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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 15 de julio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Brasil<BR><BR>Las tres tentaciones de la
ultraizquierda brasileña</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Las concepciones
doctrinarias, las tácticas ultimatistas, y las políticas sectarias
<BR><BR>Valério Arcary *</FONT></STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Traducción de Betty Bellavia
</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM></EM></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM>Hoy sería un absurdo negar la existencia de
tendencias sec­tarias en nuestro seno. Las discusiones y escisiones las han
puesto al desnudo. ¿Cómo puede no existir un elemento de sectarismo, en un
movimiento ideológico irreconciliablemente opuesto a todas las
or­ganizaciones dominantes en la clase obrera, sometido a persecuciones
monstruosas? (…) Aunque nombre a Marx en cada frase, el sectario es la negación
directa del materialismo dialéctico, que siempre toma la experiencia como punto
de partida (…) El sectario no comprende la acción y reacción dialéctica entre un
programa acabado y la lucha viva -es decir, imperfecta y no acabada- de las
masas (…) El sectario vive en un mundo de fórmulas prefabri­cadas”.
</EM></STRONG><STRONG><EM>León Trotsky</EM></STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Un aspecto secundario, pero extravagante, del proceso de
reorganización sindical y político de la izquierda brasileña abierto con la
experiencia en curso con la CUT y el PT, después de las elecciones de Lula en el
2002, fue el surgimiento de una constelación de casi una decena de pequeños
grupos de ultraizquierda. Un poco esdrújulos, tal vez, pues la ola
latinoaméricacana de movilizaciones revolucionarias, que ya tumbó a varios
gobiernos en Bolivia, Ecuador y Argentina, y derrotó un golpe de Estado en
Venezuela, todavía no ha llegado a Brasil. El reciente Congreso de CONLUTAS fue
una oportunidad para que la nueva generación de activistas pudiera realizar su
propio juzgamiento de estos círculos políticos, que no poseen implantación
nacional y, por lo tanto, son desconocidos fuera del eje San Pablo o Río de
Janeiro. <BR> <BR><STRONG>La ultraizquierda como fenómeno
reactivo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Una explicación político-histórica más general para el
surgimiento de esta nueva generación de militantes atraídos por posiciones de
ultraizquierda nos remite a la impresionante degeneración del PT y de sus
corrientes internas, atadas al gobierno Lula y a las presiones del régimen
democrático-electoral, y su espantosa adaptación a las presiones del
imperialismo. La irritación con el gobierno de Lula – y la condena que el PT
del “mensalão” provoca - dejó a una parcela de la vanguardia, muy
justamente, encolerizada. Fue Lenin quien creó la celebre frase: “el anarquismo
fue, con frecuencia, una especie de expiación de los pecados oportunistas del
movimiento obrero”. No es por casualidad, que sean tantos y entre los mejores
militantes socialistas, aquellos que están inclinados por el voto nulo en el
2006. Pero la táctica abstencionista, desconsidera la experiencia de las amplias
masas, y responde a anhelos legítimos que, hoy por hoy, son
minoritarios.<BR><BR>Un fenómeno semejante, guardando las respectivas
proporciones, ya ocurrió en Brasil en los años sesenta, cuando la
contrarrevolución de 1964 enterró políticamente, la estrategia de colaboración
de clases del viejo PCB (Partido Comunista Brasileño, de orientación en aquel
entonces moscovita) frente al gobierno de Jango Goulart. Además, el impacto de
la victoria de la revolución cubana, inspiró variadas rupturas guerrilleristas
en el PCB. Así como el algo disforme, el Partido Comunista Brasileño -
capaz de la suprema infamia de hasta expulsar a Luís Carlos Prestes
- se mantuvo hasta el final de los años 80, como un cadáver político
insepulto. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El PT de Lula se articula febrilmente, para las elecciones de
2006, pero su ruina política es irreparable. La estrategia reformista de
colaboración de clases no demostró viabilidad en Brasil: una vez más se confirmó
que las clases propietarias no tienen disposición para concesiones, a no ser
cuando se encuentran acorraladas por el peligro de la revolución.<BR><BR>Una vez
más la historia se repite, pero en lugar de la tragedia histórica de 1964
con sus muertos, encarcelados y exiliados, y más de veinte años de situación
reaccionaria sobre las masas, tenemos la comedia burlesca del 2005, con sus
Delúbios, Paloccis y Silvinhos, y la desmoralización de la generación militante
de los años ochenta. La capitulación de unos a la burguesía, potencializa el
ultraizquierdismo de otros. Los dos movimientos son simétricos. Felizmente -
pese a las huellas del desencanto que deja el gobierno Lula - las luchas
decisivas de la revolución brasileña aún están por venir.<BR><BR><STRONG>Cuatro
peculiaridades bastante raras</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El fenómeno de los grupos de ultraizquierda, algunos con
denominaciones ampulosas, si tomamos en cuenta su implantación todavía raquítica
– el Partido Obrero Revolucionario, POR; el Partido Obrero Marxista, POM; la
Liga Bolchevique Internacionalista, LBI; la Fracción Trotskista, FT - pose
cuatro características particulares, o tal vez bastante raras. Primero, la
evolución esdrújula de Causa Operaria, la veterana entre las organizaciones de
la ultraizquierda brasileña, pero que, sorprendentemente, en esta coyuntura de
ruptura de una gran parte de la vanguardia y de sectores de masas con la CUT y
el PT, defiende la opinión de que la CUT seguía siendo el espacio privilegiado
para construir el frente único de la resistencia al neoliberalismo. La
trayectoria de Causa Operaria en los últimos años ya era inquietante: en las
elecciones municipales del 2004, en varias ciudades, presentaron candidatos que,
para decir poco, nada tenían que ver con cualquiera de los movimientos sociales.
<BR><BR>La bizarra defensa de la CUT por parte de la Causa Operaria y, también,
de la LOI, Liga Operaria Internacionalista, un pequeño núcleo que rompió con la
antigua Convergencia Socialista en 1994, porque no estuvo de acuerdo con su
disolución para la fundación del PSTU, llevó a un mayor grado de aislamiento de
estas tendencias con el proceso de reorganización del movimiento obrero
brasileño. Por ultimo existen los grupos que insistieron en ganar notoriedad por
las exaltadas criticas que dispararon durante años, indistintamente, tanto a la
corriente Articulação, como a las oposiciones de izquierda que resistían
en el interior de la CUT, y ahora decidieron defender la Central,
justamente ahora, cuando ella perdió completamente su independencia frente al
Estado. Una posición próxima a esta – construir la CONLUTAS como una fracción al
interior de la CUT - aunque haya participado de la CONLUTAS, fue la LER – Liga
Estrategia Revolucionaria - vinculada al PTS de Argentina.<BR><BR>En segundo
lugar, la pulverización de la ultraizquierda en muchos pequeños grupos
incipientes, al punto que en su mayoría, hoy son incapaces de publicar una
prensa regular. En tercer lugar, algunos de estos núcleos parecen estar
realizando una fusión teórico-programática, en proporciones variadas, de
marxismo y anarquismo, como el CPR – Colectivo del Pensamiento Radical – el
Espacio Socialista, el FOS – Frente Obrero Socialista, en un amalgama que
todavía no esta muy claro. Por último, muchas de ellas tienen presencia, sobre
todo, en el movimiento sindical de los maestros de São
Paulo.<BR><BR><STRONG>¿Por qué los grupos ultras no respetan a sus
adversarios en la lucha política?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La militancia sindical y popular que asistió al congreso
de CONLUTAS se quedó perpleja con la violencia oral de los grupos ultras,
en especial en contra del PSTU. Los ataques buscaban apoyo en la desconfianza
con la que la mayoría de la vanguardia se nutre en relación a la participación
en los partidos políticos. Esta desconfianza es grande, luego de la terrible
experiencia con el PT. En la primera sesión del plenario de la CONAT (Congreso
Nacional de Trabajadores, que fundó CONLUTAS), los líderes de las corrientes de
ultraizquierda esperaban un éxito fácil con discursos antipartido de
inspiración anarcosindicalista. No tuvieron dudas en acribillar a la mesa
directiva y a la comisión organizadora, aun habiéndose mantenido por fuera de
las tareas de organización del Congreso, como suelen hacer los burócratas.
Despreciaron todas las dificultades que se tuvieron que enfrentar en el
Congreso, como ser la de la distribución de credenciales, la garantía de
hospedaje, la producción de informes al servicio de traducción de los invitados
extranjeros, todas fueron superadas exclusivamente, por el trabajo voluntario.
La condena al trato oral y a la irresponsabilidad de los grupos ultras, provocó
rechazo en la mayoría del Congreso, que no los conocía, y esta actitud
política merece una explicación<BR><BR>El movimiento obrero y sindical
brasileño, así como todos los demás movimientos sociales, agrarios y populares,
tienen costumbres que construyeron en base a una tradición inspirada en una
historia y en una cultura propia. Jamás existió un movimiento imaginario o
ideal, en que cada una de las tendencias tuviera coherencia interna entre teoría
y práctica, entre programa y política, entre principios y métodos. Todas las
corrientes estuvieron sometidas a presiones sociales favorables y
hostiles. Los revolucionarios se apoyan en la disposición de lucha de los
sectores más conscientes, y los reformistas en las más atrasadas. La historia de
las organizaciones revolucionarias fue la historia de su capacidad de corrección
de sus errores oportunistas y ultraizquierdistas. La masa de trabajadores
aspira, ardientemente, a la unidad para luchar, pero no les gusta las
direcciones monolíticas. Aprecian el debate, siempre y cuando este sea objetivo,
claro y respetuoso: quieren poder oír los argumentos y tener el derecho de
decisión sobre sus luchas y líderes. Quieren democracia para poder construir la
unidad en la lucha.<BR><BR>Las organizaciones revolucionarias tuvieron que
luchar arduamente en defensa de las libertades democráticas en los sindicatos,
incluso, en los que se reconstruyeron a partir de los años ochenta, en los
marcos de la CUT. Las criticas, aún exigen adjetivos para que sean contundentes,
y las mas comunes en la historia de las organizaciones de izquierda han sido las
caracterizaciones reciprocas de fatalistas y voluntaristas, u oportunistas e
izquierdistas, eso siempre y cuando se mantenga el nivel de las discusiones.
Cuando nos remitimos a opiniones políticas no deberían existir las ofensas.
Cuando en una polémica alguien afirma que tal posición seria en líneas generales
oportunista o izquierdista, no se ofende a nadie, por lo tanto no se ofende a la
persona. <BR><BR>Pero por otro lado, la acusación de burócrata, tiene otro
sentido. Es una calumnia, es una ofensa. Las palabras tienen su grado de
gravedad. La burocracia sindical siempre fue una casta privilegiada con
intereses propios, ajenos al proletariado. Esta saca sus beneficios del control
que ejerce sobre las organizaciones de los trabajadores. La burocracia sindical
es alimentada por los patronos y por el Estado. Interesa a la burguesía que esos
lideres que nacen en cada lucha, se vuelvan corruptos gracias a las pequeñas
prebendas personales. Los burócratas sindicales pasan a tener, un modo de vida
parecido al de la clase media alta, y los más poderosos aspiran en ser
burgueses. Pero los ultraizquierdistas que, no se encuentran entre los más
equilibrados al seleccionar las consignas cuando van a dirigir sus criticas a
los demás, son infantilmente sensibles a las criticas que reciben. Juegan
con la legitima desconfianza de los activistas mas críticos, se atrincheran en
los sentimientos democráticos, pues poseen una ambición mas grande que la
repercusión que su política pueda conquistar. <BR><BR>Los miles de activistas
que respondieron al llamado por la fundación de CONLUTAS se unieron, pues
vivieron en la práctica el agotamiento de la CUT y sus métodos. Son
conscientes que la CUT se transformó en un apéndice del Ministerio del Trabajo
del gobierno del PT. Descubrieron que el aparato del Estado es tan
poderoso que “estatizó” la CUT y le da las órdenes al PT. La gran mayoría de los
que concurrieron al congreso de CONLUTAS son los que desean construir un polo de
resistencia, pero tienen el temor de ser utilizados políticamente.
Aprendieron como lo que son, militantes con una gran experiencia, que
deben mantenerse vigilantes en el control de sus organizaciones. Admiten que los
militantes organizados en los partidos son abnegados y que cuentan con muchas
iniciativas, pero ellos quieren decidir por si sus propios destinos. Los grupos
ultras tuvieron como centro de su táctica apoyarse en esta justa actitud
critica, para fomentar la desconfianza en CONLUTAS, denunciando que ella sería
el brazo sindical del PSTU, como la CUT fue el brazo sindical del PT. <BR><BR>En
su intento fraccionalista, los grupos ultras se han olvidado que el
antipartidismo es una ideología reaccionaria. La rivalidad política es legítima,
pero no se puede hacer sin limites. Es la burguesía la que por dentro de los
sindicatos y de los movimientos sociales, envenena a los trabajadores y al
pueblo, en contra de la influencia política. Pero la historia enseña que, cuando
los trabajadores renuncian a la política, o sea, a la lucha por un programa para
la revolución de la vida social, pierden el instinto de poder. La experiencia
política de los trabajadores no se desarrolló jamás, en ningun país, a no ser
por un proceso intenso de disputa por la dirección de las organizaciones, las
cuales se construyen en un frente único. La polémica política y la lucha
ideológica son parte inseparable del proceso de selección de los dirigentes de
las luchas obreras y populares. En sociedades urbanizadas e industrializadas,
donde se constituyó el moderno movimiento obrero y sindical, la lucha entre
partidos fue la forma más democrática y madura del proceso de elección político
de las masas, y de clasificación para los que pretenden ser sus representantes.
<BR><BR>Pero debemos aclarar que un Congreso sindical y popular, como el de
CONLUTAS, es un espacio en el cual los militantes de los distintos partidos
intervienen en la condición de activistas sindicales, o sea, en el ejercicio de
un mandato de su base y no de su partido. El derecho de palabra y los tiempos
son divididos en las Plenarios, que requieren tener un espacio para el debate y
tiempo para concluir las votaciones, en función del apoyo mayor o menor que las
propuestas recibien en las mesas de trabajo - por el régimen aprobado, dígase de
paso hiper-democrático, un mínimo de 10% - y no en función de la afiliación
partidaria de quien lo presentó. Si una propuesta ha sido presentada en las
mesas de trabajo por militantes de tal partido, ejerciendo un mandato popular,
no es garantía que sera discutida en el Plenario, por una razón muy sencilla:
ningún partido podía tener mandato de representación. Muchos se ofendieron con
esto, pues deseaban un tiempo ilimitado en el ejercicio de su palabra, que no
correspondía a las posibilidades del Congreso, los grupos ultras se
dedicaron a intentar desmoralizar a la propia CONLUTAS, ciegos por el odio en
contra del PSTU. Ironía de la vida: después de incontables intervenciones
inflando el antipartidismo, ese desempeño expresó una nefasta falta de
compromiso con el mandato que recibieron en sus organizaciones de base, o sea,
fueron víctimas de la partidarización que ellos mismos pretendían
combatir.<BR><BR><STRONG>El renacimiento del ultraizquierdismo</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En los últimos 15 años las ideas socialistas disminuyeron
en la sociedad y las ideas revolucionarias perdieron influencia en la izquierda
mundial. Pero aún así el primer proceso no tuvo la misma proporción que el
segundo. Ya que la simpatía por la igualdad renace entre los trabajadores en
cada lucha de resistencia, como parte de una experiencia con el fiasco de los
ajustes neoliberales. Pero no podemos decir lo mismo de la mayoría de las
organizaciones inspiradas en el marxismo, y delimitadas de la socialdemocracia y
de los partidos pro-Moscú, erguidas del amplio impacto revolucionario pos 1968,
ya que estas continuaron adaptándose a las presiones de los regimenes
democrático liberales, aún cuando las políticas neoliberales se
agotaban<BR> <BR>Al mismo tiempo en que las presiones electoralistas
devastaban las filas de las organizaciones de la izquierda revolucionaria, una
nueva generación despertaba con la lucha y la simpatía por el proyecto de la
revolución, pero esta sufre una fuerte influencia del anarquismo. Por eso es que
estos dos procesos no deben ser analizados aisladamente: la degeneración
oportunista, de las organizaciones de la izquierda mundial, en particular la del
PT brasileño, en el cual la mayoría de sus dirigentes de diferentes corrientes
internas, incluso aquellas que reivindicaban el programa de la revolución
social, sufrieron su influencia, y las consecuencias fueron de una inmensa
desmoralización hacia los luchadores de la generación formada en los años
ochenta, esto es lo que explica la profunda desconfianza de los activistas más
jóvenes, quienes por esto hoy se inclinan hacia políticas sectarias. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La derechización de los viejos dirigentes,
resulta depuradora, y ayuda a comprender la izquierdización radical de los
nuevos militantes</STRONG> <BR><BR>El vocabulario de la izquierda contemporánea
es muy variado, pero también es muy poco consistente. Algunas veces busca la
inspiración en alguna tradición marxista, especialmente en el trotskismo. Las
presiones del marginamiento social se manifiestan en las tácticas sindicales
ultras, estas son las que insten en acciones que no se corresponden con la
voluntad de lucha de las masas; con la utilización de políticas que conllevan
ultimatos y que ignoran las opiniones predominantes de los trabajadores; y con
concepciones sectarias que obstaculizan la posibilidad de un frente único
alrededor del cual se pudiera realizar una unidad de acción.
<BR> <BR>En el Congreso de CONLUTAS, este repertorio de la ultraizquierda
se expresó por ejemplo, en la defensa que algunos grupos, como la LBI,
realizaron da la huelga general, en la forma insensata de rehusarse -
en la realización y elaboración de campañas salariales unificadas, aún en el
funcionalismo público, por lo que ya podemos ver un difícil desafío por delante;
por otro lado otros, como la LER, que cuando se planteo la campaña por la
realización de una auditoria de la deuda interna y externa, en la lucha por
ganar a la mayoría de la clase trabajadora contra el pago de las deudas - en una
batalla ideológica manifestaron una evidente función educativa, al tratar de
demostrar que la deuda ya fue pagada; para finalizar la más extravagante de las
propuestas fue de los más entusiasmados del POM, quienes influencian a la
Asociación de Moradores Oeste de Diadema (asociación por la vivienda de la
región oeste de la ciudad de Diadema), con su plantemiento de que lCONLUTAS es
hoy un embrión minoritario de una Central de sindicatos y movimientos populares,
y se manifiesta como una organización del tipo soviético, aún cuando en Brasil
no existe una situación revolucionaria. <BR> <BR>Algunos grupos
ultraizquierdistas, como la LER, nos recuerdan que CONLUTAS es hoy aún muy
pequeña, una minoria, y que agrupa sobre todo sindicatos de los funcionarios
públicos y que la mayoría de las corrientes de la izquierda de la CUT que están
considerando la ruptura con la CUT no concurrieron al Congreso; pero ellos no
mencionan y silencian con toda su modestia que, entre los 2.729 delegados y los
235 observadores que participaron y que fueron electos en asambleas, figuran
la gran mayoría, sí, porque en la elección de delegados que se está
realizando para la participacón en el Congreso de la CUT, deja ver que si
sumamos todas las corrientes, no totalizan ni siquiera un número de 100
delegados, o sea, menos del 5%. Contrariados con la pequeña receptividad de sus
posiciones, una parte de la ultraizquierda, en especial la LBI y el POM -
inconsolables con su incapacidad de hacerse entender - exigieron más defensas
para sus propuestas, fusilando el Congreso con sucesivos planteamientos formales
de “orden” , y colmando la paciencia de los delegados con histéricas
declaraciones de voto, se unificaron en arrebatados discursos contra lo que
denunciaron como conducción arbitraria por parte de la mesa del Congreso.
<BR><BR>La lucha por la organización independiente es una lucha contra la
influencia que las ideas burguesas dominantes ejercen sobre el conjunto de la
sociedad, por lo tanto sobre los propios trabajadores. Los planteos con
ultimatos no comprenden o no aceptan que las acciones de las masas, es el
terreno de la experiencia y que es por eso que la mejor propuesta no es
necesariamente, la más avanzada o la más izquierdista, y sí aquella que moviliza
a las masas. <BR><BR><STRONG>Todas las corrientes revolucionarias de la historia
sofrieron presiones de ultimatos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Un programa de los trabajadores es la forma de traducir
la defensa de los intereses de los explotados. Por lo tanto la primera
responsabilidad de un grupo socialista es buscar expresar la defensa de los
intereses de los trabajadores. Si los trabajadores o la juventud, o cualquier
otro segmento social duda en algún momento de sus fuerzas, el esfuerzo de una
política marxista es ese, el de levantar el programa y la consigna adecuada para
la acción, la que mejor se corresponde con sus intereses, pero al mismo tiempo
también que sea la que corresponde a su estado de espíritu, a su voluntad de
luchar, a su propia fuerza de lucha: la propuesta más revolucionaria no es
aquella más hacia la izquierda “ultraizquierdista”, y sí aquella que lleva a la
movilización de las masas.<BR><BR>Es evidente que no podemos llegar por esto a
la conclusión de que necesariamente todo lo que moviliza es progresivo, y
tampoco necesariamente revolucionario. Por el contrario a veces, las masas
pueden llegar a movilizarse por consignas de tipo reaccionarias. Ya que la
conciencia de los trabajadores oscila siempre, esto como expresión de la
lucha entre las ideas de la clase dominante, y las duras lecciones de su
experiencia práctica de vida. Solo recordemos un ejemplo, la movilización de
apoyo al Papa Juan Pablo II en el estadio de fútbol de Morumbi, al
comienzo de los años ochenta, esta fue una movilización muy popular - Lula
resaltó en las ceremonias fúnebres del Papa polaco, el recuerdo de que él estuvo
presente - pero fue ultrarreaccionaria, por eso fue que con toda razón, la
mayoría de la izquierda brasileña de esa época no cayó en la trampa. Cuando
Tancredo Neves murió en 1985 se produjeron grandes manifestaciones en San Pablo
y las masas conmovidas salieron por millones a saludarlo, incluso en Minas
Gerais - muchos se preguntaban si no había sido asesinado - pero fueron acciones
de los sectores más atrasados y confusos.<BR><BR>Pero la movilización, marca un
paso al frente en la dirección de la defensa de los intereses de los
trabajadores, ya que es una escuela de aprendizaje que supera muchas hojas
volantes. Toda táctica política marxista consiste en descubrir una vía para la
movilización en dirección de la ruptura anticapitalista. Rosa Luxemburgo luchó
toda su vida contra las presiones ultimatistas, y es una de las ironías más
amargas de la historia que haya sido derrotada por las posiciones sectarias en
el congreso de fundación del KPD: unas de las resoluciones de ese Congreso fue
el abstencionismo electoral. Rosa había sido enemiga histórica del electoralismo
del SPD, pero no confundía forma y contenido: sabía que la presencia en procesos
electorales no significaba ni un mal, ni un bien en si mismo, sino en una
táctica que no podía depender de las preferencias de los socialistas, y sí de la
experiencia concreta de millones de trabajadores. Siendo, en general,
políticamente inofensiva en situaciones de retroceso, la influencia del
ultraizquierdismo puede ser nociva en una situación revolucionaria y
directamente fatal en una crisis revolucionaria, cuando toda la sociedad gira
hacia la izquierda y la influencia hacia una política revolucionaria
aumenta.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Militante del PSTU. Historiador, profesor del Cefet/SP,
miembro del Consejo Editorial de la revista Outubro y del periódico Opinión
Socialista. Colaborador de Correspondencia de Prensa.
<BR><BR><STRONG><U></U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>[1] León Trotsky, Sectarismo, Centrismo y la Cuarta
Internacional, in Escritos, Tomo VII, Volumen 1, Bogotá, Pluma,
p.229/230/231.<BR>[2] Lenin, Vladimir Ilitch Ulianov, El Izquierdismo, y la
enfermedad infantil del comunismo, in Obras Escogidas, tomo III, Moscú,
Editorial Progreso, 1966, p.367. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en
el boletín es de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los
artículos firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de
Prensa. Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT></BODY></HTML>