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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 3 de febrero 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La televisación de los juicios de
las autodefensas ilusiona a las víctimas</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El reality de los paramilitares
colombianos</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Los familiares de los miles de
desaparecidos por las llamadas autodefensas centran sus esperanzas en los
juicios de sus líderes, que serán televisados contra la voluntad de los
acusados. También hacen presentaciones ante la Justicia. Exigen que los paras
confiesen sus nexos con el poder, la guerrilla y el
narcotráfico.<BR> <BR>Katalina Vásquez Guzmán</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Página/12, Buenos Aires,
3-2-07</FONT></STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><BR>En esa cárcel por la que han pasado los más grandes capos
colombianos del narcotráfico, doña Marina miró a los ojos a Ramón Isaza, pero él
no pudo hacer lo mismo. Isaza era el comandante del bloque de las autodefensas
(paramilitares o paras) que desapareció a su hijo Ramiro, de 20 años, en
Doradal, un pueblo a cuatro horas de Medellín. Ella y otras madres de hombres y
mujeres desaparecidos por los paras desde la década del ochenta –cuando nacieron
en Colombia los grupos paramilitares como una fuerza para defender a los
terratenientes de los secuestros y las extorsiones de la guerrilla– consiguieron
entrevistarse con los líderes de las autodefensas el viernes 19 de enero. Isaza
dijo esa mañana que sabía de lo que Marina estaba hablando, cuando ella tomó la
palabra y contó cómo, dónde y cuándo fue que perdió a su hijo. La señora no sabe
por qué Ramiro está desaparecido, como otros tanto miles de desaparecidos por
los paras, ni mucho menos dónde está vivo o muerto, y eso fue lo que le preguntó
a Isaza.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El jefe paramilitar estaba sentado junto a algunos de los
más grandes asesinos intelectuales y materiales de Colombia, todos ex
comandantes de bloques de autodefensas: Salvatore Mancuso, Don Berna (también
conocido como Adolfo Paz), Don Cuco y El Alemán. Todos compartían la experiencia
de tener frente a sus ojos, por primera vez, reunidas, a las mamás de los
jóvenes, hombres, mujeres y niños que habían ordenado asesinar o desaparecer.
Ahí estaban de las Madres de La Candelaria Línea Fundadora, que cada miércoles
se reúnen en el parque principal de Medellín a reclamar la aparición con vida de
sus seres queridos. “¡Los queremos vivos, libres y en paz!” gritaron ese viernes
en la cárcel de Itagüí, como gritan cada miércoles en el parque.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Con la angustia de Marina, crecía el debate en Colombia
por la trasmisión televisada de las confesiones de los paras. Los 31.671
guerreros de las autodefensas están desmovilizados y se acogieron a la Ley de
Justicia y Paz gracias a la cual, de confesar sus crímenes, tendrán penas de
cárcel leves.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero los ex jefes de las autodefensas rechazaron la
decisión de publicar sus declaraciones y pidieron que, de ser transmitidas se
hicieran en diferido, no en directo. La Fiscalía aprobó el aplazamiento de la
transmisión del testimonio de Salvatore Mancuso, el primero en llegar a juicio,
que estaba prevista para el 25 de enero. El presidente de la República, Alvaro
Uribe Vélez, dijo a los medios que si los desmovilizados salen por la tele
estarían obligados, más que antes, a contar la verdad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta semana la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación anunció que es un hecho la transmisión, pero las reglas del juego
siguen en discusión: ediciones, cortes, horarios. Y todavía no se anuncia cuándo
será la próxima declaración, en la que Mancuso continuará dando su versión libre
sobre los crímenes cometidos por él y sus hombres ahora desmovilizados. El país
espera que, además de contar dónde están los desaparecidos, los paras expliquen
cómo fue que infiltraron la política colombiana desde el Congreso de la
República hasta las alcaldías y concejos municipales, cuál es su relación con el
Ejército Nacional y cómo se planearon las más grandes masacres de civiles en el
país. Además, se espera conocer cuáles son sus riquezas, dónde están sus bienes
y cómo es el negocio de la coca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los paras no respondieron ninguna pregunta ese día en la
cárcel. Cuando Marina le mostró la foto de su hijo, Ramón Izasa dijo que sabía
quién era y le pidió a la madre que regresara la semana siguiente, también
viernes, para contarle qué había pasado con él. “En el minuto que ese señor me
dijo eso sentí un poco de alegría, pero también empecé a estar triste de pensar
que a mi hijo le pasó lo peor”, le contó Marina a Página/12, en medio de un
llanto seco, un sol de verano, y envuelta en ropas coloridas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Era ya un miércoles de encuentro para las madres, en el
atrio de la parroquia La Candelaria, pleno centro de Medellín. Esperaban por el
director de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, Luis González, que
recibía, por primera vez en la historia del país, una denuncia colectiva de 102
casos de colombianos desaparecidos por grupos de autodefensa. González,
micrófono en mano, dijo que las víctimas de grupos al margen de la ley tienen el
derecho de informar a la Fiscalía que lo son, sin costo alguno, y con el fin de
empezar a esclarecer la verdad. Las señoras se entusiasmaron. “Esta entrega
colectiva busca, además, tener un impacto político como símbolo en la búsqueda
de los desaparecidos”, le dijo a Página/12 el abogado de la Corporación Caminos
de Esperanza Madres de la Candelaria, Edwin Uribe.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La esperanza de las víctimas es grande, pero muchos
juegan con ella. Cuando llegó el esperado día Marina volvió a la cárcel pero el
ex comandante para no le dijo nada. Nada. “Ese señor Isaza lo que hizo fue
engañarme”, dijo Marina. Ojalá, agregó, que no pase lo mismo en los juicios por
televisión.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
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Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
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<BR> <BR><BR></FONT></DIV></BODY></HTML>