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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=5>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR>Año III - 12 de septiembre 2006 - Redacción:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Nicaragua</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Del sandinismo al danielismo
<BR><BR>Mónica Baltodano *</STRONG></FONT><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Gara</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.gara.net/"><STRONG>www.gara.net/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify>El 5 de noviembre habrá elecciones generales en Nicaragua. El
Frente Sandinista presenta nuevamente a Daniel Ortega como candidato
presidencial, y muchos luchadores latinoamericanos piensan de buena fe que
Daniel Ortega y el FSLN siguen siendo los únicos referentes de la izquierda en
Nicaragua y, por tanto, le endosan todo su respaldo, ignorando las dramáticas
mutaciones político-ideológicas experimentadas por el FSLN y por Daniel Ortega
en los últimos años. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El FSLN, una formidable organización revolucionaria, es
hoy víctima del secuestro y control férreo de Daniel Ortega y de un pequeño
grupo de dirigentes sandinistas, convertidos en empresarios a partir de las
propiedades de las que se adueñaron con el reparto de bienes del Estado
realizado tras la derrota electoral del FSLN en 1990. Este grupo dominante no
sólo se apropió de bienes y de capital, también se apropió de las estructuras de
dirección del FSLN, centrando sus objetivos en el control de espacios de poder,
en el fortalecimiento de sus intereses económicos y en las apuestas electorales,
con una visión prebendaria de la política. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta transmutación no se produjo de la noche a la mañana.
Ha sido un proceso largo y continuo que aconteció no sin resistencias al
interior del sandinismo, provocando en él serias fracturas. Hasta hoy, sectores
de la militancia de base continúan soñando con que el FSLN pueda reivindicarse
como una fuerza de transformación comprometida con los excluidos. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Metamorfosis</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>La derrota electoral del FSLN en 1990 coincidió con un
proceso de reflujo de las ideas y de los procesos revolucionarios en todo el
mundo. En ese contexto, aquella derrota fue asumida por los sandinistas con
variados niveles de comprensión. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para unos significó el aniquilamiento de las
posibilidades de construir una sociedad más justa y el fin de la utopía. A
partir de esa perspectiva, iniciaron un recorrido de «ajustes a la realidad»,
camino que desembocó para algunos en claudicación. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Para otros, la derrota fue un revés en el camino de la
lucha que, aunque estratégico, no significó el cierre de las esperanzas, el fin
de la utopía o un punto final a las luchas por la construcción del otro mundo
posible, ése que algunos seguimos llamando socialista. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de la derrota del 90, la mayor parte del
sandinismo se propuso resistir el proceso de restauración del régimen
oligárquico. Sin embargo, esta voluntad no fue expresada ni en un programa ni en
una estrategia ni siquiera en tácticas a seguir. El enfrentamiento de las
complejas coyunturas de aquellos años impuso la lógica de priorizar las tareas
inmediatas, postergando la urgente tarea de crear una nueva visión estratégica.
Al pasar los años, los objetivos inicialmente proclamados fueron diluyéndose en
la práctica y, como ha escrito recientemente Humberto Ortega, del «radicalismo»
pasamos al «realismo político». </DIV>
<DIV align=justify>Las luchas en defensa de la propiedad ­las tierras y las
fábricas entregadas apresuradamente a campesinos, trabajadores y
cooperativistas­ adquirieron relevancia. Sin embargo, y lamentablemente,
esas luchas sirvieron para encubrir la apropiación indebida de medios y bienes
que hicieron algunos dirigentes sandinistas para su beneficio personal. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta «piñata» debilitó la indiscutida fuerza moral y
ética que tenía el sandinismo. Con la derrota electoral se diluyó también la
conducción colectiva. Y Daniel Ortega ­quien se mantuvo a la cabeza del
partido­ fue convirtiéndose en el principal y casi único representante del
FSLN y en el negociador de todas las luchas sociales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte, el movimiento social ­que no estaba en
capacidad de representarse a sí mismo, acostumbrado a depender de la dirección
de «la vanguardia», carente de autonomía y personalidad política propia­,
terminó siendo mediatizado por los intereses políticos del núcleo danielista, ya
penetrados por los intereses económicos del emergente «grupo económico
sandinista». Las organizaciones populares, que al inicio hicieron esfuerzos de
resistencia al proceso de contrarrevolución e implantación del neoliberalismo en
el país, terminaron muy pronto sometidas a los imperativos políticos impuestos
por la dirección del FSLN. Así, las luchas de carácter popular pasaron a ser
controladas por intereses políticos y no fueron el resultado de la dinámica
propia de los sectores sociales. En las luchas se incluyeron demostraciones
artificiales de fuerza, que pasaban rápidamente a la confrontación con métodos
violentos, lo que anulaba las posibilidades de masificar y legitimar la
resistencia popular al neoliberalismo. Cada una de estas confrontaciones
violentas concluía con las negociaciones directas de Ortega con el Gobierno de
Violeta Chamorro, sustituyéndose así la legitimidad de la lucha y el liderazgo
de sus dirigentes populares por el liderazgo de Ortega y la priorización de sus
particulares intereses. Esta dinámica duró varios años. 1997 marca el punto de
agotamiento de las luchas populares: una y otra vez instrumentalizadas desde
arriba, se evidenciaron ineficaces para lograr algún resultado significativo
para los intereses de la gente. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Pactos y componendas</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el Congreso Sandinista de 1998, en un contexto
estremecido por las acusaciones de violación sexual interpuestas por su hijastra
Zoilamérica, Ortega selló su viraje hacia la derecha dando su respaldo a la
corriente del FSLN denominada «Bloque de Empresarios Sandinistas» e
incrementando sustantivamente las cuotas de poder que ya tenían al interior del
FSLN. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En su alocución de cierre de aquel Congreso, Ortega, de
manera unilateral e inconsulta, anunció su decisión de deponer la lucha popular
para emprender el camino de la transacción y los pactos, camino que ya había
iniciado en 1997 negociando con Arnoldo Alemán ­recién llegado al
Gobierno­ la Ley de la Propiedad Reformada, Urbana y Rural. A partir de ese
año se inicia un proceso de transacción con este corrupto gobernante y con su
Partido Liberal Constitucionalista (PLC). El proceso concluyó con un pacto entre
las cúpulas políticas del FSLN y del PLC, que desembocó en una nueva y
antidemocrática Ley Electoral y en reformas a la Constitución para aumentar los
altos cargos del Estado, repartidos por Alemán y Ortega entre sus allegados. A
partir de entonces se hicieron evidentes las contradicciones que con la
corriente pactista encabezada por Ortega tenían varios diputados sandinistas en
el Parlamento. Víctor Hugo Tinoco y yo misma cuestionamos firmemente el pacto,
pero mientras avanzaba en componendas prebendarías con Alemán y la derecha,
Ortega aplicó la represión interna, las purgas al estilo estalinista y todo tipo
de maniobras para aniquilar cualquier expresión crítica en el seno del FSLN.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo más grave del pacto FSLN-PLC fue el compromiso asumido
por Ortega de desmovilizar las fuerzas sociales y neutralizar cualquier lucha
popular. Con el pacto, se terminaron todas las resistencias a las
privatizaciones, a las políticas del FMI y del Banco Mundial y a las diversas
expresiones de los planes de ajuste estructural. El pacto se expresó también,
aunque calladamente, en numerosas negociaciones subterráneas en torno a la
propiedad. Con ellas se incrementó el capital del emergente grupo económico
sandinista, integrado también por ex dirigentes obreros y campesinos, que ya
para entonces usufructuaban propiedades negociadas en los Acuerdos de
Concertación con el Gobierno de Violeta Chamorro y ahora repartidas en el pacto
con Alemán. Estas oscuras negociaciones permitieron también, sin ninguna
denuncia u oposición del FSLN, que Arnoldo Alemán desplegara la corrupción más
galopante nunca antes vista en Nicaragua. Así creció el nuevo grupo económico
emergente liderado por Alemán, el nuevo socio de Daniel Ortega. Con la exclusión
y el aislamiento de líderes históricos del sandinismo, y con la supresión de la
conducción colectiva, las bases sandinistas, desprovistas de información
adecuada, de educación política y no entrenadas en el debate, huérfanas del
instrumental ideológico para enfrentar las nuevas condiciones nacionales,
terminaron asumien- do como único liderazgo el del secretario general del FSLN,
Daniel Ortega. Están ahí las causas más inmediatas del caudillismo que hoy él
ostenta. La lógica de la democracia liberal provocó también una aguda lucha al
interior del FSLN en el afán de ser designados para ocupar los cargos
institucionales mejor remunerados y con más privilegios. Nombrar a los
principales dirigentes de las organizaciones populares en cargos institucionales
se convirtió también en un mecanismo para cooptarlos. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Gobierno pro yanqui</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este proceso, iniciado durante el Gobierno de Violeta
Chamorro, agudizado por el pacto con el PLC durante el Gobierno de Alemán,
encontró al FSLN en 2001, cuando llega al Gobierno Enrique Bolaños, en estado de
descomposición. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque ganó las elecciones dentro del PLC ­el partido
de Alemán­, Bolaños se enfrentó inmediatamente a Alemán acusándolo por
corrupción. Daniel Ortega aprovechó la situación de inestabilidad que esta
decisión creó y, en vez de asumir a fondo la lucha contra la corrupción,
encarnada en Alemán, escogió el camino de «jugar a tres bandas»: pactar con
Bolaños o con Alemán según conviniera a sus intereses. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto explica por qué, a pesar de las grandes
presiones de las bases sandinistas, y de la población en general, las posiciones
de la dirección del FSLN ante la corrupción de Alemán y de su gobierno fueron
prácticamente inexistentes. No fue hasta que Ortega logró pactar con Bolaños el
control del Parlamento y otras prebendas, que el «danielismo» ­hay que
llamarlo así, y no sandinismo­ dio sus votos para suspenderle la inmunidad a
Alemán. No fue hasta entonces que Ortega dio la orden a una jueza sandinista
para que dictara contra Alemán una sentencia condenatoria. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Bush y Bolaños</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>La permanente intromisión del Gobierno de EEUU en el
escenario político de Nicaragua, su odio visceral contra el sandinismo y la
actitud sumisa ante el Gobierno Bush del presidente Bolaños fracturaron el
precario equilibrio del pacto Ortega-Bolaños y favorecieron, con nuevos bríos,
el «repacto» Ortega-Alemán (para entonces, ya condenado a 20 años de «prisión»,
que cumple en su cómoda hacienda personal). Hasta esa prisión-hacienda llegaron
innumerables veces Daniel y sus allegados a reunirse con Alemán, y en la
borrachera de su maridaje ambos firmaron nuevos «acuerdos estratégicos» (¡con un
reo condenado a 20 años por robo descarado del erario público!). En enero de
2004, una de esas reuniones quedó plasmada, como prueba imborrable del
contubernio, en una ignominiosa fotografía que es hoy icono de la traición a los
ideales del sandinismo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los compromisos entre Alemán y Ortega van hoy más allá de
lo que aflora a luz pública: el reparto de todos los puestos públicos
importantes, el reparto de sentencias judiciales ­una para vos, otra para
mí­, el reparto de fondos desde la Asamblea Nacional ­uno para vos, otro
para mí­, el reparto de leyes, el reparto de jueces y magistraturas...
Además, este reparto la realizan con un descarado despliegue de poder inmune e
impune, como una forma de sembrar el temor generalizado. Hoy, las decisiones de
todas las instituciones del Estado en Nicaragua penden de manera directa de la
voluntad de Alemán o de Ortega. Ambos caudillos imponen su voluntad al margen de
la justicia y de las leyes. La percepción compartida de la mayoría de los
nicaragüenses es que estamos en manos de dos grupos mafiosos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A esta trágica situación hay que sumar que muchos de los
actuales dirigentes del FSLN se han «convertido» a grupos religiosos
fundamentalistas y supersticiosos, haciendo de la militancia política y de la
magia religiosa una confusa mezcla, en la que los delitos se transmutan en
pecados y el «amor» se ha vuelto la bandera política del FSLN. Esto ha
coincidido, no de manera casual, con otro pacto, el amarrado entre el cardenal
Miguel Obando ­enemigo frontal de la revolución sandinista y de la iglesia
popular durante los años 80­ y la familia Ortega-Murillo (esposa de Ortega y
lideresa de la nueva «espiritualidad»), tras favores de Ortega a Obando,
aprovechando los espacios del FSLN en el Poder Judicial y el Poder Electoral,
hoy presidido por un protegido de Obando, gracias al respaldo de Ortega. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El viraje del cardenal comenzó cuando se hizo claro que
las raíces de la corrupción del Gobierno Alemán tocaban también a la jerarquía
católica y a instituciones ligadas a ella. Entre los privilegios gozados al
amparo de la corrupción, el más conocido fue la introducción al país, libre de
impuestos, de centenares de vehículos de lujo para allegados del cardenal, a
través de COPROSA, su ONG. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La mayoria, más pobre</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante estos años el neoliberalismo ha logrado desmontar
casi todas las transformaciones sociales que hizo la revolución en los años 80 y
ha instalado un capitalismo voraz e inhumano. Se han privatizado los servicios
públicos, se ha entregado nuestra economía a capitales transnacionales, se ha
cedido el territorio nacional en concesiones mineras y forestales, se impulsa la
privatización de la salud y de la educación. Florecen lujosos comercios,
gasolineras, casinos... Para la gran mayoría del pueblo no queda otro camino que
los mal pagados empleos de las maquilas, la emigración o la supervivencia en la
más absoluta pobreza y falta de oportunidades. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los líderes oficiales del FSLN no han hecho nada para
enfrentar el despojo hecho al pueblo de los logros revolucionarios y la
cancelación de sus esperanzas en un futuro digno. Peor: también ellos han
participado en ese despojo a través de las instituciones estatales que controlan
y de las empresas que manejan. Sólo les queda la retórica revolucionaria, y la
única «oposición» que practican se orienta a controlar más puestos de poder.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>A principios del año 2005, un numeroso grupo de
sandinistas inició un movimiento político para postular al entonces saliente
alcalde de Managua, el sandinista Herty Lewites, como candidato presidencial del
FSLN. Correspondía resolver la aspiración de Lewites en elecciones primarias
internas, según lo establecen los estatutos del FSLN. Sin embargo, la respuesta
de la dirigencia oficial fue la eliminación de las primarias y la proclamación
ilegal y arbitraria de Daniel Ortega como candidato presidencial del FSLN, por
quinta vez y tras tres derrotas consecutivas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La supresión de las primarias presidenciales fue
acompañada de la expulsión del FSLN, sin que mediara ningún procedimiento legal,
de Lewites y de Víctor Hugo Tinoco. Toda suerte de descalificaciones fueron
lanzadas contra Lewites y quienes le apoyaban: «agentes del imperialismo»,
«agentes de la derecha», «enemigos de los intereses populares»...
Descalificaciones inconsistentes, pues Lewites había sido siempre una de las
personas de más confianza del propio Daniel hasta que osó desafiarle en su
candidatura presidencial. Tinoco había sido vicecanciller del Gobierno
sandinista y era miembro de la Dirección Nacional del FSLN, aunque desde el
comienzo se opuso al pacto con Alemán. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos actos autoritarios y arbitrarios concitaron un
repudio generalizado del sandinismo y contribuyeron a ir aglutinando en torno a
Lewites a sandinistas que durante estos años fueron marginados por Ortega:
Comandantes de la Revolución como Víctor Tirado, Henry Ruiz y Luis Carrión,
intelectuales como la escritora Gioconda Belli, el poeta Ernesto Cardenal y el
cantautor Carlos Mejía Godoy, Comandantes Guerrilleros como Mónica Baltodano y
Rene Vivas... y a un sinnúmero de líderes y militantes de base, que finalmente
organizaron el Movimiento Por el Rescate del Sandinismo (MPRS), una fuerza
política dispuesta a rescatar los valores e ideales sandinistas y a apostar por
un proyecto que transforme integralmente la situación de nuestro país. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Como objetivo de corto plazo, el MPRS decidió construir
una alternativa electoral para noviembre de 2006. En agosto de 2005 nos aliamos
con el Movimiento Renovador Sandinista, fundado en 1996 por el escritor Sergio
Ramírez y la Comandante Dora María Téllez. En mayo, con el Partido Socialista
Nicaragüense, el Partido de Acción Ciudadana y el Partido Verde Ecologista.
Otras alianzas incluyen hoy a movimientos políticos y sociales no partidarios,
como CREA (Cambio, Reflexión, Etica y Acción) ­que aglutina a miembros de la
Juventud Sandinista y a combatientes de la defensa de la revolución en la década
de los 80­, al Movimiento Autónomo de Mujeres y a asociaciones de víctimas
de plaguicidas (Nemagón). Más recientemente se sumó el Comandante Guerrillero
Hugo Torres, general retirado del Ejército Sandinista, reconocido por su
participación en acciones heroicas en la lucha contra la dictadura somocista.
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>El cartel de la derecha</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>A las elecciones de noviembre, la derecha concurre con
dos fuerzas: el PLC de Arnoldo Alemán y una nueva agrupación
liberal-conservadora, la ALN-PC, que trata de distanciarse de la corrupción y de
los estilos mafiosos de Alemán y del PLC. La ALN-PC cuenta con el respaldo del
gran capital nacional y, especialmente, con el beneplácito del Gobierno de
Estados Unidos, que ha hecho y seguirá haciendo lo imposible por unir a ambos
grupos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El escenario electoral nicaragüense está este año muy
lejos de la polarización de contiendas anteriores, donde los votantes tenían que
decidir siempre entre sandinismo y antisandinismo, pero donde los sandinistas
tenían una única representación: el FSLN y Daniel Ortega como candidato. Este
año, la Alianza MRS es la nueva fuerza política de izquierda, que reclama un
cambio profundo para Nicaragua y una refundación del sandinismo para poder
responder a las transformaciones que requiere nuestro país. <BR>La organización
de esta nueva alternativa electoral sandinista fue urgida por miles de
sandinistas opuestos al continuismo y a la corrupción de Daniel Ortega. Nos
negamos a concurrir a las elecciones con una camisa de fuerza basada en la
lógica de que no importa qué hagan los dirigentes, qué intereses favorezcan o
cuán cuestionables sean sus conductas, porque al final los sandinistas tenemos
que «cerrar filas» y votar por los candidatos que la cúpula «danielista» nos
haya impuesto, porque de lo contrario «sos un traidor pro imperialista». </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ciertamente, el discurso de Ortega y sus acercamientos
oportunistas a líderes de la izquierda latinoamericana buscan mostrarlo como un
izquierdista radical. Lamentable- mente, fuera de Nicaragua se desconoce la
esquizofrenia del FSLN y de sus dirigentes: en la boca un discurso de izquierda
y en la vida una práctica política corrupta y favorecedora del neoliberalismo y
de los intereses de la derecha. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Herty Lewites</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>El programa y el discurso del candidato original de la
Alianza MRS, Herty Lewites, eran moderados, no comprometidos demagógicamente con
cambios para los cuales no existe aún una correlación favorable en Nicaragua.
Lewites se proclamó de centro-izquierda y sin duda lo era, pero dentro de las
fuerzas que lo acompañaban hay mucha gente que ha luchado y sigue resistiendo
resueltamente el modelo imperante con radicalidad. Hoy, la realidad nicaragüense
reclama cambios institucionales y legales inmediatos y en este objetivo podemos
encontrarnos distintos sectores, aun desde matices y diferencias ideológicas,
sabiendo que después de las elecciones otras luchas están por hacerse. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Herty Lewites era un sandinista con larga trayectoria en
el sandinismo y un hombre que contaba con respaldo y simpatía en amplios
sectores del pueblo, más allá del sandinismo, por su capacidad para hacer cosas
a favor de la gente. Era una opción de centro-izquierda. Su candidatura
presidencial abrió una oportunidad para superar el pactismo, la corrupción, el
desprestigio de la clase política y el sometimiento de la nación a los intereses
de Daniel Ortega y de Arnoldo Alemán. Después de 15 largos años de
neoliberalismo y de corrupción, las fuerzas de izquierda y las fuerzas
progresistas teníamos la oportunidad de empezar a cambiar las cosas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Herty Lewites falleció de una dolencia de corazón el
pasado 2 de julio. Su muerte puso fin a 35 años de militancia en el Frente
Sandinista de Liberación Nacional, de donde fue expulsado por reivindicar
elecciones internas dentro del partido para que la militancia pudiera elegir su
candidato a la presidencia de la República. Fue alcalde de Managua por el FSLN
durante el período 2000-2004, considerándose su gestión la más brillante de la
historia de Nicaragua en la alcaldía capitalina. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras su muerte, el MRS eligió como candidato a Edmundo
Jarquín, abogado, economista y ex diplomático del Gobierno sandinista, quien
acompañaba a Lewites para el puesto de vicepresidente. Desde joven combatiendo a
la dictadura somocista, Jarquín ha estado en política formando parte del
sandinismo. Al pasar a ser candidato presidencial, su lugar a la vicepresidencia
ha sido ocupado por el cantautor Carlos Mejía Godoy. De Carlos Mejía puede
decirse que no es sólo un cantor popular, es también un político que puso
melodía y letra a las razones de la insurrección antisomocista y a los objetivos
de la revolución sandinista. Y al hacerlo construyó ideología, educó y
concienció masivamente, generó identidad y dio protagonismo al pueblo. Todas
ellas, tareas políticas. </DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>* Mónica Baltodano, ex comandante guerrillera del FSLN.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información contenida en el boletín es
de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>