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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 20 de noviembre
2006 - Redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Donald Rumsfeld
defenestrado…<BR> <BR>Ascenso y caída de un criminal de guerra
<BR> <BR>Elizabeth Schulte</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG>Socialist Worker (Estados
Unidos)</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial><STRONG>Traducción de La Haine</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A href="http://www.lahaine.org/"><STRONG><FONT
size=3>http://www.lahaine.org/</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>Tras la derrota demoledora de los
republicanos en las elecciones al Congreso, con los votantes en gran parte
expresando su protesta por la guerra de Bush contra Iraq, tenía que rodar la
cabeza de alguien. Fue la de Donald Rumsfeld. Los métodos de Robert Gates (su
reemplazante, antiguo jefe de la CIA) pueden ser diferentes, pero los objetivos
seguirán siendo los mismos<BR> <BR> En 1971, Rumsfeld- cuatro veces
congresista en representación de los barrios ricos del norte de Chicago-
consiguió trabajo como consejero especial del presidente Richard Nixon. Nombrado
embajador ante la OTAN en 1972, tras la reelección de Nixon, comenzó a defender
una línea más dura en la política exterior.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Superviviente del escándalo del Watergate, se convirtió
en jefe de gabinete de Gerald Ford donde contrató a un viejo colega, Dick
Cheney. Nombrado secretario de Defensa en 1975, Rumsfeld trabajó para fortalecer
al Pentágono y restablecer la potencia militar estadounidense perdida a
consecuencia de su derrota en Vietnam.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre puesto y puesto en el Gobierno, Rumsfeld se
encontró a sus anchas en el mundo despiadado de los negocios. Se convirtió en
presidente ejecutivo del gigante farmacéutico Searle, donde consiguió grandes
beneficios para la compañía- y una pequeña fortuna para él- gracias a una brutal
reducción de puestos de trabajo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como enviado de Ronald Reagan para Oriente Próximo, se
reunió con Saddam Hussein para ofrecerle ayuda de los servicios de inteligencia,
y de otro tipo, para vencer en su guerra contra Irán.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1987, Rumsfeld presidió una comisión- con Paul
Wolfowitz- para investigar la supuesta amenaza para Estados Unidos de los
misiles balísticos. El informe de la comisión, emitido un año después, advertía
de que peligro potencial para Estados Unidos era mayor de lo que creían las
agencias de espionaje, y que las amenazas más graves provenían- ¿suena
familiar?- de Iraq, Irán y Corea del Norte. Rumsfeld, ayudó a desarrollar y
poner en marcha una nueva estrategia para el imperialismo estadounidense en los
años 1990, en su condición de fundador de un gabinete de estudios de
ultraderecha, el Project for a New American Century (PNAC), junto con Wolfowitz
y Richard Perle, de la administración Reagan. El objetivo del PNAC era proponer
una política exterior más agresiva, mediante la cual Estados Unidos al fin
superara el “síndrome de Vietnam” y no sintiera miedo a llevar adelante “guerras
preventivas” contra los denominados “estados canallas”. <BR> <BR>En
1988, el grupo escribió una carta abierta a Clinton - firmada por Rumsfeld,
Wolfowitz, Perle, William Kristol, del conservador Weekly Standard, y John
Bolton-, en la que decían “Le exigimos que aproveche esa oportunidad y que
ponga en marcha una nueva estrategia que asegure los intereses de Estados Unidos
y de nuestros amigos y aliados en todo el mundo. Esa estrategia debería
dirigirse, ante todo, al derrocamiento del régimen de Saddam Hussein”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Rumsfeld tuvo éxito, al menos en parte. Aquel año,
Clinton firmo la “Iraq Liberation Act” que allanó el camino para el cambio de
régimen cinco años más tarde durante el primer gobierno de Bush.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde su llegada al poder, los halcones de la
administración Bush estuvieron fraguando un pretexto para la guerra contra Iraq,
y los atentados del 11-S se lo presentaron en bandeja. Rumsfeld y sus amigos del
PNAC, consideraron los atentados terroristas de 2001 la “oportunidad” para
proyectar el imperialismo estadounidense en cualquier lugar del mundo bajo la
apariencia “de la guerra contra el terrorismo”. Tras lo que, en su momento,
pareció una rápida y decisiva victoria en Afganistán, los halcones estaban
impacientes por llevar la guerra antiterrorista a su objetivo más deseado.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Como escribía el columnista Charles Krauthammer en
noviembre de 2001: “La verdad más evidente que parecen eludir los expertos una y
otra vez- Guerra del Golfo, guerra de Afganistán, próxima guerra- es que el
poder tiene la recompensa en sí mismo. La victoria lo cambia todo, en especial
la psicología. Y la de la región ahora es la del miedo y el respeto profundo
hacia la potencia estadounidense...Ahora es el momento de recoger el fruto que
está al alcance de la mano: ayudando a los filipinos a aplastar a sus propias
guerrillas de Al-Qaeda; diciendo a los matones que gobiernan Sudán, Siria, Liba
y Yemen, que se rindan, que cierren los campos de entrenamiento, que escupan a
los terroristas, es decir, lo que el presidente de forma tan delicada ha dicho.
Y después, ¡a por Iraq!”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Debido a sus enormes reservas inexplotadas de petróleo y
a su importancia estratégica en Oriente Próximo, Iraq era una importante escala
en la guerra contra el terrorismo de Bush.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tal como el periodista Pactrick Cockburn afirma en The
Occupation: War and Resistence in Iraq, “El debate sobre las razones por
las que Estados Unidos invadió Iraq ha sido muy sofisticado. El principal motivo
para ir a la guerra es que la Casa Blanca creía que ganaría con facilidad y
obtendría grandes beneficios. En Washington se vivían momentos embriagadores
cuando se tomó la decisión final de invadir Iraq. Fue el momento álgido de la
reafirmación del Imperio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La estrategia de Rumsfeld para Iraq preveía una rápida y
contundente guerra. Estados Unidos se serviría de su abrumadora potencia de
fuego para provocar “conmoción y pavor”, lo que permitiría que una pequeña
fuerza terrestre se hiciera con el control ya que los ciudadanos iraquíes,
hambrientos de democracia, aclamarían a los soldados estadounidenses como a sus
libertadores. Algo, que todos sabemos, no era sino una fantasía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El análisis corto de miras y limitado de Rumsfeld ha
provocado cólera y rechazo entre algunos generales y altos mandos del ejército
estadounidense porque ha infravalorado la importancia del contingente de tropas
necesario y de los abastecimientos. Cuando la resistencia a las fuerzas
estadounidenses se puso en marcha tras la conquista aparentemente rápida de
Iraq, quedó claro que la estrategia de Rumsfeld era deficiente. Desde entonces
cada vez más generales hablan claro. Pero Rumsfeld, como de costumbre, intenta
defenderse con baladronadas y arrogancia. En 2004, ante la pregunta de un
soldado durante una escala del secretario de Defensa en Camp Buehring, en el
desierto de Kuwait, sobre por qué los soldados tenían que reforzar sus vehículos
con trozos de metal, Rumsfeld replicó: “Como usted sabe, tienen que ir a la
guerra con el ejército que tienen, no con el que les gustaría tener”, y añadió,
“Puede tener todo el blindaje del mundo en su tanque y, a pesar de todo, puede
volar por los aires.”<BR> <BR>La abrumadora oposición a la guerra de Bush
contra Iraq, reflejada en las encuestas, le ha llevado a deshacerse de su mano
derecha, pero el futuro se presenta muy incierto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Robert Gates- otro republicano destacado y veterano de
anteriores gobiernos- ha sido nombrado para sustituir a Rumsfeld. Esos tipos
pueden hablar de “cambiar” de estrategia pero no abandonarán Iraq. “No creo que
el nombramiento de Gates signifique que el presidente busque una salida de
Iraq”, declaró William Kristol al New York Times, “sino que Gates sabe que tiene
que hacer cambios y ofrecer una cara nueva para conseguir el apoyo de la opinión
pública. Mientras Bush sea presidente, no va a abandonar Iraq, ni está dispuesto
a retroceder a la política exterior de la época previa al 11-S, y eso es lo
fundamental del asunto.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los métodos de Gates pueden ser diferentes, pero los
objetivos seguirán siendo los mismos. Y, hasta ahora, las soluciones propuestas
por los Demócratas están muy lejos de lo que se necesitaría para acabar con el
desastre de Iraq, es decir, la retirada inmediata. Los activistas contra la
guerra tienen que aprovechar la oportunidad ofrecida por un gobierno Bush, dando
marcha atrás sobre sus talones, para poner en marcha una oposición de base que
exija la retirada inmediata.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR> <BR></FONT></DIV></BODY></HTML>