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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR>Año III - 15 de junio 2006 - Redacción: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>América Latina</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3><BR></FONT></STRONG></FONT><FONT
face=Arial><STRONG>Los desafíos al imperialismo <BR><BR>James
D. Cockroft *</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>Rebelión y La Haine</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Más de 25 años de neoliberalismo han producido en
América Latina el debilitamiento de su base industrial local y sus pequeñas
explotaciones agrarias, así como sus oportunidades de empleo. Este genocidio
económico gradual ha generado la humillante pobreza de tres cuartas partes de la
población latinoamericana, una movilidad descendente de unas clases intermedias
cada vez menos relevantes, reacciones desesperadas por parte de los cada vez más
disminuidos sindicatos, y avalanchas de emigración interna y externa. Ha
producido también una nueva ola de movimientos sociales y un giro electoral a la
izquierda. Existen, sin duda, fuertes tendencias contrarias, como por ejemplo
intentos de desestabilizar gobiernos; conspiraciones y movilizaciones
contrarrevolucionarias; mayor represión y terrorismo paramilitar; y una
creciente violencia contra las mujeres, los homosexuales, los transexuales, las
minorías étnicas, la juventud inconformista, los periodistas y los grupos de
derechos humanos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que está en juego en América Latina es, nada menos, la
soberanía nacional y el control de los recursos básicos, como el petróleo, el
gas, el agua, los bajos salarios, la biodiversidad, las escuelas, los
hospitales, el transporte, las pensiones, los bancos y las industrias. Los
movimientos sociales protestan por la privatización de la naturaleza, la
mercantilización de la vida y el pillaje impuesto por la globalización
neoliberal, junto a la impagable e ilegítima deuda externa heredada de las
dictaduras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El desplazamiento electoral desde una derecha neoliberal
pura y dura a un centro neoliberal moderado queda de manifiesto en los triunfos
electorales de Luis Inàcio Lula en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré
Vázquez en Uruguay, Michelle Bachelet en Chile, e incluso de Nicanor Duarte en
Paraguay, defensor inicial del Mercosur, alternativa sudamericana al Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), al que se ha incorporado recientemente
Venezuela. Se esperan cambios electorales similares en las próximas elecciones
en Perú, México, Ecuador, algunos pequeños Estados de la cuenca del Caribe, y
quizás incluso Colombia. Los candidatos se comprometen sistemáticamente a no
aplicar el fundamentalismo del mercado y el Acuerdo de Libre Comercio, aunque
una vez elegidos suelen seguir contribuyendo a mantener con vida el moribundo
modelo económico neoliberal y, en algunos aspectos, reforzándolo. Ello es
debido, en parte, al debilitamiento del Estado en las últimas décadas tras la
aplicación de los programas de privatización, los pactos de libre mercado y el
pago de la deuda externa, todo lo cual ha dejado a los gobiernos en situación de
vulnerabilidad ante lo que puede calificarse de chantaje del capital exterior.
Esta es una de las principales razones por la que los movimientos sociales
tienen en su punto de mira al FMI, el Banco Mundial, el ALCA y la OMC, además de
los imperialismos, tanto el estadounidense como los europeos (España supera a EE
UU en inversiones en América Latina).</DIV>
<DIV align=justify><BR>El espacio correspondiente a un neoliberalismo humano o
al nacionalismo burgués ha desaparecido. Por esta razón, tanto Evo Morales en
Bolivia como Hugo Chávez en Venezuela aunque cooperan con los otros presidentes
recientemente elegidos, rechazan su enfoque de un neoliberalismo moderado, y
proponen en su lugar cambios revolucionarios basados en el apoyo del Estado a
las demandas de los movimientos sociales. Morales invoca un “socialismo
comunitario basado en la reciprocidad y la solidaridad”, mientras que por su
parte Chávez hace hincapié en la necesidad de internacionalizar la revolución y
crear “un nuevo socialismo para el siglo XXI” porque “no hay otro mundo posible
en el seno del capitalismo.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un nuevo y llamativo elemento de los movimientos sociales
de hoy es su creciente resistencia a la cooptación, el creciente número de
participantes desposeídos, y su inventiva táctica. Las tradicionales estructuras
de clase y modos de lucha son apenas reconocibles hoy día debido a la radical
reducción de los programas sociales estatales y al uso de “mano de obra
flexible”, que ha conducido a la desaparición del salario mínimo, la miseria de
las masas, el creciente desempleo e, incluso en el caso de profesionales
capacitados, la precariedad del trabajo y la sobreexplotación. Las líneas
divisorias entre clases y movimientos sociales se han difuminado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para los pueblos indígenas de América Latina, el
neoliberalismo es “únicamente” el último episodio de estos 500 años de
sometimiento al genocidio y práctica de la resistencia. En este sentido, son
conscientes de que algunas realidades históricas, como la continuidad
colonialismo-imperialismo, la destrucción ecológica, la creación y perpetuación
de una deuda impagable como herramienta de dominación de los pueblos, y la
práctica rutinaria de los secuestros, las desapariciones, la tortura y la
violencia contra la mujer.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las mujeres han soportado la mayor carga del sufrimiento
económico bajo el liberalismo, para no hablar de la creciente violencia en su
vida cotidiana. Las protestas por el creciente abuso de las mujeres y el
comercio sexual (que constituye ya un rubro económico mayor que el narcotráfico)
se han convertido en parte integrante no solo de los movimientos feministas,
como la Marcha Mundial de las Mujeres, sino de los movimientos sociales en
general. Los ejemplos de liderazgo femenino van desde las comandantes zapatistas
hasta las piqueteras argentinas y las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo.
Merecen destacarse en particular las mujeres que salieron a la calle en
Venezuela para salvar la vida de Hugo Chávez durante el reinado de dos días de
Pedro Carmona, alias Pedro el Breve, a raíz del golpe militar patrocinado por
Estados Unidos, del 11 de abril de 2002, y los trabajadores bolivianos,
vendedores callejeros y amas de casa de El Alto, que han organizado comités de
defensa y lucha.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El papel de los campesinos y pequeños propietarios
agrícolas, a pesar de la creciente represión, se ha hecho prominente. En la
mayor parte de los casos, el campesinado multiétnico constituye una nueva fuerza
de trabajo barata, flexible y migrante. Tanto si se trata de los cultivadores de
coca andinos como de los trabajadores sin tierra del Movimento dos Trabalhadores
Rurais Sem-Terra (MST, participantes de Vía Campesina, una red de movimientos de
agricultores implantada en 87 países), las masas rurales se han movilizado,
incluso en las ciudades.</DIV>
<DIV align=justify><BR>También ha surgido una nueva militancia sindical opuesta
a las corporaciones transnacionales y a los burócratas sindicales corruptos (los
llamados líderes charros en México). Algunas confederaciones de sindicatos
independientes, como el Frente Auténtico del Trabajo (FAT) o escisiones de
antiguas confederaciones, como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) de
Venezuela y México, florecen por doquier. En Chile, los Colectivos de
Trabajadores han comenzado a llenar el virtual vacío sindical dejado por la
incompleta desaparición de la dictadura terrorista de Pinochet. E igualmente
importante, las luchas de los trabajadores se están internacionalizando,
vinculando campañas como la de los trabajadores de Coca Cola en Guatemala,
Colombia e India, así como las luchas por la sindicación de los trabajadores de
las maquilas de México, América Central y el Caribe. Los trabajadores de América
Latina han ocupado y han hecho de nuevo productivo un número tan alto de
industrias abandonadas por sus propietarios, que a finales de 2005 se reunieron
en Venezuela, en un congreso continental de trabajadores de empresas
recuperadas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cada vez más, aumenta también el reconocimiento por parte
de los pueblos latinoamericanos de la necesidad de establecer alianzas e
internacionalizar sus luchas. Como ejemplos del nuevo internacionalismo, además
de los ya mencionados, tenemos la campaña continental contra el ALCA,
patrocinada por la Alianza Social Continental, y la campaña para la
desmilitarización de América Latina, iniciada por los zapatistas en Chiapas en
2003 y actualmente vinculada a la campaña internacional por el cierre de más de
700 bases militares estadounidenses en 130 países. La Otra Campaña lanzada por
los zapatistas en 2006 tiene también una perspectiva muy
internacionalista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El socialismo suscita un interés creciente en América
Latina. Las encuestas realizadas en Venezuela y Brasil muestran que más de la
mitad de cada una de estas naciones está a favor del socialismo, palabra pocas
veces oída en Chile y México, aunque existe un debate cada vez más intenso sobre
qué clase de socialismo debería perseguirse. Existe ya un proceso de iniciación
de lo que podríamos llamar “Dos, tres, muchos socialismos”, iniciado con la
revolución cubana en 1959. Como escribió el conocido marxista peruano José
Carlos Mariátegui (fallecido en 1930), los latinoamericanos no desean una copia
del socialismo europeo, sino un socialismo basado en su propia realidad, en el
caso de Perú basado en los pueblos indígenas. Así, el socialismo cubano es
específicamente cubano, el de Venezuela se fundamenta en las ideas de Simón
Bolívar, el de Bolivia en las tradiciones indígenas, y la líder indígena
ecuatoriana Blanca Chancoso sugiere “un estado plurinacional y pluricultural que
podamos construir juntos.” Y los zapatistas –que no hablan de socialismo–
propugnan un sistema en el que todo el poder venga de abajo, como practican en
sus Juntas de Buen Gobierno, en Chiapas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los debates en este tema muestran que las diferentes
perspectivas socialistas comparten cuatro características: 1) su fundamento en
los valores humanos: intento de poner fin al patriarcado, el racismo, el
sexismo, la explotación de clase y el genocidio, basándose en los valores del
amor (como en los trabajos del Che y de José Martí), el respeto a los demás y la
justicia social; 2) su organización participativa: lejos de todo autoritarismo
de tipo estalinista, basada en la planificación a diferentes niveles, las
empresas controladas por los trabajadores, y “la política y no el politiqueo”
(en palabras de Fidel Castro), y arraigada en una utilización del Estado y de la
participación popular desde abajo que sustituya a la “partitocracia” o el
“vanguardismo”; 3) su internacionalismo: planificación tanto de los mercados
interiores como de los internacionales y defensa de los pueblos contra el
neoliberalismo y las intervenciones imperialistas, y creación de organizaciones
interestatales de promoción de la paz y los derechos humanos, suprimiendo en
ellas el derecho de veto; y 4) su defensa de la soberanía de los Estados-nación:
defensa de los principios de no intervención, no agresión y autodeterminación,
incluyendo nuevos Estados creados para vincular diferentes pueblos (como en
Bolivia y Venezuela), que aspiren a una verdadera “independencia nacional”
mediante la unificación en un Estado latinoamericano, o en una confederación,
con arreglo a los conceptos de “Nuestra América”, de Martí, y de “La gran
patria”, de Bolívar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un aspecto de la máxima importancia para el futuro de la
humanidad y del planeta será la rapidez con que se produzcan las transiciones de
abandono del capitalismo neoliberal, y la frecuencia de las rupturas con el
capitalismo. En última instancia, pudiera no haber salvación de la humanidad sin
una práctica internacionalista de rápida expansión, práctica que ha recibido una
nueva energía con los recientes acontecimientos en América Latina y con el
movimiento alterglobalizador. El internacionalismo es un proceso de solidaridad
humana y de intercambio de experiencias, en el que se aprende del otro. La
población de lo que Martí llamó “el vientre de la bestia”, es decir de Estados
Unidos, tiene una oportunidad de establecer una crucial diferencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo dependerá de cuánta unidad e internacionalismo
puedan alcanzarse entre los movimientos sociales y los diferentes gobiernos ante
las presiones cada vez mayores del imperialismo. Los debates sobre los
socialismos latinoamericanos, incluso entre los defensores de La Otra Campaña
zapatista, se basan en el principio de establecer Estados de poder popular,
responsables ecológicamente, en los que el pueblo (o, dicho en lenguaje
zapatista, los de abajo) sean los protagonistas, tal como establece la nueva
Constitución de Venezuela. Y todos ellos están de acuerdo en un objetivo
general: liberar a la humanidad, celebrar la vida, honrar a los muertos y salvar
el planeta.<BR></DIV>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* James Cockroft, activista del Foro Social Mundial, doctor y
profesor de la Universidad del Estado de Nueva York, y vicepresidente del
Tribunal Benito Juárez. Ha escrito sobre América Latina, México, los derechos
humanos, las migraciones de trabajadores, el multiculturalismo, Oriente Próximo
y las políticas públicas. Poeta, becario Fullbright y director honorario de
Latin American Perspectives. Sus títulos más recientes son: Latin America;
Mexico's Hope; y Latino Visions: <A
href="http://www.jamescockcroft.com">www.jamescockcroft.com</A>.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
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firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
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