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<DIV align=center><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=4><FONT
size=5><U>boletín informativo - red solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT
color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 27 de
enero 2007 - Redacción: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV></FONT>
<DIV align=justify><BR><FONT
face=Arial><STRONG>México</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>El pacto de la
tortilla</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Con su popularidad en alza y en
plena luna de miel con la ciudadanía, al presidente de México Felipe Calderón se
le apareció el fantasma de la desestabilización social por donde menos lo
esperaba: por el lado de los monopolios privados que controlan la
comercialización e industrialización del maíz y su derivado alimenticio, la
tortilla.<BR><BR>Carlos Fazio desde México</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Semanario Brecha, Montevideo,
26-1-07</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>A comienzos de enero la escalada de precios del maíz y la
tortilla, alimento básico en la dieta del mexicano, sacó la protesta popular a
las calles cuando Calderón y su gabinete de seguridad estaban ocupados en
mostrar el “músculo” frente al crimen organizado y el narcotráfico. Con ánimo de
legitimarse en el poder y apoyado por una espectacular campaña publicitaria en
los medios masivos, el gobierno buscaba capitalizar el envío de miles de
soldados y policías a distintas partes del país para combatir la inseguridad,
poner “orden” y restaurar el imperio del derecho menoscabado por las mafias
criminales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero una corrida especulativa impulsada de manera
deliberada por empresarios de la masa y la tortilla y poderosos monopolios de la
industria del maíz, lo llamó a la realidad. Al grito de “¡Sin maíz, no hay
país!” y “¡Abajo el pan, arriba la tortilla!” –consigna esta última que juega
con las siglas del oficialista Partido Acción Nacional–, los “cacerolazos” se
multiplicaron en la capital y otras ciudades de México.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según un sondeo realizado por la encuestadora María de
las Heras, el incremento en el precio de la tortilla, que osciló entre un 40 y
un 100 por ciento –a lo que se sumó el alza de otros productos básicos como la
leche–, afectó “mucho” en su economía familiar a 74 por ciento de los
consultados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los asesores gubernamentales se dieron cuenta de que el
alza en la popularidad del presidente generada por los operativos contra el
hampa se estaba perdiendo por la suba de la tortilla. En un primer intento por
controlar los daños, el secretario de Economía, Eduardo Sojo, ortodoxo
neoliberal, declaró que el gobierno no podía fijar precios, dejó el asunto
librado a la mano invisible del mercado y anunció la importación libre de
arancel de 650 mil toneladas de maíz blanco, principalmente de Estados Unidos,
para enfrentar el problema.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Maíz y libre comercio </STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>A la frivolidad del ministro, que dejó abierto el camino para
inundar el mercado de maíz transgénico y aumentar la dependencia alimentaria de
Estados Unidos, le siguió la del arzobispo primado de México, cardenal Norberto
Rivera, quien minimizó los efectos del “tortillazo” y dijo que no era una
“tragedia” ni el “acabóse” para el país. En realidad, tragedia, para monseñor,
sería que subiera el precio de las hostias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Símbolo de identidad que atraviesa todas las clases
sociales, el maíz es un referente cultural y además la base de la alimentación
del mexicano. De acuerdo con datos del inegi (la oficina de estadística
gubernamental), 80 por ciento de los hogares mexicanos compran tortilla. Y de la
tortilla decía Jorge Ibargüengoitia que era “alimento, plato, cubierto,
servilleta y estabilidad”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La estabilidad económica fue, precisamente, lo que puso a
temblar la guerra especulativa de los acaparadores y especuladores, junto con la
incompetencia oficial, la corrupción y la codicia. Aunque no fue el único factor
que hizo subir el precio de la tortilla. También incidió el alza del gasoil, la
electricidad y la gasolina, insumos básicos para la producción, traslado e
industrialización de la gramínea. Una tercera causal fue la duplicación del
precio del grano en el mercado mundial por el auge en la demanda de bioetanol,
que en Estados Unidos se produce en base al maíz y se utiliza como combustible u
oxigenante de las gasolinas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>También hubo cambios estructurales de fondo que llevaron
a que México pasara de ser autosuficiente a tener que importar el año pasado
5,66 millones de toneladas, equivalentes a la cuarta parte de la producción. Ese
es uno de los resultados concretos de la entrada en vigor del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (nafta, por sus siglas en inglés, 1994) con
Estados Unidos y Canadá, un acuerdo asimétrico para México. En nombre de la
“modernización”, durante los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto
Zedillo se desmanteló un esquema en el que el Estado vendía la tortilla a precio
subsidiado y regulaba el mercado del maíz a través de la fijación de precios de
garantía a los agricultores y la regulación de las importaciones.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero en 1999 el gobierno eliminó el monopolio del Estado
que acopiaba y distribuía el grano y transfirió el sector al monopolio privado.
“Ya no siembren maíz”, les dijeron los tecnócratas a los productores rurales, al
tiempo que eliminaban el apoyo oficial al campo, destruían la economía
campesina, entregaban el control del proceso a un puñado de oligopolios y
degradaban los agrosistemas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con el desmantelamiento de la cadena de producción de
maíz-consumo de tortilla y la oligopolización en el abastecimiento de tortilla
de harina de maíz, productores y consumidores quedaron inermes frente a las
fuerzas del mercado. Tres grandes comercializadoras, el grupo Maseca, empresa
encabezada por el multimillonario mexicano Roberto González Barreda, aliado con
Archer Daniels Midland, la firma más poderosa de Estados Unidos; el grupo Minsa,
asociado con Corn Products International y Arancia, y Cargill, fusionada a
Continental, se apoderaron del mercado nacional.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Acuerdo</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Desde la entrada en vigor del tlcan, México perdió en
seguridad y soberanía alimentaria. El precio de la tortilla se incrementó en 738
por ciento. Se perdieron dos millones de empleos rurales y hubo un éxodo masivo
de mano de obra hacia Estados Unidos. Si en el sexenio de Salinas un quilo de
tortilla equivalía a 1 por ciento del salario, ahora equivale a 20 por ciento.
Otro dato: el año pasado la tortilla aumentó 13,82 por ciento, la inflación 4
por ciento y el salario mínimo 3,45 por ciento. Todo eso en un país donde 20
millones de mexicanos viven con un máximo de 20 pesos diarios (dos dólares), de
los cuales usan diez para comer. A los costos actuales, les da para un quilo de
tortilla por día sin nada adentro; no les sobra un centavo. De allí la ira
popular.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para dar vuelta la tortilla, el jueves 18 de enero el
presidente Calderón convocó a las “fuerzas productivas” a una reunión en la
residencia oficial de Los Pinos, y usó la mano visible del Estado para incidir
en el “comportamiento” de los agentes económicos. Con toda la pompa del caso,
declaró la “cero tolerancia” a especuladores y acaparadores, dijo que iba a
“aplicar la ley con firmeza y a castigar a quienes busquen aprovecharse de la
necesidad de la gente” y anunció un “precio justo” para el quilogramo de
tortilla que resultó 42 por ciento superior al que prevalecía en el mercado dos
meses antes. Es decir, frente a los hechos consumados, formalizó un aumento
forzado y a eso le llamó “pacto”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En rigor, el presidente sancionó el éxito de la ola
especulativa y premió el acaparamiento de los grandes intermediarios. Lo
insólito del caso fue que allí, junto a él y los representantes de grandes
firmas de la cadena agroalimentaria, como Wal-Mart, Minsa y la trasnacional
mexicana Bimbo, estaba Roberto González Barreda, dueño del Grupo Industrial
Maseca, principal productor de harina de maíz del mundo (controla 80 por ciento
de la harina y el maíz que se comercializan en México) y señalado como el mayor
especulador de la coyuntura. Con un agregado: Maseca fue puesto en la picota por
la Comisión Nacional de Competencia, luego de la adquisición en 224 millones de
pesos de los activos de la firma Agroinsa, lo que a juicio de la comisión coloca
a la empresa en un escenario de abierta concentración monopólica. No obstante lo
cual, el presidente Calderón posó para los medios estrechado en un fuerte abrazo
con González Barreda, uno de los financistas de su campaña electoral. para
ricos</DIV>
<DIV align=justify><BR>El año pasado Cargill compró 600 mil toneladas de maíz a
1.650 pesos la tonelada y la está vendiendo en el valle de México a 3.500 pesos.
La crisis sirvió para que empresas trasnacionales productoras de semillas
transgénicas, como Monsanto, Pioneer, Syngenta, Agrobio y Dupont presionen al
gobierno mexicano para que autorice la siembra de maíz genéticamente modificado
como “solución de fondo” en el sector.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A raíz del llamado “error de enero”, algunos
especialistas de las páginas económicas señalaron que lo ocurrido fue un claro
intento de darle una “novatada” a Felipe Calderón. Pero en la guerra económica
no hay torpeza, sólo aliados y enemigos. En definitiva, el “acuerdo para la
estabilización del precio de la tortilla” sirvió para exhibir que la tan mentada
libertad de mercado no existe, ya que es controlado por grupos oligopólicos
predadores que buscan maximizar sus ganancias, muy lejos de la idílica
competencia perfecta preconizada por los ideólogos neoliberales. Al subsidiar a
las grandes comercializadoras y distribuidoras, Calderón practica un populismo
para ricos. No hay duda, México sigue siendo una jauja para el gran
capital.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>