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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><U><FONT size=5>boletín informativo - red
solidaria de revistas</FONT></U><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 19 de noviembre
2006 - Redacción: </STRONG></FONT><A href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>América
Latina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Remesas, inmigración y acumulación
de capital <BR></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>Raúl
Zibechi<BR>ALAI-AMLATINA</FONT></STRONG><BR><BR><BR>La banca española intenta
captar las remesas de los inmigrantes latinoamericanos, luego de haber amasado
enormes ganancias en nuestro continente. Los emigrantes, generadores de la mitad
del crecimiento económico de España, se enfrentan a una situación en la que los
recursos que generan se pueden convertir en un brillante negocio financiero.
<BR><BR>La cuestión de las remesas ocupó un espacio importante en la reciente
cumbre iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Montevideo,
cuyo tema central fue la inmigración. La declaración final señala que los
estados deben abstenerse de legislar sobe las remesas ya que se trata de flujos
financieros privados. Y, aunque parezca obvio, consideran que no se trata de la
ayuda oficial al desarrollo. Pero detrás de las declaraciones oficiales, se
libra una sorda batalla por la captación de un negocio lucrativo: en 2005, 169
mil millones de dólares por concepto de remesas llegaron a los países del tercer
mundo. Quizá por eso, la declaración de Montevideo señala que “debemos facilitar
el envío de remesas, reduciendo su costo y garantizando el acceso a los
servicios bancarios”. La propia declaración muestra dónde está situado el
debate. <BR><BR>Aunque las remesas crecen a un ritmo del 10% anual, en España lo
hacen un 30% cada año y una buena parte de ellas tiene como destino América
Latina. El 90% de esas transacciones son operadas por remesadoras que cobran
costos demasiado elevados para los inmigrantes. Pero desde Europa las cosas se
ven de otra manera. Un reportaje del diario El País (14 de noviembre de 2006)
luce un significativo título: ”Las remesas sostienen América Latina”. Apoyándose
en datos del BID y la Cepal, asegura que el dinero que envían los inmigrantes
latinoamericanos a sus países de origen ha crecido, en los últimos 25 años, de
mil millones de dólares a más de 50 mil millones anuales. Para cinco países
centroamericanos las remesas representan entre el 10 y el 15% del producto
interior bruto (PIB), para Bolivia y Ecuador oscilan entre el 5 y el 6%, y
superan el 3% en el caso de Colombia. <BR><BR>Según el BID, hay 25 millones de
emigrantes latinoamericanos en Estados Undios y la Unión Europea, de los cuales
la mitad envían remesas. Greg Watson, analista del banco regional citado por El
País, sostiene que las remesas son una oportunidad para el desarrollo del país
receptor, pero para que eso sea posible “los bancos tienen que ofrecer
instrumentos financieros para que ese capital de las remesas se incorpore al
sector productivo”, y no como está sucediendo ahora que las familias lo utilizan
para “cubrir necesidades básicas”. Un editorial de Joaquín Estefanía en el mismo
diario (“La batalla por la captación de remesas”, 13 de noviembre de 2006), hace
un llamado a lo que denomina “profesionalización de las remesas”, con la excusa
de abaratar los costos. <BR><BR>Lo que está sucediendo es una verdadera batalla
para que el sector financiero consiga captar parte del dinero de las remesas.
Este año, el 40% de los beneficios del BBVA (Banco Bilbao Vizcaya) hasta
septiembre proceden de sus filiales latinoamericanas. Sólo en México, el grupo
gana más dinero que en España. El 33% de los beneficios del Banco Santander al
cierre del tercer trimestre provienen de la misma región, en tanto Telefónica
obtiene en América Latina una quinta parte de sus beneficios y un tercio de las
ganancias de Repsol vienen de Argentina, Brasil y Bolivia. Si la banca española
consigue hacerse con una parte sustancial de las remesas, habrá hecho un negocio
redondo. <BR><BR>Un informe de Enrique Alberola publicado en octubre por el
Boletín Económico del Banco de España, va directamente al grano. La banca
española está en buenas condiciones para captar las remesas de los inmigrantes
gracias a su “importante presencia en algunos de los países de origen de la
inmigración a España, principalmente en América Latina”. Alberola es consciente
que buena parte de los inmigrantes latinoamericanos en España eluden enviar sus
remesas a través del sistema bancario, y lo hacen a través de empresas
remesadoras, por las experiencias de crisis financieras que provocaron la
pérdida de sus ahorros. Le faltó mencionar que la banca española fue una de las
grandes beneficiadas con la crisis argentina de 2001, en la cual cientos de
miles de ahorristas se vieron perjudicados para abultar los beneficios de esos
grandes bancos. <BR><BR>A la hora de argumentar a favor de la bancarización de
las remesas, Alberola es igualmente transparente: “Si las remesas fueran
intermediadas en el país de destino por la banca, su efecto catalizador de la
profundización financiera sería mucho más efectivo, contribuyendo así de un modo
indirecto al desarrollo económico”. En suma, se trata de hacer crecer el negocio
bancario que, en el mejor de los casos, puede contribuir a “desarrollar” a las
grandes empresas multinacionales que, como Repsol y Telefónica, ya obtienen
jugosas ganancias en América Latina. <BR><BR>Para cerrar el círculo, hay que
atender los datos proporcionados por Miguel Sebastián, director de la Oficina
Económica del Presidene del Gobierno español: “Más del 50% del crecimiento
económico de los últimos cinco años” se debe a los inmigrantes (El Periódico de
Cataluña, 16 de noviembre de 2006). La diferencia entre lo que los inmigrantes
reciben por sanidad y educación y otros beneficios sociales, y lo que aportan en
concepto de cotizaciones, es de cinco mil millones de euros: el 0,5% del PIB o
la mitad del superávit de la administración pública en 2005. <BR><BR>La
acumulación del capital español, que está situando a ese país entre los más
ricos del mundo (la renta per cápita superará a la italiana el año próximo y a
la alemana antes de ocho años), sería impensable sin los negocios que realiza en
América Latina y sin la explotación de los inmigrantes. Si ahora echan mano de
las remesas, habrán dado un paso de gigante en la carrera mundial por apropiarse
de una porción destacada del capital mundial.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
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