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<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=5>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
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<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4>Año III - 6 de septiembre 2006 -
Redacción: </FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a David Harvey
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El
neoliberalismo sigue vivo en la Argentina<BR><BR>El poder está concentrado en
una elite, dice el geógrafo marxista
norteamericano</FONT></STRONG><BR><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Juana Libedinsky, Nueva
York</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>La Nación y Sin
permiso</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><BR>Cuando David Harvey, el
geógrafo y urbanista marxista más citado del mundo, habla de “la creciente
privatización de la redistribución de la riqueza en las ciudades
latinoamericanas a través de actividades criminales”, no se basa sólo en
estudios teóricos. En su visita a la Argentina, el año pasado, fue asaltado a
punta de pistola durante una hora y media, mientras estaba con su mujer, su hija
adolescente y su suegra. </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>“No soy el típico personaje de izquierda que dice que si
hubiera más equidad este tipo de episodios desaparecería inmediatamente. Pero sí
me parece que ésa sería una condición necesaria para empezar a avanzar”, afirma
a LA NACION en su despacho, frente al Empire State Building. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aclara que aunque el gobierno argentino nominalmente sea
de izquierda, el neoliberalismo sigue vivo en la Argentina. “No veo que las
autoridades se estén ocupando de la concentración de poder en la elite política
y económica, que salió de la crisis más fortalecida de lo que entró”, sostiene.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>No es casual que Harvey, nacido en Kent (Reino Unido) en
1935, siga con tanta atención los avatares del extremo sur del continente. Autor
de clásicos como “Urbanismo y desigualdad social”, "Los límites del capital",
"La condición de la posmodernidad" y "Breve historia del neoliberalismo",
profesor en Oxford, Johns Hopkins y, en la actualidad, en la City University de
Nueva York, está casado desde hace casi veinte años con una miramarense. Y si
bien a la Capital Federal suele verla de pasada camino a lo de su familia
política, esta vez va a conocerla en más detalle: viaja como invitado de las
Jornadas de Pensamiento Urbano de la capital, donde disertará sobre el tema "Una
geografía urbana posible", el miércoles 30 de este mes. </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Qué es un geógrafo marxista? En "Justicia social y
ciudad", publicada en 1973, Harvey expresó la base de su filosofía: que la
geografía no puede mantener su pretensión de objetividad frente a la pobreza
urbana y a sus efectos. En este trabajo sostiene que el capitalismo va
aniquilando espacios geográficos mientras busca asegurarse ámbitos para su
propia reproducción. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Y en nuestra ciudad, Harvey lamenta este avance: "A
Buenos Aires tiendo a pasarla rápido con el auto, pero en los últimos años he
notado cómo creció la desigualdad. Aun en las partes más ricas de la ciudad, el
estado de las calles y la infraestructura pública no han mejorado desde la
crisis, y el tema de la seguridad es, obviamente, un lío. Igual, como Nueva
York, Londres o París, Buenos Aires es de los pocos lugares que van quedando con
calles verdaderamente vibrantes", se entusiasma, por fin. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Cuáles le parece que son las principales
amenazas a las ciudades del mundo de hoy?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Son dos. Una es cómo hacer para que la gente tenga una
vida razonablemente tolerable en esas ciudades que son organizadas según líneas
capitalistas. Con el avance tecnológico, cada vez se necesita menos mano de
obra. Entonces más y más personas se están volviendo seres humanos desechables,
en el sentido de que ya no se necesitan para la dinámica de la ciudad. Esto
lleva a grandes inequidades, cuyo símbolo último son lo barrios cerrados,
enclaves seguros para los ricos. Y por otra parte está el creciente deterioro de
la calidad del medio ambiente. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Deberíamos sentirnos culpables por manejar un
auto en la ciudad?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Un poquito de culpa siempre es bueno, pero hay ciudades
como Los Angeles donde, realmente, no se puede vivir sin auto. Uno puede hacer
mejores elecciones respecto del auto que usa. No hace falta que sea un todo
terreno enorme, que consume muchísima nafta. Después, tenemos que prestar
atención colectiva a la manera en la que se organizan nuestras ciudades para que
el diseño urbano sea tal que permita una mayor densidad de población, organizada
de manera colectiva y con mejores medios de transporte públicos. Pero todo esto
es un tema que en la política actual no suele discutirse, salvo en casos
especiales, como la innovadora ciudad de Curitiba, en Brasil, y en algunos
lugares de Europa. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Anduvo en colectivo en Buenos Aires alguna
vez?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Sí, y debo decir que la polución que crean es
intolerable. El tema crucial no es sólo aumentar el transporte público, sino
mejorarlo, hacerlo más limpio, con vehículos híbridos, por ejemplo. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-Usted mencionó los barrios cerrados. ¿Son un
símbolo de nuestro tiempo?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Sí, pero también están íntimamente conectados con el
aumento de la injusticia social que se vio en casi todas partes en los últimos
30 años. Los barrios cerrados dependen de una dinámica. Por un lado, en las
ciudades están los ricos, que se están volviendo cada vez más ricos, y los
pobres, que se están volviendo más pobres. En América latina -en todos los
casos, salvo en Santiago- además, el nivel de pobreza absoluto en las urbes
aumentó considerablemente. Bajo esas circunstancias se da esta privatización de
la redistribución de la riqueza con actividades criminales. La respuesta obvia a
esto son los barrios cerrados, pero el tema es que las inmobiliarias aman los
barrios cerrados, porque son un gran negocio. Entonces empiezan a asustar a la
gente, diciendo que no se puede vivir en el centro. Exageran el peligro. Cuantos
más barrios cerrados hay, más peligrosas se vuelven las ciudades. Entonces es
una dinámica triste, que es un problema global: hoy se están construyendo
barrios cerrados hasta en la China. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-Hay quienes se mudan a barrios cerrados y temen
que sus hijos terminen afectados por la sobreprotección. ¿Están
exagerando?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Yo creo que tienen bastante razón en estar preocupados.
Existe considerable evidencia de que los chicos así criados pueden terminar con
un entendimiento limitado de la realidad y muy miedosos del contacto con otros.
Al mismo tiempo, creo que se les está negando algunas de las cosas más
grandiosas que ofrece la ciudad, que incluye la confrontación. Las ciudades
buenas para vivir no son las que están libres de conflicto. Por eso criamos a
nuestra hija en Nueva York. Aunque viene de un entorno relativamente
privilegiado, tiene que enfrentar en el día a día el hecho de que hay gente sin
techo. Tiene que aceptar que hay gente distinta, y eso creo que es muy
bueno.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>-La experiencia del robo armado que vivió con su hija
en la Argentina no es tan rara para muchos padres. ¿Cómo se le explica a un
chico lo que pasó?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Bueno, tuvimos mucha suerte de que nadie saliera herido,
porque como teníamos el dinero que llevábamos para ayudar a nuestros parientes
en la Argentina, pudieron tomar los billetes, las computadoras y las máquinas de
fotos relativamente rápido y se fueron. Mi hija vive en un entorno en el cual no
ocurre algo así a menudo, pero tiene que entender que es algo que le pasa a
mucha gente y que uno no puede dar media vuelta y decir: nunca vuelvo allí. Hay
que reconocer que el mundo es un lugar bastante feo, que nadie es inmune y que
nadie debería ser inmune. Y que si queremos que cambien las cosas no hay que
escaparse o enterrar la cabeza en la arena, sino trabajar para el cambio
político. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Cómo ve la situación argentina?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Se ve reactivación económica, es cierto. Pero si no va
acompañada por una mayor atención a la inequidad es difícil que el país salga
adelante, porque la inseguridad va a seguir creciendo. La inseguridad afecta
seriamente el crecimiento económico. Es un poco como el caso del huevo y la
gallina. Pero no veo que vaya a haber cambios grandes con esta continuación de
políticas neoliberales que la Argentina está viviendo. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Usted llamaría al gobierno de Kirchner
neoliberal?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-El neoliberalismo es más que una política de gobierno:
es un modo de hacer negocios y una ética individualista que vemos en varios
países de América latina nominalmente de izquierda, como Brasil, Chile y la
Argentina, donde fundamentalmente la cuestión del poder político y económico
tiene que ser abarcada de manera mucho más comprehensiva y seria. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Qué opina de los shoppings?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Personalmente, los encuentro aburridos. A la vez, muchas
veces terminan siendo el único lugar al que pueden ir los jóvenes. Eso es un
triste comentario sobre la calidad de la vida urbana y de cómo la libertad de
expresión que dan los espacios públicos empieza a desaparecer en la medida que
las actividades típicas de los espacios públicos pasan a espacios privados. Las
ciudades tienden a dejar de tener espacios públicos más allá de la calle, y la
calle misma no tiene vida en algunas ciudades. Afortunadamente, todavía las
calles de Buenos Aires tienen mucha vida. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Qué hay que hacer con las villas de
emergencia?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Tenemos que ser sofisticados al interpretarlas, porque
muchas veces son comunidades vibrantes en las cuales la gente se junta para
vivir de maneras muy innovadoras cuando no tiene un empleo permanente. Es un
error, y malo para las ciudades, poner a todas las villas de emergencia en una
misma bolsa y decir que todas son lugares malditos. No creo que pueda existir un
plan universal sobre qué hacer con ellas, pero cuando existe la oportunidad de
integrar poblaciones de altos ingresos con poblaciones de bajos ingresos hay que
aprovecharla de tal manera que ambas comunidades puedan trabajar juntas. Claro
que también hay casos en los cuales la calidad de las viviendas es tan, tan mala
y pobre que no hay opción salvo derribarlas y empezar de cero. En esos casos
posiblemente haya un desplazamiento de la población, y entonces hay que prestar
particular atención a los derechos de los desplazados. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-De chico usted quería escaparse de casa, pero
como la idea lo hacía sentir culpable se escapaba sólo con la imaginación. ¿Así
empezó su fascinación por la geografía y el urbanismo?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>-Es verdad. Yo nací y me crié en Gran Bretaña, en los
últimos días del imperio, y mucha gente cercana había viajado a sus confines, a
Asia, Africa, América latina, y me volvían locos los cuentos que traían. También
devoraba la literatura de viaje y aventuras, y coleccionaba estampillas. En el
momento de entrar en la universidad, la geografía, así como la antropología,
estaba muy ligada al imperio, porque se hacían mapas, se explicaban los recursos
humanos y los modelos de producción económica de las nuevas tierras. Yo entré en
la geografía muy joven y con un interés básicamente derivado de una perspectiva
imperialista. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿Y cómo se convirtió en el principal geógrafo
marxista?</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>- Bueno, hay que ser cuidadoso con eso, no me gusta el
término "marxista". El mismo Marx dijo que él no era marxista. Pero lo que
siempre me interesó fue la forma en que Marx investigó la naturaleza del
capitalismo, y creo que hay ciertas verdades importantes en lo que dijo respecto
de su lado explotador. Por otra parte, yo era parte de la juventud que en los 60
vio que en todo el mundo había revoluciones -Vietnam, el proceso de
descolonización- y tuvo que resituarse. Entonces, de estar sumergido en la
experiencia imperialista, me volví un critico de esa historia y descubrí que
leer a Marx resultaba una gran ayuda para iluminar la manera en la que se estaba
creando el mercado mundial. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>-¿El marxismo no está muerto o todavía es útil
para entender al mundo?</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR>-Bueno, ¡yo no estoy muerto! Y
creo que Marx todavía es útil para entender la realidad. Pero no hay que leer a
Marx como un Evangelio, como una verdad revelada, sino como una
inspiración.<BR><BR><BR>* David Harvey es geógrafo, sociólogo urbano e
historiador social de reputación académica internacional. Entre sus libros
traducidos al castellano en los últimos años: Espacios de esperanza (Akal,
Madrid, 2000) y El nuevo imperialismo (Akal, Madrid, 2004).
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información contenida en el boletín es
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size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>