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<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=5>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR>Año III - 24 de agosto 2006 - Redacción: </FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Uruguay</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>TLC con Estados
Unidos...</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Hora de hacer las cuentas
<BR><BR>Roberto Bissio</STRONG></FONT></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Red del Tercer Mundo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.redtercermundo.org.uy/"><STRONG>http://www.redtercermundo.org.uy/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>El sitio web de la señora Susan Schwab, representante
comercial del presidente Bush, registra varios tratados de libre comercio (TLC)
en vías de negociación y aprobación (con Ecuador, Emiratos Arabes Unidos, Corea,
Lesotho, Malasia, Panamá, Tailandia y los países del Africa austral – Botswana,
Namibia, Sudáfrica, Lesotho y Swazilandia). Uruguay no está entre ellos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Y por dos buenas razones. La primera es que el gobierno
uruguayo aun no ha decidido si quiere un TLC u otro tipo de acuerdo menos
estricto (que Estados Unidos no quiere). La segunda es que el plazo otorgado por
el Congreso al presidente para presentar este tipo de tratados vence a medidados
del año que viene, lo que quiere decir que hay pocos meses para negociar un
acuerdo que normalmente lleva varios años.<BR><BR>Antes de decidirnos a negociar
un acuerdo contra reloj, con el riesgo consiguiente de cometer errores que
podrán ser irreparables, los uruguayos debemos sacar bien las cuentas y
balancear la zanahoria contra el garrote, potenciales ganancias y pérdidas del
TLC. De un lado la esperanza de mayor acceso al mayor mercado del planeta, del
otro no sólo la apertura a productos estadounidenses sino también la imposición
de normas mucho más estrictas de propiedad intelectual (no sólo va a desaparecer
Cinemateca Uruguaya, sino también toda la industria farmacéutica nacional), la
obligación de no discriminar a productos y empresas de ese país en las compras
del Estados (incluyendo entes y municipios, con lo que se amputa un brazo
esencial para cualquier intento de promover al “país productivo” desde el
gobierno) y la apertura de los servicios a la competencia (incluyendo finanzas,
telecomunicaciones y agua, lo que a su vez podría requerir una reforma
constitucional).<BR><BR>Si la lista de concesiones a hacer es abrumadora, las
expectativas de qué puede ganarse en el área agrícola no son para hacer saltar
de alegría. Para empezar, la señora Schwab está impedida por ley (la llamada
Bipartisan Trade Promotion Authority Act de 2002) de firmar un TLC que contenga
reducciones tarifarias a productos agrícolas más allá de lo acordado en la
Organización Mundial de Comercio. Y, como se sabe, la Ronda de Doha de la OMC
acaba de fracasar por la negativa estadounidense a hacer concesiones en el área
agrícola.<BR><BR>Si no vamos a obtener reducciones tarifarias ni, menos aún,
cortes en los subsidios estadounidenses a su agricultura, toda la esperanza está
cifrada en la ampliación de las cuotas. No va a ser fácil.<BR><BR>Australia,
país desarrollado con mucho mayor poder de negociación que Uruguay, firmó en
2005 un TLC con Estados Unidos. A pesar de que su gobierno reiteradamente
anunció que “sin azúcar no hay acuerdo”, la cuota azucarera australiana de
87.402 toneladas por año no se movió un pelo.<BR><BR>Al igual que Uruguay,
Australia tiene en la carne su principal producto de exportación a Estados
Unidos. Allí sí el gobierno australiano logró negociar un aumento de 18.5% en
sus cuotas. Pero sólo en el área de carne manufacturada (picada para
hamburguesas o comida de mascotas) y diferido de cómodas cuotas a lo largo de 18
años. Según análisis de economistas australianos, el beneficio del TLC para los
ganaderos será media vaca exportada más por estancia y por año. Y Estados Unidos
se reserva el derecho de aplicar salvaguardas y subir de nuevo las tarifas si,
por algún motivo, los precios de la carne australiana bajan
sorpresivamente.<BR><BR>En contrapartida, Estados Unidos, el principal
exportador agrícola del mundo quiere unos TLC que, según el testimonio de la
vice-representante comercial, Karan Bathia, ante la comisión de relaciones
internacionales de la cámara baja en Washington, “creen oportunidades para los
granjeros estadounidenses, los trabajadores y los empresarios”. En ese orden. La
“granja” (léase agroindustria) primero.<BR><BR>Asíi, por ejemplo, el TLC de
Estados Unidos con México dispuso la liberalización total de los productos
agrícolas para 2008 (con 15 años de ajuste para el maíz y los frijoles). Las
importaciones realizadas por México de maíz que es su principal producto
agrícola, se triplicaron y el precio interno cayó. Las importaciones de soja,
trigo, pollos y carne vacuna crecieron 500% desplazando la producción mexicana.
Crecieron, si, las exportaciones mexicanas de frutas y vegetales, pero no lo
suficiente como para compensar y México perdió 1.700.000 puestos de trabajo
rurales desde la entrada en vigor de su TLC.<BR><BR>Capaz que, contra lo que se
dice, no es ideología y manifiestos lo que los ministros ponen arriba de la mesa
al discutir TLC, sino calculadoras…<BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Roberto Bissio, director del Instituto del Tercer Mundo.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información contenida en el boletín es
de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
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href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>