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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 9 de julio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain@chasque.net"><EM><STRONG><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Venezuela </FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a Roland
Denis</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>¿Revolución
dentro de la revolución?</FONT></STRONG> <BR><BR><STRONG></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Aeroproletaria, La Haine y
Prensa de Frente</STRONG><BR><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Roland Denis es un
intelectual-militante venezolano y miembro del Proyecto Nuestra
América–Movimiento 13 de Abril (PNA-M13A), corriente político-social del campo
popular venezolano que apoya el proceso institucional de la gestión del
presidente Hugo Chávez pero se mantiene independiente de los partidos de
gobierno. Fue también Viceministro de Planificación y
Desarrollo</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>El PNA-M13A está compuesto por diferentes movimientos
sociales -campesinos, indígenas, obreros, medios alternativos y educadores- que,
de cara a las próximas elecciones presidenciales a fin de este año, plantean
construir otra campaña: “Por todas nuestras luchas”, buscando radicalizar el
proceso social revolucionario abierto en la “Venezuela bolivariana”.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- En entrevista con Raúl Zelik comentabas que las
actuales subjetividades políticas venezolanas no tienen nada en común con los
actores políticos clásicos de las sociedades occidentales. ¿Quiénes son esos
nuevos actores? ¿En qué momento histórico surgen?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Cuando en los años ´60 comienzan a formarse los grupos
de insurgencia, éstos incorporan políticamente a sectores que siempre estuvieron
ausentes de lo que fue la participación política formal. Ese fue un movimiento
que, en términos masivo, fue muy escaso; sin embargo comenzó a gestar una
cultura política de autoorganización y de radicalización de la lucha popular con
programas de liberación, incluso con un lenguaje socialista. Esto creo una
cultura radical muy importante que jugó un papel movilizador en los 70 y 80, con
la decadencia de los movimientos armados, dejó la semilla básica para que esos
movimientos se transformaran en movimientos urbanos, ya muchos más masivos:
movimientos estudiantiles, algunos movimientos campesinos y obreros que se
convirtieron en agentes muy fuerte de rebelión y subversión social en el
país.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ese es el movimiento que se gesta al final de los años 80
y que hace, a principios de los años 90, un empate con la insurgencia militar
que lideriza Hugo Chávez con el intento de golpe en el 92. Allí es donde se
empezaron a forjar las bases ideológicas, programáticas y las fórmulas básicas
de lo que hoy llamamos “democracia participativa y protagónica”. A esos
movimientos les debemos, en primer lugar, todo lo que es el ideario libertario,
horizontalista y participativo, radicalmente democrático que inspira la
revolución bolivariana, más allá de sus actores políticos; y en segundo lugar,
el haber dado un piso social a esa insurgencia, que luego fue lideralizada por
un militar. Esas dos fuentes fundamentales se crearon para poder avanzar hacia
un Estado distinto, que es lo que comienza a gestarse a partir del triunfo de
Hugo Chávez, de la Asamblea Constituyente y del desarrollo de los movimientos
masivos: los comités de tierra urbanos y rurales, los círculos bolivarianos y
las diferentes formas de manifestación que se han ido gestando en la medida de
que el proceso iba avanzando.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces, aquí hubo una ruptura con las clásicas visiones
sobre las cuales el agente político se constituye, ya sea de la izquierda o de
la derecha. Ambos han sido forjados desde una racionalidad cerrada,
ideológicamente muy dogmática y escolástica. En cambio, ahora estamos hablando
de movimientos de reivindicación radical y de una movilidad social muy
profunda.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Podés diagramarnos una cartografía de estos
movimientos?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Podríamos dividirlos en dos grandes franjas. Hay lo que
yo llamo “movimiento popular administrado” que es un movimiento que se genera
directamente de la propia influencia del gobierno a través de las políticas
sociales; al haber políticas sociales masivas como son las Misiones, éstas
generan fórmulas de organización que desde su misma constitución quedan anexadas
a una dinámica de interacción directa con el Estado y de dependencia del Estado.
Eso es un movimiento que es muy administrado desde “arriba”, desde las
direcciones de Estado. Y por otro lado, hay un movimiento que también ha surgido
de ahí mismo; una especie de híbrido entre lo que fue la vieja resistencia
popular -que fue la matriz de todo esto- y los nuevos movimientos y las nuevas
fórmulas de organización creadas desde “arriba” pero que crean un híbrido, ya
sea en el movimiento campesino, obrero o popular, cultural, de comunicación
alternativa. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En fin, de una cantidad de franjas y subdivisiones de esa
movilidad popular que ha venido forjando un movimiento mucho más consciente de
su propia dialéctica interna, de la propia conflictividad que va generando
contra los intereses burocráticos que siempre tienen una tendencia a instalarse
como grandes controladores del proceso social y, a su vez, como grandes
aprovechadores de la política que crea la gente en su práctica diaria, en su
capacidad organizativa, en su afán de liberación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso va creando conflictos y reflexiones que, poco a poco,
se van distanciando de esa dinámica administrativa del Estado y van surgiendo
franjas que van apareciendo dentro de un mapa sumamente caótico. Son burbujas de
organización local, regional y hasta nacional que comienzan a constituir un
sujeto político mucho más radicalizado, muchísimo más consciente de sus
objetivos históricos y tendiente a romper lazos con esa administración; sin
embargo ese es un proceso que todavía está en pleno tránsito, ahí no hay nada
definido todavía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay muchísimo debate y la figura de Chávez por supuesto
es una figura inspiradora, pero al mismo tiempo de contención. Chávez juega, al
mismo tiempo, el buen y el mal papel porque inspira la movilidad de estos
movimientos, su capacidad organizativa de autogobierno, su horizonte libertario
socialista, pero los contiene porque es, al mismo tiempo, una figura de
Estado.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- En otra parte de la entrevista decías que
Chávez logra cohesionar a los movimientos dispersos y difusos. Ahora bien, esta
construcción de líder en la figura de Chávez como símbolo condensador del
proceso revolucionario bolivariano, ¿no se presenta como un peligro para
aquellos movimientos sociales que lo desbordan, a la vez que lo anteceden y que
buscan el autogobierno? Desde los movimientos más autónomos, en términos de
estrategia comunicativa, ¿Cómo se piensa esta relación mítica con la figura de
Chávez?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Los caudillos siempre son un problema. Todo gran jefe
es un problema. A la vez que induce e influye, al mismo tiempo bloquea. Chávez
no es simplemente un receptorio de esperanzas o la palabra de un pueblo, es
también su palabra y sus palabras son su esfera de intereses de la que él
directamente se hace eco. Y no son precisamente los mismo intereses y las mismas
esperanzas que se están moviendo en la calle. Por eso también empiezan a existir
niveles de confrontación con la política central del gobierno. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos casos concretos son el caso del carbón, de la
minería, de las tierras, del manejo del crédito, del modelo de desarrollo
agrícola. En el caso concreto del carbón implica la expropiación de tierras a
comunidades indígenas ancestrales; en el caso de la minería es la exclusión de
la producción de la pequeña minería tradicional y sustituirla por la gran
minería trasnacional. Con el tema del reparto de tierras a campesinos se
presenta el problema de la dependencia de la agroindustria capitalista, cuáles
son los mecanismos de crédito, de dónde voy a sacar la semilla, etc. La
agricultura es todo un mundo muy complejo que cuando se pretende sacarla del
circuito capitalista empiezan a sucederse una cantidad de conflictos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Igualmente pasa con el modelo de empresas recuperadas
donde el Estado quiere imponer un modelo co-gestionario que no es más que una
privatización colectiva de la empresa. Es decir, darle a la cooperativa unas
acciones y el Estado se queda con la mayoría de las acciones. Ese es un sistema
de conciliación entre el esquema privado y el esquema cooperativo. Entonces,
allí el modelo co-gestionario es muy ambiguo. Esto ya es una gran debate que
empezó a confrontar con los lineamientos del gobierno y los lineamientos de
Chávez. Pero sobre eso los propios movimientos sociales tienen que aclararse y
ver cuáles son sus propios horizontes.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- También comentabas que en los ´90 varias
corrientes movimientistas venezolanas empezaron a pensar más en la construcción
de “campos de hegemonía” que en las formas clásicas de organizaciones política.
¿A qué te referís con el concepto “campos de hegemonía”?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- En el caso nuestro que constituimos una corriente que
conjugó –creo yo- un papel muy importante en la articulación y la construcción
de un discurso propio de los movimientos populares, utilizamos mucho el concepto
de “hegemonía” de Antonio Gramsci; éste hace referencia al combate de las ideas
en espacios prácticos concretos: en la cultura, en la educación, en la
comunicación, en la creación de conocimiento, en las dinámicas escolares, que
van contraponiendo prácticas alternativas totalmente distintas y radicalmente
contrarias con las dinámicas propiamente “microfísicas” del poder que no
solamente son el Estado y la sociedad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Eso es lo que llamamos creación de nuevos campos de
hegemonía donde hegemonizan nuevos valores, nuevas ideas, nuevas referencias;
donde las prácticas comienzan a ser radicalmente distintas a lo que es la
estructura práctica y teórica del ideario jerárquico del capitalismo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Qué experiencias concretas de campos de
hegemonía se han desplegado a lo largo de estos años?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- En los años 90 se generaron, desde el núcleo de los
movimientos populares de barrio, formas de autogobierno de las aguas, de la luz,
de la tierra. De estas formas de autogobierno internas se genera el proceso por
la Constituyente que generó normativas extra-sistemas o alternativas al sistema
de leyes con el fin de generar alternativas comunitarias distintas. Estamos
hablando de movimientos cimarrones -negros-, movimientos ecuménicos
-religiosos-, movimientos artesanales, movimientos indígenas, movimientos de
investigación-acción -en el campo universitario-, movimientos pedagógicos de
educación popular y también de cuestionamiento al aula. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Todos estos movimientos forjaron en sus propios campos
valores y referentes de la práctica complemente antagónicas a la lógica del
capital. Esto, por supuesto, nunca fue mayoritario; se trata siempre de
movimientos minoritarios y reducidos a prácticas muy particulares que,
simplemente, lo que ha pasado con el gobierno de Chávez es que se han ampliado,
han logrado mayor campo de hegemonía, de interacción, una fuerza mayor, un poder
político superior; aunque todavía siguen siendo prácticas minoritarias.
<BR>Chávez ha intentado hacerse hermano de esa construcción, acompañarla en el
discurso y en la práctica. Y en la práctica estamos hablando de programas de
gobierno. Por ejemplo, las Misiones en sus inicios -luego se institucionalicen
muchísimo- tenían explícitamente una intención de forjar un campo de poder de
estado anti-estado, anti-burocrático. Es decir, que la gestión de gobierno esté
en manos de los movimientos populares; que la gestión salga del campo
burocrático y se ubique en la dinámica organizativa de las comunidades.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Se ha dado alguna experiencia de autogestión
de los recursos -económicos y humanos-?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Ahorita se dio un paso importante en lo que son los
“consejos comunales”; es todavía parcial pero los “consejos comunales” son ya
formas de autogobierno que son ley para el Estado y el Estado está obligado a
descentralizar recursos y ubicarlos directamente en manos de estos “consejos
comunales”.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Es decir que los recursos los manejan
directamente los vecinos organizados a través de los consejos comunales. ¿Este
tipo de proyectos de descentralización en la toma de decisiones tiene algún tipo
de relación con el modelo de presupuesto participativo aplicado por el PT en
Porto Alegre, Brasil?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- No. Esto va mucho mas allá. El presupuesto
participativo simplemente es la participación en la discusión de lo que va a
hacer la gestión del presupuesto local. Aquí estamos hablando de una apropiación
de los recursos de estado por parte de los movimientos populares. Eso todavía es
un campo muy pequeño. Hay franjas más vastas, la infraestructura, la vivienda,
la salud, la educación, las industrias. Estamos hablando de lo que son los
planes de desarrollo como tal; y para nada está claro qué modelo de desarrollo
se quiere. Aquí sigue imperando un desarrollismo muy clásico, e incluso una
penetración imperialista muy fuerte, que ha venido apropiándose de espacios
territoriales muy importantes sobre todo en el sur de Venezuela.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Concretamente, en esa zona sigue habiendo empresas
trasnacionales que manejan la extracción de metales y piedras preciosas. La
minería en oro, diamante, carbón, y ahora con los nuevos contratos petroleros
donde hay una participación muy importante de las empresas privadas que se
anexan al centro de la producción estatal de PDVSA. En definitiva, una como la
otra manejan una lógica capitalista de acumulación. Aquí no se ha creado ningún
paraíso. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Y esto tampoco es la vía segura para la conquista de la
nueva sociedad. Estamos simplemente viviendo una radicalización de la
experiencia y una extensión de los campos hegemónicos de influencia. Eso da a
contrapelo una radicalización y polarización de la sociedad también. En términos
políticos se ve en la calle. Ya la derecha e izquierda no es una pelea entre
partidos, es una verdadera lucha de clases en donde las clases empiezan a elevar
sus propios valores y poner en el tape –más allá de si estoy de acuerdo con tal
líder o tal partido- valores y modelos de vida y de sociedad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces estamos hablando de una verdadera confrontación
cultural civilizatoria que empieza a tener un terreno real cuando los
trabajadores y las comunidades empiezan a pedir autogobierno de las aguas, de
los sistemas de salud, de la socialización de las tierras y de las industrias y
de la administración directa de esos espacios sociales. Por otro lado, se está
hablando de la construcción de una identidad totalmente distinta a la que ha
venido forjándose por años de colonización sobre estas tierras; evidentemente
estamos hablando de una pelea que va más allá de las alternativas políticas o de
campos de derecha o izquierda clásicos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estamos hablando verdaderamente de una pelea
civilizatoria, que llevará años para que ella se desarrolle realmente; y la
pelea política que está instalada dentro de lo que es la cotidianeidad de la
confrontación, eso seguirá teniendo mucha fuerza. El papel de los medios de
comunicación por ejemplo, el movimiento popular ya empieza a cuestionar no
solamente los medios de comunicación privados sino también a los medios de
comunicación públicos. Porque los medios de comunicación públicos son también
una especie de monopolio discursivo, a favor de cierto discurso oficialista que
a su vez invisibiliza toda una cantidad de realidades y toda una cantidad de
esperanzas que no son administradas directamente por lo que es la estructura
burocrática de estado.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-Lo que me resulta interesante de la experiencia
venezolana es el surgimiento de los medios comunitarios que, trabajando sobre lo
local, se están articulando en red a nivel nacional. De esta forma, los medios
locales y barriales comunican una gama amplia y múltiple de sujetos y realidades
sociales que no son aprensibles desde la lógica centralizada, jerárquica y
homogeneizante de los medios masivos de comunicación. Además, los medios
comunitarios no sólo hablan sobre las diferentes realidades, sino que son las
diferentes realidades que hablen por sí misma, ya que son las propias
comunidades barriales las que producen sus propios medios de expresión y
comunicación: radios, boletines, prensas, páginas web y, recientemente, los
equipos de video comunitario y las emergentes televisoras
comunitarias.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Si, aunque esto también tiene sus límites porque los
propios medios comunitarios tienden a reproducir el esquema de los medios
públicos de estado: en la información que dan, en el tipo de entrevistas que
hacen, etc. porque todavía falta muchísima experiencia. Hay un aprendizaje
colectivo que tiene que desarrollarse. Esto no es un problema de programas, ni
de grandes manifiestos. Hay un aprendizaje colectivo que es muy lento porque el
ritmo de éste aprendizaje es lento, sobre todo en un proceso donde están
enteritas todas las estructuras de dominio tradicional, tanto las estructuras
culturales, económicas como las políticas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estamos hablando de una sociedad que está dominada por la
dinámica del capital como tal. Eso hace que el aprendizaje colectivo de todas
las alternativas a esa dinámica del capital sea muy lento y que trae además,
todo el problema del saboteo, del bloqueo e incluso de la represión que generan
las estructuras de estado, que -aunque reivindican el discurso democrático
radical- a la hora de establecer las relaciones de poder como tal, reproducen de
la manera más perversa todas las fórmulas jerárquicas y autoritarias del poder,
además de que es una sociedad corrompida por esto, ya que esta sociedad no
produce riqueza, produce dinero. Esta es una sociedad de extracción donde el
Estado vive, básicamente, de la renta petrolera y, a su vez, hay una empresa
privada que vive indirectamente de esa renta petrolera; entonces eso hace que el
circulante de dinero penetre todo, en todo momento, tratando de neutralizar todo
el conflicto de clases, ya que estamos hablando de un esquema de acumulación
privado. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estamos entrampados. Esto tiene que pasar a nuevas etapas
donde ese conflicto de Estado pueda ser superado, y realmente podamos pasar a
una lucha más clara: o sea, la reapropiación del campo de la ciudad, de la
industria, de las instituciones, de las aguas, de los recursos naturales, y
empezar a hablar de nuevos modelos de construcción de sociedad como tal; ni
siquiera de desarrollo en los términos clásicos. Esto a su vez no se podrá hacer
nunca sin la coexistencia de un movimiento “Nuestro Americano”, como lo llamamos
nosotros, de nuestra América popular, masivo y que acompañe ese proceso y que de
alguna manera haga lo suyo en sus propios territorios. Por lo tanto el control
territorial se hace una pauta clave de construcción política. Es decir, la
construcción política aquí no se hace sobre el discurso, sobre los manifiestos,
sobre los papeles. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La construcción política se hace en territorios reales
donde los códigos ya no son discursivos, donde los códigos a veces son hasta
gestuales. Es decir es muy complejo. Los lenguajes ya no son la letra y la
palabra simplemente. Hay una cantidad de otros códigos que entran a jugar un
papel muy importante.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Es claro que Venezuela está en un situación
internacional muy favorable por ser el quinto exportador de petróleo en el mundo
y el segundo en importar a Estados Unidos. Pero el paradigma con que se piensa
la economía del proceso revolucionario bolivariano no dista de ser una economía
capitalista, en este caso de Estado. Entonces, ¿cuál es el modelo de economía
que el gobierno de Chávez está impulsando?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- En el gobierno hay una lucha de tendencias y de
corrientes muy fuerte. Hay una tendencia muy conservadora que algunos compañeros
llaman “chavismo sin Chávez”, pero ahora más correctamente lo llaman “chavismo
sin socialismo”; o sea es un chavismo utilizando el influjo caudillista, el
mesianismo del líder, pero simplemente para construir un nuevo aparato, una
nueva élite política que dirija el país, con una fórmula muy clásica
capitalista, quizás más nacionalista con una importancia de grandes empresas de
estado y menos anexada a los modelos clásicos neoliberales.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Observé en mi estadía por Venezuela la creación
de nuevas empresas desde el estado para ser co-gestionadas con los
trabajadores.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Sí. El Estado se está convirtiendo en un aparato
capitalista colectivo.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Aquellos movimientos sociales que buscan
superar estas relaciones de acumulación capitalistas, cómo viven esta situación
interventora del Estado en la producción?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Es todo un problema de poder. Aquí está planteado el
problema del poder abiertamente; pero no es el problema del poder clásicamente
visto de quién es el presidente o quién es el diputado, es el problema de quién
controla el espacio, quién controla los recursos, quién controla la
maquinaria.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- Este problema abierto, ¿se discute en los
movimientos?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Sí. La discusión está totalmente abierta y es el gran
dilema de los movimientos populares todos los días; o sea, es el dilema de quién
controla frente a quienes intentan monopolizar el control de los espacios
concretos, de los valores de uso de los recursos de esta sociedad. Pero, también
hay un gran miedo, un gran conflicto dentro de la propia generación de los
movimientos populares porque los movimientos populares se generan masivamente,
se multiplican masivamente, no son simplemente fruto de un pequeño grupo
político de vanguardia que los produce, entonces los movimientos tienden a su
vez a ser controlados por los partidos políticos de gobierno que juegan el papel
de mediatizadores de todo ese procesos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces, viene primero un conflicto con el Estado, como
estructura, como aparato y en segundo lugar con los agentes políticos de ese
estado que son los partidos políticos. Y dentro de esos partidos políticos
también existen corrientes, como lo existen en la Fuerzas Armadas. Entonces,
existe una crisis institucional fabulosa, que ojalá se profundice. Esta
situación no te permite hacer un juicio homogéneo de nada. Por ejemplo, tú no
puedes decir que el Ministerio de Salud tenga un política homogénea entre sus
directivos. No, ahí hay corrientes internas, igual que existe en cualquiera de
las instancias de las Fuerzas Armadas; hay altos oficiales, de coroneles e
incluso de generales que no creen en el mando militar de la defensa territorial,
que lo que están buscando es un puente con los movimientos populares en función
de garantizar un mando popular de las armas; en otras palabras el ejército del
pueblo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por lo tanto, eso es una parte, puede ser pequeña, pero
es síntoma de la propia crisis que se está viviendo dentro de las Fuerzas
Armadas. Entonces, aquí todo está polarizado. No es un problema de polos
simplemente chavistas y anti-chavistas; dentro del chavismo a su vez se
reproduce una inmensa polarización y que también incluso toca a algunos sectores
de clase media -que en su inmensa mayoría, por supuesto, son profundamente
conservadores y reaccionarios- y que se anexan muy rápidamente a lo que son las
tendencias anti-bolivarianas; pero hay ciertas fracciones incluso de la clase
media, básicamente profesionales y algunos lugares de la universidad que están
dentro de las dinámicas auto-formativas y auto-organizativas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta es una sociedad de 24 millones de habitantes y
estamos hablando que esa dinámica progresiva de nuevas organizaciones, nuevos
valores, de nuevas prácticas toca alrededor de unas 2 millones de personas. O
sea estamos hablando de un 10% de la población en su conjunto. Es decir, estamos
diciendo que el 90% o el 85% de la población real está por fuera de esta
dinámica y simplemente queda como población esclava del sistema capitalista.
Entonces, también hay que relativizar lo que estamos diciendo. O sea que a la
hora de la chiquita tú puedes ver fenómenos políticos extraordinarios, de que
por ejemplo tú vas a una asamblea popular y ves dos mil personas, y te parece
extraordinario. Y esas dos mil personas están dentro de un universo de barrio
que constituye un millón de personas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La izquierda por ser siempre el polo minoritario, de la
esperanza, de la utopía, por ser la que tiene que generar el sacrificio, la que
tiene que romper, lo que tiene que inventar un nuevo mundo, evidentemente tiende
a ser minoritaria. Entonces, apenas surge un fenómeno que tiende a anexar
población, a anexar número de gente inmediatamente se produce una mistificación
de este proceso, minoritario, que parecería cubrir todo el país. Y no es así.
Aquí hay muchísima pobreza, la pobreza es terrible, los niveles de marginalidad,
de indigencia, de desempleo, de exclusión en general son terribles. Y eso sigue
reproduciéndose, y las Misiones contienen de que eso no se siga reproduciendo;
pero, olvídate, el aparato capitalista es más fuerte que las Misiones. <BR>La
lógica capitalista hace que la gente no encuentre donde incluirse, porque no hay
trabajo, porque no hay escuela, porque no hay servicios, no hay viviendas,
porque no hay aquello que necesitas para reproducir la vida dignamente.
Entonces, crea campos de exclusión y en esos campos de exclusión se generan a su
vez pequeñas zonas de liberación que son muy interesantes. Entonces estamos
hablando ya de muy abajo. Incluso con la economía informal, lo que nosotros
llamamos “las comunidades nómadas”, estamos hablando de algo que desde muy abajo
empieza a surgir.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Cómo se ejerce la acción política desde el
campo popular venezolano, frente a una situación de marginalidad y exclusión de
la mayoría de la población a ciertos derechos sociales básicos como son el
trabajo, la educación y la salud?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Nosotros tenemos una metodología que llamamos
INVEDECOR. La práctica política es investigar, formar, educar, comunicar y
organizar. Ahora podríamos agregar producir. Esa es la práctica política. En
cada uno de estos campos, creando conocimiento, según métodos y razones
completamente contrarios a lo que es la producción de conocimiento desde la
producción del capital. Igualmente en el campo de la formación, acabar con el
aula, acabar con el monopolio del conocimiento, generar diálogos de saberes. En
el campo de la comunicación tenemos todo un reto para acabar con los
terratenientes mediáticos, en todas sus fórmulas y el imperialismo mediático.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Organizar, desde todas las formas y referencias incluso,
las culturales. Los referentes culturales no son solamente identidades
tradicionales, fijas; no solamente la identidad de la mujer, del negro, la
étnica, sino también las nuevas identidades que están surgiendo como el caso de
las urbanas. Y, finalmente, el hecho de producir comunidad autogestionaria,
producir en red autogestionaria. Si no se puede, por lo menos en una democrática
co-gestión con algunas instancias de Estado. Producir fuera de los parámetros de
la división social del trabajo capitalista. Y, finalmente por supuesto emplazar
al Estado en todas sus fórmulas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Incluso, poder participar dentro de la institucionalidad
estado. Perfectamente se puede participar y se pueden generar allí debates, o
sea, incluirse en la propia crisis institucional y tratar allí de generar campos
de hegemonía también. Pero lo fundamental no está allí, por supuesto. El Estado
de alguna manera está agotado para poder seguir impulsando cualquier forma de
transformación. El Estado en la medida que avance este proceso se vuelve cada
día más contrarrevolucionario. Estructuralmente contrarrevolucionario. Entonces,
lo que necesitamos son fórmulas de poder real; o sea no estamos hablando
simplemente de movilización social sino de la luchar por el poder; un poder no
burocrático.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Qué significa la actual expresión popular,
“Hacer la revolución dentro de la revolución”?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Necesitamos quebrar permanentemente todas las
estructuras que eviten que haya revolución. Aquí no le estamos pidiendo al
gobierno que se convierta en el gobierno revolucionario. Algunos podrán todavía
reivindicar ese tipo de premisa muy clásica de buscar un estado revolucionario o
un gobierno socialista pero al menos muchas corrientes ya no creemos en eso.
Entonces, ahí está el tema del aprendizaje permanente y que tenemos que estar
muy pendientes de que ese aprendizaje en efecto se haga, porque mucha gente se
queda congelada dentro de sus a priori ideológicos y cree que ya se las sabe
todas. Aquí hay que aprender todos los días.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>- ¿Cuál es el proyecto que se proponen desde el
Proyecto Nuestra América-13 de Abril?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>- Nosotros, ahora, estamos tratando de impulsar una
campaña que se mueva sobre el tiempo electoral, apoyando a Chávez -nosotros no
tenemos ningún problema de decir que Chávez es una figura muy necesaria en este
momento y que juega un papel divulgativo muy importante- y que apoye la campaña
oficial de los “10 millones”; pero el papel de nuestra campaña es
fundamentalmente dialogante, articuladora y lugar de síntesis para poder
construir un programa común de transición, lo que hemos llamado el “Programa
autónomo de transición”. Con el fin de que el año próximo -más allá de las
elecciones- podamos empezar a concretar lo que sería un carta común de lucha y
de programa socialista de grandes espacios de organización popular. <BR>Ahora
tenemos que ver si hay la madurez suficiente como para lograrlo. Todavía no lo
sabemos; tenemos que lanzar la campaña para saberlo y esa es la campaña “Por
todas nuestras luchas”. En este momento contamos con la participación de
movimientos comunicacionales, obreros, campesinos, de pobladores, urbanos que
están a favor de la campaña, y a favor de generar las conferencias para que esa
campaña logre un acuerdo, ya político, para lanzarla y organizarla.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR></FONT> </DIV></BODY></HTML>