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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas<BR></U></FONT><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 29 de diciembre
2006 - Redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Imperialismo</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El tablero de ajedrez tripolar Irán
en el contexto de las grandes potencias</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Michael T. Klare
</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La Jornada, México,
27-12-06</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Traducción de Ramón Vera
Herrera</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><BR> <BR>Frente a instalaciones
de la firma Shell en Teherán, con imágenes del ayatollah Ruhollah Jomeini,
estudiantes protestan contra las sanciones a Irán dictadas por el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas. La pancarta dice: "A la nacionalización de la
industria petrolera sigue la nacionalización de la industria nuclear" Foto:
Reuters </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por meses, la prensa estadunidense y la elite diseñadora
de políticas han descrito la crisis con Irán como una lucha de dos bandos entre
Washington y Teherán, mientras las potencias europeas, así como Rusia y China,
juegan un papel de respaldo. Es cierto que George W. Bush y el presidente iraní,
Mahmoud Ahmadinejad, son los principales protagonistas en este drama, y cada uno
hace aseveraciones inflamantes acerca del otro con el fin de acicatear el apoyo
público en sus respectivos países. Pero una lectura informada de la diplomacia
internacional que rodea la crisis iraní sugiere que otra lucha igualmente fiera
­y sin duda más importante­ ocurre también: una competencia tripolar
entre Estados Unidos, Rusia y China por la dominación de la región del gran
Golfo Pérsico /Mar Caspio y sus reservas energéticas elefantiásicas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En lo tocante a la gran estrategia, los altos
funcionarios del gobierno de Bush han intentado desde hace tiempo mantener la
dominación estadunidense del "tablero de ajedrez global" (según lo ven ellos)
disminuyendo la influencia de los otros únicos jugadores significativos: Rusia y
China. La clásica competencia geopolítica comenzó a principios de 2001, cuando
la Casa Blanca dio indicios del provocativo rumbo que planeaba seguir: repudió
unilateralmente el Tratado de Misiles Antibalísticos estadunidense-ruso y
anunció nuevas ventas de armamento de alta tecnología a Taiwán, a la que China
sigue considerando una provincia escindida. Tras el 11 de septiembre de 2001,
estos signos iniciales de antagonismo bajaron de tono con el fin de asegurar que
Rusia y China le brindaran ayuda en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo,
en meses recientes, la versión del clásico tablero de ajedrez de la política de
las grandes superpotencias comienza de nuevo a dominar el pensamiento
estratégico en Washington.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Avanzan los peones estratégicos</STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este resurgimiento mostró sus primeros signos el 4 de
mayo, cuando el vicepresidente Dick Cheney fue a Lituania, antigua república
soviética socialista, a reprender al gobierno ruso en una reunión confabulatoria
pro democracia. Acusó a los funcionarios del Kremlin de restringir "injusta e
inapropiadamente" los derechos de los ciudadanos rusos y de usar las abundantes
existencias de crudo y gas del país como "instrumentos de intimidación [y]
chantaje" contra sus vecinos. También condenó a Moscú por intentar "monopolizar
el transporte" del abasto de petróleo y gas en Eurasia ­un desafío directo a
los intereses estadunidenses en la región del Caspio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al día siguiente, Cheney voló a la antigua república
soviética socialista de Kazajastán en Asia Central, rica en crudo y gas, donde
apremió a los líderes del país a que embarcaran sus grandes cantidades de
petróleo a través del oleoducto (financiado por Estados Unidos) a Turquía y el
Mediterráneo, en lugar de hacerlo a Europa por medio de los oleoductos
controlados por los rusos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Luego, el 3 de junio, el secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld, la emprendió contra China, diciendo a un público de funcionarios de
seguridad asiáticos que "es entendible" que la "falta de transparencia" de Pekín
respecto a su gasto militar "cause preocupación entre algunos de sus vecinos".
Estos comentarios fueron acompañados por el anuncio público de los planes de
aumentar el gasto estadunidense en sistemas de armamento sofisticado, como el
F-22A, un avión caza conocido como Air-superiority Fighter, o submarinos
nucleares de ataque Virginia-class, que sólo pueden ser útiles en una guerra de
superpotencias, donde únicamente hay dos candidatos: Rusia y China.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Al igual que Moscú, Pekín ha despertado la ira de
Washington por sus agresivas políticas energéticas, pero en el caso de China son
sobre todo sus crecientes intentos de allegarse petróleo y gas para su
floreciente economía, pobre en energéticos. En el más reciente informe sobre las
capacidades militares chinas ­Military Power of the People's Republic of
China­, publicado el 23 de mayo, el Pentágono condena las transferencias de
armas y otras ayudas militares que China usa como alicientes para que países
como Irán y Sudán le brinden acceso a las reservas de energía situadas en Medio
Oriente y Africa. También se condena a China por adquirir naves de combate "que
podrían servir como base para una fuerza capaz de proyectar potencia" en las
regiones del planeta productoras de petróleo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No hay nada nuevo en la urgencia del gobierno de Bush por
menoscabar a Rusia y "contener" a China. Tales pensamientos se articularon en la
famosa guía de planificación de defensa 1994-1999 [Defense Planning Guidance for
1994-1999] redactada por el entonces subsecretario de Defensa, Paul D.
Wolfowitz, que se filtró a la prensa a principios de 1992. "Nuestro primer
objetivo es evitar la remergencia de un nuevo rival, ya sea en el territorio de
la antigua Unión Soviética o en cualquier otra parte, que implique una amenaza
del orden que implicaba antes la Unión Soviética", se declaraba en el famoso
documento. Esta sigue siendo la principal finalidad de la estrategia
estadunidense de hoy, a la cual se le añade otro objetivo clave: asegurar que
Estados Unidos ­y nadie más­ controle las existencias energéticas del
Golfo Pérsico y de las áreas adyacentes de Asia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Cuando este precepto se articuló por vez primera en la
Doctrina Carter de 1980, se dirigía exclusivamente al Golfo; ahora, con el
presidente Bush, se ha extendido también a la cuenca del Mar Caspio, como
consecuencia del aumento en los precios del crudo, de los temores de que
disminuyan los suministros y debido a los vastos depósitos de crudo y gas
natural que se supone existen ahí. Para reafirmar la influencia estadunidense en
esta región, alguna vez parte de la Unión Soviética, la Casa Blanca instala
bases militares, suministra armas y conduce una guerra secreta de influencias en
Moscú y en Pekín.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Movimientos del caballo en el Golfo</STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Es en este contexto que debe entenderse la actual lucha
por controlar Irán. Este ocupa una posición pivote en el tablero de ajedrez
tripolar. Geográficamente, es la única nación que colinda con el Golfo Pérsico y
con el Mar Caspio, lo que posiciona a Terán para jugar un papel significativo en
ambas áreas, que son de interés energético primordial para Estados Unidos, Rusia
y China. Irán también colinda con el estratégico estrecho de Hormuz, la angosta
vía de agua que va del Golfo al océano Indico, a través de la cual se mueve
diario una cuarta parte del crudo mundial. Entonces, si Washington alguna vez
levantara su embargo comercial a Irán, su territorio podría usarse como la ruta
de tránsito más obvia para enviar crudo y gas natural de los países del Caspio a
los mercados globales, especialmente Europa y Japón.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Siendo la más populosa e industrializada nación en la
cuenca del Golfo Pérsico, Irán siempre ha jugado un papel significativo en los
asuntos regionales, situación que con frecuencia molestó a vecinos como el Irak
de Saddam Hussein (que invadió Irán en 1980, lo que inició una sangrienta guerra
de ocho años que terminó en un empantanamiento desgastante). En años recientes,
Irán ganó también renombre regional por ser el centro de la rama chiíta del
Islam. Vejados y despreciados durante mucho tiempo por los sunitas, los chiítas
tienen gran ascendiente en el vecino Irak y obtienen visibilidad en Bahrein,
Kuwait, Líbano y en las áreas pobladas por chiítas de Arabia Saudita, muy
próximas a Kuwait (donde se hallan los cruciales campos petroleros sauditas)
conformando lo que se comienza a pensar como la "media luna chiíta".</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la actualidad, las capacidades militares iraníes no
son muy impresionantes, en parte por el embargo estadunidense sobre ventas de
refacciones a la fuerza aérea iraní (equipadas en gran medida con aeronaves
estadunidenses durante el reinado del antiguo sha). Pero Irán ha adquirido
submarinos y otras armas modernas procedentes de Rusia y desarrolla su capacidad
balística de misiles, probablemente con la ayuda de Corea del Norte y China. Si
alguna vez consiguiera allegarse armamento nuclear, se convertiría en una
formidable potencia regional, que posiblemente llamaría a cuestionar la
proyectada dominación estadunidense del Golfo. Es por esta razón fundamental que
Washington está decidido a bloquear su posibilidad de adquirir armas
nucleares.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aunque tanto Rusia como China alegan estar opuestos a que
Irán se desarrolle de esta forma, ciertamente no lo consideran con el mismo
grado de temor y furia como lo hace el gobierno de Bush ­una consideración
que sin duda le añade ímpetu al impulso estadunidense de bloquear los esfuerzos
nucleares de Irán.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sobre todo, por supuesto, Irán posee las segundas
reservas de petróleo más grandes del mundo ­se calculan 132 mil millones de
barriles (11.1 por ciento de las reservas conocidas del mundo)­, y cuenta
también con las segundas reservas de gas natural más grandes del mundo: 971
billones de pies cúbicos (15.3 por ciento de las reservas conocidas). Los
iraníes pueden poseer menos crudo que los sauditas y menos gas que los rusos,
pero ningún otro país controla tanto de ambos recursos vitales. Muchos estados
­incluidos China, India, Japón y los países de la Unión Europea­ ya
dependen de Irán en porciones significativas de su abasto petrolero. China y
otros han estado muy ocupados negociando tratos para desarrollar y extraer sus
elefantiásicas reservas de gas natural. Irán no sólo se mantiene como importante
abastecedor de energía, sino que es uno de los pocos que tiene la capacidad
­con el tipo apropiado de inversión­ de incrementar significativamente
su producción en los años venideros, cuando todas las otras fuentes de petróleo
y gas se hallen en decadencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1953, cuando la CIA ayudó a derrocar al primer
ministro Mohammed Mossadegh, que nacionalizó la industria petrolera iraní, las
firmas estadunidenses de energía asumieron un papel determinante en la industria
petrolera de Irán con la bendición del sha. Esto siguió siendo así hasta que el
sha fue derrocado por la revolución de Jomeini, en 1979. Es seguro que les
encantaría volver a Irán, si les dieran la oportunidad, pero la hostilidad de
Washington hacia el régimen islámico de Teherán impide por el momento su
reingreso.<BR><BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>* Michael T. Klare es profesor de
estudios de paz y seguridad mundial en el Hampshire College y autor de Blood and
Oil: The Dangers and Consequences of America's Growing Dependence on Imported
Petroleum (Owl Books), su obra más reciente, así como de Resource Wars, The New
Landscape of Global Conflict.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>