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<DIV align=center><STRONG><FONT color=#800000 size=4><EM>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</EM></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><EM><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 5 de junio 2006 - Redacción:
</FONT></EM></FONT></STRONG><A href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><FONT
color=#000080 size=4><EM>germain@chasque.net</EM></FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Perú</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El candidato socialdemócrata ganó la
segunda vuelta frente a Ollanta Humala</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Alan García y su increíble
retorno</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Después de confirmarse la tendencia que lo hacía
ganador, Alan García prometió al pueblo peruano no repetir los “errores” de su
primer gobierno y convocó a las distintas fuerzas políticas. Aunque ganó con los
votos de la derecha, aseguró que su gobierno será de
“centroizquierda”.<BR><BR>Carlos Noriega, desde Lima</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Página/12, Buenos Aires, 5-6-06</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Alan García, líder del socialdemócrata partido aprista,
volvió ayer al poder en el Perú y celebró a lo grande, con fuegos artificiales y
un discurso de victoria vibrante, ante miles de sus partidarios que llegaron
hasta el viejo local del APRA, en el centro de la capital peruana. Eran poco más
de las ocho de la noche (diez hora argentina) cuando García apareció en el
estrado frente a sus enfervorizados seguidores para celebrar su victoria, que a
esa hora todavía no era oficial pero ya era irreversible. Aunque García había
asegurado que esperaría las cifras oficiales de la Oficina Nacional de Procesos
Electorales (ONPE) para recién entonces pronunciarse sobre los resultados de las
elecciones, decidió salir a celebrar su victoria cuando la ONPE, que en este
proceso se ha caracterizado por su exasperante lentitud, todavía no había dado
sus cifras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A las cuatro de la tarde, cuando se cerraron las mesas
electorales, los sondeos a boca de urna de tres encuestadoras habían adelantado
la victoria del líder aprista por una diferencia que fluctuaba entre los seis y
los diez puntos. Ese resultado desató las celebraciones de los simpatizantes
apristas, aunque sus dirigentes prefirieron mantener la prudencia hasta que se
conocieran resultados más confiables. Esos resultados llegaron poco después de
las siete de la noche con el conteo rápido de Transparencia, una respetada
organización internacional no gubernamental de observación electoral, que le dio
a García 52,4 por ciento contra 47,6 por ciento de Ollanta Humala. En ese
momento la victoria de García pareció irreversible y éste decidió salir a
celebrar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A las 21.30 la ONPE confirmaría su triunfo. Contados el
77,33 por ciento de los votos, García obtuvo el 55,46 por ciento y Humala el
44,54 por ciento. García recibió los primeros resultados electorales en su
residencia, ubicada en uno de los barrios más exclusivos de la capital peruana,
junto a su esposa, la argentina Pilar Nores, y sus cinco hijos. Ya con la
victoria en el bolsillo, salió, a las seis de la tarde, para su local de
campaña, a diez minutos de su casa, donde lo esperaba la plana mayor del partido
aprista. Con ellos esperó la confirmación de su victoria.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuarenta minutos después Humala reconoció su derrota.
“Como nos comprometimos democráticamente, aceptamos los resultados de la ONPE”,
dijo el ex comandante desde su local de campaña, evitando la palabra “derrota”.
Flanqueado por su esposa Nadine y sus principales colaboradores, prometió seguir
adelante con su proyecto político, pero no pudo evitar que su cara denotara una
mezcla de cansancio y tristeza.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con este resultado, García, de 57 años, se convierte por
segunda vez en presidente del Perú. Anteriormente lo fue entre 1985 y 1990 y su
gobierno terminó en medio de acusaciones de corrupción y violaciones a los
derechos humanos, y dejó al país hundido en la hiperinflación y el crecimiento
del terrorismo. Pero a pesar de eso, este político, a quien sus más duros
enemigos reconocen una gran sagacidad y una capacidad oratoria brillante, ha
logrado volver al poder superando los recuerdos de su mal gobierno, cuyo balance
es como para hacer desaparecer de la escena a cualquiera: inflación millonaria,
precios que aumentaron 33 mil veces, asaltos armados a cárceles y una condena
por corrupción evitada gracias un oportuno exilio en París, matanzas en
comunidades campesinas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ante sus seguidores, García, que ganó con los votos de la
derecha, aseguró que haría un gobierno de “izquierda democrática” que “atraiga
inversiones,defienda los derechos laborales y regule las tarifas” y un Estado
“austero y popular”. Prometió “un gobierno amplio y abierto a otras fuerzas
políticas. Ante los resultados electorales, que en el empobrecido y marginado
sur andino le dieron una amplia victoria a Ollanta Humala, García aseguró: “No
habrá un abismo entre mi gobierno y ellos” y les ofreció un plan de desarrollo
para el sur. En su discurso de cuarenta minutos, García prometió “no repetir los
errores del pasado”. “En esta segunda oportunidad moriremos en el esfuerzo de no
fallar y no defraudar”, dijo por su gestión de los años 80 y habló de la
necesidad de hacer “un acto de contrición” sobre esos “errores del
pasado”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El presidente venezolano Hugo Chávez, que apoyó
abiertamente la candidatura de Humala y con quien García se enfrascó en un duro
intercambio de agravios, no podía estar ausente en el discurso de García. “El
(Chávez) creyó que a fuerza de millones e insolencias se podían abrir las
fronteras, pero hemos detenido todo intento de dominación y hemos rescatado
nuestra independencia. Hemos derrotado al militarismo”, exclamó García antes de
terminar un discurso que estuvo lleno de agradecimientos a Dios por su
victoria.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Minutos antes de hablar ante sus seguidores, García se
dirigió a la prensa en su local de campaña, ubicado en el residencial barrio de
San Isidro, ante quienes adelantaría parte de lo que luego diría ante sus
partidarios. Frente a los periodistas también agradeció a Dios “por una elección
democrática y sin incidentes”. Durante las últimas semanas, los apristas, y la
mayor parte de medios de comunicación, se habían encargado de divulgar la
versión que Humala preparaba un levantamiento armado para desconocer los
resultados electorales si le eran desfavorables, lo que finalmente no sucedió.
Fue una declaración de poco más de diez minutos, luego de la cual no aceptó
preguntas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte, Humala no quiso admitir su derrota, pero a
esa hora él ya estaba convencido que había perdido y habló buscando posicionarse
como líder de la oposición. Humala llamó a los partidos de izquierda, a las
organizaciones sociales y a los empresarios nacionales a formar “un gran frente
para iniciar la tarea de transformación del país”. Los principales grupos de
izquierda, sin embargo, no le dieron su apoyo en esta segunda vuelta debido a
los cargos por violaciones a los derechos humanos que pesan en su contra, los
antiguos vínculos de algunos de sus colaboradores con Vladimiro Montesinos, el
encarcelado ex brazo derecho de Alberto Fujimori y por lo que consideran
ambigüedades en su propuesta nacionalista. Humala se negó durante toda la
campaña a definirse como de izquierda, pero ayer buscó colocarse como el líder
de un frente de izquierda. “Hoy comienza la gran transformación”, dijo
entusiasmado y calificó como una gran victoria” el hecho de haber logrado, según
cifras extraoficiales, la mayoría de votos en 15 de los 24 departamentos del
país y el haber recibido un apoyo que va del 60 por ciento al 80 por ciento en
las zonas más pobres de los Andes. Humala ganó en más departamentos, pero perdió
las elecciones porque García triunfó ampliamente en Lima, que concentra a un
tercio del electorado, y en las principales ciudades de la costa, que son las
más pobladas. Humala comenzó ayer a construir su futuro político. Su objetivo es
lograr un alto número de gobiernos regionales en las elecciones de noviembre, lo
que daría una importante fuerza política, además de la que ya tiene en el
Congreso, donde tiene la mayor representación con 45 bancas de las 120 del
Parlamento. Resta ver si luego de la derrota logra mantener la unidad de su
novel agrupación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>García había empezado el día desayunando muy temprano
frente a la prensa en su local de campaña con su esposa y sus cinco hijos. Ahí
aseguró que el voto en su favor “no es un voto por el menos malo, sino un voto
de afirmación por la democracia” y les pidió a los electores que voten “contra
la amenaza del militarismo” en alusión a Humala, quien minutosdespués también
desayunó ante la prensa con su esposa, su hija mayor, de cinco años, y sus
principales colaboradores. También aprovechó para un último intento de ganar
votos: “Que los peruanos vayan a votar reflexionando y sin miedos”, dijo,
tratando despejar los temores sobre un riesgo autoritario que ha despertado su
candidatura.
<HR>
</FONT></DIV>
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