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<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#800000 size=5>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></EM></STRONG></DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR>Año III - 20 de setiembre 2006 - Redacción: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Bolivia</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Petrobrás arma el gabinete...del
gobierno boliviano</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>¿Giro a la derecha de Evo Morales?
<BR><BR>Juan Pedro Denaday *</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Luego de que el MAS y el líder indígena Evo Morales
triunfaran de manera aplastante en las elecciones presidenciales de diciembre de
2005, hubo quienes lo interpretamos como una victoria popular contra el
imperialismo y advertimos que sería por lo tanto un gobierno asediado por la
derecha. Naturalmente nadie tenía expectativas en que el gobierno se
transformara un gobierno revolucionario ni nada por el estilo, pero en la
medida en que existía un 'empate' en la lucha de clases y las masas no tenían ni
la madurez ni el nivel de organización social y política como para imponer su
propio gobierno, la victoria de un emergente del movimiento campesino frente al
candidato del imperialismo Tuto Quiroga, representaba un resultado favorable a
los explotados. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La victoria electoral le abría nuevos desafíos al movimiento
popular, la posibilidad concreta de una nacionalización de los hidrocarburos y
la convocatoria a una Asamblea Constituyente donde las clases subalternas
pudiesen ejercer un peso específico e imponer sus demandas mediante el ejercicio
de su soberanía política. Aunque la organización del movimiento de masas no
fuese tal como para darle una salida revolucionaria al impasse en que había
ingresado la lucha de clases boliviana (posibilidad que algunos sostienen
invariablemente de forma ahistórica y un tanto alegre; me refiero a aquella idea
de que siempre, en todo momento y lugar, existe la posibilidad de desencadenar
una revolución socialista e imponer un gobierno obrero, al margen de la
situación histórica concreta y la relación de fuerzas realmente existente), al
mismo tiempo si había alcanzado un nivel de radicalidad y permanencia en el
tiempo tal como para ejercer una presión sobre el gobierno que lo obligara a
tomar algunas medidas de carácter progresivo. Estaba en duda, en todo caso, el
nivel de presión que esas masas pudiesen ejercer. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Los decretos de nacionalización del 1º de mayo, la
convocatoria a la Asamblea Constituyente y la campaña de "No a las autonomías
para la burguesía", fueron medidas que marcaban la posibilidad de que algunas
conquistas históricas se materializaran. El proyecto de Reforma Agraria, aunque
muy limitado, también apuntaba en este sentido. Cierta retórica conciliadora del
gobierno por momentos con Estados Unidos y por momentos con la derecha local,
reflejaban los aspectos más negativos y retardatarios del gobierno indígena.
Pero en la medida en que el gobierno mantuviera sus principales medidas la
retórica conciliadora podía ser entendida en un sentido táctico, e incluso como
la manifestación de una relación de fuerzas real. Y esto es precisamente lo que
viene modificándose con las últimas medidas de Evo Morales. Porque a la retórica
conciliadora para "calmar ánimos" se le han sumado una serie de concesiones
materiales, que representan un retroceso frente a los avances que se habían
comenzado a esbozar. Primero con los acuerdos para la Asamblea Constituyente,
donde se le otorgó una sobre representación innecesaria a los partidos de la
derecha. Fue precisamente esta concesión inicial del gobierno lo que le dio una
relativa legitimidad a la medida de paro cívico en Oriente, dado que el gobierno
quedó descolocado al querer imponer a último momento el criterio de mayoría
absoluta cuando previamente había negociado los dos tercios. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Petrobrás arma el gabinete...del gobierno
boliviano</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta línea de concesiones, cuyo exponente ideológico es
el vicepresidente García Linera, se ha profundizado con la renuncia del Ministro
de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada, que era la expresión de una línea
nacionalizadora "dura", aunque fuese en los marcos de un capitalismo de estado.
Este ministro quería afectar verdaderamente y de una manera radical los
intereses de las empresas petroleras, incluso de aquellas que envolvían un
problema diplomático con el Brasil y Argentina, como Petrobrás y Repsol
respectivamente. No en balde, antes de protagonizar esta experiencia
gubernamental, en su calidad de periodista especializado en el tema
hidrocarburos, Soliz Rada había definido al peronista Néstor Kirchner como un
"vocero de la Repsol". El ahora ex -ministro ha expresado claramente que dejó el
cargo tras la decisión del ejecutivo de "congelar la medida que disponía el
monopolio estatal de la comercialización del petróleo y excluía a Petrobras de
ese negocio" (Ver "Hay pugnas por aplicar el decreto", Pablo Estefanoni,
Página/12 19/09/06). </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>La expulsión de Soliz Rada y su reemplazo por el economista
moderado Villegas representa una clara concesión del gobierno de Evo Morales a
las transnacionales. El conflicto se originó por la intención del entonces
ministro Soliz Rada de que YPFB tomara el control de las refinerías de Petrobrás
así como la comercialización de sus productos (Ver En Bolivia, la oposición
exige un giro en la política petrolera, Agencias AP, AFP, EFE y ANSA, La Nación
17/09/06). Vale aclarar, que Petrobrás no es ni por casualidad (como se la
quiere presentar) una "empresa estatal", sino una sociedad anónima donde
invierten y obtienen enormes dividendos múltiples accionistas privados de varios
países, y donde el Estado brasilero es un accionista más y se encarga de la
administración burocrática de la petrolera. Además, por supuesto, como
brillantemente cumple la función el líder del PT, el presidente Lula da Silva,
el gobierno brasilero actúa como vocero y correa de transmisión de los intereses
imperialistas en la región. En esto, junto al presidente Kirchner, forman una
dupla ejemplar. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Contra la derecha, defender la Constituyente y la
Nacionalización</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No se trata por supuesto de desarrollar una oposición
frontal con el gobierno, adoptando posiciones doctrinarias que operen no sobre
la realidad de la lucha de clases sino sobre la base de esquemas imaginarios,
menos aún cuando existe un asedio importante de la derecha y el imperialismo
(que por otra parte consideran las concesiones gubernamentales como una muestra
de debilidad, pero de ninguna manera como la posibilidad de proyectar un acuerdo
estratégico). Las clases dominantes y el imperialismo tienen claro que en
definitiva las fuerzas sociales y políticas que el MAS representa son de
conjunto antagónicas a sus intereses. Pero tampoco hay que dejar de advertir y
marcar las limitaciones y concesiones del gobierno que representan un obstáculo
al proceso y que incluso puede introducir la desmoralización entre los sectores
populares. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El MAS no es un movimiento homogéneo, y hay que actuar sobre
esas contradicciones para orientarlo hacia la izquierda, hacia un curso de
medidas progresivas de carácter verdaderamente antiimperialistas y a una
confrontación abierta con la oligarquía. La profundización de un proceso de
medidas de carácter nacionalista y antiimperialista, abrirá la posibilidad
futura de desencadenar un proceso anticapitalista y de revolución social, que es
evidente no se encuentra maduro en la actualidad. Para ello, es insoslayable un
proceso de acumulación política y establecimiento de relaciones de fuerzas por
parte de las clases subalternas. En definitiva, para que el proceso avance y no
sea congelado es indispensable la movilización del movimiento de masas, sobre
todo de los sectores campesinos, indígenas y cocaleros, la vanguardia de El Alto
y las juntas vecinales que fueron la sabia vital de la lucha de clases en los
últimos años y otorgaron el voto popular masivo que permitió el acceso al
gobierno de Evo Morales. En este sentido, la defensa de una Constituyente
soberana y democrática, sin pactos con la burguesía, y la nacionalización total
de los hidrocarburos deben mantenerse como las banderas innegociables de los
movimientos sociales. <BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> * Corriente Praxis -
Argentina:<STRONG> </STRONG><A
href="http://www.corrientepraxis.org.ar">www.corrientepraxis.org.ar</A>
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información contenida en el boletín es
de fuentes propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas,
movimientos sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos
firmados no comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
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<DIV align=justify></FONT> </DIV></BODY></HTML>