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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 6 de marzo 2007 -
Redacción: </STRONG></FONT><A href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Capitalismo</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>El martes negro: Un alerta sobre la
salud de la economía capitalista mundial <BR><BR>Juan Chingo</FONT></STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>La Verdad Obrera Nº 223</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Buenos Aires, 1-3-07</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.pts.org.ar/"><STRONG>http://www.pts.org.ar/</STRONG></A><BR><BR><BR>En
EE.UU. los síntomas de una recesión se multiplican, como el desinfle de la
burbuja inmobiliaria. En China se acumulan los signos de una crisis de
sobreacumulación (o sobreinversión) que en los últimos años se ha extendido
geométricamente al terreno financiero especulativo </DIV>
<DIV align=justify><BR>El derrumbe de la Bolsa en China, cuyas acciones han
registrado el martes 27 la mayor caída en un solo día de los últimos diez años,
casi el 9% en el índice de Shanghai, ha golpeado a las bolsas europeas y a Wall
Street, donde el índice Dow Jones [1] se ha desplomado más de 450 puntos (un
3,29%), su mayor caída en volumen desde la reapertura de la bolsa de Nueva York
después de los atentados a las Torres Gemelas. También cayeron todas las bolsas
de los países latinoamericanos, destacándose Argentina con una caída de
7,5%.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los disparadores de estas caídas bursátiles fueron las
medidas que las autoridades chinas están tomando para disminuir la especulación
en los mercados así como los comentarios del ex presidente de la Reserva Federal
de EE.UU., Alan Greenspan, quien aseguró que la economía estadounidense podría
sufrir una recesión este año. Ambos elementos derrumbaron las acciones de las
principales empresas chinas, que florecen a la sombra de una abundante oferta de
créditos y de sus excepcionales ventas a la primera economía mundial,
EE.UU.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Crecimiento con bases endebles</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>La caída de la Bolsa en el “mercado emergente” por
excelencia, despertó del letargo a los principales inversionistas y autoridades
económicas y bancarias del capitalismo mundial que venían observando con
complacencia la salud de la economía internacional [2]. Enceguecidos por el
crecimiento del Producto Bruto Mundial a un promedio anual de 4,9% durante el
periodo 2003-2006 -los cuatro años de mayor crecimiento mundial desde los
inicios de 1970-, los principales capitalistas a nivel mundial venían ignorando
los brutales desequilibrios que la economía mundial acumula. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Al menos podríamos enumerar cuatro factores claves.
Primero: la multiplicación de burbujas de activos (inmobiliarios, acciones,
etc). Segundo: la creciente disparidad entre el déficit de cuenta corriente de
EE.UU. y los grandes superávits en China, Japón, Alemania y los principales
productores de petróleo (que han alcanzado la cifra record de 6 % del PBN
mundial). Tercero: las cada vez mayores dificultades de financiamiento de este
déficit norteamericano. Y, por último, la enorme desigualdad en la distribución
del ingreso (ganancias empresariales récord y caída de los ingresos de los
asalariados, no sólo en la periferia sino en los países centrales).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto es lo que está llevando a fuertes tensiones y
presiones económicas y políticas entre los distintos países y al interior de los
mismos, como las crecientes presiones norteamericanas sobre China debido al
crecimiento del lobby proteccionista en el Parlamento [3].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos elementos anunciaban las bases endebles del actual
ciclo económico (a pesar de los altos índices de crecimiento) y que el mismo
pudiera sustentarse en forma duradera. El “martes negro” ha hecho tomar
conciencia sobre esta realidad que hasta ahora era negada por los grandes
inversionistas, aumentado la probabilidad de un “aterrizaje duro” de la economía
mundial, empujada por la desaceleración e incluso recesión de sus dos
principales motores, la economía norteamericana y la china.<BR>Estados Unidos y
China</DIV>
<DIV align=justify><BR>El actual ciclo de la economía mundial, se basa
centralmente en el rol de EE.UU. como gran consumidor y de China como el nuevo
taller manufacturero y exportador a nivel mundial. La interdependencia entre
estas dos economías ha impulsado el crecimiento de la mayoría de los países de
la periferia capitalista, como es el caso de América Latina fundamentalmente
como proveedores de materias primas y de las economías desarrolladas de Japón y
Alemania, en este caso como proveedores de importantes bienes de capital.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según algunos cálculos, EE.UU. y China dan cuenta en
forma directa e indirecta (a través ligazones comerciales) de un 60% del
crecimiento acumulado en la economía mundial en los últimos años. Por eso, un
cambio en el actual ritmo de crecimiento (más aún una recesión) en estos dos
países tendría un impacto para el conjunto de la economía mundial. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En EE.UU. los síntomas de una recesión se multiplican.
Entre ellos está la fuerte caída de las inversiones de las corporaciones
norteamericanas (como indica la baja de las compras de bienes durables, como
bienes de producción), así como el desinfle de la burbuja inmobiliaria y los
efectos que esto implica sobre las industrias relacionadas (cemento, industria
del mueble, etc.) -el de mayor dinamismo desde 2001- y sobre el empleo, lo que
convive con el estancamiento y recesión en el sector manufacturero, en especial
en el automotriz. Por último crecientes dificultades en segmentos [4] del
mercado hipotecario que puede extenderse a otros sectores del mercado
crediticio, lo que podría conducir a un “credit crunch” (sequía crediticia)
[5].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su parte, en China se acumulan los signos de una
crisis de sobreacumulación (o sobreinversión) que en los últimos años se ha
extendido geométricamente al terreno financiero especulativo. Según estimaciones
de Morgan Stanley, las inversiones en activos fijos excedieron el 45% del PBN
chino en 2006, un récord para China (y para cualquier economía importante; por
ejemplo en Japón, en el periodo de máxima reconstrucción posterior a la
destrucción de la Segunda Guerra Mundial nunca pasó el 34% del PBN). Las
inversiones en China crecieron a una tasa que ha promediado un 26% en los
últimos cuatro años. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Este boom de inversión está agregando una enorme
capacidad industrial (empujado por la competencia de las firmas imperialistas
que no quieren quedarse atrás y el fácil acceso de muchas empresas estatales a
un capital subsidiado a través de los bancos estatales con el consiguiente
desarrollo de innumerables firmas que no son rentables). Junto a la inflación de
los precios de las materias primas, el peligro que ya se empieza a percibir es
un creciente aumento de la capacidad productiva ociosa, con la consiguiente
sobreproducción y eventualmente tendencias deflacionarias (caída del precio de
las mercancías).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta sobreinversión se ha extendido al terreno del
mercado accionario -a través de distintos mecanismos prebendarios, como la
utilización de los préstamos de los bancos estatales para comprar acciones a la
vez que se usan éstas para adquirir nuevos prestamos-, lo que ha llevado a un
fenomenal crecimiento de la bolsa de valores que, claro está, no está respaldado
en bases sólidas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto ha llevado a que algunos de los bancos chinos
(conocidos por su cartera de préstamos incobrables debido a las conexiones
políticas para su otorgamiento) tengan una relación de precios/ganancias más
grandes que gigantes financieros como el Chase o el Deutsche Bank. Todo esto
muestra que el milagro económico chino está acompañado de fuertes desequilibrios
[6].</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Perspectivas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Los elementos planteados arriba demuestran que las
sacudidas de mercado de esta semana tienen bases profundas. Nosotros no sabemos
si esto indica que rápidamente se entrará en una recesión en EE.UU. y por su
importancia se trasladará al conjunto de la economía internacional (aunque las
probabilidades de esta variante han aumentado).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para los países de América Latina, que se han beneficiado
del “viento de cola” del actual ciclo internacional, las perspectivas de darse
esta variante no son nada halagüeñas. Aunque financieramente los países
semicoloniales están mejor que frente a la crisis asiática de 1997/1998, su
posición comercial puede deteriorarse rápidamente y con ésta el motor de su
crecimiento económico, que se basó en una alza de las exportaciones combinado,
en algunos países como Argentina, con una cierta sustitución de importaciones
como consecuencia de la devaluación monetaria. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Esto muestra las debilidades de apoyarse en patrones de
crecimiento que mantienen atada la economía nacional a los vaivenes del mercado
mundial. Sólo la liquidación del carácter dependiente y semicolonial de nuestros
países del sistema capitalista mundial dominado por un puñado de países
imperialistas, puede ofrecer una base sólida al desarrollo de la nación. Las
actuales promesas de los gobiernos “progresistas” como el de Kirchner, son sólo
espejismos pasajeros.<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>[1] Índice que refleja el comportamiento del precio de la
acción de las 30 compañías industriales más importantes y reconocidas de
EE.UU..<BR>[2] Las acciones de las autoridades chinas despertaron el temor de
que las inversiones y movimientos financieros alrededor del mundo podrían estar
ahora en riesgo. Según un analista financiero citado por la agencia Reuter “Hay
un gran movimiento en contra del riesgo. La gran caída de las acciones chinas ha
puesto especialmente nerviosos a muchos inversionistas sobre el carry trade”. El
carry trade se refiere a un proceso en que los inversores financieros toman
préstamos en una moneda a bajas tasas de interés y luego los colocan en activos
de alto riesgo en otros mercados. Esta especulación financiera fue profusa en
relación al yen japonés.<BR>[3] Se podría nombrar otras características
distintivas del actual ciclo como el crecimiento sin precedentes de instrumentos
financieros opacos como los derivativos, que han sido calificados por un gran
inversionista como “armas financieras de destrucción masiva”.<BR>[4] La tasa de
créditos incobrables ha subido al 10%, lo que ha llevado a Freddie Mac, la
segunda más grande compradora de hipotecas en los EE.UU., ha reducir la compra
de cierto tipo de préstamos riesgosos. En especial es preocupante la situación
de los llamados “subprime loans”, hipotecas no convencionales que son usadas por
individuos que son incapaces de calificar para comprar una casa con un préstamo
tradicional.<BR>[5] Reticencia a otorgar nuevos préstamos.<BR>[6] Para una
profundización de este aspecto ver “Mitos y realidad de la China actual”,
Estrategia Internacional Nº 21 septiembre 2004.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></FONT></DIV></BODY></HTML>