<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
<HTML><HEAD>
<META http-equiv=Content-Type content="text/html; charset=iso-8859-1">
<META content="MSHTML 6.00.2900.2523" name=GENERATOR>
<STYLE></STYLE>
</HEAD>
<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 14 de noviembre
2006 - Redacción: </STRONG></FONT><A href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Irak</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El halcón pierde un ala
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El desastre militar en Irak
</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Arthur Lepic *</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El Estado Mayor de Estados Unidos
considera a Donald Rumsfeld responsable del desastre militar en Irak. No porque
el secretario de Defensa sea responsable de la guerra sino por no haber puesto a
la disposición de las fuerzas armadas todos los medios que pedían. La protesta
de los generales alimentó el descontento de una opinión pública militarizada que
castigó a la administración Bush en las urnas. Arthur Lepic hace el balance
desconocido de la guerra en Irak.</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Red Voltaire</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><A href="http://www.voltairenet.org/"><STRONG><FONT
size=3>http://www.voltairenet.org/</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Los electores estadounidenses utilizaron las elecciones
de medio término para castigar a la administración Bush por su política en Irak.
La sanción no tiene que ver con la decisión de desencadenar la guerra, que tuvo
el apoyo masivo de demócratas y republicanos y que sirve de pedestal al
«bipartidismo renovado». Tampoco tiene que ver con el costo humano para el
pueblo iraquí. La prensa estadounidense no se ha hecho eco de los estudios
demográficos que estiman en 650 000 el número de muertos civiles desde el
comienzo de la invasión anglosajona [1]. El castigo tiene que ver exclusivamente
con el costo, financiero y humano, que esta operación está teniendo para Estados
Unidos. Aunque los medios de difusión dominantes minimizan los hechos y se
abstienen de ofrecer un panorama de la situación, los testimonios de veteranos
siguen circulando y, sobre todo, el descontento de los oficiales superiores
constituye para los electores una fuente indirecta de información, que no tiene
nada en común con un llamado a la paz.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Las operaciones de la Resistencia iraquí aumentan en
número y en precisión. Una nueva fase de la lucha se perfila con el abandono de
provincias enteras en manos de la insurrección y con las derrotas estratégicas
sin precedentes que ha sufrido la coalición ocupante. ¿Augura todo esto una
inminente debacle «al estilo vietnamita»?</DIV>
<DIV align=justify><BR>Un hostigamiento constante y omnipresente contra las
fuerzas de la coalición se desarrolla prácticamente a través de todo el
territorio iraquí. No hay un rincón en el que los ocupantes puedan sentirse a
salvo. El ritmo cotidiano de los ataques ha alcanzado actualmente su nivel más
elevado, 90 como mínimo, con un total oficial de 103 soldados estadounidenses
muertos en octubre de 2006, muy cercano a la cifra más alta registrada hasta
ahora, que fue de 134, en noviembre de 2004. Cuando se agregan los muertos que
no entran en las estadísticas oficiales (soldados extranjeros que se enrolan con
la esperanza de obtener la ciudadanía estadounidense, mercenarios y otros
«contratados civiles»), la proporción se sitúa en un promedio de 7 hombres
muertos cada día en el bando estadounidense, como en el momento más duro de la
guerra de Vietnam, en 1968. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La parte visible del iceberg que encontramos en los
medios de la prensa dominante, como los atentados contra los civiles atribuibles
principalmente a escuadrones de la muerte y ajustes de cuentas entre bandas
mafiosas, representa sólo un 30% del total de los ataques, según los informes
autorizados, incluyendo los del Pentágono.<BR>En ciertas provincias, como la de
al-Anbar, donde la Resistencia ocupa la parte esencial del terreno, equipos de
francotiradores abiertamente reclutados y generosamente remunerados cazan a los
elementos aislados de la infantería estadounidense, fuera de los combates
abiertos, mientras que las emboscadas con uso de explosivos siguen destruyendo
vehículos militares día a día en las carreteras. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El «Estado paralelo» se ha impuesto en al menos cuatro
provincias; las tropas estadounidenses y el ejército de los colaboradores
iraquíes no pueden hacer otra cosa que comprobar que no han logrado conquistar
los corazones y las mentes y que están en terreno enemigo [2].</DIV>
<DIV align=justify><BR>En otros lugares, indicio evidente de la evolución de la
situación militar, se asiste a una verdadera guerra de posiciones en la que son
atacados blancos precisos en el seno de las fuerzas de ocupación y sus
colaboradores. Las afueras de Bagdad son escenario de combates con armas
ligeras, combates en que las patrullas de la coalición y sus colaboradores
tienen vérselas con batallones de miembros de la Resistencia y que a menudo dan
lugar a balances oficiales contradictorios [3]. Gracias a datos y coordenadas
revelados por miembros de la Resistencia infiltrados en el corazón mismo de la
maquinaria establecida por los ocupantes, elementos claves del arsenal de la
coalición son objeto de ataques masivos y extraordinariamente
precisos.<BR> <BR><STRONG>Video: ataque contra la base militar «Falcon» en
las afueras de Bagdad. En el momento del ataque 3 000 soldados estadounidenses
se encontraban en la instalación. La base albergaba el más importante almacén de
municiones del ejército estadounidense en Irak.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Es así que, durante la noche del 10 de octubre de 2006,
una importante base situada cerca del distrito de Dora, en el sur de Bagdad,
Forward Operating Base Falcon, fue atacada con fuego de morteros y de cohetes.
Dicha base albergaba no sólo un importante contingente de tropas participantes
en la Operación Together Forward, sino también el más importante almacén de
municiones de la coalición en Irak. Bombas, obuses para tanques, ojivas de
artillería y municiones para armas ligeras ardieron y explotaron durante toda la
noche, iluminando el cielo de Bagdad y provocando un estruendo infernal que
podía oírse más allá de la ciudad. Varias cadenas de televisión recogieron el
hecho en imágenes, al igual que militares equipados con cámaras de aficionados
(ver video anterior). Resulta por cierto muy revelador oír a un periodista de la
BBC decirle a los televidentes que, oficialmente, el incendio estaba controlado
, mientras que se ven nuevas explosiones en pantalla. En días posteriores, la
prensa en lengua árabe reveló que la investigación estaba tras la pista de
traductores iraquíes al servicio de la coalición que podrían haber entregado a
la Resistencia las coordenadas de los almacenes de munición de la coalición para
facilitar la realización de acciones similares [4], y que el fuego continuo de
la Resistencia impidió que las fuerzas de la coalición lograran controlar el
incendio más rápidamente. El volumen de las explosiones no deja lugar a dudas
sobre la envergadura de los daños materiales y humanos. Al día siguiente, los
comunicados oficiales solamente hablaban, sin embargo, de algunas personas
heridas, sin mencionar ningún fallecimiento. Por el contrario, los comunicados
de la Resistencia afirmaban que se habían contado 9 aviones de transporte en
funciones de evacuación de las víctimas, que la misma fuente estimaba en más de
300. En todo caso, lo que sí es seguro es que esta victoria estratégica de la
Resistencia representó un golpe para las finanzas del ocupante (posiblemente del
orden de un millar de millones de dólares, según el Ministerio del Interior
iraquí) así como en el plano moral para sus tropas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La reacción de las instituciones estadounidenses ante
estos reveses estratégicos no se hizo esperar y nuevas protestas tuvieron lugar
en los últimos días. El lunes 6 de de 2006, o sea en vísperas de las elecciones
parlamentarios de medio término presidencial, 4 periódicos militares que cubren
gran parte de las fuerzas armadas estadounidenses [5] pedían la partida del
secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En el bando de los demócratas, un cambio de 180 grados se
produjo sin demora. Hillary Clinton que antes prometía hacer las cosas mejor que
Bush mediante el envío de más tropas al campo de batalla, propone ahora la
retirada de las tropas estadounidenses en función de un calendario
preciso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según la lógica que ya habíamos enunciado hace cerca de 2
años [6], las fuerzas ocupantes luchan contra un sector creciente de la
población, ya que esta última apoya a la Resistencia en la medida en que es
víctima de represalias indiscriminadas. Esto permite el desarrollo progresivo de
un «contra-Estado», lo cual incita a la Resistencia a pasar a la fase III de la
teoría guerrilla maoísta, o sea a la guerra de posiciones. Esta evolución de la
situación ya había sido prevista hace mucho, inclusive por el propio gobierno
estadounidense. En efecto, documentos recientemente desclasificados demuestran
que varias simulaciones realizadas en 1999 estimaban en 400 000 el número de
soldados que sería necesario desplegar en Irak para controlar el país –¡sin
eliminar por ello toda posibilidad de caos! [7].<BR><STRONG> <BR>Video dado
a conocer por el «Ejército Islámico en Irak»: la Resistencia iraquí desarrolla
una guerra de nervios en las ciudades ocupadas. El francotirador «Juba» anuncia
haber ejecutado a 37 militares estadounidenses en Bagdad.</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Hasta qué punto puede la coalición ocupante sostener la
situación en Irak? Una retirada rápida y metódica dejaría sin protección a un
gobierno títere extremadamente vulnerable y haría inútiles los enormes gastos
que se hicieron hasta ahora para instalar bases militares permanentes y
garantizar el control de la segunda reserva mundial de petróleo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lejos de poner fin a esta situación, la renuncia del
secretario de Defensa Donald Rumsfeld constituye una etapa más, ahora
irreversible, del empantanamiento. Al contrario de lo que corrientemente se da
por sentado, el conflicto entre Rumsfeld y su Estado Mayor no tenía que ver con
la elección entre mantener o retirar las tropas sino con la importancia de los
medios utilizados. El secretario de Defensa, ex jefe de una empresa
transnacional, fue la última persona razonable en preocuparse por el crecimiento
del presupuesto militar. Su sucesor no tendrá más remedio que ceder ante la
presión del personal de la Defensa y de la opinión pública para que se le dé
carta blanca a las fuerzas armadas. El llamado a un «bipartidismo renovado», o
sea a una acción de unión nacional, expresa en definitiva la voluntad consensual
de la clase dirigente de mantenerse unida en el error. Asistiremos entonces
probablemente a la aplicación de la misma estrategia que marcó el final de la
aventura vietnamita: un complejo militaro-industrial que exige la utilización de
«todos los medios», un Departamento de Estado que trata de «dejarle la papa
caliente» a las fuerzas aliadas (como ya se está haciendo con éxito en
Afganistán [8]) y de «iraquizar» el conflicto, y un Departamento del Tesoro que
trata de evitar la bancarrota. En suma, una fuga hacia adelanto que no garantiza
otra cosa que un desenlace trágico.</DIV>
<DIV align=justify><BR>* Arthur Lepic. periodista francés, miembro de la sección
francesa de la Red Voltaire esspecializado en los problemas energéticos y
militares.<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>[1] «Mortality after the 2003 invasion of Iraq: a
cross-sectional cluster sample survey» por Gilbert Burnham, Riyadh Lafta,
Shannon Doocy y Les Roberts, The Lancet, 11 de octubre de 2006.<BR>[2] Ver por
ejemplo «Les États-Unis abandonnent Falloujah aux insurgés», Voltairenet, 6 de
septiembre de 2006.<BR>[3] Ver por ejemplo «Iraqi police kill 53 ’Al-Qaeda’
militants» y «Confusion over deadly Baghdad clash», AFP, 5 de noviembre de
2005<BR>[4] « Ammo Dump Explosions Investigation », Roads to Iraq, 15 de
noviembre de 2006. Pinchar aquí para ver el artículo original, en árabe, Al Quds
Press.<BR>[5] Se trata del Army Times, del Navy Times, y del Air Force Times así
como del Marine Corps Times.<BR>[6] Ver, por ejemplo, los artículos «Samarra
ville martyre», por Arthur Lepic, 6 de octubre de 2004, «L’économie de la guerre
en Irak», 24 de noviembre de 2004, así como nuestras ediciones especiales de
enero de 2005 «Janvier en Irak».<BR>[7] «1999 war games foresaw problems in
Iraq», por John Heilprin, Associated Press, 5 de noviembre de 2006.<BR>[8] «Le
Pentagone précipite les Européens dans le chaos afghan» por Thierry Meyssan,
Voltairenet, 6 de octubre de 2006.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>