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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 2 de febrero 2007 -
Redacción: </STRONG></FONT><A href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Nicaragua</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>“Que las transnacionales se sientan
seguras” </FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>¿Y los trabajadores
qué?</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Giorgio Trucchi, en
Managua<BR></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Rel-UITA</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A href="http://www.rel-uita.org/"><STRONG><FONT
size=3>http://www.rel-uita.org/</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR><BR>Durante las primeras semanas de gobierno, el
presidente Daniel Ortega se reunió con empresas nacionales y transnacionales,
que tienen inversiones o pretenden invertir<BR>en el país.<BR><BR>El objetivo
principal de esta política es claramente crear un clima de estabilidad y
tranquilidad, para demostrar a nivel nacional e internacional que su gobierno no
está ahuyentando la inversión y que Nicaragua va a ser una magnífica opción para
los empresarios extranjeros. Un respaldo económico, pero al mismo tiempo
político, que le va a permitir empujar su proyecto de gobierno sin mayores
problemas.<BR><BR>Si por un lado resulta comprensible esta actitud del nuevo
gobierno, para encarar las dudas y los perjuicios que han acompañado la imagen
de Daniel Ortega en muchos ámbitos nacionales e internacionales, por el otro
deja mucha perplejidad el hecho de que, hasta la fecha, no se les ha pedido a
estas empresas transnacionales ningún tipo de compromiso firme con respecto a
los derechos humanos, laborales y sindicales de los trabajadores y trabajadoras
nicaragüenses.<BR><BR>La reciente llegada al país de Warren Stanley, presidente
de la transnacional Cargill, y el encuentro que sostuvo con Daniel Ortega y sus
asesores, parece ser un ejemplo más de una política económica que aún no define
que tipo de modelo de desarrollo quiere implementar este gobierno y a través de
qué instrumentos.<BR><BR>Si por un lado el nuevo Presidente arrancó su
administración con el Programa “Hambre Cero” – un programa de entrega al
campesinado en especies para producir alimentos, para reciclar todo lo que sea
posible y salir de inmediato de la desnutrición – y constituyó el Consejo de
Seguridad y Soberanía Alimentaria, coordinado por el sociólogo y economista
Orlando Nuñez Soto, por el otro brindó total respaldo a una empresa como
Cargill, cuyo modelo de desarrollo es exactamente el antítesis de la Seguridad y
Soberanía Alimentaria, conformándose con pedir que la inversión venga acompañada
por aspectos sociales en beneficio de la población.<BR><BR><STRONG>Cargill y su
filosofía</STRONG><BR><BR>En el libro “El gigante invisble. Cargill y sus
estrategias transnacionales”, del economista y teólogo Brewster Kneen se
menciona a Cargill como “un complejo agroindustrial, alimen-tario y financiero
que opera en 72 países, incluyendo varios de América Latina. Ese “imperio”,
fundado hace unos 140 años por William Cargill, es mucho más poderoso que el de
Monsanto. Tiene unos 80 mil empleados repartidos por el planeta y está dedicado
a la comercialización, fabricación y distribución de bienes y servicios
agrícolas, alimentarios, financieros e industriales. Cargill es el prototipo de
las corporaciones que hoy dominan la economía mundial. En el año 2000, las
corporaciones representaban el 12 por ciento del Producto Interno Bruto mundial,
moviendo unos 3,5 billones de dólares”.<BR><BR>La filosofía de esta empresa
queda muy bien definida en las palabras de su ex Presidente al momento de dejar
su cargo “hay una creencia equivocada de que la mayor necesidad agrícola del
mundo en vías de desarrollo es alcanzar la capacidad de producir comida para el
consumo local. Esto es un error. Los países deben producir lo que ellos mejor
hacen y comercializarlo”. Tesis ratificada y fortalecida por el entonces
Vicepresidente, Robin Johnson: “romper el sitio de la pobreza significa cambiar
de la agricultura de subsistencia a la agricultura mercantilizada. La
agricultura de subsistencia evita que crezca el ingreso de los campesinos, deja
a las poblaciones fuera del sistema de comercio de los alimentos y por
consiguiente los hace más vulnerables a los desastres naturales, dañando el
medio ambiente”.<BR><BR>Al contrario, muchos apuestan a la promoción de la
agricultura de subsistencia, a la agricultura familiar, a los mercados locales,
es decir a todo lo que va en contra del modelo Cargill, que es el modelo
productivo que predomina hoy en el mundo. Según el experto en agroecología Peter
Rosset1 “la soberanía alimentaria es el derecho de todos los pueblos para poder
definir su propio sistema de producción, distribución y consumo de alimento. Es
el derecho de los pueblos rurales a tener acceso a la tierra, a poder producir
para sus propios mercados locales y nacionales, a no ser excluidos de esos
mercados por la importación hecha por las empresas transnacionales. Es también
el derecho de los consumidores a tener acceso a alimentos sanos, accesibles,
culturalmente apropiados para la gastronomía, la historia culinaria de su país y
producidos localmente. Si un país no es capaz de alimentar a su propia gente, si
depende del mercado mundial para la próxima comida, estamos ante una situación
profundamente vulnerable. Vulnerabilidad frente a la buena voluntad de las
superpotencias o las fluctuaciones del mercado. Por eso hablamos de
soberanía”.<BR> <BR>Pero el problema no es solamente el modelo de
desarrollo, sino también los instrumentos y los métodos que se utilizan para
implementarlo. En el caso de estas transnacionales, muchas veces los
instrumentos son la explotación de la mano de obra local y la violación a sus
derechos humanos, laborales y sindicales. Para Nicaragua, para su nuevo gobierno
y sus planes de desarrollo no se puede prescindir de buscar un camino que lleve
a una relación entre empleadores y trabajadores en el pleno respeto de los
derechos garantizado por las leyes nacionales y los convenios
internacionales.<BR><BR>Durante el encuentro con la dirigencia de Cargill,
Daniel Ortega sostuvo que “aquí van a tener todas las garantías y la seguridad
para seguir con sus inversiones, porque lo que Nicaragua necesita son
inversiones a largo plazo. Hemos estado reuniéndonos con empresarios
nicaragüenses y extranjeros y lo que pedimos es que la inversión venga
acompañada de aspectos sociales que contribuyan al combate de la
pobreza.<BR><BR>“Hemos encontrado una reacción positiva de parte de todos los
inversionistas con quienes hemos conversado sobre el tema. Incluso, estamos
realizando varias reuniones para que se puedan definir áreas de inversión donde
se procure generar empleo a corto plazo, utilizar materia prima nacional e
incluir aspectos sociales en beneficio de la población. Estamos convencidos –
concluyó Ortega – que la inversión que usted tiene en el país, el empleo que
está generando, el impacto directo e indirecto en términos económicos y
sociales, van en la dirección del combate de la pobreza y les pido a todos los
inversionistas extranjeros que nos unamos en esta lucha. Nicaragua es un país
que está dispuesto a seguir trabajando y seguir ampliando estas inversiones y lo
importante es que se sientan bien, que se sientan tranquilos y que se sientan
seguros”.<BR><BR><STRONG>¿Cuáles va a ser el precio de esta tranquilidad y
seguridad?</STRONG><BR><BR>En agosto de 2006, en São Paulo, Brasil se desarrolló
el Encuentro Internacional de Trabajadores de Cargill, promovido por la
Confederação Nacional dos Trabalhadores nas Indústrias da Alimentação
(CONTAC/CUT). En aquella ocasión el secretario regional Latinoamericano de la
Unión Internacionald de los Trabajadores de la Alimentación (Rel-UITA), Gerardo
Iglesias, declaró que “en este encuentro tomamos la decisión de combatir sin
tregua a esta transnacional que ha creado nuevamente el feudalismo, causando
graves lesiones por esfuerzos repetitivos (LER) y graves enfermedades por el
intenso ritmo de trabajo al que somete a sus trabajadores y trabajadoras,
adoptando prácticas antisindicales y causando serios problemas socio-ambientales
en los países donde se instala”.<BR> <BR>El Presidente de la CONTAC,
Siderlei de Oliveira, en ocasión de una gran huelga que se desarrolló en 2005 en
contra de Cargill comentó: “Cargill debería estar en el Guiness, porque es
increíble lo que es capaz de hacer contra los trabajadores. Es una empresa
oportunista, se desplaza rápidamente hacia aquellos rubros en los que considera
que puede obtener más ganancias de manera inmediata, y comienza a aplicar una
política que perjudica a las trabajadoras y trabajadores, pero también al resto
de las industrias del sector. En este caso, la empresa se niega a cumplir con
los acuerdos establecidos entre el sindicato y la industria avícola, lo que ha
generado el rechazo unánime de sus trabajadores. Como los trabajadores
paralizaron la planta, la empresa ha comenzado a contratar a otros trabajadores
para realizar las tareas. Estas actitudes antisindicales y de desconocimiento de
los más elementales derechos de sus empleados, no han hecho más que incrementar
el rechazo de diversas organizaciones a estas políticas de una empresa que se
ubica entre las más poderosas de todo el mundo”2.<BR><BR><STRONG>FUTATSCON se
pronuncia</STRONG><BR><BR>Frente a esta situación la Federación Unitaria de
Trabajadores de la Alimentación de Nicaragua (FUTATSCON) emitió un
pronunciamiento. “En Nicaragua, igual que en todos los países del mundo, desde
hace muchos años las empresas transnacionales tienen presencia y han operado sus
negocios sin ningún obstáculo de los gobiernos. El único obstáculo (si así le
podemos llamar) ha sido la presencia de algunos sindicatos. En nuestro país,
desde la “llegada de la democracia” en 1990 se ha masificado la presencia de
empresas transnacionales y el enriquecimiento indiscriminado de esas empresas. A
la par de eso, los trabajadores comenzamos a desmejorar nuestras condiciones de
trabajo, de salarios, a perder derechos conquistados con la revolución, maltrato
de nuestros derechos humanos, represión sindical, llegó el trabajo precario, la
flexibilidad, la tercerización y el solidarismo. Todo esto con la abierta
complicidad de los gobiernos de turno…</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>La inversión extranjera, los
derechos de los trabajadores y la libertad sindical<BR></FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Comunicado de
FUTATSCON</FONT></STRONG><BR><BR>…Ante los planteamientos de los empresarios
nacionales y el gobierno respecto a la inversión y las garantías que piden para
desarrollar la misma, nuestra Federación Unitaria de los Trabajadores de la
Alimentación considera lo siguiente: “No nos oponemos a la inversión extranjera
y nacional siempre y cuando se respeten los derechos de los trabajadores, el
estado de derecho, las normas fundamentales de la OIT y los derechos sindicales.
Es decir, nosotros también pedimos las garantías necesarias para que se nos
trate como seres humanos. Si bien es cierto que el país necesita de inversión
para generar empleo y ayudar a combatir la pobreza heredada por los tres
gobiernos anteriores, esto no debe significar un cheque en blanco para los
inversores, en cuanto al trato y trabajo precario para los trabajadores
nicaragüenses”.<BR><BR>El pronunciamiento sigue redactando el perfil de la
empresa Cargill, propietaria en Nicaragua de la empresa de pollos Tip Top
Industrial y de sus constantes violaciones a los derechos laborales y sindicales
en diferentes países de América Latina.<BR><BR>“En consecuencia Cargill no es la
transnacional que viene a contribuir a sacar al país de la pobreza, como lo pide
el presidente Ortega. Como toda empresa de su tipo, su único interés es el lucro
y la explotación de los trabajadores. Para poder creer lo que le dijo al
Presidente de Cargill, Warren Stanley, deberá empezar por permitir la creación
de sindicatos en sus plantas procesadoras y sus restaurantes, donde actualmente
lo que hay es solidarismo como un instrumento para no permitir el sindicato...
<BR>…¿Con esas actitudes podrán contribuir a sacar de la pobreza a Nicaragua? No
lo han hecho ni lo van hacer. Para poder creerle es necesario que permitan la
libre sindicalización, que no maltraten ni humillen a los trabajadores, que
tengan voluntad de negociar y cumplir los convenios colectivos y que mantengan
la estabilidad laboral.<BR><BR>Una forma real de contribuir a bajar los índices
de pobreza será mejorando las condiciones de trabajo, mejorando los salarios,
respetando las leyes del país en materia fiscal, laboral, de libre competencia,
mejorando el medio ambiente a lo interno, en el entorno y en la comunidad y
abstenerse de sobornos a los funcionarios públicos, sin corrupción y con
transparencia en sus estados financieros. Si eso lo cumplieran, sí estaríamos
diciendo que vale la pena la inversión extranjera, de lo contrario son sólo
palabras y promesas nada más”.
<HR>
<STRONG><FONT color=#000080 size=3><EM>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </EM></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT color=#000080
size=3><EM>germain5@chasque.net</EM></FONT></STRONG></A>
<HR>
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