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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 7 de marzo 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Estados
Unidos/Brasil</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>El patrón imperialista visita sus dominios...</DIV>
<DIV align=justify><BR>La nueva alianza etanol<BR> <BR>Raúl Zibechi
*</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><STRONG>IRC Programa de las
Américas</STRONG></FONT></DIV>
<DIV><FONT face=Arial size=2><A
href="http://www.ircamericas.org"><STRONG>www.ircamericas.org</STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify>Desde que el proyecto del ALCA fracasó en la Cumbre de Mar
del Plata, en noviembre de 2005, el viaje de George W. Bush a Brasil y Uruguay,
como parte de una gira que lo lleva también a México, Guatemala y Colombia, es
el más ambicioso intento por volver a posicionarse en la región. El eje de la
nueva estrategia de integracion disenado desde Washington es el acuerdo sobre
etanol con Brasil.<BR> <BR>“Tenemos 80 millones de hectáreas en la Amazonia
que van a transformarse en la Arabia Saudí del biodiesel”, afirmó el ingeniero
químico brasileño Expedito Parente al diario O Globo. Parente sabe de qué habla:
es propietario de la primera patente registrada en el mundo para producir
biodiesel a nivel industrial. Ya en 1977, cuando era profesor en la Universidad
de Ceará, concibió su proyecto a partir de oleaginosas como la soja y la
mamona.<BR> <BR>Hoy Brasil es el primer productor del mundo de etanol junto
a los Estados Unidos y apuesta a consolidar una alianza que terminará de
afianzarlo como líder regional y como potencia global. De alguna manera, la
visita de Bush, precedida por la del subsecretario de Estado para asuntos
políticos, Nicholas Burns, y del subsecretario adjunto, Thomas Shannon, supone
el reconocimiento del papel de Brasil en la región. El costo de esa alianza
puede medirse en términos de impacto ambiental y social, ya que supone la
destrucción de la Amazonia y la ruina de millones de campesinos, pero está
llamada a modificar las relaciones entre el sur y el norte de las
Américas.<BR> <BR>En segundo lugar, la gira que realiza Bush entre el 8 y
el 14 de marzo, la más importante a la región desde que asumió hace seis años,
está relacionada con la necesidad de contrarrestar la creciente influencia de
Hugo Chávez, que ahora cuenta con aliados como el presidente bolviano Evo
Morales y el ecuatoriano Rafael Correa. Bush visita dos pequeños países:
Guatemala, donde en septiembre habrá elecciones que podría ganar la líder
indígena Rigoberta Menchú; y Uruguay, que ha mostrado interés en llegar a un
acuerdo comercial con Estados Unidos. En Colombia, con su amigo el presidente
Alvaro Uribe, buscará fortalecer el Plan Colombia frente al anuncio de Correa de
que no renovará el convenio de la base de Manta, que resulta una pieza clave
para la estrategia del Pentágono en la región.<BR> <BR>Ambos objetivos se
relacionan en un punto: tirar de Brasil para consolidar una alianza estratégica
que supone–en la misma medida--aislar a Venezuela y a los países que siguen la
política antimperialista de Chávez. Esta parece ser, para la administración
Bush, la mejor forma de volver a posicionarse en la región.<BR><BR><STRONG>En
busca de autonomía energética</STRONG><BR> <BR>Cuando Nicholas Burns visitó
Brasil, a principios de febrero, concedió una entrevista al diario O Estado de
Sao Paulo que revela los planes de Washington para la región. “Somos muy
dependientes del petróleo. Entonces, tenemos que desarrollar combustibles
alternativos, tenemos que disminuir nuestro consumo de gasolina. Producimos
etanol de maíz porque tenemos grandes plantaciones de maíz. Ustedes (por Brasil)
producen etanol de caña de azúcar. Somos dos líderes del mundo. Tenemos más del
70% del mercado mundial. Creemos que esa es una conexión con Brasil, es un área
en la que podemos crecer juntos y podemos liderar el desarrollo de un mercado
mundial con consecuencias muy positivas para el medio ambiente y para la
economía. Los biocombustibles se van a convertir en el mayor y más positivo
punto de conexión entre Brasil y Estados Unidos” 1.<BR> <BR>Burns añadió
que Brasil puede jugar un papel destacado para estimular la producción de etanol
en América Central y el Caribe, donde ya existen importantes cultivos de caña,
en asociación con capitales privados. Fue muy claro al sugerir que el acuerdo
con Brasil sobre el desarrollo de biocombustibles va a contribuir a disminuir la
dependencia de las importaciones estadounidenses de Venezuela e Irán. “No
queremos ser dependientes de esos países”, finalizó Burns.<BR> <BR>El mismo
día, el diario entrevistó al canciller brasileño Celso Amorim, quien coincidió
con Burns: “Resucitar el ALCA requiere un esfuerzo demasiado grande. Encuentro
mucho mejor pensar en asociaciones bilaterales. El etanol, por ejemplo, no
depende siquiera de otros países” 2. Es evidente que los dos gobiernos están
pensando en lo mismo, pero parece necesario aclarar qué gana cada
uno.<BR> <BR>Jeb Bush, quien en diciembre dejó la gobernación de Florida,
dirige ahora la Comisión Interamericana de Etanol, “un organismo con el que
Washington intenta diversificar su relación con Amérca Latina”, según un
despacho de la agencia ANSA del 23 de febrero. La comisión se gestó en una
alianza empresarial estadounidense-brasileña. El 18 de diciembre, en el Biltmore
Hotel de Miami, el todavía gobernador Jeb Bush, Roberto Rodrigues, presidente
del Consejo Superior de Agronegocios de San Pablo y ex ministro de Agricultura
del gobierno de Lula, y Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), anunciaron la formación de la comisión “que tiene como misión
fomentar el uso del etanol en las mezclas de nafta en el continente americano”
3.<BR> <BR>Un mes después en el discurso pronunciado el 22 de enero sobre
“El estado de la Unión”, el presidente Bush propuso promover una ley que obligue
a mezclar gasolina con un 20% de etanol en un plazo de 10 años. El objetivo es
reducir la vulnerabilidad del país frente a acciones provenientes de estados
hostiles.<BR> <BR>Sin embargo, esto supone aumentar un 800% el consumo de
etanol en 2017. Aunque la producción de maíz de Estados Unidos crece un 30%
anual, no alcanza para satisfacer la demanda de biocombustibles y garantizar
además su uso como alimento. De ahí la necesidad de buscar socios
estratégicos.<BR> <BR>El 26 de enero, en el discurso pronunciado en el Foro
Económico Mundial de Davos, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva,
propuso que Estados Unidos participe con financiamiento y tecnología en la
instalación de plantas de etanol en países emergentes. De esta forma obtendrá
“un biocombustible más económico y además fomentaría la integración de la
economía mundial” 4.<BR> <BR>Los intereses de ambos países parecían
coincidir, aunque se trata en realidad de los intereses de los principales
grupos empresariales de los dos países más importantes del continente
americano.<BR> <BR>En efecto, el objetivo del comité que preside Jeb Bush
es ser “el nexo entre los empresarios de Estados Unidos y de Brasil para
desarrollar el mercado de combustibles provenientes de la caña de azúcar y del
maíz”. En la gira latinoamericana de Bush estará presente Gregory Manuel,
coordinador especial de energía del gabinete de la secretaria de Estado
Condoleezza Rice. La agenda de Bush y su comitiva incluye encuentros con la
poderosa Federación de Industrias de San Pablo (FIESP) y la asociación de
productores de caña de azúcar destinadas al biocombustible.<BR> <BR>Lo que
está en juego es un acuerdo estratégico, o sea de largo plazo, para que Brasil
abastezca a Estados Unidos de etanol en las próximas décadas que le permita
realizar “una declaración de independencia energética” como pretende Washington.
Desde la óptica de la Casa Blanca, se proponen alcanzar tres objetivos: reducir
la dependencia del petróleo, realizar inversiones en Brasil y en el continente
en un sector en expansión y volver a jugar un papel político determinante en el
continente.<BR> <BR>Modificar la matriz energética, sin recurrir al consumo
masivo de etanol de maíz, que podría provocar una corrida en el precio del
grano, recurriendo al etanol brasileño que es un 25% más barato que el
estadounidense, parece una excelente jugada que de paso le permite a Washington
adquirir mayor autonomía energética. Pero para que el proyecto salga adelante,
se necesitan ampliar considerablemente los cultivos, por eso la insistencia en
asociarse con Brasil (que tiene la Amazonia entera a su disposición); además
Estados Unidos propone expandir los cultivos en los demás países de la región
con particular énfasis en el Caribe y Centroamérica.<BR> <BR>Como señala la
Agencia Periodística del Mercosur, Washington quiere alinear detrás de sí a toda
la región “para que le abastezca de biocombustibles, o su materia prima” y
además pretende “asegurarse el precio de esta fuente alternativa”
5.<BR> <BR>La elección de Brasil y de América Latina como fuentes de
abastecimiento de etanol tiene ventajas adicionales. Un informe de la Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) asegura que el etanol brasileño es
competitivo si el barril de petróleo tiene un precio mayor de 40 dólares, de 60
en la caso del etanol estadounidense y de 80 con el europeo 6. Brasil es cinco
veces más eficiente convirtiendo el azúcar de caña en etanol que las empresas
norteamericanas que usan el maíz con el mismo objetivo.<BR> <BR>Mientras
los biocombustibles cubren apenas el 1% del consumo mundial de combustibles para
el transporte, y la sustitución de los combustibles a base de petróleo llega al
1.8% en Estados Undios, en Brasil alcanza el 20%. El informe citado establece
que América Latina es una de las regiones con más potencial para ofrecer
biocombustibles dadas sus ventajas climáticas combinadas con una baja densidad
poblacional.<BR> <BR>En Brasil, buena parte de las ventajas se deben al
clima y a la amplia disponibilidad de tierras, algo que el BID considera como la
“excepcionalidad brasileña”. Los países desarrollados no disponen de tierras
suficientes para cubrir la demanda de cultivos para fabricar etanol. Con apenas
el 1.5% de sus tierras cultivadas Brasil podría reemplazar totalmente la
gasolina por etanol. Por el contrario, Estados Unidos para implementar una
mezcla del 10% en la gasolina tendría que transformar la mitad de su producción
de maíz en etanol, lo que supone dedicar el 15% de su tierra agrícola. Para
llegar al 20% fijado ahora por Bush, no tiene más camino que recurrir a la
región.<BR><BR><STRONG>Buenos negocios</STRONG><BR> <BR>En segundo lugar,
los biocombustibles prometen grandes ganancias y despiertan el apetito de los
inversores. Para llegar a la meta fijada por Bush de reducir en un 20% el
consumo de gasolina, Estados Unidos debe pasar de producir 20,400 millones de
litros de etanol de maíz a 132,400 millones en sólo diez años. Esto supone,
además de expandir la superficie cultivada de maíz, soja y caña de azúcar,
invertir en investigación para aumentar la productividad, crear granos
genéticamente modificados para producir etanol, crear infraestructuras para la
comercialización como los “alcoholductos” con el objetivo de crear un mercado de
commodities energéticas.<BR> <BR>Para cumplir los objetivos, Brasil debe
pasar de los 4 mil millones de galones de etanol que exporta actualmente a 35
mil millones en 2017. Se construirán 77 usinas de etanol antes de 2012 (aunque
algunos aseguran que se llegará a 100) con una inversión de 2.500 millones de
dólares. Buena parte de esos capitales vienen de los Estados Unidos. “Hasta el
año pasado el 3.4% del sector estaba desnacionalizado. En diez años la mitad ya
no será más brasileña”, señala Maurilio Biagi, quien vendió una de las mayores
usinas de etanol, Cevasa, a la multinacional del agrobusiness Cargill en 2006
7.<BR> <BR>Pero el empresariado brasileño también gana. Le interesa, sobre
todo, expandir el uso de los biocombustibles en una región en la que está
jugando un papel decisivo. En la medida que los fabricantes de etanol tienen
dificultades para ingresar en el mercado estadounidense (deben pagar 0.54
dólares de impuestos por galón) buscan expandirse en la región siguiendo la
estela de las grandes empresas brasileñas: Petrobras, Odebrecht, Camargo
Correa.<BR> <BR>En los próximos años, el empresariado brasileño impulsará
en los países vecinos los cultivos extensivos, la construcción de usinas, ductos
y redes de transporte financiados con los abultados fondos con los que cuenta el
Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).<BR> <BR>Pero el
empresariado brasileño tiene una ventaja adicional, también en el rubro del
etanol. El 82% de los automóviles que se fabrican en Brasil disponen del sistema
flex, que permite la combustión a gasolina tradicional, etanol o la combinación
de ambos. El objetivo que se plantea Bush para 2017, Brasil ya lo ha conseguido
ya que la legislación obliga a que las gasolinas contengan un 20% de etanol.
Luego de tres décadas invirtiendo en biocombustibles, al punto de haberse
convertido en la vanguardia mundial, los empresarios están dispuestos a sacarle
partido.<BR> <BR>Diversos informes aseguran que en la próxima década se
realizarán importantes inversiones en el negocio de los biocombustibles. En su
reciente informe sobre el tema, el BID recuerda las razones de ese repentino
interés de los inversionistas: “Brasil con su experiencia acumulada en más de 20
años es el único país que logró bajar los costos de producción a un nivel
competitivo. Uno de los factores más importantes ha sido el desarrollo
tecnológico agrícola en la producción de caña de azúcar. El éxito de Brasil ha
despertado el interés de los demás países de la región y una fuerte demanda
hacia el Banco” 8.<BR> <BR>Una parte de esas inversiones provendrán de las
grandes multinacionales, ya que las empresas que producen cultivos transgénicos
–Syngenta, Monsanto, Dupont, Dow, Bayer, BASF- tienen inversiones en cultivos
diseñados para la producción de biocombustibles como son el etanol y el
biodiesel 9. Algunas de estas empresas se están posicionando en Brasil para
aumentar la productividad de los cultivos con semillas genéticamente modificadas
para la producción de etanol.<BR><BR><STRONG>Dominar la
región</STRONG><BR> <BR>En tercer lugar, están los objetivos políticos. Una
alianza de largo plazo, que le permita a Brasil jugar como un global player, que
es el objetivo del gobierno Lula, le podría permitir a Estados Unidos recuperar
el pape; hegemónico que viene perdiendo en los últimos años.<BR> <BR>Ese
papel Washington no lo puede adquirir sólo con la presencia militar tipo Plan
Colombia, sino que requiere ganarse a grupos dirigentes como los que integran el
gobierno Lula, y a importantes y dinámicos equipos empresariales como los que
abundan en Brasil y sobre todo en San Pablo.<BR> <BR>Jeb Bush fue muy claro
al respecto: “El biocombustible puede fortalecer las relaciones de Estados
Unidos con América Latina, sirviendo como catalizador para remover las barreras
al libre comercio dentro de la región”. El director ejecutivo de la Comisión
Interamericana del Etanol, Brian Dean, fue más lejos: “Si no salió el ALCA
entonces le llegó la hora al etanol” 10. Además, el acuerdo estratégico prevé
que se forme lo que O Estado de Sao Paulo denomina la “Opep del etanol” o la
“Opep verde”, en alusión a la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Eso explica las reacciones de otros países del continente.<BR> <BR>En
efecto, el 21 de febrero se reunieron los presidentes Néstor Kirchner y Hugo
Chávez en Venezuela. Firmaron una serie de acuerdos de cooperación económica,
entre los que destacan la creación del Banco del Sur, en el que por ahora no
participará Brasil y se espera sumar a Paraguay y Uruguay y más tarde a Bolivia
y Chile. Se acordó también el comienzo de la perforación conjunta entre la
petrolera estatal argentina Enarsa y la venezolana Pdvsa de la que se verán los
primeros resultados en 2009, que asegurarán a Argentina 300 mil barriles diarios
de petróleo como forma de salir de su crisis energética.<BR> <BR>Argentina
apoya a Venezuela para instalar plantas agroindustriales y Venezuela compró 800
millones de dólares en bonos argentinos (ya había comprado otros 800 millones)
para colocarlos en el mercado internacional. La cooperación en materia económica
interesa a las dos partes. Argentina quiere asegurarse combustibles ya que en
pocos años puede pasar de exportador a importador. Venezuela cuenta con apoyo
argentino para el desarrollo de teconología agrícola, la generación de una base
agroindustrial y pecuaria de las que carece. En suma, se complementan: uno
necesita hidrocarburos, el otro alimentos.<BR> <BR>Pero los acuerdos
políticos son tan importantes como los económicos. Justo cuando Brasil se
apresta a firmar una alianza estratégica con Estados Unidos, ambos presidentes
mostraron sus recelos con el camino adoptado por Lula.<BR> <BR>“Hay algunos
que andan diciendo que Lula o yo tenemos que parar a Chávez. Se equivocan. Error
absoluto, nosotros construimos con nuestro hermano, el presidente bolivariano de
esta república, respetuosos de las situaciones internas, y decimos que cuando
nuestros pueblos se expresan, deben ser escuchados”, dijo Kirchner
11.<BR> <BR>Chávez respondió diciendo que el imperio no se cansa “de
sembrar cizaña entre nosotros, los presidentes de América Latina”. En lo que
pareció una alusión indirecta a otros presidentes, dijo: “Allí en Buenos Aires
alguna gente dice que no conviene la relación de Argentina con Chávez. Estoy
seguro de que esos son los que se entregaron al imperio”. Por eso ambos
presidentes titularon sus acuerdos como “negocios geopolíticamente
estratégicos”.<BR> <BR>Ahora ambos presidentes dieron un paso más. El 9 de
marzo, cuando Bush visite a Tabaré Vázquez en la residencia presidencial cerca
de la ciudad uruguaya de Colonia, frente Buenos Aires, Chávez y Kirchner
realizarán un acto contra Estados Unidos en Buenos Aires, a escasos 50
kilómetros.<BR> <BR>Parece evidente que estos hechos colocan frente a
frente a gobiernos que hasta ahora parecían estar en una sintonía más o menos
común. La alianza político-empresarial entre Estados Unidos y Brasil en torno al
etanol es una bomba contra la integración regional asentada en el petróleo y el
gas, que desde hace algunos años vienen pergeñando Venezuela, Argentina, Bolivia
y ahora Ecuador. Por un tiempo, muchos creíamos que el Brasil de Lula
participaba del mismo énfasis. Pero al destaparse ahora el ambicioso proyecto de
alianza estratégica con Estados Unidos, todo indica que Lula optó por los
grandes empresarios paulistas.<BR> <BR>En sintonía con su opción, Lula dijo
al presidente boliviano Evo Morales a mediados de febrero, luego de firmar un
trabajoso acuerdo por el que Brasil comienza a pagar un precio más justo por el
gas boliviano: “Puede estar seguro, compañero Evo, que el mundo se curvará en
los próximos 15 años a los biocombustibles” 12.<BR> <BR>En otras palabras,
estaba diciendo que todos los países de la región deben inclinarse ante la
alianza Brasil-Estados Unidos y ante la superioridad brasileña en la producción
de etanol. La “izquierda” institucional latinoamericana–representada
principalmente por el Partido de los Trabajadores de Brasil y el Frente Amplio
de Uruguay--le está tendiendo una mano a Estados Unidos en un momento delicado
para su hegemonía mundial.<BR> <BR>Los movimientos sociales tienen claro
que la producción de biocombustibles “está sustentada en los mismos principios
que causaron la opresión de los pueblos latinoamericanos” como lo expresó el MST
(Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) de Brasil a principios de
marzo, y que la sociedad Brasil-Estados Unidos para el etanol pretende debilitar
la integración regional impulsada por los países productores de hidrocarburos,
como señaló Via Campesina.<BR> <BR>Una vez más, los movimientos y los
gobiernos progresistas se encuentran en trincheras opuestas. Ironías de la vida,
el “patio trasero” de Washington, que fue el que le permitió erigirse en
potencia mundial, puede ser en adelante el que lo salve de la crisis energética
y el declive global, gracias a la mano providencial de algunos gobiernos
progresistas.<BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>* Raúl Zibechi es miembro del Consejo de Redacción del
semanario Brecha de Montevideo, docente e investigador sobre movimientos
sociales en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor a varios
grupos sociales. Es colaborador mensual con el IRC Programa de las Américas (<A
href="http://www.ircamericas.org">www.ircamericas.org</A>).</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><BR><BR><STRONG><U>Notas<BR></U></STRONG></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>1. O Estado de Sao Paulo, 11 de
febrero de 2007.<BR>2. Idem.<BR>3. Alberto Albanese, ob. cit.<BR>4. Idem.<BR>5.
Pablo Ramos, Agencia Periodística del Mercosur.</FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2>6. Banco Interamericano de
Desarrollo, ob. cit.<BR>7. O Estado de Sao Paulo, suplemento agrícola, 21 de
febrero de 2007.<BR>8. Enfasis míos.<BR>9. Silvia Ribeiro, “Biocombustibles y
transgénicos”.<BR>10. Pablo Ramos, Agencia Periodística del Mercosur.<BR>11.
Página 12, 22 de febrero de 2007.<BR>12. Associated Press, Brasilia, 15 de
febrero de
2007.<BR><STRONG> <BR><U>Recursos</U></STRONG><BR> <BR>Alejandro
Albanese, “Estrategia de biocombustibles para América Latina y el Caribe”,
Instituto de Planeamiento Estratégico, 7 de febrero de 2007.<BR>Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), “Biocombustibles. ¿La fórmula mágica para
las economías rurales de ALC?”, noviembre 2006.<BR>BBCMundo, “La solución
latinoamericana”, 23 de enero de 2007.<BR>Carlos Tautz, “O Brasil nao prioriza a
reduçao das emissoes”, 9 de febrero de 2007. En www.ircamericas.org.<BR>Centro
de Estudios Estratégicos e Internacionales, “Brasil y EEUU: alianza entre los
dos mayores productores de biocombustibles del mundo”, Luis Giusti, 6 de febrero
de 2007.<BR>O Estado de Sao Paulo, entrevista con Nicholas Burns, 11 de febrero
de 2007, en www.estadao.com.br.<BR>O Estado de Sao Paulo, “EUA querem parcería
com Brasil para lançar a Opep do entanol”, 25 de febrero de 2007 en
www.estadao.com.br.<BR>Pablo Ramos, “La trampa de los biocombustibles”, Agencia
Periodística del Mercosur, 27 de febrero de 2007, en
www.prensamercosur.com.ar.<BR>Rosendo Fraga, “Iniciativa diplomática de EEUU en
América Latina”, en www.nuevamayoria.com.<BR>Silvia Ribeiro, “Biocombustibles y
transgénicos”, La Jornada, 23 de noviembre de 2006.<BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial
size=2><STRONG><U></U></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><U>Artículos del IRC Programa
de las Américas</U></STRONG><BR> <BR>Biocombustibles, Biodiversidad y
Nuestro Futuro Energético<BR>Tatiana Roa, “Bioediesel del al palmera aceitera en
Colombia”<BR>http://www.ircamericas.org/esp/3923<BR>Gustavo Faleiros, “Plano
econômico de Lula é insustentável”<BR>http://www.ircamericas.org/port/4041
</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información
difundida por Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios,
redes alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A> </DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>