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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=5><U>boletín informativo - red solidaria de
revistas</U><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 25 de octubre 2006 - Redacción:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=5>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=center>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><FONT
size=3><STRONG>Imperialismo</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Incoherencias en el pensamiento
estratégico estadounidense <BR></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>De las guerras asimétricas al "caos
constructivo" <BR></DIV></STRONG></FONT>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT face=Arial>Marwan Bishara *</FONT>
</STRONG></DIV><FONT face=Arial size=2></FONT>
<DIV align=justify><BR><FONT face=Arial size=2><FONT size=3><STRONG>Le Monde
Diplomatique, "el Dipló", Nº 88</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><FONT size=3><STRONG>Buenos Aires,
octubre 2006<BR>Traducción de Lucía Vera</STRONG></FONT> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>"Vemos germinar un futuro brillante
en el Gran Medio Oriente", afirmó el presidente estadounidense George W. Bush en
la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, observadores y
analistas realizan un balance más que crítico de la "guerra mundial contra el
terrorismo", lanzada por Estados Unidos hace cinco años. Washington se revela
incapaz de pensar los nuevos tipos de conflicto.</FONT></DIV><FONT face=Arial
size=2>
<DIV align=justify><BR>El 12 de septiembre de 2001 debía iniciarse' en la
Universidad Estadounidense de París un curso titulado "La guerra asimétrica en
la era de la mundialización". Los acontecimientos del día anterior en Estados
Unidos brindaron, evidentemente, un perfecto estudio de caso: Al–Qaeda, un grupo
transnacional según el modelo del Segmented, Polycentric Ideologically Networked
Groups (SPIN, Red Ideológica Policéntrica Segmentada), con una estructura
flexible y horizontal, a la manera de los grupos ecologistas o feministas, y
también de las organizaciones clandestinas como las mafias, los carteles de
droga y otras redes de tráficos ilegales (1). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero desde el 11 de septiembre Washington redefinió las
amenazas y los enemigos asimétricos distinguiendo sólo entre "los que están con
nosotros" de "los que están contra nosotros", en función del humor y los
intereses de quienes toman las decisiones, sin gran relación con las nuevas
amenazas "reales". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Transformar movimientos clásicos de resistencia
anticolonial y regímenes laicos en objetivos de la guerra global contra el
terrorismo, poniéndolos en la misma categoría que Al–Qaeda y otras redes
criminales, fue algo más que un error: fue una catástrofe. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante los diez años anteriores, unos cuatro millones de
personas, principalmente civiles, perecieron en guerras no convencionales,
financiadas por el tráfico de diamantes, de drogas o de armas. Esto atemperó en
parte el optimismo nacido al final de la Guerra Fría. Antes, la mayoría de los
conflictos resultaban de la rivalidad entre las dos superpotencias. Ahora, los
planificadores del Pentágono asocian las nuevas guerras a la mundialización y
analizan la amenaza que representan para la seguridad de Occidente. Identifican
especialmente dos tipos de amenazas, denominadas asimétricas: por un lado,
guerras internas, debidas principalmente al debilitamiento o a la desintegración
de algunos Estados bajo la presión de la mundialización; por otro, amenazas
transnacionales provenientes no de otro sistema, territorio o religión, sino de
un nuevo paisaje estratégico más violento, con "pequeñas guerras criminales",
subdesarrollo y transformaciones demográficas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Generalmente se admite que las amenazas globales
asimétricas. del tipo Al–Qaeda surgen de la rebelión de poblaciones arrolladas
por la mundialización. Desde los Estados sin porvenir, como Somalia, hasta los
bolsones de pobreza existentes en los Estados más ricos, esas poblaciones se
levantan contra los centros que dominan el planeta. Encendidas por las
desigualdades que produce la dominación neoliberal, utilizan las nuevas
tecnologías de la comunicación para acercar a los rebelados de todos los países.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto poco tiene que ver con Hamas, Al Fatah,
Hezbollah u otros movimientos de resistencia nacional como el de Irak. La
administración del presidente Bush ha demonizado a todos esos grupos, los ha
asimilado a Al–Qaeda y presentado como vinculados con el "fascismo islámico", en
lugar de involucrarlos en procesos políticos que condujeran hacia la liberación
de sus territorios, lo que habría podido contribuir al combate contra Al–Qaeda.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, el hecho de que esos movimientos dirijan
guerrillas urbanas de baja intensidad no los emparenta –aun cuando a veces
recurran al terrorismo– con el mismo peligro asimétrico global. Contrariamente a
la "yihad contra los cruzados y los judíos", ellos se apoyan en una base popular
y muestran objetivos territoriales justos y definidos; y se declaran dispuestos
a soluciones políticas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque Estados Unidos no ha sufrido (todavía) nuevos
ataques, los atentados que sacudieron a capitales como Madrid y Londres fueron
perpetrados por musulmanes occidentales. Éstos se inspiraron en el programa
populista de Al–Qaeda, pero también en las imágenes guerreras provenientes de
Irak y Palestina; son propiamente la definición de los ataques planetarios de
carácter global y "asimétrico". </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>"Fracasando con éxito"</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al–Qaeda y otros grupos del mismo tipo sacan provecho de
la guerra lanzada desde hace cinco años para aplastarlos. Su poder reside en su
capacidad para asegurarse el apoyo y la adhesión de musulmanes oprimidos y
encolerizados, que se sienten afectados por la "guerra mundial contra el
terrorismo" llevada a cabo por Washington y sus aliados en Afganistán, Irak,
Palestina y Líbano. La inteligencia y el carácter imprevisible de esta acción
asimétrica contrasta de manera sobrecogedora con el empleo excesivo de la fuerza
por parte de Estados Unidos en esas guerras territoriales tan previsibles como
fracasadas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El primer conflicto contra el "terrorismo apocalíptico"
–en Afganistán– fue considerado por algunos moralistas pacifistas como la
"primera guerra justa" de Estados Unidos. Fue lanzada con recursos y objetivos
limitados. Pero la injusticia inherente al empleo de "medios abusivos y la
fijación de objetivos excesivos" (2) la comprometió rápidamente. El uso excesivo
de la fuerza con relación a los objetivos declarados mancilló la legitimidad de
la guerra, reavivó las llamas del militantismo islamita y justificó los llamados
a la guerra santa. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los F–16 y los misiles Tomahawak dominaban los cielos
pero, "en el suelo, siempre son los kalashnikov los que establecen la ley" (3).
Estados Unidos hubiera podido desembarazarse de Al–Qaeda mediante golpes
dirigidos a los planificadores y ejecutantes del 11 de Septiembre, sin por eso
alienar a toda la población afgana, que se había vuelto indiferente, e incluso
hostil, hacia los "afganos árabes". </DIV>
<DIV align=justify><BR>No es casual que los talibanes estén de vuelta cinco años
después, más obstinados que nunca. En un discurso pronunciado el 12 de
septiembre pasado, el presidente pakistaní Pervez Musharraf señaló el riesgo de
una "nueva talibanización", como una amenaza estratégica para Afganistán y
Pakistán. La extensión de este tipo de extremismo religioso violento es mucho
más peligrosa que la superestructura de Al–Qaeda que, en su opinión, debe ser
combatida principalmente por medios políticos (4). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde que comenzó la guerra, fuera de Kabul, no se avanzó
nada o casi nada, y la población sufre la contienda y las privaciones. El caos
perdura, se reavivó el tráfico de drogas (que representa más del 90% del
aprovisionamiento mundial de opio) y los jefes tribales, los señores de la
guerra y los islamitas reinan sobre el resto del país. <BR>Cinco años después de
su caída, los jefes talibanes hostigan a las tropas de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y les causan pérdidas cada vez más
importantes, hasta el punto de que en septiembre debieron solicitar refuerzos.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>A pesar de la presencia de 20.000 soldados
estadounidenses, alrededor de 2.000 personas fueron asesinadas desde el inicio
del año, incluyendo parlamentarios, personalidades religiosas, alcaldes, etc.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según los medios, "el 60% del país está privado de
electricidad, y el 80% de la población no dispone de agua potable. La ausencia
de una policía confiable (.. .) creó un vacío que fue llenado por toda suerte de
fuerzas anti–gubernamentales: islamitas en el sur, señores de la guerra de los
años' 80 en el oeste, traficantes de droga en el norte. Y, durante este tiempo,
los combates que enfrentan a las fuerzas de la coalición con los talibanes
interrumpieron los nuevos proyectos de reconstrucción y disminuyeron el alcance
de los que se terminaron. Sólo la mitad de la ayuda prometida al país en 2001
fue distribuida, y la ruta de Kabul a Kandahar, cuya reconstrucción fue el mayor
logro de Estados Unidos hasta ahora, hoy está inutilizable a causa del nivel de
violencia que reina en ella" (5). </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Los fuertes y los débiles</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Así es el resultado de la incapacidad de Estados Unidos
para concentrarse en los esfuerzos de reconstrucción, sin mencionar siquiera el
mini "plan Marshall" prometido a un país transformado cínicamente por Washington
y Moscú en polígono de tiro de la Guerra Fría. Un año después, la operación
"Enduring Freedom" era ya una "guerra olvidada", a la que los medios de
comunicación estadounidenses no prestaban la menor atención, ya que Washington
se había embarcado en una guerra todavía más vasta y más cínica. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En su cuarto año ya, la ocupación de Irak, el segundo
frente de la "guerra mundial contra el terrorismo", no está próxima a terminar.
Este verano, la escalada de violencia desmintió el optimismo que siguió a la
muerte de Abu Mussab Al–Zarqawi, el jefe local de Al–Qaeda: según el
vicepresidente Richard Cheney, "la resistencia agonizaba". Pero en un informe
reciente, el jefe de los servicios secretos de los Marines en Irak escribió:
"Las fuerzas militares de Estados Unidos no pueden hacer prácticamente nada para
mejorar la situación política y social". Sus pérdidas están en vías de alcanzar
el número de víctimas, de los ataques del 11 de Septiembre (6). <BR>La violencia
multiforme polariza a Irak entre sunnitas y chiitas, acentúa la tiranía del
nuevo régimen y alimenta más que nunca la escalada contra los ocupantes. El
Instituto de Medicina Legal de Bagdad ha contabilizado más de 1.500 cadáveres
iraquíes en junio de 2006, y en julio se batieron todos los récords: 1.855
muertos. El mes de agosto, a pesar del despliegue en la capital de 8.000
soldados estadounidenses y de otros 3.000 iraquíes, terminó con 1.526 víctimas,
una áspera desmentida para los militares que se jactaban de una caída del 52%.
Ahora es el ministro de Salud quien se encarga de contabilizar los cadáveres, ya
que los responsables del instituto médicolegal que divulgaron estas cifras
¡fueron “jubilados”! (7). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de más de tres años de guerra, una de dos: o,
como se espera, la situación empeorará y el país se "hundirá en el caos", como
predijo el presidente del Parlamento Mahmud Al–Mashadani; o, por algún milagro,
Irak sobrevivirá al actual deterioro, pero el atolladero transformará a la
operación "Libertad para Irak" en una guerra imposible de ganar. En ambos casos,
la multiplicación de grupos insurgentes, de células de resistentes y también de
escuadrones de la muerte, bandas criminales y grupúsculos paramilitares,
complicará enormemente la contra–insurrección y los trabajos de reconstrucción,
los dos pilares sobre los que se apoya todo éxito. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La complejidad de la situación es tal que, por un lado,
cada vez se hace más peligroso para Estados Unidos quedarse en Irak y, por otro,
cada vez resulta más irrealista declarar que la batalla está ganada, al mismo
tiempo que se permite que el país se hunda en una guerra civil. Tanto en una
como en otra hipótesis, se plantean grandes problemas para los intereses
estratégicos de Estados Unidos y para su capacidad de disuasión en esta región
particularmente volátil. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El fracaso iraquí reforzó a sus enemigos, como el Irán
del presidente Ahmadinejad, y dañó la seguridad de su país. ¿Cómo sorprenderse
de que actualmente, para tres estadounidenses de cada cinco, la guerra de Irak
ha hecho más probable un nuevo ataque terrorista contra su territorio? </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo mismo ocurre con Somalia, en camino hacia una
"talibanización" desde que los tribunales islámicos, después de vencer a los
jefes tribales reclutados por las fuerzas estadounidenses de Etiopía y Djibouti,
tomaron el control de Mogadiscio y se expanden en diferentes regiones– Los
conflictos en Somalia acentúan la desestabilización de todo el Cuerno de África,
en detrimento de los intereses de Washington. Ya se supone que esta zona albergó
los centros de reclutamiento y de entrenamiento donde se prepararon los
atentados de junio de 1998 contra las embajadas estadounidenses de Nairobi y
Dar–es–Salaam, que causaron 250 muertos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Según el International Crisis Group, la actual
inestabilidad "amenaza extenderse a una gran parte del sur, desestabilizando
territorios autónomos pacíficos como Somaliland y Puntland, dando tal vez lugar
a ataques terroristas contra países vecinos" (8). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo mismo podría decirse de las guerras asimétricas que
desarrolla Israel en Palestina y Líbano –el presidente George W Bush presentó al
País del Cedro como uno de los "tres frentes de la guerra mundial contra el
terrorismo" (9) </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estas guerras han llevado a callejones sin salida
estratégica, después de enormes destrucciones y de la muerte de miles de
palestinos, libaneses e israelíes. A pesar del apoyo diplomático, logístico y
estratégico de Estados Unidos a la guerra de Israel en la Franja de Gaza, y de
su incitación para extenderla al Líbano, estas aventuras amplificaron la
popularidad de Hamas y reforzaron la influencia de Hezbollah en el Líbano. La
fuerza de disuasión estratégica de Israel resultó debilitada, hasta el punto de
que si pusiera en práctica su proyecto de "retiro unilateral" de los territorios
ocupados correría el riesgo de que se creara allí una resistencia de tipo
Hezbollah (10). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque hasta ahora las guerras asimétricas han revelado
ser mucho más eficaces para los enemigos de Estados Unidos que las guerras
convencionales, raramente terminan con una bandera blanca y una clara distinción
entre ganadores y perdedores. Los movimientos de resistencia no pueden
vanagloriarse de haber obtenido una victoria completa cuando sus países fueron
bombardeados, ocupados y devastados, de la misma manera que sus adversarios no
pueden pretender haber alcanzado sus objetivos. Unos y otros pierden, pero el
más débil puede reivindicar una victoria estratégica, simplemente porque el más
fuerte no logró imponer su voluntad. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Y, sin embargo, el informe publicado por la Casa Blanca
en septiembre de 2006, "National Strategy Report for Combating Terrorism", sólo
da cuenta de los "logros" y de los "desafíos" encontrados en lrak, en Afganistán
y otros lugares: nunca de los fracasos. La capacidad de Washington para
continuar "fracasando con éxito" tuvo únicamente la consecuencia de hacer crecer
la retórica y los desafíos de la guerra; pero hizo cada vez más improbable la
detención de esta carrera hacia el abismo. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La extensión sin fin del campo de guerra es peligrosa. A
menos que se entienda la palabra de manera metafórica –de la misma manera que
"hacer la guerra" al crimen o a la pobreza no supone llegar a un resultado
definitivo–, la "guerra perpetua para una paz perpetua", expresión
contradictoria en sus términos, no puede llevar, en términos teológicos, más que
a la muerte. Hemos entrado en el ámbito de una estrategia escatológica contra el
Mal absoluto con un programa constructivo... de destrucción. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Con esta perspectiva, Washington ya habría obtenido un
"éxito" estratégico al sembrar el "caos constructivo" en la región, levantando a
los regímenes; grupos y etnias competitivas unos contra otros. La cínica
voluntad de llevar la guerra hacia el enemigo consiste, en realidad, en
destruir, dividir y reinar. Así, la guerra civil iraquí se origina en la presión
del ocupante, mientras los combates internos son los que desgarran a Somalia. En
Líbano, sube la tensión entre el Hezbollah, apoyado por Irán, y los sostenedores
de la política estadounidense, después de que Israel destruyera una parte
importante de la infraestructura, empujara al éxodo a un tercio de la población
y matara a más de 1.200 civiles sin por eso alcanzar sus objetivos de guerra.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante todo este tiempo, prosigue el sitio de los
territorios ocupados, con la aprobación de Estados Unidos, fortaleciendo así a
los islamitas de Hamas ante los "laicos moderados" de Al Fatah e impulsando,
como en Irak, a la descentralización del poder que se disputan las milicias
locales palestinas. </DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La superpotencia impotente</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Tensiones y guerras debilitan a los gobiernos centrales,
socavando la soberanía de los Estados y abriendo la vía a nuevos actores más
eficaces. Un Estado que ya no protege a sus ciudadanos pierde toda su
legitimidad: por eso el hecho de reemplazar los gobiernos de Medio Oriente, por
más representativos que sean, por actores intra–estatales o super–estatales para
la gestión de la seguridad conduce inevitablemente a una catástrofe. Aunque el
Estado puede ser reformado, la supremacía de esos actores lleva, según la
fórmula de Alain Joxe, a un "imperio del caos", que se extenderá de Somalia a
Afganistán, y hasta los cinturones de miseria de las capitales occidentales.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Admitamos por un momento que el final de esta guerra esté
determinado por la pregunta de Donald Rumsfeld: "¿Llegamos a matar o a capturar
a los yihadistas más rápidamente de lo que nacen?". La mayoría de los
observadores se unen a la respuesta de un ex secretario de Estado de la marina,
John Lehman: ''un no enfático". (11) <BR>Cinco años, cinco conflictos y cinco
mil millones de dólares más tarde, la guerra planetaria que Washington lleva a
cabo contra el terrorismo fortaleció a sus enemigos fundamentalistas y debilitó
a sus "clientes" moderados. La administración Bush se ha comportado como un
bombero pirómano: aplicó estrategias preventivas multilaterales y medidas
especiales de información con el fin de precaverse de los ataques terroristas.
En realidad, como hemos visto, la Casa Blanca incrementó las amenazas, que
habían culminado en los ataques contra Nueva York y Washington. (12) </DIV>
<DIV align=justify><BR>Contrariamente a las conclusiones de un informe
autojustificador, citado más arriba, de septiembre de 2006, los "éxitos"
operativo s estadounidenses se han visto comprometidos por fracasos
estratégicos, que transformaron sus juramentos de victoria en otros tantos
castillos en el aire. De Afganistán a Somalia y a las comunidades musulmanas del
mundo entero, aumentaron las amenazas "asimétricas" dirigidas a Estados Unidos y
sus aliados. La única superpotencia mundial parece cada vez más impotente para
controlar su propia empresa devastadora. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Henos aquí bien lejos de la situación previa al 11 de
Septiembre. Aun cuando los pueblos de Medio Oriente no vertieron lágrimas por
las Torres Gemelas, tampoco lloraron por la expulsión de los talibanes de
AI–Qaeda. A pesar de las ofensivas contra lrak y las de Israel contra Palestina,
Estados Unidos ha gozado de una amplia cooperación en su guerra al terrorismo
por parte de los regímenes árabes. Éstos también aprobaron, en 2002, una
ambiciosa iniciativa de paz para poner fin al conflicto con Israel, en la
esperanza de que Washington optaría por una política de paz. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero fue en vano, porque la administración Bush prefirió
la venganza a la reconstrucción. Esta estrategia parece sustituir a la anterior,
de contención de la Unión Soviética. Resumida en una publicidad electoral
republicana, podría ser: varios zorros peligrosos y tremendos reemplazan a un
solo oso poderoso. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La administración Bush persevera en nuevas exhibiciones
de fuerza en el planeta. En 2004, una gira europea del subsecretario de Estado
Marc Grossman acabó resultando chocante para sus aliados de la OTAN, debido a la
envergadura de las reorganizaciones previstas de las fuerzas estadounidenses, en
ese momento estacionadas en Europa, hacia Asia, África y Medio Oriente. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Algunos llegaron a ver en ello el anuncio de una nueva
guerra mundial. Este despliegue abarcó a pequeños contingentes móviles de las
Fuerzas Especiales, en primer lugar en el centro y sur de Asia, luego en África
y en el Mediterráneo. No se dirigieron a América Latina, ya bajo la influencia
estadounidense. Finalmente, .algunas tropas podrían desplegarse en algunos
países del Viejo Continente (13). </DIV>
<DIV align=justify><BR>Estados Unidos tuvo razón en prever amenazas asimétricas
antes del 11 de Septiembre, pero desde entonces, las soluciones que recomienda
son malas. Aunque Europa haya subestimado los nuevos desafíos, propuso un
enfoque mucho mejor de las amenazas, basado en esfuerzos multilaterales y en una
gobenabilidad más justa y más sensible, que refleja su propia orientación como
proyecto regional pacífico que privilegia la diplomacia. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La banalización de la violencia, a la sombra de los
interminables conflictos del "Gran Medio Oriente", tuvo un fuerte impacto sobre
las comunidades árabe–musulmanas de Occidente, aunque las líneas de fractura
corren el riesgo de extenderse desde los barrios periféricos de Bagdad y El
Cairo a los de las grandes ciudades occidentales. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Washington se atasca en las arenas movedizas del "Gran
Medio Oriente" en cada uno de sus movimientos, porque la administración Bush se
niega a aprender dos lecciones sobre la guerra asimétrica en esta región. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En primer lugar, el 11 de Septiembre mostró que en la era
de la mundialización, la violencia y el extremismo provocados por guerras
criminales, ocupaciones ilegales y la ausencia de porvenir para algunos Estados,
no pudieron dejar de desbordar las fronteras nacionales y regionales, poniendo
en peligro el corazón del mundo occidental, gracias a las facilidades ofrecidas
por los transportes modernos y la transmisión en directo por satélite de las
imágenes de guerra y los sermones que representan otras tantas provocaciones e
incitaciones. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Y, sin embargo, los esfuerzos occidentales no se
concentraron en medidas de reconciliación y rehabilitación, como por ejemplo, la
reconstrucción de Afganistán o la solución de la cuestión palestina, principal
fuente –de lejos– de los sentimientos antiestadounidenses. Empujada por los
grandes grupos petroleros y militar–industriales, la administración Bush
prefirió exhibir sus fuerzas: invadió Irak y sus fabulosas reservas de petróleo,
apoyó la última ofensiva israelí en Palestina y, de manera. más general,
contribuyó a la desestabilización regional. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Vayamos a la segunda lección, que viene del siglo XX:
nadie ha vencido a una guerrilla, o una insurrección, en el marco de una guerra
de baja intensidad, en suelo extranjero. Si juzga por las experiencias soviética
en Afganistán y la francesa en Argelia, así como por su propia historia en
Vietnam, Estados Unidos debería saber que el arsenal más sofisticado y más
destructor no evitará que sus tropas estén mucho menos motivadas que las de sus
adversarios, más frágiles, y por lo tanto más capaces de retroceder. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En un conflicto percibido como un enfrentamiento entre
una cruzada egoísta y una yihad desinteresada, los soldados estadounidenses,
israelíes y británicos, mejor entrenados, pagados y equipados, se esfuerzan
sobre todo por sobrevivir, en una guerra que juzgan muchas veces superflua. Sus
adversarios, en cambio, son voluntarios militantes con un equipamiento modesto,
pero dispuestos a sacrificar su vida en una confrontación que creen necesaria.
Mientras Estados Unidos llora sus muertos, los grupos de la resistencia celebran
los suyos. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En cada uno de los cinco conflictos mencionados, la
fragmentación de los grupos de guerrilla, de insurgentes y de resistencia agravó
las dificultades de Estados Unidos en esos conflictos asimétricos, más aun
porque los sentimientos antiestadounidense s aumentan en los territorios
devastados. El propósito de toda guerra debe ser la paz, que sólo resulta de una
negociación política. Pero ésta se vuelve cada vez más problemática porque
Estados Unidos no tiene objetivos coherentes y bien definidos. Lo que complica
el "paisaje estratégico", porque Washington tiene muchos enemigos sin una clara
identificación territorial pero dotados de un proyecto político bien definido.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entonces, ¿quién elude la cuestión central, es decir, qué
estrategia supone verdaderamente la guerra al terrorismo? </DIV>
<DIV align=justify><BR>En Estados Unidos, los medios de comunicación y el
Congreso tienen dificultades para responder a esta pregunta después de la serie
de fracasos infligidos al "Gran Medio Oriente". ¿Se equivocó la administración
Bush? ¿Fue llevada a cometer errores en sus guerras en Medio Oriente (desde el
asunto de las armas de destrucción masiva hasta las flores que lanzaba a los
soldados el pueblo liberado por ellos), o bien engañó intencionalmente al pueblo
de Estados Unidos, con una política deliberadamente mentirosa al servicio de
algunos objetivos específicos? </DIV>
<DIV align=justify><BR>La hipótesis de la mistificación parece más verosímil que
la del malentendido. Basta, para convencerse, observar cómo el presidente Bush,
en ocasión del quinto aniversario del 11 de Septiembre, se dedicó a amalgamar a
todos los adversarios de Estados Unidos, calificados de "amenaza terrorista",
para prometer "ganar con la ayuda de Dios la gran lucha ideológica del siglo
XXI". </DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Cómo conciliar esas inspiradas expresiones con las
espectaculares revelaciones que deslegitimaron su guerra antes incluso de que
comenzara, en un momento en que, además, la posguerra se convierte en pesadilla?
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Profesor asociado en la Universidad Estadounidense de
París, autor de “Palestlne–Israel: la paix ou l'apartheid”, La Découverte,
París, 2002.<BR><BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG><STRONG><U></U></STRONG><BR>1.– M.
Bishara, "La era de las guerras asimétricas", Le Monde diplomatique, edición
Cono Sur, Bueno.. Aires, octubre de 2001. Véase también el dossier de Le Monde
diplomatique de septiembre pasado sobre el post 11 de Septiembre. <BR>2.–
Richard Falk, The Hation, Nueva York. 29–10–01. <BR>3.– Michael Howard, The
Invention of Peace and the Reinvention of War, Profile, Londres, 2001. <BR>4.–
El presidente paquistani señaló la responsabilidad geopolitica de Pakistán, de
Occidente y especialmente de Estados Unidos en el crecimiento del extremismo
religioso en Afganistán, porque hizo venir a 30.000 mujaidines del mundo entero
en los años 1980, para luego abandonarlos al final de la guerra. <BR>5.– Time,
Nueva York. 18–9–06. <BR>6.– The Washington Post, 11–9–06. <BR>7.– Mark
Brunswick y Zaineb Obeid, Los Angeles Times, 10–9–06. <BR>8.– ICG, "Can the
Somali crisis be contained?", Africa Report, Bruselas, W 116, 10–8–06:
www.crisisgroup.org/home/index.dm?id=4333&1=1 <BR>9.– Le Monde, París,
16–8–06. <BR>10.– Robert Malley, The Hew York Review of Books, 21–9–06.
<BR>11.– Los Angeles Times, 21–8–06. <BR>12.– Ami Belasco, "The Cost of
Iraq, Afghanistan, and other global war on terror operations since 9/11",
Congressional Research Service, Washington, 14–6–06. <BR>13.– Estos planes se
detallan en Foreign Aftairs, Vol. 85, W S, Nueva York, septiembre–octubre de
2006.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>