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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 9 de febrero 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Argentina</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El "caballero de la tortura" llegó
para hablar de "terrorismo"...</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Repudio de las Madres de Plaza de
Mayo...</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>No es el de la guía, es el de Abu
Ghraib</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Alberto Gonzales estuvo en el país,
en el marco de una gira por la región. Se entrevistó con los ministros Iribarne
y Fernández y con las autoridades de la comunidad judía. Hijo de mexicanos,
Gonzales hizo toda su carrera junto a Bush. Y se hizo célebre por un memo
secreto que dio vía libre a las torturas en las cárceles de Guantánamo y Abu
Ghraib.<BR><BR>Fernando Cibeira</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Página/12, Buenos Aires,
8-2-07</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Considerado el ideólogo de las torturas a los prisioneros en
Guantánamo y Abu Ghraib, el secretario de Justicia de los Estados Unidos,
Alberto Gonzales –algo así como el alter ego judicial de George Bush–, estuvo
ayer en Buenos Aires para entrevistarse con funcionarios y entidades judías. De
la AMIA y la DAIA recibió un pedido para que la Casa Blanca interceda ante
Interpol, de manera de acelerar la captura de los ex funcionarios iraníes
reclamados por la Justicia por el atentado a la mutual judía. El ministro de
Justicia, Alberto Iribarne, le trasladó una inquietud por la que, si Gonzales
hace honor a sus antecedentes, no debería alentar muchas esperanzas: le solicitó
que se conmute la ejecución del argentino Víctor Hugo Saldaño, quien apeló su
condena a muerte en Texas. Por consejo de la Cancillería, y un día después de
que Argentina firmara la Convención contra la Desaparición de Personas, Gonzales
–el inventor de la figura del “combatiente enemigo”, para quien no corren las
disposiciones de la Convención de Ginebra– no pisó la Casa Rosada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La incómoda visita se produjo en el marco de una gira del
hispano Gonzales por la región. Antes de Argentina, pasó por El Salvador y hoy
continuará viaje a Brasil. Lejos de los amables tonos políticos que mañana
traerán sus colegas de gabinete Nicholas Burns y Tom Shannon, Gonzales
desembarcó con las preocupaciones más caras a la administración Bush: quería
hablar de terrorismo y narcotráfico.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la embajada de Estados Unidos, Gonzales recibió a
Iribarne, al ministro del Interior, Aníbal Fernández, y al procurador general,
Esteban Righi. El norteamericano elogió calurosamente el trabajo de la Justicia
argentina respecto del atentado a la AMIA que desembocó en el pedido de captura
internacional contra ocho ex funcionarios iraníes, incluyendo al ex presidente
Alí Rafsanjani. Luego, el funcionario de Bush participó de un homenaje a las
víctimas del ataque y de un encuentro con las autoridades de la comunidad
judía.</DIV>
<DIV align=justify><BR>“El recuerdo de lo que sucedió aquí, al igual que en
nuestro 11 de septiembre, nos pone a prueba. Es en memoria de las víctimas de
este atentado y de las personas que permanecen con vida por lo cual luchamos
contra el terrorismo. No debemos olvidar jamás y no debemos abandonar nuestra
lucha hasta alcanzar la victoria”, arengó Gonzales.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La carrera del “caballero de la tortura” –como lo
llamaron organismos de derechos humanos internacionales– está fundida a fuego a
la de Bush. El hoy secretario de Justicia nació en un humilde hogar de
inmigrantes mexicanos en San Antonio, Texas. Su padre, Pablo, era un obrero de
la construcción. Alberto y sus siete hermanos no supieron de comodidades y a
duras penas accedieron a la escuela pública. Gonzales se graduó con excelentes
notas y se enroló en la Fuerza Aérea. Consiguió un puesto en la Academia para
estudiar Ciencias Políticas y coronó su formación en la Escuela de Derecho en
Harvard.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En política se inició en 1994, cuando fue nombrado asesor
de Bush, por entonces gobernador de Texas. George W. supo que Gonzales era
alguien en quien podía confiar cuando lo ayudó a eludir la obligación de actuar
como jurado en el caso de un acusado de conducir borracho. Es que Bush no quería
declarar que él mismo había sido condenado por manejar ebrio en 1976. Poco
después Gonzales fue secretario de Estado en Texas y, en 1999, juez de la
Corte.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una de las principales características de Gonzales como
secretario de Estado fue que rara vez tuvieron suerte los pedidos de clemencia
que los condenados a muerte le elevaban al gobernador Bush. Según las denuncias,
Gonzales omitió referencias que podrían haber salvado a los presos, como
informes de salud o sobre su capacidad mental. Es sabido el dato que durante el
mandato de Bush en Texas se usó la pena de muerte (hubo 152 casos) más que en
ningún otro estado en la historia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Dejando al Rodolfo Barra de Carlos Menem a la altura de
un inofensivo aprendiz, Gonzales fue acusado por la Unión Norteamericana para
las Libertades Civiles y el Centro para Derechos Constitucionales, entre otros
organismos, de interpretar las leyes para la conveniencia de Bush. Tal actitud
pasó a convertirse en una dolorosa certeza a escala mundial partir de 2000,
cuando George W. llegó a la Casa Blanca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En ese sentido, su obra cumbre fue un memorando secreto
escrito en 2002 en el que consideró que la Convención de Ginebra no corría para
los “enemigos combatientes”, en referencia a los militantes de Al Qaida y los
talibanes de Afganistán. A partir de entonces, sólo se consideraría tortura si
el dolor generado en los interrogatorios incluye “heridas que produzcan la
muerte, la falla de un órgano o serios impedimentos de una función corporal”. En
las prisiones de Guantánamo y Abu Ghraib hubo vía libre para las golpizas, las
humillaciones sexuales, amedrentar con perros rabiosos y demás lindezas
consideradas “crueles e inhumanas” por la Cruz Roja Internacional. Gonzales se
mostró como un teórico de la cuestión. Sostuvo que luego de 11/9 el mundo
enfrentaba “un nuevo paradigma”, por lo que las protecciones civiles protegidas
en Ginebra se habían convertido en “obsoletas”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lejos de castigar a su funcionario, Bush lo ascendió
hasta el más alto puesto jurídico. El Attorney General congrega bajo su mando el
cargo de un ministro de Justicia y la procuración general. Para su ratificación
en el puesto, Gonzales debió sortear un durísimo interrogatorio de la oposición
demócrata que lo ametrallaron sobre la cuestión de las torturas, pero finalmente
fue designado por la mayoría republicana. Ese mismo día, en The New York Times
apareció una solicitada firmada por varios ONG, entre ellas Amnistía
Internacional. “Puede que ustedes no conozcan a Alberto Gonzales”, era el título
colocado junto a su foto. “Pero estamos seguro de que reconocerán los resultados
de su trabajo”, agregaban junto a una de las célebres imágenes de la cárcel de
Abu Ghraib, aquella que mostraba un detenido iraquí escapuchado y obligado a
mantener equilibrio sobre una caja con cables de electricidad conectados a sus
manos.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV><BR><STRONG><FONT size=3>Repudio de las Madres</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La organización de derechos humanos Madres de Plaza de
Mayo Línea Fundadora repudió, a través de un comunicado, la presencia del
procurador general de los Estados Unidos, Alberto Gonzales, en la Argentina.
“Repudiamos enérgicamente la visita al país del procurador general de los
Estados Unidos, Alberto Gonzales, impulsor de la tortura y otros métodos
criminales en lo que Bush denomina ‘guerra contra el terrorismo’”, denunciaron.
“Nos avergüenza que un siniestro personaje pise suelo argentino, donde miles de
personas fueron víctimas de esos métodos criminales”, recordaron las Madres. “La
visita de este delegado de la muerte ofende al pueblo, más en momentos en que la
Argentina está empeñada en el rescate de la memoria por la verdad y la justicia
y acaba de firmar una Convención Internacional sobre la Desaparición Forzada de
Personas como crimen de lesa humanidad”, destacaron. Gonzales no sólo genera ese
tipo de reacciones por estas pampas. Ya en Estados Unidos organismos como
Amnistía Internacional o la Unión Norteamericana para las Libertades Civiles, lo
han repudiado.
<HR>
<EM><FONT color=#000080 size=3><STRONG>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </STRONG></FONT></EM><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><EM><FONT color=#000080
size=3><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></EM></A>
<HR>
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