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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 19 de junio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Nicaragua</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El movimiento por el rescate del
sandinismo </STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Una nueva opción de izquierda en
Nicaragua</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Mónica Baltodano *</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Prensa de Frente</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Boletín quincenal Nº 42</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.prensadefrente.org/"><STRONG>http://www.prensadefrente.org/</STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El 5 de noviembre habrá elecciones generales en Nicaragua. El
Frente Sandinista presenta nuevamente a Daniel Ortega como candidato
presidencial, y muchos luchadores latinoamericanos piensan de buena fe que
Daniel Ortega y el FSLN siguen siendo los únicos referentes de la izquierda en
Nicaragua y por tanto, le endosan todo su respaldo, ignorando las dramáticas
mutaciones político-ideológicas experimentadas por el FSLN y por Daniel Ortega
en los últimos años.<BR><BR>El FSLN, una formidable organización revolucionaria,
es hoy víctima del secuestro y control férreo de Daniel Ortega y de un pequeño
grupo de dirigentes sandinistas, convertidos en empresarios a partir de las
propiedades de las que se adueñaron con el reparto de bienes del Estado
realizado tras la derrota electoral del FSLN en 1990. Este grupo dominante no
sólo se apropió de bienes y de capital, también se apropió de las estructuras de
dirección del FSLN, centrando sus objetivos en el control de espacios de poder,
en el fortalecimiento de sus intereses económicos y en las apuestas electorales,
con una visión prebendaria de la política. <BR><BR>Esta transmutación no se
produjo de la noche a la mañana. Ha sido un proceso largo y continuo que
aconteció no sin resistencias al interior del sandinismo, provocando en él
serias fracturas. Hasta hoy, sectores de la militancia de base continúan soñando
con que el FSLN pueda reivindicarse como una fuerza de transformación
comprometida con los excluidos.<BR><BR><STRONG>El proceso de transmutación del
FSLN y de Daniel Ortega</STRONG><BR><BR>La derrota electoral del FSLN en 1990
coincidió con un proceso de reflujo de las ideas y de los procesos
revolucionarios en todo el mundo. En ese contexto, aquella derrota fue asumida
por los dirigentes y militantes sandinistas con variados niveles de comprensión.
A riesgo de simplificarlos, diríamos que para unos significó el aniquilamiento
de las posibilidades de construir una sociedad más justa y el fin de la utopía.
A partir de esa perspectiva, iniciaron un recorrido de "ajustes a la realidad",
camino que desembocó para algunos en claudicación. Para otros, la derrota fue un
revés en el camino de la lucha que, aunque estratégico, no significó el cierre
de las esperanzas, el fin de la utopía o un punto final a las luchas por la
construcción del otro mundo posible, ése que algunos seguimos llamando
socialista.<BR><BR>Después de la derrota del 90, la mayor parte del sandinismo
se propuso resistir el proceso de restauración del régimen oligárquico. Sin
embargo, esta voluntad no fue expresada ni en un programa ni en una estrategia
ni siquiera en tácticas a seguir. El enfrentamiento de las complejas coyunturas
de aquellos años impuso la lógica de priorizar las tareas inmediatas,
postergando la urgente tarea de crear una nueva visión estratégica. Al pasar los
años, los objetivos inicialmente proclamados fueron diluyéndose en la práctica
y, como ha escrito recientemente Humberto Ortega, del "radicalismo" pasamos al
"realismo político".<BR>Las luchas en defensa de la propiedad -las tierras y las
fábricas entregadas apresuradamente a campesinos, trabajadores y
cooperativistas- adquirieron relevancia. Sin embargo, y lamentablemente, esas
luchas sirvieron para encubrir la apropiación indebida de medios y bienes que
hicieron algunos dirigentes sandinistas para su beneficio personal. Esta
"piñata" debilitó la indiscutida fuerza moral y ética que hasta entonces tenía
el sandinismo.<BR><BR>Con la derrota electoral se diluyó también la conducción
colectiva. Y Daniel Ortega -quien se mantuvo a la cabeza del partido- fue
convirtiéndose en el principal y casi único representante del FSLN y en el
negociador de todas las luchas sociales. Por su parte, el movimiento social -que
no estaba en capacidad de representarse a sí mismo, acostumbrado a depender de
la dirección de "la vanguardia", carente de autonomía y personalidad política
propia-, terminó siendo mediatizado por los intereses políticos del núcleo
danielista, ya penetrados por los intereses económicos del emergente "grupo
económico sandinista".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las organizaciones populares, que al inicio hicieron
esfuerzos de resistencia al proceso de contrarrevolución e implantación del
neoliberalismo en el país, terminaron muy pronto sometidas a los imperativos
políticos impuestos por la dirección del FSLN. Así, las luchas de carácter
popular pasaron a ser controladas por intereses políticos y no fueron el
resultado de la dinámica propia de los sectores sociales. En las luchas se
incluyeron demostraciones artificiales de fuerza, que pasaban rápidamente a la
confrontación con métodos violentos, lo que anulaba las posibilidades de
masificar y legitimar la resistencia popular al neoliberalismo. Cada una de
estas confrontaciones violentas concluía con las negociaciones directas de
Ortega con el gobierno de Violeta Chamorro, sustituyéndose así la legitimidad de
la lucha y el liderazgo de sus dirigentes populares por el liderazgo de Ortega y
la priorización de sus particulares intereses. Esta dinámica duró varios años.
1997 marca el punto de agotamiento de las luchas populares: una y otra vez
instrumentalizadas desde arriba, se evidenciaron ineficaces para lograr algún
resultado significativo para los intereses de la gente. <BR><BR><STRONG>Pactos,
componendas y reparto de puestos de poder</STRONG><BR><BR>En el Congreso
Sandinista de 1998, y en un contexto estremecido por las acusaciones de
violación sexual interpuestas por su hijastra Zoilamérica, Daniel Ortega selló
su viraje hacia la derecha dando todo su respaldo a la corriente del FSLN
denominada "Bloque de Empresarios Sandinistas" e incrementando sustantivamente
las cuotas de poder que ya tenían al interior del FSLN. En su alocución de
cierre de aquel Congreso, Ortega, de manera unilateral e inconsulta, anunció su
decisión de deponer la lucha popular para emprender el camino de la transacción
y los pactos, camino que ya había iniciado en 1997 negociando con Arnoldo Alemán
-recién llegado al gobierno- la Ley de la Propiedad Reformada, Urbana y
Rural.<BR><BR>A partir de ese año se inicia un proceso de transacción con este
corrupto gobernante y con su Partido Liberal Constitucionalista (PLC). El
proceso concluyó con un pacto entre las cúpulas políticas del FSLN y del PLC,
que desembocó en una nueva y antidemocrática Ley Electoral y en Reformas a la
Constitución para aumentar los altos cargos del Estado, repartidos por Alemán y
Ortega entre sus allegados. <BR><BR>A partir de entonces se hicieron evidentes
las contradicciones que con la corriente pactista encabezada por Ortega tenían
varios diputados sandinistas en el Parlamento. Víctor Hugo Tinoco y yo misma
cuestionamos firmemente el pacto, pero mientras avanzaba en componendas
prebendarías con Alemán y la derecha, Ortega aplicó la represión interna, las
purgas al estilo estalinista y todo tipo de maniobras para aniquilar cualquier
expresión crítica en el seno del FSLN. A nuestro juicio, lo más grave del pacto
FSLN-PLC fue el compromiso asumido por Ortega de desmovilizar las fuerzas
sociales y neutralizar cualquier lucha popular. Con el pacto, se terminaron
todas las resistencias a las privatizaciones, a las políticas del Fondo
Monetario y del Banco Mundial y a las diversas expresiones de los planes de
ajuste estructural. <BR><BR>El pacto se expresó también, aunque calladamente, en
numerosas negociaciones subterráneas en torno a la propiedad. Con ellas se
incrementó el capital del emergente grupo económico sandinista, integrado
también por ex-dirigentes obreros y campesinos, que ya para entonces
usufructuaban propiedades negociadas en los Acuerdos de Concertación con el
gobierno de Violeta Chamorro y ahora repartidas en el pacto con Alemán. Estas
oscuras negociaciones permitieron también, sin ninguna denuncia u oposición del
FSLN, que Arnoldo Alemán desplegara la corrupción más galopante nunca antes
vista en Nicaragua. Así creció el nuevo grupo económico emergente liderado por
Alemán, el nuevo socio de Daniel Ortega. <BR><BR>Con la exclusión y el
aislamiento de líderes históricos del sandinismo, y con la supresión de la
conducción colectiva, las bases sandinistas, desprovistas de información
adecuada, de educación política y no entrenadas en el debate, huérfanas del
instrumental ideológico para enfrentar las nuevas condiciones nacionales,
terminaron asumiendo como único liderazgo el del Secretario General del FSLN,
Daniel Ortega. Están ahí las causas más inmediatas del caudillismo que hoy él
ostenta.<BR>La lógica de la democracia liberal provocó también una aguda lucha
al interior del FSLN en el afán de ser designados para ocupar los cargos
institucionales mejor remunerados y con más privilegios. Nombrar a los
principales dirigentes de las organizaciones populares en cargos institucionales
se convirtió también en un mecanismo para cooptarlos. <BR><BR><STRONG>El
gobierno pro-yanqui de Enrique Bolaños</STRONG><BR><BR>Este proceso, iniciado
durante el gobierno de Violeta Chamorro, agudizado por el pacto con el PLC
durante el gobierno de Alemán, encontró al FSLN en 2001, cuando llega al
gobierno Enrique Bolaños, en estado de descomposición. <BR><BR>Aunque ganó las
elecciones dentro del PLC -el partido de Alemán-, Bolaños se enfrentó
inmediatamente a Alemán acusándolo por corrupción. Daniel Ortega aprovechó la
situación de inestabilidad que esta decisión creó, y en vez de asumir a fondo la
lucha contra la corrupción, encarnada en Alemán, escogió el camino de "jugar a
tres bandas": pactar con Bolaños o con Alemán según conviniera a sus
intereses.<BR><BR>Todo esto explica por qué, a pesar de las grandes presiones de
las bases sandinistas, y de la población en general, las posiciones de la
dirección del FSLN ante la corrupción de Alemán y de su gobierno fueron
prácticamente inexistentes. No fue hasta que Ortega logró pactar con Bolaños el
control del Parlamento y otras prebendas, que el "danielismo" -hay que llamarlo
así, y no sandinismo- dio sus votos para suspenderle la inmunidad a
Alemán.<BR>No fue hasta entonces que Ortega dio la orden a una jueza sandinista
para que dictara contra Alemán una sentencia condenatoria. <BR><BR>La permanente
intromisión del gobierno de Estados Unidos en el escenario político de
Nicaragua, su odio visceral contra el sandinismo y la actitud sumisa ante el
gobierno Bush del Presidente Bolaños fracturaron el precario equilibrio del
pacto Ortega-Bolaños y favorecieron, con nuevos bríos, el " repacto" Ortega-
Alemán (para entonces, ya condenado a 20 años de "prisión ", que cumple en su
cómoda hacienda personal). Hasta esa prisión-hacienda llegaron innumerables
veces Daniel y sus allegados a reunirse con Alemán, y en la borrachera de su
maridaje ambos firmaron nuevos "acuerdos estratégicos" (¡con un reo condenado a
20 años por robo descarado del erario público!). En enero de 2004, una de esas
reuniones quedó plasmada, como prueba imborrable del contubernio, en una
ignominiosa fotografía que es hoy icono de la traición a los ideales del
sandinismo.<BR><BR>Los compromisos entre Alemán y Ortega van hoy mas allá de lo
que aflora a luz pública: el reparto de todos los puestos públicos importantes,
el reparto de sentencias judiciales -una para vos, otra para mí-, el reparto de
fondos desde la Asamblea Nacional -uno para vos, otro para mí-, el reparto de
leyes, el reparto de jueces y magistraturas Además, esta repartidera la realizan
con un descarado despliegue de poder inmune e impune, como una forma de sembrar
el temor generalizado. Hoy, las decisiones de todas las instituciones del Estado
en Nicaragua penden de manera directa de la voluntad de Alemán o de Ortega.
Ambos caudillos imponen su voluntad al margen de la justicia y de las leyes. La
percepción compartida de la mayoría de los nicaragüenses es que estamos en manos
de dos grupos mafiosos. <BR><BR>A esta trágica situación hay que sumar que
muchos de los actuales dirigentes del FSLN se han "convertido" a grupos
religiosos fundamentalistas y supersticiosos, haciendo de la militancia política
y de la magia religiosa una confusa mezcla, en la que los delitos se transmutan
en pecados y el "amor" se ha vuelto la bandera política del FSLN. Esto ha
coincidido, no de manera casual, con otro pacto, el amarrado entre el Cardenal
Miguel Obando -enemigo frontal de la revolución sandinista y de la iglesia
popular durante los años 80- y la familia Ortega-Murillo (esposa de Ortega y
lideresa de la nueva "espiritualidad"), tras favores de Ortega a Obando,
aprovechando los espacios del FSLN en el Poder Judicial y el Poder Electoral,
hoy presidido por un protegido de Obando, gracias al respaldo de Ortega.
<BR><BR>El viraje del Cardenal comenzó cuando se hizo claro que las raíces de la
corrupción del gobierno Alemán tocaban también a la jerarquía católica y a
instituciones ligadas a ella. Entre los privilegios gozados al amparo de la
corrupción, el más conocido fue la introducción al país, libre de impuestos, de
centenares de vehículos de lujo para allegados del Cardenal, a través de
COPROSA, su ONG. <BR><BR><STRONG>El empobrecimiento de la
mayoría</STRONG><BR><BR>Durante estos años el neoliberalismo ha logrado
desmontar casi todas las transformaciones sociales que hizo la revolución en los
años 80 y ha instalado un capitalismo voraz e inhumano. Se han privatizado los
servicios públicos, se ha entregado nuestra economía a capitales
transnacionales, se ha cedido el territorio nacional en concesiones mineras y
forestales, se impulsa la privatización de la salud y de la educación. Florecen
lujosos comercios, gasolineras, casinos, y para la gran mayoría del pueblo no
queda otro camino que los mal pagados empleos de las maquilas, la emigración a
Costa Rica y a Estados Unidos o la sobrevivencia en la más absoluta pobreza y
falta de oportunidades.<BR><BR>Los líderes oficiales del FSLN no han hecho nada
para enfrentar el despojo hecho al pueblo de los logros revolucionarios y la
cancelación de sus esperanzas en un futuro digno. Peor: también ellos han
participado en ese despojo a través de las instituciones estatales que controlan
y de las empresas que manejan. Sólo les queda la retórica revolucionaria, y la
única "oposición" que practican se orienta a controlar más puestos de
poder.<BR><BR><STRONG>La construcción de una nueva alternativa desde el
sandinismo</STRONG> <BR><BR>A principios del año 2005 un numeroso grupo de
sandinistas inició un movimiento político para postular al entonces saliente
alcalde de Managua, el sandinista Herty Lewites como candidato presidencial del
FSLN.<BR>Correspondía resolver la aspiración de Lewites en elecciones primarias
internas, según lo establecen los Estatutos del FSLN. Sin embargo, la respuesta
de la dirigencia oficial fue la eliminación de las primarias y la proclamación
ilegal y arbitraria de Daniel Ortega como candidato presidencial del FSLN, por
quinta vez y tras tres derrotas consecutivas. <BR><BR>La supresión de las
primarias presidenciales fue acompañada de la expulsión del FSLN, sin que
mediara ningún procedimiento legal, de Lewites y de Victor Hugo Tinoco. Toda
suerte de descalificaciones fueron lanzadas contra Lewites y quienes le
apoyaban: "agentes del imperialismo", "agentes de la derecha ", "enemigos de los
intereses populares". Descalificaciones inconsistentes, pues Lewites había sido
siempre una de las personas de más confianza del propio Daniel hasta que osó
desafiarle en su candidatura presidencial.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tinoco había sido Vicecanciller del gobierno sandinista y
era miembro de la Dirección Nacional del FSLN, aunque desde el comienzo se opuso
al pacto con Alemán. <BR><BR>Estos actos autoritarios y arbitrarios concitaron
un repudio generalizado del sandinismo y contribuyeron a ir aglutinando en torno
a Lewites a sandinistas que durante estos años fueron marginados por Ortega:
Comandantes de la Revolución como Victor Tirado, Henry Ruiz y Luis Carrión,
intelectuales como la escritora Gioconda Belli, el poeta Ernesto Cardenal y el
cantautor Carlos Mejía Godoy, Comandantes Guerrilleros como Mónica Baltodano y
Rene Vivas. Y a un sinnúmero de líderes y militantes de base, que finalmente
organizaron el Movimiento Por el Rescate del Sandinismo (MPRS), una fuerza
política dispuesta a rescatar los valores e ideales sandinistas y a apostar por
un proyecto que transforme integralmente la situación de nuestro
país.<BR><BR>Como objetivo de corto plazo, el MPRS decidió construir una
alternativa electoral para noviembre de 2006. En agosto de 2005 nos aliamos con
el Movimiento Renovador Sandinista, fundado en 1996 por el escritor Sergio
Ramírez y la Comandante Dora Maria Téllez. En mayo, con el Partido Socialista
Nicaragüense, el Partido de Acción Ciudadana y el Partido Verde Ecologista.
Otras alianzas incluyen hoy a movimientos políticos y sociales no partidarios,
como CREA (Cambio, Reflexión Ética y Acción) -que aglutina a miembros de la
Juventud Sandinista y a combatientes de la defensa de la revolución en la década
de los 80-, al Movimiento Autónomo de Mujeres y a asociaciones de víctimas de
plaguicidas (Nemagón). Más recientemente, se sumó el Comandante Guerrillero Hugo
Torres, General retirado del Ejercito Sandinista, reconocido por su
participación en acciones heroicas en la lucha contra la dictadura
somocista.<BR><BR><STRONG>El escenario electoral de noviembre</STRONG><BR><BR>A
las elecciones de noviembre, la derecha concurre con dos fuerzas: el PLC de
Arnoldo Alemán y una nueva agrupación liberal-conservadora, la ALN-PC, que trata
de distanciarse de la corrupción y de los estilos mafiosos de Alemán y del PLC.
La ALN-PC cuenta con el respaldo del gran capital nacional y especialmente, con
el beneplácito del gobierno de Estados Unidos, que ha hecho y seguirá haciendo
lo imposible por unir a ambos grupos. <BR><BR>El escenario electoral
nicaragüense está este año muy lejos de la polarización de contiendas
anteriores, donde los votantes tenían que decidir siempre entre sandinismo y
antisandinismo, pero donde los sandinistas tenían una única representación: el
FSLN y Daniel Ortega como candidato. Este año, la Alianza MRS es la nueva fuerza
política de izquierda, que reclama un cambio profundo para Nicaragua y una
refundación del sandinismo para poder responder a las transformaciones que
requiere nuestro país.<BR><BR>La organización de esta nueva alternativa
electoral sandinista fue urgida por miles de sandinistas opuestos al continuismo
y a la corrupción de Daniel Ortega. Nos negamos a concurrir a las elecciones con
una camisa de fuerza basada en la lógica de que no importa qué hagan los
dirigentes, qué intereses favorezcan o cuán cuestionables sean sus conductas,
porque al final los sandinistas tenemos que "cerrar filas" y votar por los
candidatos que la cúpula "danielista " nos haya impuesto, porque de lo contrario
"sos un traidor pro imperialista ".<BR><BR>Ciertamente, el discurso de Ortega y
sus acercamientos oportunistas a líderes de la izquierda latinoamericana buscan
mostrarlo como un izquierdista radical. Lamentablemente, fuera de Nicaragua se
desconoce la esquizofrenia del FSLN y de sus dirigentes: en la boca un discurso
de izquierda y en la vida una práctica política corrupta y favorecedora del
neoliberalismo y de los intereses de la derecha. <BR><BR>El programa y el
discurso del candidato de la Alianza MRS, Herty Lewites, es un discurso
moderado, no comprometido demagógicamente con cambios para los cuales no existe
aún una correlación favorable en Nicaragua. Lewites se ha proclamado de centro
izquierda y sin duda lo es, pero dentro de las fuerzas que lo acompañan hay
mucha gente que ha luchado y sigue resistiendo resueltamente el modelo imperante
con radicalidad. Hoy, la realidad nicaragüense reclama cambios institucionales y
legales inmediatos y en este objetivo podemos encontrarnos distintos sectores,
aún desde matices y diferencias ideológicas, sabiendo que después de las
elecciones otras luchas están por hacerse.<BR><BR>Herty Lewites es un sandinista
con larga trayectoria en el sandinismo y es un hombre que cuenta con respaldo y
simpatía en amplios sectores del pueblo, más allá del sandinismo, por su
capacidad para hacer cosas a favor de la gente. Es una opción de centro
izquierda. Su candidatura presidencial ha abierto una oportunidad para superar
el pactismo, la corrupción, el desprestigio de la clase política y el
sometimiento de la nación a los intereses de Daniel Ortega y de Arnoldo Alemán.
Después de 15 largos años de neoliberalismo y de corrupción, las fuerzas de
izquierda y las fuerzas progresistas tenemos hoy la oportunidad de empezar a
cambiar las cosas.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Ex comandante guerrillera del FSLN.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify></FONT><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT
color=#000080><EM>La información contenida en el boletín es de fuentes propias,
sitios web, medios periodísticos, redes alternativas, movimientos sociales y
organizaciones políticas de izquierda. Los artículos firmados no comprometen la
posición editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera:
</EM></FONT></STRONG><A href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><FONT
color=#000080><EM>germain@chasque.net</EM></FONT></STRONG></A></DIV>
<HR>
</FONT></BODY></HTML>