<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 25 de junio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Argentina </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>La economía crece pero empeora la
distribución del ingreso </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Paola Visca</FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Tercer Mundo Económico</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Junio 2006, Nº 205</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>A pesar de las recientes altas tasas de crecimiento
económico, la desigualdad no se ha reducido en Argentina. Por el contrario, el
gasto social estatal no se ha recuperado y los ingresos del 10 por ciento más
rico son ahora 30 veces superiores al del 10 por ciento más pobre. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La economía argentina no ha dejado de crecer desde el año
2003. Si bien a fines de 2001 el país sufrió una gravísima crisis económica y
financiera, que se extendió a 2002, el país registró en los años siguientes
tasas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) que sobrepasan el ocho por
ciento anual. Pero a pesar de esta rápida recuperación de muchos indicadores
económicos esa mejora no se ha extendido al plano social, donde la situación
todavía se mantiene rezagada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una primera constatación indica que el gasto social
asignado por el gobierno de Néstor Kirchner es incluso menor al promovido por
los gobiernos anteriores, incluso el de Carlos Menem. En efecto, según el
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina, en 2004 el
gobierno destinó al gasto social poco más de 45.500 millones de pesos (15
millones de dólares), frente a los 56.000 millones que destinara el de Menem en
1994 y a los casi 60.000 millones el de Fernando de la Rua en 2001 (en valores
constantes). Las estimaciones no oficiales para 2005 sostienen que el gasto
social total habría aumentado en este último año hasta alcanzar los 51.000
millones de pesos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una segunda conclusión es que bajo ese crecimiento
espectacular de la economía, la ausencia de un mayor gasto social, junto a otros
factores, terminó desembocando en un empeoramiento en la distribución del
ingreso. Argentina se ha convertido en uno de los países más inequitativos del
continente. La diferencia entre el 10 por ciento de las personas ubicadas en la
franja socio-económica más elevada y el 10 por ciento más pobre se ha ampliado a
más de 30 veces. Esta cifra resulta realmente alarmante, sobretodo comparándola
con los valores que este indicador tenía en la década del 70, cuando esa
diferencia era de sólo ocho veces. Esta brecha no ha dejado de crecer, y en
entre 2004 y 2005 pasó de 28 a las 30 veces actuales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los valores del índice de Gini -un indicador utilizado
para medir el grado de concentración del ingreso en una sociedad- han estado
empeorando en las últimas décadas no sólo en el caso argentino sino en el de
toda América Latina. (Los valores del índice de Gini van de cero a uno, donde
los resultados más altos indican una mayor concentración, es decir una
distribución menos igualitaria.) En América Latina y el Caribe el índice pasó de
poco más de 0,48 en la década del 70 a 0,52 a principios de la década actual. En
lo que respecta a Argentina, los valores para las zonas urbanas han pasado de
0,42 a principios de la década del 90 a 0,47 en 1995 y a 0,53 a fines de 2002
(según la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto de Estadística). Es decir
que en Argentina se observa un retroceso particularmente rápido en la equidad,
especialmente en los últimos años, a pesar de un escenario ventajoso desde el
punto de vista económico.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las recesiones se han caracterizado no sólo por el
aumento de la pobreza, sino también por el mayor deterioro relativo de los
ingresos de los pobres. Tanto la pérdida de ingresos como el aumento de la
desigualdad del ingreso llevan a una distribución menos equitativa.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A fines de 2004, un economista de la Central de
Trabajadores Argentinos (CTA) sostenía que a pesar de la reactivación, los
obreros y empleados no recibían los frutos de ese crecimiento económico. Recordó
que la suma de los ingresos del conjunto de empleados, formales e informales,
desocupados que perciben subsidios y jubilados representaba el 34 por ciento del
PIB en 2001, momentos antes de la crisis. Pero en 2002 la participación bajó a
29 por ciento, en 2003 a 27 por ciento y en 2004 volvió a caer al 25 por ciento.
Se podría argumentar que en épocas de crisis este cociente disminuya, pero una
vez superada y en momentos de bonanza económica, esos números no sólo no
mejoraron sino que ni siquiera se acercaron a los niveles anteriores.<BR>Los
analistas de la CTA consideran que la reactivación económica beneficiaba apenas
a un puñado de empresas. Frente a un incremento de ocho por ciento en la
actividad, las ganancias de las cien empresas más importantes de Argentina
crecieron 47 por ciento. Además, la población sigue sosteniendo buena parte de
la recaudación: en Argentina más del 60 por ciento de la recaudación proviene de
impuestos al consumo mientras es relativamente baja la presión sobre las
ganancias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este contexto de desigualdad se observaron avances al
lograrse una disminución en la pobreza y la indigencia en el último año. Se
estima que esto se debe a aquellas personas de los sectores populares que
cayeron en la pobreza durante la crisis y que lograron revertir su situación
gracias al reciente dinamismo económico, mientras que otros tantos indigentes
pasaran a la categoría de pobres.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La evidencia empírica parece chocar con la idea de
equidad y bienestar que Kirchner pregona en su discurso. Efectivamente, aunque
el actual gobierno congela precios, subsidia servicios y mantiene planes
asistenciales, en los hechos la distribución del ingreso sigue siendo cada vez
más regresiva. Los analistas sostienen que parte de este resultado se debe a que
jubilaciones, salarios de docentes y personal de la salud han perdido poder
adquisitivo, afectando así a un amplio sector de la población.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otra de las causas que estaría afectando la mala
distribución en los últimos años se derivaría de la baja en el porcentaje del
gasto en los rubros de educación, cultura, ciencia y técnica. Las cifras
muestran que en estos ámbitos, el gobierno destinó 28 por ciento menos en 2004
que en 2001. Es cierto que rubros como empleo y seguro de desempleo evidenciaron
un fuerte aumento en el último año, pero también es verdad que si no se refuerza
la educación y la preparación de los trabajadores para la reinserción en el
mercado laboral, ese aumento en el empleo no se va a ver reflejada en mejores
condiciones de ingresos, y esto es lo que conduce a mayores niveles de
inequidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La informalidad constituye otra barrera a la mejora en la
equidad, que a la vez está relacionada con las características educativas de la
población laboral. Las diferencias entre salarios formales e informales es cada
vez más grande, alcanzando en la actualidad un 40 por ciento. Las cifras son una
vez más alarmantes: en el sector privado el 50 por ciento de los trabajadores
están “en negro”, es decir fuera del sistema legal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que en un principio puede parecer una contradicción,
que el aumento en el número de ocupados no debería empeorar las condiciones de
equidad, se explica entonces por la calidad del empleo. Muchos de los empleos
que se generan son en condiciones de informalidad, es decir sin cobertura de
seguridad social y con remuneraciones muy por debajo de las del sector
formal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las cifras anteriores no dejan de ser llamativas. Se
esperaría que con un gobierno que se define como de izquierda la tendencia al
aumento de la desigualdad se revirtiera. Sin embargo esto no sucede. Los
estudios demuestran que la distribución del ingreso no está mejorando en
Argentina, y por lo tanto tampoco mejoran las condiciones de vida de una gran
parte de la población. Las razones pueden ser muchas, y entre ellas están las
que se han comentado previamente donde ha fallado el papel del Estado en
redistribuir activamente parte del ingreso generado en el país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto demuestra una vez más que el crecimiento económico
no es sinónimo de desarrollo ni tampoco es suficiente para lograrlo. Para que el
crecimiento se refleje en mejoras para la sociedad se requieren de medidas
específicas que no pueden reducirse a planes asistenciales puntuales. Es
necesario crear oportunidades diversificadas que permitan lograr una vida digna
asegurando educación, trabajo y salud. Si se espera que el mercado por sí mismo
genere esas oportunidades, sin intervenciones ni incentivos, se seguirá
perdiendo un valioso tiempo para lograr una mejora verdadera en la equidad.
<BR><BR>* Paola Visca es analista de información en D3E (Desarrollo, Economía,
Ecología, Equidad – América Latina): <A
href="http://www.economiasur.com">www.economiasur.com</A>
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify></FONT> </DIV></BODY></HTML>