<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2600.0" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><FONT color=#800000 size=5>
<HR>
</FONT></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT color=#800000 size=5>Boletín informativo -
Red solidaria de la izquierda radical</FONT></STRONG></EM></DIV>
<DIV align=center><EM><STRONG><FONT size=4><IMG alt="" hspace=0
src="C:\Documents and Settings\EH\Mis documentos\germain 1.JPG" align=baseline
border=0><BR>Año III - 21 de setiembre 2006 - Redacción: </FONT></STRONG></EM><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></EM></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Estados
Unidos</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La guerra contra los
trabajadores<BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>David
Sirota *</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial size=2>Revista Sin
Permiso</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.sinpermiso.info/"><STRONG>http://www.sinpermiso.info/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>El secretario de educación de los Estados Unidos, Rod Peige,
llamó a uno de ellos “organización terrorista”. El ex jefe del grupo mayoritario
en el Congreso, Tom DeLay, (representante por Texas) los llamó “un claro y
actual peligro para la seguridad de los Estados Unidos”. Y el congresista
Charles Norwood (representante por Georgia) dijo que ellos emplean “el tipo de
tiranía que los americanos están combatiendo y muriendo por derrotar en Irak y
Afganistán” y son por tanto “enemigos de la libertad y la democracia”, que con
su sola presencia demuestran “por qué todavía necesitamos la segunda enmienda a
la Constitución” para defendernos a nosotros mismos con armas de fuego.
<BR><BR>¿Quiénes son estas supuestas amenazas para América? No, no son
seguidores de Osama Bin Laden, sino sindicatos compuestos por millones de
trabajadores: conserjes, profesores, bomberos, oficiales de la policía... toda
clase de gentes. <BR><BR>Golpear a los trabajadores organizados es una patología
del Partido Republicano, llegando al extremo de que a los sindicatos se les
identifica mediante términos que antes estaban reservados a objetivos militares.
En su artículo de 1996, titulado “El GOP se prepara para la guerra contra el
Gran Trabajo”, el columnista conservador Robert Novak aplaudió la creación de un
“grupo de operaciones del comité GOP contra el movimiento trabajador” que se
propusiera un “gran asalto” a los sindicatos. Como uno de los legisladores del
Partido Republicano le dijo al mismo Novak, los líderes del GOP defienden una
“actitud anti-sindicatos que recuerda a la mentalidad de los palurdos en los
revivals.” <BR><BR>La hostilidad, por repugnante que sea, no puede sorprender a
nadie. Los sindicatos ejercen un poder a favor de los trabajadores, lo que
significa que presentan un obstáculo a las corporaciones de donantes del Partido
Republicano, que son los primeros interesados en poner el aumento de beneficios
por encima del resto de prioridades sociales. <BR><BR>¿Es que alguien se cree
que el salario mínimo llegó de improviso? ¿Alguien piensa en serio que los
seguros de asistencia médica en las empresas y las pensiones han seguido
funcionando durante todo este tiempo por causa de una especie de fuerza mágica?
No es el caso, ni mucho menos: los sindicatos han utilizado la negociación
colectiva para conservar estos derechos. Como se suele decir, los sindicalistas
son los tipos que trajeron el fin de semana. <BR><BR>Los números del gobierno de
los Estados Unidos explican como los sindicatos han ayudado a sus miembros.
Según un análisis a partir de datos federales hecho por la Labor Research
Associaciation (la Asociación de Investigación sobre el Trabajo), la media de
los trabajadores sindicados recibe un cuarto más en indemnizaciones que los
trabajadores no sindicados. El ochenta y nueve por ciento de los trabajadores
sindicados tienen acceso a asistencia médica pagada por la empresa en
comparación con sólo el sesenta y siete por ciento de los no sindicados. Los
trabajadores sindicados reciben, en fin, un veintiséis por ciento más de
vacaciones que los no sindicados. <BR><BR>Los sindicatos también benefician a
los trabajadores no sindicados. Esto se debe al “efecto amenaza sindical”, por
medio del cual las empresas anti-sindicatos establecen unas mejores condiciones
para evitar que los trabajadores se crispen y se organicen. Por ejemplo,
investigadores de la universidad de Princeton descubrieron que en las fábricas
que cuentan con un veinticinco por ciento de personal sindicado, la media de los
trabajadores no sindicados obtiene un siete y medio por ciento más en
indemnizaciones, precisamente a raíz de esta presencia sindical. <BR><BR>La otra
cara del asunto es obvia: Cuanto más aplastan las corporaciones y políticos a
los sindicatos, tanto más sufre el conjunto de los trabajadores. No es
coincidencia que mientras el número de miembros y el poder de los sindicatos han
disminuido bajo los ataques indiscriminados que éstos han sufrido, los
trabajadores han visto como se estancaban los salarios, se recortaban las
pensiones y su parte de los ingresos nacionales bajaba como no lo había hecho en
sesenta años. Al decir de los investigadores del Council on Foreign Relations
(Consejo de Relaciones Internacionales), el declive de los sindicatos “está en
correlación con el rápido y contundente aumento de la brecha salarial en los
Estados Unidos.” <BR><BR>El gran capital sostiene que el número de miembros de
los sindicatos ha bajado porque los trabajadores no quieren unirse a los
sindicatos –una idea que los datos de la opinión pública desmienten de forma
arrolladora. En el 2002, investigadores de la Universidad de Harvard y de la
Universidad de Wisconsin descubrieron que como mínimo cuarenta y dos millones de
trabajadores quieren organizarse en un colectivo de negociación, lo cual es más
que el doble de los actuales dieciséis millones de trabajadores ya sindicados
actualmente en Estados Unidos. Una encuesta nacional de 2005 hecha por el
reputado Peter Hart descubrió que el cincuenta y tres por ciento de trabajadores
no sindicados –lo que equivale a más de cincuenta millones de personas- quiere
unirse a un sindicato, dada la posibilidad de elección. <BR><BR>Cada vez más,
sin embargo, los trabajadores se quedan sin posibilidad real de elección. Según
expertos de la Universidad de Cornell, uno de cada cuatro empresarios despide
ilegalmente a un trabajador durante una jornada de reivindicaciones laborales,
tres de cada cuatro contratan consultores anti-sindicatos y ocho de cada diez
obligan a los trabajadores a asistir a reuniones antisindicales. Cuando los
trabajadores presentan una petición al gobierno para que ponga en vigor leyes
que protejan los derechos de asociación y organización, se les fuerza a ir ante
la National Labor Relations Board (Mesa Nacional de Relaciones Laborales), la
cual está dirigida por individuos anti-sindicatos que han sido nombrados por el
presidente, y que además está crónicamente falta de personal a fin de eternizar
los procesos. Cuando los demócratas han intentado ampliar los derechos
sindicales de los trabajadores mediante la introducción del Employee Free
Choice Act (Acta para la Libertad de Elección del Empleado), el GOP ha rechazado
la votación de la ley. <BR><BR>Así que cuando los legisladores del GOP prometen
su apoyo y su compromiso con los trabajadores en las celebraciones del Día del
Trabajo, recuerda: Los republicanos están haciendo la guerra contra los
trabajadores, es decir, contra los mismos por los que fingen preocuparse. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>* David Sirota es autor de Hostile Takeover (Crown, 2006)
y codirector de la Progressive States Network (<A
href="http://www.progressivestates.org">www.progressivestates.org</A>).
<BR><BR><STRONG><U>Nota</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1) “GOP” son las iniciales de “Grand Old Party”, que en una
traducción aproximada sería: “Viejo Gran Partido”, que es como se conoce
popularmente al Partido Republicano. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
<STRONG><EM><FONT size=3>La información contenida en el boletín es de fuentes
propias, sitios web, medios periodísticos, redes alternativas, movimientos
sociales y organizaciones políticas de izquierda. Los artículos firmados no
comprometen la posición editorial de Correspondencia de Prensa. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV></FONT></BODY></HTML>