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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 19 de marzo 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Planeta sin ley
(1)</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Adolfo Gilly</STRONG> </FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>La Jornada,
México, 19-3-07</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>La tradición de los oprimidos nos enseña que el
estado de excepción en que ahora vivimos es en verdad la regla.<BR>Walter
Benjamin</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Cómo la vida es lenta<BR>Y cómo la Esperanza es
violenta.<BR>Guillaume Apollinaire</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><BR>Lo que en América Latina se dio en llamar "populismo"
después de la Segunda Guerra Mundial eran alianzas políticas de direcciones
nacionalistas con movimientos sociales populares, campesinos y obreros. De esas
alianzas, sustentadas en diferentes formas de organización y movilización
popular desde abajo, surgieron tres principales resultados:</DIV>
<DIV align=justify><BR>a) Una nueva regulación de las relaciones entre capital y
trabajo, una red legal protectora, antes inexistente, de los derechos y los
ingresos de los trabajadores: sueldos y salarios, salud, vacaciones, estabilidad
en el empleo, negociación colectiva, representación de los trabajadores en el
lugar de trabajo. En otras palabras, una nueva generación de derechos del
trabajo y una consiguiente ampliación de la ciudadanía.</DIV>
<DIV align=justify>b) Una nueva relación entre el Estado nacional y las
potencias extranjeras.<BR>c) Una marea de organización de los trabajadores, los
campesinos y el pueblo, un nuevo sentimiento y una nueva práctica de la
solidaridad, la afirmación del respeto a cada uno, eso que también se llama
dignidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos derechos legales y organizativos eran la expresión
material de la herencia inmaterial dejada por la experiencia de las largas
décadas de luchas de los obreros, los campesinos, los pueblos, los indios, los
morenos, durante los tiempos difíciles de la primera mitad del siglo XX; y no
sólo de esas luchas sociales sino también, y sobre todo, de la más secreta y
universal experiencia de sus vidas cotidianas, el reino desde afuera invisible
de la vida social y política propia de las poblaciones subalternas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No era ese mundo un paraíso. Pero en su novedad llevaba
consigo una cierta carga de esperanza para las nuevas generaciones: la
imaginación veía posible un empleo seguro, educación, salud, vivienda y descanso
como porvenir social accesible para todos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Se puede llamar a esto "populismo" si nuestra mirada se
dirige a lo que las elites nacionalistas dirigentes pensaban y hacían. Pero le
toca un nombre diferente si nuestra mirada y nuestro sentimiento parten desde lo
que los grupos y clases sociales subalternas estaban haciendo y viviendo, desde
sus experiencias y sus pensamientos.<BR></DIV>
<DIV align=justify>* * *<BR></DIV>
<DIV align=justify>Ahora todo aquello es pasado. Un entero mundo ha sido
destruido. Hoy, como a finales del siglo XIX, otra vez hemos entrado en una
época de violencia y despojo. Esta época fue inaugurada por una despiadada
violencia estatal dirigida a abrir la vía, material y humana, al "mercado global
desregulado". No la pacífica "libertad de mercado", sino Pinochet y Kissinger la
iniciaron en Chile, para toda América Latina, con el golpe militar del 11 de
septiembre de 1973. Así empezó este planeta sin ley de nuestros días.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Mucho más que un "modelo económico", el neoliberalismo es
una forma de dominación, despojo y apropiación privada del producto social
excedente y del patrimonio social, sustentada en una subordinación de la ciencia
al capital que va más allá de todos los límites antes imaginados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En varias sociedades latinoamericanas -México, Brasil,
Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia...- sucesivas generaciones habían construido,
trasmitido y aumentado un patrimonio social de servicios públicos, propiedad
nacional, educación pública y recursos naturales protegidos que, insuficientes
como fueran, pertenecían a la comunidad nacional. Estos "ahorros públicos" e
"inversiones públicas" nacionales, transmitidos de generación en generación,
durante los años 90 del siglo XX fueron desmantelados, enajenados y vendidos por
tres centavos a los viejos y nuevos dueños de las riquezas y del poder.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La desregulación neoliberal, además, ha dejado casi
indefensos a quienes construyeron ese patrimonio, sometidos hoy a la competencia
entre la masa de los asalariados en el mercado global y a la desvalorización de
su fuerza de trabajo. Por otra parte, nunca ha sido tan grande la masa global de
asalariados, sus familias, sus relaciones y sus lugares de vida urbana o
semiurbana: más de mil millones en el mundo, según la estimación de Mike Davis
en Planet of Slums.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La expresión política que saldrá de este turbulento
cambio social todavía en curso en América Latina no puede ser llamada
"populismo", y ni siquiera "populismo radical". Más bien habría que buscar sus
antecedentes históricos en las tradiciones del jacobinismo, del sindicalismo
revolucionario, de los levantamientos populares urbanos y las revoluciones
agrarias que cerraron la primera Bella Época, los tiempos de don Porfirio. Pero
sus actuales y aún no precisados rasgos requerirán tiempo, sufrimientos y luchas
para llegar a revelarse totalmente. Apresurarse a clasificar es embrollar las
pistas.<BR></DIV>
<DIV align=justify>* * *<BR></DIV>
<DIV align=justify>El neoliberalismo ha originado una nueva mezcla de
trabajadores despojados, desplazados e informales, junto con hombres y mujeres
sin trabajo estable y sin calificación para ingresar al cambiante y restringido
mercado de trabajo formal: migrantes, desarraigados, desempleados o
transitorios, ambulantes, milusos, cartoneros, tanto adultos como niños.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Esta mezcladera y desarraigo violento de la fuerza de
trabajo y las clases subalternas en América Latina es un proceso brutal y
permanente en los barrios, los pueblos, los suburbios marginales sin protección
ni ley de los centros urbanos y los centros de trabajo dispersos por el
territorio. No es, en sentido alguno, un proceso de desindustrialización o
marginalización. Por el contrario, es la gran avenida de la nueva
industrialización, desde América Latina a Europa del Este a China, India,
Indonesia o Sudáfrica.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Son gentes éstas forzadas hoy a adaptarse al desempleo,
la vulnerabilidad, la precariedad, la carencia de vivienda, servicios públicos,
hospitales, las migraciones, la inseguridad, la violencia y el hambre. Con su
mezcla única de experiencias vividas y heredadas, estas poblaciones emergen con
formas de organización y lucha recién inventadas. Hoy no están sólo resistiendo,
como en los años 90 pasados: están contratacando en muchas formas originales y
en terrenos apenas ayer inventados.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Entre los primeros reflejos en el mundo de la política
formal de ese inquieto estado de ánimo al despuntar del siglo XXI, están los
gobiernos mal llamados "populistas" como Lula en Brasil, Kirchner en Argentina,
Correa en Ecuador e incluso Tabaré Vázquez en Uruguay, junto al terceto radical
-Bolivia, Venezuela y Cuba- que desafían abiertamente al gobierno de Estados
Unidos. Hoy como hoy el FMI, el Banco Mundial y los centros financieros
internacionales tienen que aceptar a estos dirigentes, por lo demás diferentes
entre sí, como mediadores legitimados por el voto ciudadano.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El orden neoliberal global, por supuesto, llegó para
quedarse. Esos cambios políticos no alteran la dominación global y sus bases
esenciales en cada país. Pero son una prueba más de que ese orden, en más de un
cuarto de siglo desde su irrupción, no ha sido capaz de alcanzar una legitimidad
estable, como en cambio la lograron después de la segunda guerra mundial
aquellos regímenes llamados "populistas".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los subalternos latinoamericanos han empezado a utilizar
algunas de las posibilidades de la democracia representativa: organizarse a
plena luz, movilizarse legalmente, protestar, expresarse sin temor. Además
tratan de utilizar en su provecho reglas del juego político reconocidas (aun
cuando no respetadas): las elecciones, los derechos políticos de la ciudadanía,
los derechos humanos de cada persona.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otro lado, muchos terrenos de organización antes
existentes se han desvanecido o fueron destruidos por el orden neoliberal,
mientras otros se han desplazado del aparato productivo al territorio: los
comités vecinales de El Alto, Bolivia; los piqueteros y las organizaciones
barriales de Argentina; el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil; las Juntas de
Buen Gobierno de Chiapas y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en
México; las organizaciones indígenas nacionales y locales en Ecuador; y
numerosas otras por todo el continente, hasta las organizaciones de los
migrantes mexicanos y latinoamericanos en Estados Unidos y las múltiples formas
organizadas del insurgente movimiento indígena en México, Bolivia, Ecuador,
Perú, Chile.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este es el lazo sutil existente entre situaciones,
antecedentes y salidas tan diversas como las de las rebeliones contra los
gobiernos neoliberales en tres distantes ciudades latinoamericanas: Buenos
Aires, Argentina, 2001; El Alto, Bolivia, 2003 y 2005; Oaxaca, México,
2006.<BR></DIV>
<DIV align=justify>* * *<BR></DIV>
<DIV align=justify>Esta situación social latinoamericana ha ingresado en Estados
Unidos con las movilizaciones sin precedentes de los migrantes en 2006; y, por
el lado opuesto, con las tareas represivas asignadas a la Guardia Nacional y el
delirio de la construcción de una Gran Muralla en la frontera con México.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Todo esto forma parte de un turbulento proceso de
definición de reglas y relaciones políticas, sometido además a las presiones
provenientes por un lado de la economía mundial, y por el otro del Pentágono y
el aparato militar mundial de Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 2005 el Pentágono tenía 737 bases militares
distribuidas como una red sobre todo el planeta. Esta es la estructura material
básica del mercado global capitalista: desregulado sí, pero bajo estrecha
vigilancia e iniciativa militar también. Su subsistencia ulterior tampoco es
concebible sin guerras y, finalmente, sin guerra global. La cuestión de la
guerra es un tema cardinal de cualquier proyecto democrático y de izquierda en
Estados Unidos. Como otras veces, es sobre todo desde adentro que se podrá por
fin jalar el freno de emergencia a la hoy desenfrenada maquinaria bélica del
imperio.<BR></DIV>
<DIV align=justify>* * *<BR></DIV>
<DIV align=justify>Los pueblos latinoamericanos, con tradiciones, intensidades y
organizaciones diversas, están en movimiento por la recuperación y la expansión
bajo formas nuevas, democráticas y autónomas, de las redes protectoras y
solidarias y, además, por nuevos derechos, garantías y libertades. Las
insurgencias indígenas en las tierras de las civilizaciones originarias, la
movilización por derecho propio de las poblaciones de ascendencia africana en
Brasil, Venezuela y el Caribe, forman parte de esta realidad emergente.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por otra parte, es preciso no olvidar que el orden
neoliberal tiene también sus pilares sociales, tal vez minoritarios pero no
menos sólidos. En sus economías se han consolidado una espesa red de intereses
de nuevos y viejos capitales nacionales y extranjeros, legales e ilegales,
formales e informales; y también un sector social de técnicos, profesionistas,
comerciantes, ejecutivos, expertos en nuevas técnicas y tecnologías, dispuestos
a defender hasta lo último sus privilegios y su movilidad y que claman por la
criminalización de la protesta social. De esos sectores agresivos y de su
clientela proviene buena parte de la sólida votación que siguen obteniendo los
partidos de derecha, de ellos se nutre la ideología conservadora de las cadenas
de comunicación y la política neoliberal de los gobiernos de Colombia, Perú,
México y varios otros.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Nada fue fácil antes, nada lo será mañana. Venimos del
gran desastre universal de los años 90, el que consolidó e hizo más feroces a
los nuevos y antiguos ricos de la tierra, el que engendró también la nueva furia
de los antiguos y los modernos condenados de la tierra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Que no nos vengan con que es el tiempo de la esperanza.
Es ahora el tiempo de la ira y de la rabia. La esperanza invita a esperar; la
ira, a organizar. Así irrumpió la revolución en Bolivia a inicios del siglo XXI.
Así pueden despuntar otros porvenires en América Latina.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El llamado "populismo" de varios de sus gobiernos es una
primera respuesta moderada -y significativa- al nivel de las instituciones
existentes. Pero los más importantes y todavía no bien definidos procesos de
insurgencia social están tomando forma en ese inframundo del orden neoliberal,
pletórico hoy de movimiento y furia, poblado por las modernas víctimas de la
explotación, el despojo, el racismo y la represión.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay un tiempo para la esperanza y hay un tiempo para la
ira. Este es el tiempo de la ira. Después de la ira viene la
esperanza.<BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>1) Texto leído como apertura en la sesión plenaria inaugural
del Left Forum 2007: "Forjando un futuro político radical", Nueva York, Cooper
Union, 9 marzo 2007.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>