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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 3 de julio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Palestina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El operativo
militar israelí "Lluvia de Verano". <BR><BR>Gaza, sin agua, en la oscuridad y
bajo el asedio de cazabombarderos <BR><BR>Las incursiones aéreas israelíes no
cesan. Dejaron sin luz a 700 mil personas. De noche, la ciudad es una cueva,
acosada por el rugido de los aviones.</FONT></STRONG> <BR><BR><BR><STRONG>Telma
Luzzani, enviada especial en Gaza </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Clarín, Buenos Aires,
3-7-06</STRONG> <BR><BR><BR>Una línea rosa marca el atardecer en el
horizonte siempre neblinoso del Mediterráneo. Son las 7 y media y un estruendo
sacude completamente la ciudad. Los vidrios tiemblan y el cielo se llena
súbitamente de pájaros negros que empiezan a dar vueltas sin ton ni son y
graznan enloquecidos. Abajo la gente grita, toca bocina y decenas de chicos se
asoman por las ventanas para ver cómo se alejan los cazabombarderos israelíes.
No arrojan nada. Por ahora es sólo guerra psicológica: vuelan al ras de la
ciudad rompiendo la barrera del sonido para que el rugido llene de terror a los
palestinos. Sorprende cómo hasta el pánico puede volverse cotidiano. Después del
estruendo —que se repitió media hora más tarde y varias veces entre las dos y
las cuatro de la madrugada— la gente mayor sigue caminando como si nada; los
muchachos, con los puños en alto, les gritan insultos y, en algunos balcones,
varones de 9 ó 10 años de edad extienden el brazo como si fuera una metralleta y
simulan derribarlos.<BR><BR>En la frontera norte, los soldados israelíes ven
todos los partidos del mundial, porque desde hace cinco días, están acantonados
con la orden de no moverse (lo que hace pensar que hay negociaciones o que la
invasión por tierra del "Operativo Lluvia de Verano", como bautizaron las
Fuerzas Armadas israelíes el rescate del soldado Gilad Shalit, está preparando
una ofensiva demoledora).<BR><BR>En cambio, las incursiones aéreas y navales no
paran: 40 ataques aéreos en los que lanzaron 1.200 obuses de artillería y otros
cientos desde los barcos que cruzan el Mediterráneo asediaron Gaza en los
últimos días según el diario israelí Maariv.<BR><BR>En la madrugada de ayer, un
misil destruyó la oficina, en el tercer piso, del primer ministro Ismail
Haniyeh. Dos paredes (una que da a la calle y otra interna) tienen un boquete
casi redondo de tres metros de diámetro. Volaron puertas, muebles, cuadros,
papeles. Todo es un caos de astillas, vidrios, cables y mampostería, casi hasta
la planta baja. En todo el edificio no quedó un vidrio sano, sólo el de un
cuadro con el retrato de Arafat.<BR><BR>"Esperábamos los ataques", dijo a Clarín
el vocero del primer ministro, Ghazi Hamad, quien ocupa la oficina vecina a la
destruida por el misil israelí. "Pero no vamos a rendirnos, al contrario, esto
nos desafía aún más".<BR><BR>La oficina es amplia y despojada. Hamad, como todos
los ultraislámicos, no da la mano a las mujeres, usa barba espesa y se viste con
camisa blanca sin corbata y traje negro. Su secretario, el teléfono y el celular
lo interrumpen permanentemente.<BR><BR>—¿La mediación de Egipto sigue o están
interrumpidas las negociaciones?<BR><BR>—La situación está complicada. Hay
algunas conversaciones pero hace falta todavía mucho tiempo. La promesa israelí
de que en un futuro liberaría a varios de nuestros prisioneros no nos convence.
No le creemos a Israel.<BR><BR>—¿Y tampoco le cree al presidente egipcio Hosni
Mubarak?<BR><BR>—En él sí, pero no en Israel. Ellos han quebrado acuerdos que
tenían con los palestinos, con los egipcios, con los estadounidenses. No son
confiables.<BR><BR>El Plan Mubarak presentado hace 48 horas incluye la
liberación del soldado israelí a cambio del retiro de tropas y el fin de los
bombardeos. Es decir, volver al punto cero. Pero Hamas recibiría garantías del
presidente egipcio de que en "un futuro cercano" Israel liberaría prisioneros
palestinos (algo que no es la primera vez que sucede en el tira y afloje
palestino israelí. Generalmente se trata de presos cuya condena está a punto de
terminar). <BR><BR>El gobierno palestino de Hamas pidió a cambio del soldado la
liberación de mil palestinos, entre ellos todas las mujeres y los menores de 18
años que están presos en cárceles de Israel.<BR><BR>La tensión mientras tanto
aumenta. En Gaza hay cerca de una docena de radios locales que captan ondas
israelíes e informan a la población si se acercan helicópteros artillados o
aviones. Piden también racionar la luz y el agua ya que por el bombardeo israelí
que destruyó hace tres días una central hidroeléctrica hay 700.000 personas sin
agua.<BR><BR>La falta de electricidad es un peso también para los casi 600
periodistas que han llegado a aquí desde los rincones más increíbles del
planeta. Aunque la mayoría de los hoteles usa generadores de energía, Internet,
aire acondicionado e incluso el agua y la luz faltan varias horas por día.
<BR><BR>A la noche, Gaza se convierte en una gran cueva oscura de siluetas
superpuestas. Pero no hay miedo, ni asaltos, ni saqueos, ni violencia. Sólo el
barrio comercial, con las luces de los autos y de algunos negocios con generador
eléctrico, tiene un aspecto menos lúgubre. <BR><BR>El negocios de souvenires de
Tareq Abu Dayyeh está apenas iluminado con un sol de noche.<BR><BR>"No es sólo
mi problema, es el de un millón y medio de palestinos", dijo Tareq a Clarín
quien, como todos los palestinos tienen la palabra sufrimiento siempre en los
labios. "Pienso en los que están graves en los hospitales o necesitan diálisis y
pueden morir por falta de electricidad". Entonces saca una taza que dice "Che
Guevara palestino" y explica: "Los palestinos nos identificamos con él porque
también como nosotros sufrió y peleó toda la vida".<BR><BR>Los más complicados
son los negocios de alimentos. "Si no hay solución antes del viernes, cierro",
dijo a Clarín Bassam dueño de la pastelerías más conocidas de la ciudad, ahora
alumbrada con velas y con las 8 heladeras fuera de servicio. "Además la gente no
compra nada, no cobra los sueldos y no tiene con qué". Cerca de las once, se
apagan las luces de los últimos negocios y la ciudad es pura oscuridad.
<HR>
</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><EM><FONT color=#000080>La
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editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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