidos o volaran de forma accidental. El coche bomba combinado de
ANFO, en otras palabras, constituyó una inesperada revolución militar, si bien
cargado de una potencial calamidad política y moral. “El enorme tamaño de los
dispositivos”, subraya Moloney, “ aumentó en gran medida el riesgo de muerte de
civiles en operaciones poco cuidadosas o chapuceras.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Consejo del IRA dirigido por Sean MacStiofain, no
obstante, encontró demasiado atractivas las enormes posibilidades de la nueva
arma como para preocuparse de que sus espantosas consecuencias pudieran volverse
contra ellos. En efecto, los coches bomba reforzaron la ilusión de los
principales dirigentes en 1972 de que el IRA estaba en la ofensiva definitiva
que conduciría a la victoria sobre el gobierno inglés. Por ello, en marzo de
1972, se enviaron dos coches bomba al centro de Belfast seguidos de llamadas
telefónicas de advertencia confusas que llevaron a la policía a evacuar a la
gente en la dirección de una de las explosiones. Cinco civiles resultaron
muertos y dos agentes de las fuerzas de seguridad. A pesar del clamor popular
así como del cierre al tráfico de la zona comercial de la Royal Avenue, el
entusiasmo de las brigadas de Belfast ante la nueva arma no disminuyó y el mando
preparó un enorme atentado para paralizar la vida comercial cotidiana en Irlanda
del Norte. MacStiofani alardeó de que iban a llevar a cabo una ofensiva de “ una
ferocidad extrema y sin tregua” que acabaría con la “infraestructura
colonial.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>El viernes 21 de julio, voluntarios del IRA colocaron 20
coches bomba y explosivos camuflados en la periferia del ahora prohibido al
tráfico centro de la ciudad, con detonaciones programadas para que explotaran en
cadena con un intervalo de cinco minutos. El primer coche bomba lo hizo delante
del Ulster Bank en el norte de Belfast y amputó las piernas de un peatón
católico. Las explosiones sucesivas afectaron a dos estaciones de tren, a la
estación de autobuses Ulster de Oxford Street, a varios cruces ferroviarios y a
una zona residencial de católicos y protestantes en Cavehill Road. “En el punto
álgido de las explosiones, el centro de Belfast parecía una ciudad sometida al
fuego de artillería: nubes de humo asfixiante rodeaban los edificios mientras se
producían una tras otra las explosiones que casi ahogaban los gritos histéricos
de los aterrorizados compradores.” Una serie de avisos telefónicos del IRA sólo
sirvieron para producir un mayor caos, ya que la gente escapaba de una explosión
para toparse con la siguiente. Siete civiles y dos soldados murieron y más de
130 personas resultaron gravemente heridas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque no se produjo un colapso económico, “el viernes
sangriento” fue el comienzo de una campaña extraordinaria “contra las empresas”
que infligió daños significativos en la economía de Irlanda del Norte, en
particular en su capacidad de atraer inversiones privadas y extranjeras. El
terror provocado aquel día obligó también a las autoridades a estrechar el
“cerco de acero” en los alrededores del centro de la ciudad, convirtiéndola en
modelo de futuros enclaves fortificados y “zonas verdes”. Siguiendo la tradición
de sus antecesores, los fenian que iniciaron el terrorismo de la dinamita en los
años 1870, los republicanos irlandeses, una vez más, añadieron nuevas páginas al
manual de la guerrilla urbana. Aficionados extranjeros, en especial en Oriente
Próximo, prestaron mucha atención a las dos innovaciones: la del coche bomba
ANFO y la de su utilización en una campaña prolongada de atentados contra una
economía regional en su totalidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que se comprendió menos fuera de Irlanda, sin embargo,
fue el enorme daño que los coche bomba del IRA inflingieron al propio movimiento
republicano. El viernes sangriento acabó con la imagen popular de un heroico y
desvalido IRA; produjo un profundo rechazo entre los católicos de a pie y dio al
gobierno inglés un inesperado respiro en la condena mundial de la sangrienta
masacre del domingo en Derry y en las detenciones sin juicio. Más aún, dio al
Ejército la excusa perfecta para lanzar la masiva operación Motorman: 13.000
soldados acompañados por tanques Centurian entraron en las zonas “restringidas”
de Derry y Belfast y recuperaron el control de las calles frente al movimiento
republicano. El mismo día, un sangriento y chapucero atentado con coche bomba en
el pueblo de Claudy, perteneciente al condado de Londonderry, mató a 8 personas.
( Los grupos paramilitares protestantes unionistas- que jamás avisaban y de
forma deliberada tomaban como objetivo a civiles- proclamaron que el viernes
sangriento y el atentado de Claudy habían sido represalias por su triple
atentado con coches bomba durante la hora punta del 17 de mayo de 1974, que
produjo 33 muertos, el número más alto de víctimas en un solo día durante el
curso de los “disturbios.” )</DIV>
<DIV align=justify><BR>La debacle de Belfast ocasionó la renovación de los
dirigentes del IRA pero fracasó en acabar con el convencimiento casi ciego en la
capacidad de los coches bomba para cambiar el curso de la batalla. Obligados a
la defensiva por la operación Motorman y las consecuencias negativas del viernes
sangriento, decidieron atentar contra el mismo corazón del imperio británico. La
brigada Belfast planificó el envío a Londres de diez coches bomba a través del
ferry Dublín-Liverpool, sirviéndose de voluntarios de refresco con historiales
limpios, entre los que se encontraban dos jóvenes hermanas, Marion y Dolours
Price. Surgieron problemas y sólo cuatro coches llegaron a Londres: uno de ellos
fue detonado delante del Old Bailey ; otro en el centro de Whitehall , cerca de
la residencia del primer ministro en el número 10 de Downing Street. 180
londinenses resultaron heridos y uno muerto. Aunque los 8 terroristas del IRA
fueron detenidos, en los guetos de Belfast occidental fueron aclamados y la
operación se convirtió en modelo para futuras campañas de atentados del IRA en
Londres, que culminaron en las terribles explosiones que destrozaron la City de
Londres y aterrorizaron a la industria aseguradora mundial durante 1992 y
1993.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La cocina del infierno (los años
1980)</STRONG></DIV><STRONG></STRONG>
<DIV align=justify><BR><EM>“Somos soldados de Dios y ansiamos la muerte. Estamos
dispuestos a convertir Líbano en otro Vietnam” (Comunicado de
Hizbollah)</EM></DIV>
<DIV align=justify><BR>Jamás en la historia una sóla ciudad ha sido el campo de
batalla de tantas ideologías enfrentadas, alianzas sectarias, venganzas locales
o conspiraciones extranjeras e intervenciones, como Beirut a principios de los
años 80. Los conflictos triangulares de Belfast – con tres frentes armados (los
republicanos, los unionistas y los británicos) y sus grupos disidentes- parecen
sencillos en comparación con la complejidad, semejante a la de una matriusca
rusa, de las guerras civiles de Líbano (chiíes contra palestinos, por ejemplo,
maronitas contra musulmanes y drusos), en los conflictos regionales (Israel
contra Siria) y en las guerras por delegación (Irán contra Estados Unidos), en
último término en el marco de la Guerra Fría. En otoño de 1971, por ejemplo,
había 58 grupos armados sólo en Beirut occidental. Con tal cantidad de gente
intentando matarse unos a otros por razones muy diferentes, Beirut se convirtió
para la tecnología de la violencia urbana en lo que una lluvia tropical supone
para el desarrollo de las plantas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los coches bomba empezaron a aterrorizar regularmente al
Beirut occidental de población musulmana en otoño de 1981, al parecer como parte
de una estrategia israelí para expulsar de Líbano a la Organización para la
Liberación de Palestina (OLP). El servicio secreto israelí, Mossad, había
utilizado con anterioridad coches bomba en Beirut para asesinar a líderes
palestinos ( por ejemplo, al novelista Gassan Kanafani en julio de 1972) por lo
que nadie se sorprendió especialmente cuando aparecieron las pruebas de que
Israel estaba patrocinado las masacres. Según el especialista en Oriente
Próximo, Rashid Khalidi, “ Una serie de confesiones públicas de terroristas
detenidos dejaron claro que los coches bomba se estaban utilizando por los
israelíes y sus aliados falangistas, para aumentar la presión sobre la OLP con
el fin de que se marchara.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>El periodista Robert Fisk estaba en Beirut cuando un
“enorme coche bomba produjo en la calle un cráter de 45 pies de profundidad y
derribó un bloque entero de apartamentos. El edifico se vino abajo como una
acordeón, ocasionando la muerte a más de 50 de sus ocupantes, la mayoría de
ellos refugiados chiíes del sur del Líbano.” Varios de los terroristas
capturados confesaron que las bombas habían sido preparadas por el Shin Bet, el
equivalente israelí del FBI, o por la British Special Branch. Pero si semejantes
atrocidades estaban dirigidas a aterrorizar a los musulmanes y a la OLP,
tuvieron la consecuencia no deseada ( como pasó con los bombardeos posteriores
de la fuerza aérea israelí con bombas de racimo sobre barriadas civiles) de
transformar a los chiíes de aliados israelíes informales en enemigos decididos y
astutos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El nuevo rostro de la militancia chií era Hizbollah,
creado a mediados de 1982 gracias a la amalgama del Amal islámico con otros
grupúsculos pro-jomeiníes. Entrenados y aconsejados por el pasdarán iraní en el
valle del Bekaa, eran al mismo tiempo un movimiento de resistencia de los
nativos con raices profundas en los suburbios chiíes del sur de Beirut y el
largo brazo armado de la revolución teocrática iraní. Aunque algunos
especialistas defienden otras teorías alternativas, habitualmente se considera
al Amal islámico /Hizbollah como los autores, con la ayuda de Siria e Irán, de
los devastadores atentados contra las fuerzas francesas y estadounidenses en
Beirut durante el año 1983. La diabólica innovación de Hizbollah fue el unir los
coches bomba ANFO del IRA con los kamikases, sirviéndose de conductores suicidas
para estrellar camiones cargados de explosivos contra bloques de viviendas o
embajadas en Beirut, para después hacerlo contra los puestos de control
israelíes y sus patrullas en el sur de Líbano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estados Unidos y Francia se convirtieron en objetivos de
Hizbollah y sus patronos sirios e iraníes una vez que la Fuerza Multilateral
establecida en Beirut- supuestamente para permitir la evacuación segura de la
OLP de la ciudad- se convirtió, al principio de manera no oficial y con
posterioridad públicamente, en aliada del gobierno maronita en su guerra civil
contra la mayoría musulmana y drusa. La primera represalia contra la política
del presidente Reagan tuvo lugar el 18 de abril de 1983, cuando un camión robado
y cargado con unos 1.000 kilos de explosivos ANFO, de pronto, con un viraje
súbito en medio del tráfico entró en el camino de la fachada oceánica de la
embajada de Estados Unidos en Beirut. El conductor lanzó el camión por delante
de la asustada guardia y lo estrelló contra la puerta del vestíbulo. “Incluso
para lo que ocurre normalmente en Beirut”, escribe el ex agente de la CIA,
Robert Baer, “se produjo un enorme onda expansiva que destrozó las ventanas. El
buque estadounidense Guadalcanal, fondeado a cinco millas de la costa, se
estremeció con las vibraciones. En la zona cero, el centro del edificio de siete
pisos de la embajada voló centenares de metros por el aire, quedó suspendido
durante lo que pareció una eternidad, para desplomarse finalmente convertido en
una nube de escombros, gentes, muebles destrozados y papeles.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Bien sea como resultado de una labor extraordinaria de
información o por casualidad, el atentado coincidió con la visita a la embajada
de Robert Ames, el responsable del servicio nacional de inteligencia de la CIA
para el Próximo Oriente. Le mató (“su mano se encontró flotando a una milla de
la costa, con el anillo de casado en el dedo”) y a otros seis miembros de la
oficina de la CIA en Beirut. “Nunca antes la CIA había perdido a tantos
funcionarios en un único atentado. Fue una tragedia de la que la Agencia nunca
se recuperaría.” Asimismo dejó a los estadounidenses sin fuentes de información
en Beirut, obligándoles a depender de los maltrechos servicios de inteligencia
de la embajada francesa o de la estación de escucha británica en la costa de
Chipre. (Un año después, Hizbollah remató su masacre de la CIA en Beirut cuando
secuestró y ejecutó al nuevo jefe de la oficina, William Buckley). Como
consecuencia, la Agenció no pudo prever la llegada del mayor de todos los
atentados con vehículos bomba.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de la oposición del coronel Gerahty, comandante
de los marines estadounidenses estacionados en el interior de Beirut, el
consejero nacional de seguridad de Ronald Reagan, Robert McFarlane, en el mes de
septiembre ordenó a la Sexta Flota abrir fuego contra las milicias drusas que
estaban atacando a las fuerzas armadas libanesas desde las colinas de los
alrededores de Beirut- metiendo a EE.UU. en el conflicto descaradamente a favor
del reaccionario gobierno de Amin Gemayel. Un mes después, un camión de la
basura Mercedes de cinco toneladas se abalanzaba contra los marines de guardia y
se estrellaba contra la planta baja del “Hotel Beirut”, antigua sede de la OLP y
convertido en cuartel del ejército estadounidense, cercano al aeropuerto
internacional. La carga útil del camión era de unos 5.500 kg. de potentes
explosivos. “Se puede decir que fue la mayor explosión no nuclear jamás
producida, deliberadamente, sobre la tierra.”. “El impacto de la explosión”,
continúa Eric Hammel en su historia de los marines, “en el primer momento hizo
volar la estructura completa de cuatro pisos, arrancando los cimientos de
hormigón de los pilares de apoyo, cada uno de 5 metros de circunferencia,
reforzados por barras de acero de unos cinco centímetros. El edificio propulsado
al aire se desplomó después. Una enorme onda expansiva y una bola de gas
ardiendo se esparció en todas direcciones.” Los marines (y marinos) muertos
fueron 241, la mayor pérdida de estos cuerpos militares en un solo día desde Iwo
Jima en 1945.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mientras tanto, otro kamikase de Hizbollah estrellaba su
furgoneta bomba contra los cuarteles franceses en Beirut occidental, destrozando
totalmente su estructura y matando a 58 soldados. Si el atentado del aeropuerto
fue una represalia contra los estadounidenses por ayudar a Gemayel, este segundo
atentado fue probablemente una respuesta a la decisión francesa de suministrar a
Saddam Hussein aviones supersónicos Etendard y misiles Exocet para atacar a
Irán. Las ambiguas diferencias entre los agravios locales de los chiíes y los
intereses de Teherán se difuminaron cuando dos miembros de Hizbollah se unieron
a 18 chiíes iraquíes para atentar con un camión bomba contra la embajada
estadounidense en Kuwait a mediados de diciembre. La embajada francesa, la torre
de control del aeropuerto, la principal refinería de petróleo y un complejo
residencial para expatriados también fueron objetivos en lo que claramente era
una advertencia contundente para los enemigos de Irán.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras otro camión bomba contra los franceses en Beirut y
nuevos atentados letales contra las avanzadillas de los marines, la Fuerza
Multinacional empezó a retirarse de Líbano en febrero de 1984. Fue la derrota
geopolítica más impactante de Reagan. En la cruda frase del periodista del
Washington Post, Bob Woodward, “En esencia, nos volvemos con el rabo entre las
piernas y abandonamos Líbano.” La potencia estadounidense en Líbano, añadió
Thomas Friedman del New York Times, ha quedado neutralizada con “sólo 12.000
libras de dinamita y un camión robado.”</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify>* Este artículo es un borrador preliminar de un más amplio
estudio- aparecerá el próximo año en Indefensible Space: The Architecture of
National Insecurity State (Routledge, 2007), editado por Michael Sorkin.) </DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><SPAN><STRONG>* * Nota de Correspondencia de Prensa:</STRONG>
Mike Davis, nacido en Fontana (San Diego-California) en 1946. A los 16 años dejó
los estudios para ganarse la vida como obrero de los mataderos. En los años `60
es activista del SDS (Students for a Democratic Society). En 1967 se afilia al
Partido Comunista, pero denuncia la invasión soviética a Checoslovaquia. Y
afirma: “mis héroes son los bolcheviques que fueron asesinados por Stalin”.
</SPAN><SPAN style="FONT-FAMILY: Arial">En los años `70 organiza visitas al <I
style="mso-bidi-font-style: normal">underground </I>de Los Angeles conociendo a
los autores que ligan la memoria de la violencia obrera. Luego de una huelga en
1973, se inscribe en la UCLA (Universidad de California de Los Angeles), con una
beca en historia y economía del sindicato de los trabajadores del
alcantarillado. Publica su primer artículo sobre los sabotajes de la IWW
(Internacional Workers of the World). Luego de algunos años en Londres, pasa a
enseñar Teoría Urbana en la Southen California Institute of
Architecture. </SPAN><SPAN style="FONT-FAMILY: Arial">Entre las numerosas
obras de Mike Davis, se destacan: Ciudad de Cuarzo. Los Angeles, capital del
futuro; Genocidios tropicales. Catástrofes naturales y hambrunas coloniales;
Ecología y miedo; Planeta de ciudades miseria; El monstruo llama a nuestra
puerta (traducida al castellano de M.J. Bertomeu, Ed. Viejo Topo, Barcelona
2006). Su último proyecto es Héroes de Fierro (Heroes of Hell), una historia
mundial del terrorismo revolucionario de 1878 a 1932. <o:p></o:p></SPAN>Este
artículo- un borrador preliminar de un más amplio estudio- aparecerá el próximo
año en Indefensible Space: The Architecture of National Insecurity State
(Routledge, 2007), editado por Michael Sorkin.) <BR>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en
el boletín es de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los
artículos firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de
Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A> </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>