<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=4>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR><FONT color=#000080>Año III - 19 de julio 2006 - Redacción:
</FONT></FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=4>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Palestina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Atrocidades en la Tierra
Prometida</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>“La brutalidad demente del Estado de
Israel” <BR><BR>Kathleen Christison *</FONT></STRONG><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Counterpunch **</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.counterpunch.org/"><STRONG>http://www.counterpunch.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>No bastan las palabras: los términos corrientes son
inadecuados para describir los horrores que Israel perpetra a diario, y ha
perpetrado durante años, contra los palestinos. La tragedia de Gaza ha sido
descrita cien veces, como lo han sido las tragedias de 1948, de Qibya, de Sabra
y Chatila, de Yenín -- 60 años de atrocidad perpetrada en nombre del judaísmo.
Pero el horror generalmente cae en oídos sordos en la mayor parte de Israel, en
la arena política de USA, en los medios de información dominantes en USA. Los
que se horrorizan – y son muchos – no pueden penetrar el escudo de indiferencia
que protege a la elite política y mediática en Israel, más aún en USA, y cada
vez más en Canadá y Europa, contra la obligación de ver, de
preocuparse.<BR><BR>Pero hay que decirlo, y bien fuerte: los que preparan y
realizan la política israelí han convertido a Israel en un monstruo, y ya es
hora de que todos nosotros – todos los israelíes, todos los judíos que permiten
que Israel hable en su nombre, todos los usamericanos que no hacen nada por
terminar con el apoyo de USA para Israel y su política asesina – reconozcamos
que nos enlodamos moralmente al mantenernos pasivos mientras Israel realiza sus
atrocidades contra los palestinos.<BR><BR>Una nación que exige la primacía de
una etnia o religión sobre todas las demás terminará por ser sicológicamente
disfuncional. Obsesionada narcisistamente con su propia imagen, tiene que
esforzarse por mantener a cualquier precio su superioridad racial y llegará
inevitablemente a considerar toda resistencia a su superioridad imaginaria como
una amenaza existencial. Por cierto, todos los demás pueblos se convertirán
automáticamente en una amenaza existencial simplemente en virtud de su propia
existencia. Mientras trata de protegerse contra amenazas ilusorias, el Estado
racista se hace crecientemente paranoico, su sociedad cerrada e insular,
intelectualmente limitado. Los reveses lo enfurecen, las humillaciones lo
enloquecen. El Estado arremete en un esfuerzo insano, sin ningún sentido de la
proporción para reasegurarse de su propia fuerza.<BR><BR>Esa pauta se agotó en
Alemania nazi, cuando trató de mantener una mítica superioridad aria. Ahora se
agota en Israel. “Esta sociedad ya no reconocer ninguna frontera, geográfica o
moral,” escribió el intelectual israelí y activista antisionista Michel
Warschawski en 2004 en su libro “Towards an Open Tomb: The Crisis of Israeli
Society [Hacia una tumba abierta: La crisis de la sociedad israelí]. Israel no
conoce sus límites y arremete al descubrir que su intento de forzar a los
palestinos a la sumisión y de tragarse a toda Palestina está siendo frustrado
por un pueblo palestino con capacidad de recuperación, digno, que no se somete
en silencio, ni renuncia a la resistencia frente a la arrogancia de
Israel.<BR><BR>Nosotros, en USA, nos hemos curtido ante la tragedia infligida
por Israel, y nos dejamos engañar fácilmente por el sesgo que automáticamente,
por algún truco de la imaginación, convierte las atrocidades israelíes en
ejemplos de cómo Israel es tratado injustamente. Pero una clase dirigente
militar que lanza una bomba de 250 kilos sobre un edificio de apartamentos
residencial en medio de la noche y mata a 14 civiles en su sueño, como sucedió
en Gaza hace cuatro años, no es un ejército que opera siguiendo reglas
civilizadas. Una clase dirigente militar que lanza una bomba de 250 kilos sobre
una casa en medio de la noche y mata a un hombre, a su esposa y a siete de sus
hijos, como ocurrió hace cuatro días, no es el ejército de un país
moral.<BR><BR>Una sociedad que puede hacer caso omiso como si fuera
insignificante ante el brutal asesinato de una niña de 13 años por un oficial
del ejército que pretendió que ella amenazaba a los soldados de un puesto
militar – uno de casi 700 niños palestinos asesinados por israelíes desde que
comenzó la Intifada – no es una sociedad con conciencia.<BR><BR>Un gobierno que
encarcela a una muchacha de 15 años – una de varios cientos de niños bajo
detención israelí – por el crimen de empujar y de escapar de un soldado que
trataba de cachearla a la entrada de una mezquita, no es un gobierno con algún
comportamiento moral. (Esta información, que no es el tipo de noticia que llega
a aparecer en los medios de información usamericanos, fue mencionada por el
Sunday Times de Londres. La niña recibió tres tiros mientras se escapaba y fue
condenada a 18 meses de cárcel después de salir del coma.)<BR><BR>Los críticos
de Israel subrayan crecientemente que Israel se autodestruye, se acerca a una
catástrofe de su propia creación. El periodista israelí Gideon Levy habla de una
sociedad en “colapso moral.”<BR><BR>Michel Warschawski escribe sobre una “locura
israelí” y “brutalidad demente,” una “putrefacción” de la sociedad civilizada,
que han lanzado a Israel por un camino suicida. Prevé el fin de la iniciativa
sionista; Israel es una “banda de matones,” dice, un Estado “que se burla de la
legalidad y de la moral cívica. Un Estado que funciona despreciando la justicia
pierde la fuerza necesaria para sobrevivir.”<BR><BR>Como señala con amargura
Warschawski, Israel ya no conoce fronteras morales – si alguna vez las conoció.
Los que siguen apoyando a Israel, que encuentran excusas para lo que hace
mientras desciende hacia la corrupción, han perdido su brújula
moral.<BR><BR><BR>* Kathleen Christison es ex analista política de la CIA y ha
trabajado en relación con problemas del Oriente Próximo durante 30 años.
Escribió “Perceptions of Palestine and The Wound of Dispossession”. Para
contactos: <A
href="mailto:kathy.bill@christison-santafe.com">kathy.bill@christison-santafe.com</A>.</DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>** Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por
Germán Leyens, miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (<A
href="http://www.tlaxcala.es">www.tlaxcala.es</A>), la red de traductores por la
diversidad lingüística.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080>La información contenida en el boletín es de
fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080>germain@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>