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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 28 de junio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Estado delincuente, intervención
imperial y palma africana <BR><BR>César Jerez</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><STRONG>Agencia Prensa
Rural</STRONG><BR><BR><BR>La reelección de Uribe Velez equivale a la
legalización del paramilitarismo como estrategia contrainsurgente y como modelo
de desarrollo regional. Se trata de la consolidación de una propuesta de Estado
lumpenesco que legaliza actividades mafiosas y las pone al servicio de
estrategias encubiertas de guerra sucia, como elemento represivo fundamental de
las tendencias igualitarias y emancipatorias. A su vez el regimen representa la
perdidad casi total de la soberanía política, económica y social de nuestro
país.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Pese al obvio apoyo estadounidense a la consolidación del
régimen autoritario actual, poco se ha escrito sobre los intríngulis regionales
que evidencian la relación entre el modelo de desarrollo en las regiones y la
cooperación militar y económica de los Estados Unidos en Colombia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En regiones como el Magdalena Medio la negociación con
los "paras" es apoyada indirectamente por los Estados Unidos mediante la
promoción de la inversión privada en el campo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los proyectos agrícolas de la agencia de cooperación
gringa USAID se ejecutan a través de inversionistas privados, asociaciones de
pequeños productores y de campesinos sin tierra organizados alrededor de un
proyecto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mediante el financimiento de la USAID se promueve la
organización de los campesinos, la asistencia técnica, la implementación de
cultivos y la compra de material vegetal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los inversionistas privados beneficiarios de la agencia
son terratenientes que históricamente han ejercido el poder político usándolo
para beneficiarse, creando políticas públicas que promueven cultivos
agroindustriales como la palma africana, tal es el caso de Murgas, el mayor
palmicultor colombiano, quien fuese ministro de agricultura durante la
administración Pastrana.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte los narcotraficantes y paramilitares, que en
el caso del Magdalena Medio representan un solo sector "productivo", se
organizan en asociaciones y cooperativas de productores para lograr la
legalización y cofinanciación de sus proyectos. Esto no quiere decir que los
pequeños productores que hacen parte de estas cooperativas sean paramilitares,
mas si lo son los grandes accionistas y beneficiarios, reconocidos
narcoparamilitares de la región.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el Magdalena Medio el caso más emblemático de este
modelo de apoyo indirecto de la cooperación gringa al paramilitarismo lo
constituye Cooproagrosur, que ha recibido dineros de la USAID a través de un
operador (ARD) para su proyecto de palma aceitera africana ubicado en Monterrey,
entre los Municipios de San Pablo y Simití, en el sur de Bolívar. Con este
proyecto los "paras" han realizado un proceso de lavado de dolares del
narcotráfico y de otras actividades ilícitas como el robo continuado de gasolina
y de paso han logrado legalizar la tenencia de estas tierras obtenidas bajo
expropiaciones y presiones sobre sus verdaderos propietarios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pese al apoyo indirecto de la USAID a la economía
paramilitar en el Magdalena Medio, es necesario tener claro que el objetivo
central de este modelo de cooperación es introducir la economía capitalista
agrícola en el campo colombiano, algo que la élite económica y política del
país, en su incapacidad política y mental, no ha logrado realizar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desafortunadamente esta modernización de la ruralidad
bajo el modelo gringo no representa bienestar para el campesinado, pues se trata
de financiar la implementación de proyectos agrícolas de rendimiento tardío que
requieren de un considerable capital de cofinanciación. Se promueven los
cultivos de palma africana, cacao, caucho, algunos frutales y la explotación
forestal (por eso el afán de introducir una ley forestal "adecuada"). El papel
del campesino no va más allá de la tradicional mano de obra barata, sin
garantias laborales y sociales. Esta relación precaria entre el capital y el
trabajo rural ya se encuentra plenamente establecida y ensayada en el modelo de
las alianzas productivas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La idea central de USAID es condicionar a los empresarios
para que inviertan en el campo en proyectos previamente priorizados y
focalizados por el Banco Mundial, el Departamento de Estado, la embajada gringa
y la USAID en base a intereses obvios, por ejemplo, bajar el precio de las
materias primas para la industria alimentaria del imperio y diversificar las
fuentes de materias primas como en el caso del cacao. En la actualidad estos
proyectos se financian con dineros de los contribuyentes norteamericanos hasta
con un 15 o 20 % del monto total, antes la contribución era de hasta un
50%.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las agencias operadoras de los proyectos son empresas
constituidas y controladas por los norteamericanos como por ejemplo: FUPAD -
Fundación para el desarrollo, ARD - Asociación para el desarrollo rural,
CHEMONICS, ACDI - VOCA, entre otras.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas operadoras se encargan de ejecutar programas como:
ADAM, MIDAS, CAPP, DLG (Democracia y gobernabilidad local) e IDP. Tanto las
operadoras como los programas tienen como objetivo estratégico fomentar la
inversión de capital privado en el campo para garantizar la producción de
materias primas estatégicas para el sector industrial alimentario de los Estados
Unidos, algo que ya se encuentra claramente concebido en el "acuerdo" alcanzado
en el tratado de libre comercio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los programas de cooperación gringa al desarrollo son
contrainsurgentes en la medida en que complementan la estrategia de intervención
militar en el conflicto (Plan Colombia) en las regiones, buscando la promoción
de una base social y empresarial afecta a la institucionalidad del régimen. A la
vez se da la paulatina captación de ong's y organizaciones sociales a través del
financiamiento de proyectos condicionados. Los inversionistas y los
"cooperantes" presionan la militarización de las regiones allí donde se vea
puesta en riesgo la inversión, tal es el caso del Catatumbo, donde se está
exigiendo la ubicación de una brigada móvil del ejército para proteger los
cultivos de palma africana. Estos programas buscan consolidar las políticas de
los Estados Unidos en el país, encarnadas nitidamente en el actual
gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Curiosamente la mayoría de los nuevos empresarios
beneficiados por los dineros de la cooperación gringa son de origen antioqueño,
"son personajes oscuros", según una de las fuentes de este artículo, y gozan de
buenas y directas relaciones con el gobierno de Uribe.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Uno de los elementos preocupantes que encierra este
modelo de cooperación impuesto por los Estados Unidos es la pérdida de
institucionalidad y de soberanía del Estado colombiano. Los dineros que ejecutan
las operadoras se invierten directamente, esto quiere decir que las
instituciones colombianas no participan ni en la toma de decisiones ni en la
ejecución de los programas. Es decir que las políticas agrarias, la
modernización del campo colombiano y su instrumentalización en lo político,
económico, social y militar obedecen a una estrategia pensada lejos de nuestras
fronteras y de nuestros intereses como pueblo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo parece indicar que la "ayuda" de los Estados Unidos
está circunscrita a dos ejes de intervención territorial militar y
socio-económica. En el mapa "Geographic focus of the USAID/Colombia program for
the period 2006 -2008", elaborado por la USAID, se puede observar que toda la
intervención económica, política y social esta planificada para las regiones
comprendidas desde la cordillera oriental hacia el norte, incluyen los programas
zonas rurales de Putumayo, Nariño, Huila, Cauca, Valle del Cauca, Tolima,
Quindio, Risaralda, Caldas, Chocó, Antioquia, Córdoba, Atlántico, Magdalena, La
Guajira, Cesar, Bolívar, Norte de Santander, Santander y parte de Boyacá. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas son regiones de operación de los bloques Sur,
Central, Occidental, Caribe y Magdalena Medio de las FARC, donde se han
realizado grandes operaciones militares y donde hay una fuerte presencia y
control paramilitar en cascos urbanos. En los lugares que concuerdan con los
corredores que comunican estos bloques guerrilleros citados no se planea ninguna
inversión, así como en los lugares supuestamente liberados de la presencia
guerrillera como Cundinamarca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El segundo eje de intervención estodounidense,
estrictamente militar, lo constituye el sur del país, desde la cordillera
oriental hasta las fronteras con Ecuador, Perú, Brasil y Venezuela, donde se ha
desarrollado en mayor volumen el Plan Colombia y donde se desarrolla actualmente
el Plan Patriota.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La estrategia de intervención de Estados Unidos buscaría
afectar al proyecto guerrillero en el norte mediante la condicionada (por el
abastecimiento de materias primas y el TLC) modernización del campo en sitios
donde la guerrilla estaría, según ellos, debilitada y donde exista una "clase
empresarial" dispuesta a apostarle al modelo. Está estrategia aseguraría la zona
andina, parte de la frontera con Venezuela y las costas pacífica y atlántica,
por donde son exportados los productos, materias primas e hidrocarburos
colombianos. En este escenario es imprescindible la captación de las bases
sociales mediante la generación de empleo precario en cultivos
agroindustriales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte hacia el sur de la cordillera oriental,
territorios de operación de los bloques guerrilleros oriental y sur, la
intervención netamente militar buscaría romper la resistencia de lo que han
llamado el núcleo duro de las FARC, su retaguardia estratégica. La combinación
de las diferentes estrategias en el sur y en el norte tendría como resultado el
hipotético escenario centroamericano de una guerrilla debilitada en una mesa de
negociación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A manera de conclusión podemos afirmar que los niveles de
intervención estadounidense en el conflicto, político social y armado colombiano
son multidimensionales y determinantes. El conflicto se da en un contexto, no
necesariamente nuevo, de creciente lumpenización de la élite económica y
política colombiana por la vía de la legalización narcoparamilitar. La ley de
justicia y paz constituye la consolidación de un modelo de Estado delincuente,
desinstitucionalizado y sin soberanía. La guerra, como prolongación extrema de
la política, desafortunadamente y pese a los entusiastas análisis
postelectorales, será la que determine el futuro de los colombianos, para bien o
para mal.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
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firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
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color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>