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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 28 de diciembre
2006 - Redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Kiva
Maidanik</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Kiva ya no está con nosotros. Acaba
de fallecer. No obstante sus errores o limitaciones, Maidanik se esforzó por
representar en su prolongada práctica militante el espíritu de continuidad
internacionalista de la revolución bolchevique de 1917...</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Un soviético guevarista crítico de
Stalin <BR><BR>Néstor Kohan </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La Haine </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><A
href="http://www.lahaine.org/"><STRONG>http://www.lahaine.org/</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR><BR>Nos atrapaba explicando las
distintas posiciones que habían disputado al interior del equipo soviético. El
papel nefasto de la burocracia. El lugar de la KGB y cómo esta institución de
inteligencia había reclutado a algunos dirigentes de PPCC de América Latina, más
preocupados en cumplir y hacer obedecer las directivas oficiales del Estado
soviético que en hacer la revolución </FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>Conocí a Kiva Maidanik en 2005, en la inauguración de la
Escuela de Formación Política Florestan Fernandes del Movimiento Sin Tierra
(MST) de Brasil. Fue una auténtica sorpresa. No sabía que iba a estar allí. Me
tocó compartir un viaje sin saber que era él… Nunca lo había visto en persona.
En un momento pensé: “¿Este viejo canoso no será…?” </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando comenzamos a conversar, le planteé inmediatamente
mis discrepancias y críticas. Hablamos de Mijaíl Gorvachov y del bluf que
significó la Perestroika. Kiva había apostado, infructuosamente, a
desestalinizar la Unión Soviética (URSS) de la mano de Gorvachov. Se había
equivocado notablemente. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Nuestro diálogo comenzó por ahí. No tuvo ningún problema
en reconocer sus errores. Pacientemente me fue explicando las razones de ese
fracaso. También me relató los argumentos por los cuales no se quiso sumar al
nuevo PC ruso. Terminante e indignado, afirmó: “Esos no son comunistas, son
nacionalistas”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>A lo largo de los días que duró la Escuela las
conversaciones con Kiva continuaron. Cada una era más interesante y rica que la
anterior. Lamento profundamente no haberlo grabado. Kiva exponía sus relatos con
lujo de detalle y obsesión de artesano perfeccionista. De su rememoración
emergían y fluían fechas, nombres, lugares, datos muy precisos que la memoria no
alcanza a retener como una grabadora. Era cautivante y seductor. Tenía un humor
muy fino y cáustico. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Yo venía cargando con todos los prejuicios en la espalda.
Había leído desde hacía años sus libros, artículos y folletos, sabía que había
pertenecido al partido soviético. Lo imaginaba como un burócrata moderno y
aggiornado. Nada más lejos de la realidad. Incluso, por esos días, el compañero
cubano Carlos Tablada Pérez me había solicitado un prólogo para su excelente y
riguroso libro El pensamiento económico del Che. Al redactarlo incluí algunos
apuntes sobre los debates ocurridos en la década del ‘80 en torno al Che. Allí
criticaba a Kiva Maidanik. Afortunadamente el prólogo no había salido todavía de
la imprenta. Al regresar a mi país, luego de conocer personalmente a este viejo
revolucionario, decidí suprimir las críticas a Kiva. Simplemente las borré.
Había sido injusto y Kiva, aun con sus limitaciones y falencias, no se las
merecía. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En varias ocasiones a lo largo de la Escuela del MST Kiva
nos contaba anécdotas, debates, confrontaciones, peleas y experiencias de lucha
que no siempre han sido publicadas. Invariablemente las historias de Kiva
giraban en torno a las rebeliones e insurgencias de América latina, su objeto de
estudio, su gran pasión, el amor de sus amores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Ante interlocutores mucho más jóvenes que él —donde
convivían salvadoreños, cubanos, argentinos, nicaragüenses y brasileños; algunos
ex comandantes guerrilleros, otros sacerdotes y la mayoría simples militantes de
base—, Kiva nos atrapaba explicando las distintas posiciones que habían
disputado al interior del equipo soviético. El papel nefasto de la burocracia.
El lugar de la KGB (a la que pertenecía, dicho sea de paso, el único biógrafo de
Guevara en idioma ruso) y cómo esta institución de inteligencia había reclutado
a algunos dirigentes de PPCC de América Latina (él daba nombres y apellidos
precisos); más preocupados en cumplir y hacer obedecer las directivas oficiales
del Estado soviético que en hacer la revolución en América Latina.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sus relatos e historias iban in crescendo y alcanzaban el
clímax cuando se refería al Che y a Fidel. Kiva era un partidario de la
revolución cubana y un guevarista convencido y genuino. Sus ojitos claros le
brillaban y su sonrisa generosa se le ensanchaba de repente cuando rememoraba su
encuentro personal con Guevara en los años ’60 y el modo en el cual el Che
increpaba a los soviéticos por no priorizar la conciencia comunista. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando le regalamos un libro nuestro sobre el pensamiento
del Che, él nos entregó a cambio un libro suyo que lleva en la cubierta una foto
donde se lo veía más joven junto al guerrillero argentino-cubano. Le explicamos
que no entendíamos una palabra de ruso y se lo devolvimos. Con una nueva
sonrisa, él insistió diciendo: “Ya encontrarás a alguien que te lo traduzca”. A
esta altura la URSS no existía más. No estaba actuando o simulando. Su
guevarismo no era fingido ni impostado, sino genuino y sentido.<BR>Pero él no se
detenía en la admiración por el Che. A pesar de haber pertenecido al Partido
Comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas-PCUS (que durante los
años ’60 y siguientes se opuso a los destacamentos revolucionarios de América
Latina en nombre de la “coexistencia pacífica” y una ilusoria “paz mundial”)
Kiva también defendía a la nueva izquierda revolucionaria latinoamericana,
seguidora de las ideas de Guevara. La conocía de primera mano en cada uno de sus
dirigentes. El viejo era una auténtica enciclopedia caminando.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Asimismo, en cada charla, nos daba información precisa de
los funcionarios soviéticos que se habían encargado oficialmente de América
latina y se habían opuesto con tenacidad a la lucha armada continental. En forma
taxativa nos dijo: “Esos tipos no entendían nada”, para luego agregar: “algunos
de ellos ni siquiera sabían hablar el castellano. ¡No sabían nada de nada! ¡Eran
unos carajitos [sic]!”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Probablemente, quien mejor haya definido a Kiva es Joao
Pedro Stedile, dirigente del MST. Cuando en un momento Kiva no aparecía y le
tocaba hablar en la Escuela ante una numerosa audiencia militante, Joao Pedro
toma el micrófono y, con una ironía casi argentina, lo llama públicamente del
siguiente modo: “¿Dónde está Kiva Maidanik, el compañero soviético que hace 50
años nos viene hablando mal de Stalin?”. Seguramente esa fue y será la mejor
definición de su pensamiento teórico y su personalidad política. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lamentablemente, Kiva ya no está con nosotros. Acaba de
fallecer. No obstante sus errores o limitaciones, Maidanik se esforzó por
representar en su prolongada práctica militante el espíritu de continuidad
internacionalista de la revolución bolchevique de 1917, del legado
revolucionario de Lenin y sus compañeros, la herencia del heroico pueblo
soviético que “invirtió” 20 (veinte) millones de muertos para derrotar a los
nazis y que fue aplastado, reprimido o traicionado por diversas camadas de
burócratas, oportunistas y mediocres funcionarios. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Querido compañero Kiva Maidanik<BR>¡Hasta la victoria
siempre!<BR>Buenos Aires, 27 de diciembre de 2006.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>