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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U><FONT size=5>boletín informativo - red
solidaria de revistas</FONT></U><BR><EM><FONT color=#800000
size=6>Correspondencia de Prensa</FONT></EM><BR>Año IV - 9 de enero 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Socialismo</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El "doble poder" en nuestras
manos</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Alex Callinicos
*</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Socialist Worker, Londres,
6-1-07</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Traducción de Daniel Raventós para Sin
Permiso</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.sinpermiso.info"><STRONG><FONT
size=3>www.sinpermiso.info</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> <BR>“Cuando los trabajadores se rebelan, pueden
forjar sus propias estructuras políticas; pero los organismos que crean no
siguen modelos predeterminados”<BR><BR>Los grandes levantamientos
revolucionarios del siglo XX estuvieron marcados por un patrón inconfundible.
Los trabajadores montaron huelgas de masas que originaron o continuaron
confrontaciones con el estado.<BR><BR>Para librar su lucha más efectivamente los
trabajadores empezaron a crear sus propias organizaciones. Estas trascendieron
las divisiones existentes, conectando diferentes industrias y oficios, uniendo a
sindicalistas y trabajadores no organizados, y juntando a los que tenían
distintas filiaciones políticas y a los que no tenían ninguna.<BR><BR>Estas
organizaciones de clase zonales estaban basadas en los centros de trabajo. La
primera versión fue el soviet (consejo) de diputados obreros que surgió en San
Petersburgo durante la Revolución Rusa de 1905. El soviet de San Petersburgo
reunió a delegados de fábrica de toda la ciudad. <BR><BR>La más efectiva
organización de los trabajadores fue el más gran desafío al estado. Más o menos
abiertamente una situación podría desarrollarse en lo que el gran revolucionario
ruso Vladimir Lenin llamó “doble poder”. Lenin describió la situación en febrero
de 1917, cuando los trabajadores rusos se levantaron de nuevo en Petrogrado,
como San Petersburgo había sido renombrado, y consiguieron derribar al Zar:
<BR><BR>“Este doble poder se evidencia en la existencia de dos gobiernos. Uno es
el principal, el real, el actual gobierno de la burguesía, el “gobierno
provisional”… que tiene en sus manos todos los órganos de poder. El otro es un
gobierno suplementario y paralelo, un gobierno de “control” en la forma del
Soviet de Petrogrado de diputados obreros y soldados, que no toma órganos del
poder del estado, sino que descansa directamente en el apoyo de una obvia e
indisputable mayoría del pueblo, en el pueblo armado y en los
soldados.”<BR><BR>Este patrón, la coexistencia de dos formas de poder de clase
dentro del marco del mismo estado, surgió en formas más o menos desarrolladas en
las grandes luchas obreras del siglo XX, desde Rusia en 1905 a Polonia en
1980.<BR><BR>El doble poder es inestable. Como escribió Lenin: “no hay la menor
duda de que tal ‘desdoblamiento’ no puede durar mucho tiempo. Dos poderes no
pueden existir en un estado. Uno de ellos está destinado a
desaparecer.”<BR><BR>En la gran mayoría de casos, el estado capitalista se
aprovechó de las dudas y divisiones de los trabajadores para tomar la ofensiva y
aplastar los consejos obreros y para restaurar el orden burgués.<BR><BR>La
excepción fue Rusia en octubre de 1917. Aquí el partido bolchevique, informado
por los análisis de Lenin, ganó el debate en el interior de los soviets,
persuadiéndolos de que debían derrocar el gobierno provisional y tomar el poder.
Esto ha hecho de la Revolución de Octubre un modelo para los socialistas
revolucionarios desde entonces.<BR><BR>Pero, ¿cómo se sostiene este modelo en el
siglo XXI? Los levantamientos políticos más importantes de los últimos 20 años,
las revoluciones de la Europa del Este en 1989, no comportaron experiencias
significativas de doble poder.<BR><BR><STRONG>Régimen
político</STRONG><BR><BR>Esto reflejó el hecho de que las estructuras básicas
del poder de clase en estas sociedades no fue alterado por estas revoluciones.
Cambió el régimen político, permitiendo que el capitalismo de estado fuera
reemplazado por el capitalismo de mercado al estilo occidental.<BR><BR>Hoy, sin
embargo, es la versión neoliberal del capitalismo de mercado la que está siendo
desafiada sobre todo por los movimientos de masas que se han desarrollado en
América Latina en los últimos años.<BR><BR>El más cercano de estos movimientos
creó una situación de doble poder en Bolivia en octubre de 2003 y en junio de
2005, cuando las masas bloquearon la capital, La Paz, y forzaron la dimisión de
los sucesivos presidentes neoliberales.<BR><BR>Los bloqueos fueron organizados
desde El Alto, donde 800.000 pobres viven muy por encima de La Paz (Nota del t.:
La Paz está a 3.650 metros sobre el nivel del mar, El Alto a más de 4.100). El
Alto se desarrolló en las dos décadas anteriores, a través de migraciones
masivas del campo y de las minas de estaño, que fueron destruidas por las
políticas neoliberales.<BR><BR>En El Alto las tradiciones de la militancia de la
clase obrera, perfeccionada durante décadas por los mineros, fusionada con otras
tradiciones, con la de los pueblos indígenas por ejemplo, han creado nuevas
formas de organización de clase. Raul Zibechi describió estas organizaciones de
El Alto para Socialist Workers el pasado abril ( El Alto: the heights of the
Bolivian movement):<BR><BR>“Los sindicatos clásicos apenas existen… Hay dos
formas principales de organización. Una es la asamblea de barrio. Hay 550, una
por barrio… Las asambleas se reúnen en la Federación de Asambleas de Barrio de
El Alto. Esta es la organización más importante, la que encabezó los
levantamientos de 2003 y 2005. <BR><BR>La otra principal forma de organización
es la asociación de comercio de los vendedores ambulantes, que está agrupada en
el Centro Regional de Trabajadores…Las organizaciones son todas territoriales y
controlan un área, un barrio o un mercado.<BR><BR>En octubre de 2003, el pueblo
usó su control territorial para bloquear los caminos y controlar las carreteras.
Cortaron las rutas de manera que la gasolina y los alimentos no pudiesen entrar
en La Paz”<BR><BR><STRONG>Fuerza colectiva</STRONG><BR><BR>Este modelo de
organización es significativamente diferente al soviet clásico, que movilizó la
fuerza colectiva de los trabajadores en el centro de trabajo para retar al poder
político del estado capitalista.<BR><BR>Pero un modelo territorial de
organización cobra todo el sentido en una ciudad como la de El Alto, dominada
por pequeños empresarios que habitualmente emplean a menos de 4 trabajadores.
Esta forma de dependencia del llamado “sector informal” de los pequeños
empresarios y trabajo ocasional es muy común en las ciudades del Sur Global. Es
familiar para mucha gente que vive en villas miseria, que suman mil millones en
todo el mundo, según estimaciones de la ONU.<BR><BR>Existen precedentes
históricos de este tipo de organización. Karl Marx y Frederick Engels saludaron
a la Comuna de París de 1871 como al primer estado obrero. Pero la Comuna se
organizó a partir de los barrios, no de los centros de trabajo.<BR><BR>Esto
tiene mucho sentido en una ciudad económicamente dominada por pequeños talleres.
En 1869 había un promedio de tres trabajadores por empresa en la mayor
industria, la de calzado y textil; de siete en el metal e ingeniería; de 19 en
la construcción y de 12 en el material de transporte. <BR><BR>En su libro Paris,
Capital of Modernity, David Harvey aduce que “muchas empresas pequeñas no eran
más que unidades subcontratadas por formas más grandes de organización.
Funcionaban más como sistemas de trabajo relacionados con los productores
capitalistas o mercaderes que los controlaban a distancia.”<BR><BR>Sin embargo,
escribe Harvey, los trabajadores artesanales de París permanecían “tan seguros
de sí mismos que llegaban a ser arrogantes, tan aferrados a sus opiniones,
embravecidos e incurablemente independientes que llegaban a ser indisciplinados…
Continuaron ejerciendo presión colectiva sobre los mercados de trabajo, en buena
medida permaneciendo en sus distritos tradicionales (incluso debiendo hacer
frente a la reurbanización y los aumentos de alquiler). Las industrias
precisaban de sus conocimientos y tenía que recurrir a ellos.”<BR><BR>Es difícil
que sorprenda que estos trabajadores, enfrentados a la guerra y a la revolución
en 1871, se confiaran en sus tradiciones de militancia de clase basadas en sus
barrios cuando organizaron la Comuna.<BR><BR>Los soviets del siglo XX surgieron
de las fábricas industriales gigantes, crecientemente basadas en la producción
de la cadena de montaje: de la fábrica Putilov en Petrogrado, el bastión
bolchevique en 1917, a los astilleros Lenin en Gdansk, en donde la rebelión de
los obreros polacos explotó en agosto de 1980.<BR><BR>En el Petrogrado de 1917,
más del 68 por ciento de la fuerza obrera estaba empleada en empresas de más de
1.000 trabajadores. Los centros de trabajo eran mayores en la industria del
metal que dominó la ciudad. <BR><BR>En comparación, la Comuna puede parecer que
representa una etapa temprana de la organización de clase. Pero el capitalismo
neoliberal ha reactivado formas aparentemente obsoletas de
explotación.<BR><BR>Al describir los pequeños talleres de mediados del siglo XIX
en París, Harvey escribe, “al poner estas unidades perpetuamente en competición
por el trabajo, los empleadores podían forzar la reducción de los costes
laborales y maximizar sus beneficios. Los trabajadores, aunque nominalmente
independientes, estaban forzados a la sumisión y sujetos a formas de
auto-explotación que podían ser tan salvajes y degradantes como las que había en
las fábricas.” <BR><BR>El diagnóstico capta bien el mundo de la subcontratación
y el trabajo precario que muchos trabajadores experimentan hoy en día. La
organización de clase territorial de la Comuna puede ser crecientemente
importante en el siglo XXI.<BR><BR>Especialmente claro parece en el caso de las
grandes ciudades de pobres del Sur Global. En los países capitalistas avanzados
el perfil de los gigantescos centros de trabajo industriales solamente ha
declinado un poco como resultado de la brutal reestructuración de los últimos 30
años. La proporción de la fuerza de trabajo de Estados Unidos en
establecimientos de más de 500 trabajadores ha menguado levemente, del 23 por
ciento en 1975 al 20 por ciento en
2003.<BR><BR><STRONG>Dispersados</STRONG><BR><BR>Sin embargo, los centros de
trabajo de la gran industria se han dispersado geográficamente al trasladar la
producción a zonas rurales. Las grandes ciudades han sido desindustrializadas y
sus plantillas son predominantemente de oficinas y de comercios. <BR><BR>Estos
cambios pueden significar que las nuevas explosiones insurgentes de la clase
obrera tomarán formas diferentes. Otro cambio social es la concentración en
muchas ciudades de gran población estudiantil, sectores considerables de la cual
deben sostenerse por sí mismos mediante trabajos ocasionales mal
pagados.<BR><BR>La revuelta estudiantil francesa de marzo y abril del pasado año
mostró a los estudiantes universitarios bloqueando sus campus y ganando la
solidaridad de los sindicalistas. Luchas futuras pueden levantar más formas de
organización híbrida de este tipo.<BR><BR>Ninguna de ellas modificará el
significado de la organización basada en el centro de trabajo. El poder de los
trabajadores procede de la robusta capacidad colectiva de éstos para paralizar y
tomar el control de la producción.<BR><BR>Pero las expresiones organizativas de
este poder han cambiado con el tiempo. La Comuna de París y el soviet de San
Petersburgo fueron inventados por unas determinadas clases obreras en
condiciones históricas específicas. Sus herederos inventarán indudablemente
nuevas formas de organización de clase y adaptarán las viejas para satisfacer
sus necesidades.<BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Dirigente del Socialist Worker Party (SWP) británico y
editor del semanario Socialist Worker. Catedrático de Ciencias Políticas en la
Universidad de York. </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información
difundida por Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios,
redes alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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