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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><U><FONT size=5>boletín informativo - red
solidaria de revistas</FONT></U><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 30 de diciembre
2006 - Redacción: </STRONG></FONT><A href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Irak</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La "Bestia de Bagdad" en el
patíbulo</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT
face=Arial><STRONG>Robert Fisk</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>The Independent<BR>Traducción de
Gabriela Fonseca</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La Jornada, México,
30-12-06</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial></FONT><FONT size=2> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial>Saddam Hussein a la horca. Es una ecuación
sencilla. ¿Quién podría ser más merecedor de dar sus últimos pasos en el
patíbulo y de que se le rompa el cuello al final de una cuerda que la Bestia de
Bagdad, el Hitler del Tigris, el hombre que asesinó a cientos de miles de
iraquíes inocentes rociando armas químicas sobre sus enemigos?</FONT></DIV><FONT
face=Arial>
<DIV align=justify><BR>Dentro de unas horas nuestros amos nos dirán que éste es
un "gran día" para los iraquíes y que esperan que el mundo musulmán olvide que
la sentencia de muerte fue firmada por el "gobierno iraquí", pero claramente por
órdenes de los estadunidenses, el mismo día del Eid al Adha, la fiesta del
sacrificio, en que se celebra el perdón en todo el mundo árabe.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero la historia registrará que los árabes y otros
musulmanes, al igual que muchos en Occidente, se harán este fin de semana una
pregunta que no aparecerá en diarios occidentales porque no pertenece al
discurso que nos han impuesto nuestros presidentes y primeros ministros ¿Y qué
pasará con los otros culpables?</DIV>
<DIV align=justify><BR>No, Tony Blair no es Saddam. Nosotros no arrojamos gases
a nuestros enemigos. George W. Bush no es Saddam. El no invadió Irán ni Kuwait.
Sólo invadió Irak. Pero cientos de miles de civiles iraquíes están muertos y
miles de tropas occidentales han muerto, porque los señores Bush, Blair, y los
gobernantes de España, Italia y Australia, fueron a la guerra en 2003 envueltos
en una bazofia de mentiras y mendacidad, lo cual, dadas las armas que usamos,
resultó en una inmensa brutalidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En el caos que siguió a los crímenes internacionales
contra la humanidad de 2001 hemos torturado, agredido brutalmente y asesinado a
inocentes. A la infame prisión de Abu Ghraib de Saddam Hussein le añadimos
nuestra propia infamia. Y con todo, se supone que debemos olvidar estos crímenes
terribles y aplaudir cuando se columpie el cadáver del dictador que nosotros
mismos creamos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Quién alentó a Saddam a invadir Irán en 1980, en lo que
fue uno de los peores crímenes de guerra jamás cometidos, dado que esto fue lo
que llevó a la muerte a millón y medio de almas? ¿Quién le vendió los
componentes para fabricar las armas químicas con las que empapó a Irán y a los
kurdos? Fuimos nosotros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No es de extrañar que los estadunidenses, quienes
controlaron el peculiar juicio, prohibieron que se mencionara ésta, su peor
atrocidad, durante el proceso. ¿Era posible que Hussein fuera entregado a los
iraníes para que ellos lo juzgaran por sus masivos crímenes de guerra? Claro que
no, porque eso expondría nuestra culpabilidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Y nuestros asesinatos perpetrados en 2003 con nuestras
bombas de uranio empobrecido, nuestras bombas "destruye búnkers", nuestro
fósforo, nuestros sanguinarios sitios en torno de Fallujah y Najaf. Y luego,
tras la invasión, el infernal desastre de anarquía que desencadenamos sobre la
población iraquí después de nuestra "victoria" y nuestra "misión cumplida", ¿a
quién se va a encontrar culpable por esto? Tendremos que esperar que salgan las
ególatras memorias de Bush y Blair, que serán escritas, con toda seguridad,
desde un cómodo y próspero retiro, para hallar un leve remordimiento o intento
de expiación por estos hechos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Horas después de que se dictara la condena a muerte
contra Saddam Hussein, su familia ­su primera esposa, Sajida, su hija y
otros parientes­ habían abandonado toda esperanza. "Lo que se podía hacer ya
se hizo, sólo podemos esperar que todo siga su curso", me dijo uno de sus
parientes, la noche del viernes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero Saddam ya lo sabía, él mismo proclamó su "martirio",
afirmó que aún es presidente de Irak y que morirá por su país. Todos los hombres
condenados enfrentan una disyuntiva: morir implorando clemencia o morir con la
dignidad que puedan reunir en sus últimas horas de vida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante su última aparición ante el tribunal, una sonrisa
raquítica se extendió por el rostro del asesino en masa, y ésta nos mostró,
desde entonces, la forma que Saddam ha elegido para caminar hasta la
horca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>He documentado sus monstruosos crímenes durante años. He
hablado con los sobrevivientes kurdos de Halabja, y con los chiítas que se
levantaron contra el dictador a petición nuestra, en 1991, y que abandonamos a
su suerte. Decenas de miles de ellos, junto con sus esposas, fueron colgados
como animales de caza por los verdugos de Saddam.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Recorrí una cámara de ejecución, sólo meses después de
que se descubrió que nosotros usamos la misma prisión para torturar y matar, y
he visto a los iraquíes desenterrar a miles de parientes muertos de las fosas
comunes de Hilla. Uno de estos cadáveres tenía una prótesis de cadera recién
implantada y la identificación del hospital todavía colgaba del brazo. Lo
llevaron del hospital directamente a su lugar de ejecución. Al igual que lo hizo
Donald Rumsfeld, tuve la oportunidad de estrechar la suave y húmeda mano del
dictador. Y con todo, el viejo criminal de guerra terminó sus días en el poder
escribiendo novelas románticas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Fue mi colega Tom Friedman ­quien hoy es un mesiánico
columnista del diario The New York Times­ quien describió perfectamente el
carácter de Saddam poco antes de la invasión de 2003: "mitad don Corleone y
mitad Pato Donald". Con esta definición única, Friedman capturó el horror que
tienen en común todos los dictadores, su atracción hacia el sadismo, su
naturaleza grotesca e inverosímil, además de su brutalidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero no es así como el mundo árabe lo percibirá. Al
principio, los que sufrieron la crueldad de Saddam darán la bienvenida a su
ejecución. Cientos quieren ser el verdugo que jale la palanca que abrirá la
trampa de la horca a través de la cual caerá el ex gobernante iraquí.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Muchos kurdos y chiítas fuera de Irak celebrarán su fin.
Pero tanto ellos como millones de otros musulmanes recordarán cómo se le informó
que su ejecución sería en la madrugada de la fiesta de Eid al Adha, en la que se
recuerda el sacrificio que casi ejecutó Abraham contra su hijo; una fiesta que
incluso el horrendo Saddam conmemoraba, cínicamente, liberando a presos de las
cárceles.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Puede ser que Saddam Hussein haya sido "entregado a las
autoridades iraquíes" justo antes de morir, pero su ejecución será percibida
­correctamente­ como obra de Estados Unidos y el tiempo se encargará de
darle a este hecho un último barniz duradero, pues nada evitará que quede la
impresión de que Occidente destruyó a un líder árabe cuando éste se negó a
seguir obedeciendo las órdenes de Washington y que, a pesar de todas sus
atrocidades, falleció como un mártir a manos de los nuevos cruzados. De eso se
encargarán algunos historiadores árabes que aprovecharán el hecho de que Hussein
no haya sido juzgado por todos sus crímenes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Después de que Saddam fue capturado, en noviembre de
2003, se incrementó la ferocidad con que la insurgencia atacaba a las tropas
estadunidenses. Después de su muerte, de nuevo se redoblará esta intensidad.
Liberados ya de la remota posibilidad de que se le conmutara la sentencia, los
enemigos de Occidente no tienen razón para temer el regreso del régimen del
partido Baaz. Nada más tomen en cuenta que Osama Bin Laden se regocijará por la
ejecución tanto como Bush y Blair. Se han vengado ya tantos crímenes, y aún así,
nosotros nos hemos escapado de la justicia.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></FONT></FONT></DIV></BODY></HTML>