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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U><FONT size=5>boletín informativo - red
solidaria de revistas</FONT></U><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 2 de marzo 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Guatemala</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>“Estar en la vitrina y dar una
imagen nada resuelve”</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la
Paz, cuenta los motivos por los que se lanzó a la arena política. Es la
candidata a la presidencia de Guatemala por el
centroizquierda.</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG><BR><STRONG>Maite
Rico</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El País (Madrid) y Página/12 (Buenos
Aires]</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Rigoberta Menchú, dirigente indígena de Guatemala y Premio
Nobel de la Paz, ha optado, a sus 48 años, por “tirarse al agua”. Así describe
su decisión de presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre, al
frente de un colectivo maya y en alianza con el Partido Encuentro por Guatemala
(PEG, izquierda). Hacía tiempo que Menchú le daba vueltas a la idea de gobernar
un conflictivo país que hace diez años puso fin a una guerra civil de tres
décadas y que vive castigado por el crimen organizado. La activista recogió el
martes en Madrid el premio anual del Club de las 25, un grupo de mujeres
profesionales de diversos ámbitos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–¿Por qué da el salto a la política
ahora?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–Porque queremos ejercer un derecho que los pueblos
indígenas y muchas mujeres no hemos alcanzado en Guatemala: el derecho a ser
elegidos. Y porque hay una gran desesperanza. Las últimas encuestas indicaban
que la mitad de los empadronados pretendía no votar. Muchas personas están
desengañadas de los partidos tradicionales. Finalmente, es un deseo del conjunto
del liderazgo maya agrupado en Winaq, nuestro movimiento. Nos dijimos: hoy es
hoy, si no nos lanzamos, nunca agarraremos experiencia.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–¿No teme que meterse en el avispero político de
Guatemala pueda quemar su imagen?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–Es una decisión muy fuerte que tomamos con mi esposo.
Las encuestas indican que tengo el 75 por ciento de simpatía popular como
personalidad, y me imagino que, como política, esto va a cambiar muchísimo. Pero
hay que preguntarse para qué sirve una personalidad solemne, si debe estar en
una vitrina y dar una imagen, pero que no resuelve nada. Me lo exige la gente y
no quisiera quedarme al margen. No tenemos nada que perder, sino ganar:
contribuir a la democracia guatemalteca. Cuando uno va madurando quisiera dejar
algo, quisiera iniciar procesos. Estamos abriendo una brecha.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–¿Se considera candidata de izquierda o candidata
étnica?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–No hay que poner camisas de fuerza a nuestro movimiento,
porque puede que me cobren facturas que no son mías, y lo más importante es
contribuir al proceso democrático. Somos una alianza de diversos dirigentes de
los pueblos indígenas, abierta a cualquier guatemalteco que tenga como principio
la democracia, la honradez, el respeto.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–Su candidatura ha despertado simpatías, pero
también recelo. Algunos sectores la acusan de haber estado vinculada con la
antigua guerrilla, otros se sienten asustados por su apoyo a Fidel Castro o sus
críticas a la economía de mercado. ¿Qué mensaje les ofrece?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–Nos urge crear un modelo intercultural basado en la
inclusión. Nuestra candidatura es un termómetro para medir hasta dónde el
sufrimiento del conflicto armado sigue vigente en la población, para ver si
hemos abandonado los pensamientos radicales de racismo, de fascismo, de
extremos. Queremos ser la referencia de una juventud que no es izquierda ni
derecha ni vivió la guerra. Nos toca escuchar.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–En Guatemala no se ha dado el voto étnico. De
hecho, el general Efraín Ríos Montt, al que usted ha demandado por genocidio, ha
ganado tradicionalmente en zonas mayas. ¿Podrá unir el voto
indígena?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–Hay que ser realista. En Guatemala hay gente a mi favor
y gente en contra. Y no sólo gente indígena a favor, sino también poblaciones
indígenas en contra. También mantengo una estrecha relación con muchos sectores
no indígenas. Sería una equivocación leer mi candidatura en términos
excluyentes. Estoy con la gente más sufrida y más humilde, la gente que sueña
con una vida digna. Tenemos que responder a eso. Sería inconcebible que
Rigoberta Menchú no vaya a escuchar a las comunidades, a incrementar el nivel de
vida, a dar trabajo, pero sobre todo a dar una esperanza de futuro. La violencia
nos tiene arrodillados.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–Y eso a pesar de las cuantiosas ayudas recibidas
para reformar las fuerzas de seguridad. ¿Qué se puede hacer?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–Estamos revisando las propuestas para una agenda mínima,
pero le diré que lo más duro de Guatemala es que el crimen organizado, la
corrupción, el narcotráfico constituyen fuerzas incrustadas dentro del Estado.
Son como Estados dentro del Estado. Tendrán que buscarse medidas con el apoyo
internacional y luchar enérgicamente contra la impunidad, pero también hay que
abordar la dimensión social, las oportunidades de trabajo. Si no, ninguna cárcel
va a aguantar este nivel de violencia. No son cambios que puedan hacerse en un
período de gobierno.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>–Usted critica el libre mercado y la
globalización, pero Guatemala es una potencia agroexportadora. ¿Cuál es su
proyecto?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>–La economía guatemalteca es muy estable. Guatemala no es
un país pobre, pero sí empobrecido, y eso tiene mucho que ver con la falta de
conciencia social. Hay una brecha extraordinaria entre ricos y pobres. Todo eso
tiene que abordarse en una agenda mínima. Hay que estar abiertos a alianzas y a
la inclusión.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></DIV></FONT></BODY></HTML>