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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 12 de abril 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>México</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>El sindicalismo
actual</FONT></STRONG> <BR></DIV></FONT>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Román Munguía Huato
*</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Especial para Correspondencia
de Prensa</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT face=Arial size=2>Las movilizaciones del magisterio
de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE­) que iniciaron en mayo pasado y que devendría en la insurrección
popular en Oaxaca con la lucha ejemplar de la Asamblea Popular de Pueblos de
Oaxaca (APPO), reprimida por el gobierno del entonces presidente Vicente Fox y
por actual presidente Felipe Calderón, al igual que las de los trabajadores
mineros huelguistas de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas–Las Truchas (Sicartsa) en
Michoacán, oponiéndose a la intromisión del gobierno federal en los asuntos
internos relativos a la representatividad sindical –quienes el primero de
marzo del 2006 estallaron una huelga general: cerca de 200 mil agremiados del
Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la
República Mexicana (SNTMMSRM) pararon actividades y tomaron las calles de
algunas ciudades–, por citar las manifestaciones más relevantes, expresan un
relativo ascenso de los trabajadores mexicanos en la lucha de resistencia contra
las políticas neoliberales; pero estas se encuadran todavía en el marco de
una dispersión o fragmentación de movimientos gremiales que no han podido
superar la falta de una coordinación elemental mediada por un frente único de
trabajadores para la defensa de sus derechos laborales y clasistas. Las
recientes movilizaciones de diversos sectores de trabajadores en instituciones
públicas (maestros de educación básica, universitarios, burócratas, etcétera)
rechazando la reforma a la Ley del Instituto de Servicios Sociales y Seguridad
para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) que modifica el sistema de pensiones,
nos plantea necesariamente un breve análisis de la situación de las
organizaciones gremiales en el marco de la lucha de clases
nacional.</FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR>1. El trabajo–mercancía mexicano se inserta en los
problemas laborales, económicos, políticos y sociales del resto de los
trabajadores de los países del mundo. [1] El desempleo masivo, migración
transfronteriza, trabajo precario (incluido el régimen de subcontratación de la
mano de obra (outsourcing; sous-entrepise: marchandage), empleo informal, baja
tasa de sindicalización, salarios miserables, accidentes laborales, indefensión
gremial, explotación intensa, flexibilización laboral, corrupción sindical,
pérdida de la seguridad social, etcétera, son graves y grandes problemas
padecidos por el grueso de los trabajadores mexicanos. Estos problemas se han
venido agudizando por el proceso de mundialización del capital bajo sus formas
neoliberales en el marco de una recomposición de los sistemas de producción
mundial y de su fragmentación derivada por la creciente división del trabajo a
escala internacional por las grandes corporaciones multinacionales. Por ejemplo,
el despido inminente de 4 mil 500 empleados (95 por ciento subcontratado) de
Hitachi, cuya planta localizada en el complejo maquilador de la IBM en El Salto,
Jalisco, en un lapso no mayor a 18 meses abandonará Jalisco debido a que después
de explotar intensamente la mano de obra con salarios miserables para la
manufactura de microcomponentes para disco duro, trasladará su producción a
Filipinas donde nuevamente encontrará una mano de obra más barata. Este hecho
constituye el mayor despido laboral en la historia de la industria
electrónica local, que tiene como telón de fondo toda una serie de problemas
laborales como: violación flagrante a los derechos laborales, acoso moral y
sexual, jornadas extenuantes, exposición a materiales altamente contaminantes,
contratos de protección por el sindicalismo "blanco", bajos salarios,
inestabilidad en el empleo y nula protección de sus derechos laborales toda vez
que el grueso de los trabajadores, en su mayoría mujeres, son subcontratadas
(outsourcing) para evitar la adquisición obligada de derechos. [2] En este
municipio, precisamente, hace poco más de tres años aconteció un victoria
ejemplar del sindicalismo clasista, democrático e independiente, representado
por el entonces Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de Euzkadi
(SNRTE), el cual derrotó a la empresa llantera transnacional alemana Continental
Tire, la cuarta empresa más importante del mundo en la producción de neumáticos,
después de una huelga extraordinaria de tres años. [3]</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este marco de la mundialización, los sindicatos son
más débiles porque el capital es más fuerte y es más fuerte en parte por la
mundialización y en parte por los nuevos procesos tecnológicos, sobre todo por
la tecnología electrónica. Pero, además de la tendencia a que el proletariado
tenga menos sindicatos, el hecho importante es que esta debilidad gremial
obedece a que desde varias décadas atrás el capital ha venido cosechando
victorias por la carencia de un sindicalismo clasista combativo y
revolucionario, aunado a la ausencia o debilidad de partidos de izquierda
socialista revolucionarios y, por ende, a la inexistencia de un
internacionalismo proletario. Es esto, la crisis de una dirección
revolucionaria, lo que explica fundamentalmente la serie de derrotas históricas
del proletariado en México y en el mundo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>2. El sindicalismo en México se encuentra sumido en una
profunda crisis organizacional, como expresión, a su vez, de una profunda crisis
de la izquierda socialista. Esta crisis estructural tiene una historia muy
lejana, desde hace varias décadas a partir de la instauración de la dictadura de
bonapartismo mexicano de los años treinta. Esta predominancia se ha sustentado,
entre otros factores de poder, teniendo un férreo control
corporativo–autoritario en manos de la burocracia sindical sobre la clase obrera
conocido popularmente como "charrismo" sindical (Confederación de Trabajadores
de México: CTM; uno de los principales brazos corporativos del Partido
Revolucionario Institucional: PRI, partido en el poder presidencial durante 72
años, hasta el año 2000) [4]. Este es un sindicalismo bajo la tutela estatal
(representado también por el Congreso del Trabajo. CT) que sigue teniendo un
peso político muy importante, pues entre otros sectores controla al Sindicato de
Trabajadores Petroleros de la Republica Mexicana (STPRM); al Sindicato Único de
Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM); también podemos
incluir, además de los trabajadores mineros, al Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), que tiene casi un millón y medio de
afiliados, considerado el sindicato más grande de América Latina y uno de los
más corruptos, liderado por Elba Esther Gordillo, aliada al priista Carlos
Salinas de Gortari y al actual presidente panista Felipe Calderón Hinojosa;
presidente ilegítimo, resultado de una gran fraude electoral en julio del 2006.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los cuatro sindicatos más grandes del país son el
Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), con un millón 379
agremiados; la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado
(FSTSE), con 520 mil miembros; el Sindicato Nacional de Trabajadores del IMSS,
con 350 mil agremiados, y el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros,
Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), con 264 mil
afiliados. El monto de sus cuotas oscila entre los mil 900 millones y los 105
millones de pesos al año.</DIV>
<DIV align=justify><BR>3. A principios de la década de los ochenta con las
políticas neoliberales se han venido agudizando las condiciones laborales de los
trabajadores mexicanos entre otras causas por una escasa y deficiente
organización gremial, derivada de un precario y débil sindicalismo clasista
democrático e independiente. Pero es a partir de los años noventa que el capital
local y foráneo decidió emprender una serie de reformas "estructurales"
neoliberales, incluida la reforma laboral que comprende una modificación radical
patronal a la Ley Federal del Trabajo, la cual contempla nuevas formas de
regulación jurídica y cambios a las formas de contratación del trabajador, a las
jornadas de trabajo, etcétera, para debilitar a los sindicatos y expoliar más a
los trabajadores. Esta reforma laboral se viene aplicando gradual o directamente
en los hechos prácticos y está en la agenda inmediata del nuevo régimen
presidencial de Felipe Calderón para aprobarla legalmente. La Secretaría del
Trabajo y Previsión Social (STPS) desde principios del año prepara ya el terreno
para la reforma laboral con la revisión de 153 iniciativas de reforma a esa
legislación, iniciada desde el 2002. </DIV>
<DIV align=justify><BR> Dentro del neoliberalismo existe un proceso de
recomposición gremial, pero esto no es consecuencia de un avance sustantivo del
sindicalismo clasista, pues se han perfilado diversas tendencias de naturaleza
reformista neocorporativa bajo las siglas de la Unión Nacional de Trabajadores
(UNT); una especie de "neocharrismo" sindical que agrupa especialmente a
telefonistas, trabajadores de la salud pública (Instituto Mexicano del Seguro
Social: IMSS) y trabajadores universitarios (Sindicato de Trabajadores de la
Universidad Autónoma de México: STUNAM). Durante el último sexenio de Vicente
Fox, expresamente del partido derechista de Acción Nacional (PAN), se impulso la
creación de centrales obreras propias del sindicalismo "blanco" (patronal) como
las confederaciones Auténtica de Trabajadores (CAT) y Nacional de Agrupaciones
Sindicales Mexicanas (Conasim), así como la Confederación Mexicana Sindical
(CSM), que en mayo pasado integraron la Alianza Sindical Mexicana (ASM). El
fortalecimiento del sindicalismo "blanco" forma parte de una estrategia de los
gobiernos neoliberales, especialmente del Partido de Acción Nacional (PAN); de
ahí que exista una relativa confrontación con algunas dirigencias
representativas del caciquismo sindical corporativo como fue el enfrentamiento
del gobierno de Fox, y hoy es del gobierno de Calderón, con el dirigente charro
Napoleón Gómez Urrutia, para conferirle el poder a Elías Morales; aunque al día
de hoy tal parece que el Calderón está negociando con el priísmo la devolución
del poder a Gómez Urrutia para tratar de fortalecer su gobierno extremadamente
débil.<BR> En México la tasa de trabajadores sindicalizados ha oscilado
entre 15 y 16 por ciento desde 1995. El cálculo total de trabajadores
sindicalizados durante el periodo de 1994 y 1998 fue de aproximadamente 3.5
millones. Para el año 2000 se había incrementado a cuatro millones, el mismo
nivel que había en 1989. La mayoría de los trabajadores está adscrita al
sindicalismo corporativo o neocorporativo; es decir, la mayoría pertenece a los
"sindicatos de protección", organizaciones venales y espurias que simulan
defender los derechos laborales de los trabajadores. </DIV>
<DIV align=justify><BR>4. El desempleo masivo en México lo podemos estimar en
cerca de 20 millones de personas en edad de trabajar (población económicamente
activa: PEA) ; la mayoría de ellas subsistiendo en el subempleo o en la llamada
economía informal. Más de dos terceras partes, 71 por ciento de la nueva fuerza
de trabajo incorporada a la población económicamente activa quedó fuera de la
ocupación generada en el sector formal de la economía durante los últimos seis
años, revela un informe dado a conocer por el Banco de México (BdeM). Esto
significó que al menos 7 de cada 10 nuevos demandantes de ocupación quedaron
excluidos de la economía formal en ese periodo. El banco central señala que la
cancelación de oportunidades laborales en la economía formal afectó a más de 3
millones 500 mil jóvenes, quienes representaron 71 por ciento de las
aproximadamente 5 millones de personas que entre finales de 2000 y 2006 se
integraron a la PEA. </DIV>
<DIV align=justify><BR> En América Latina actualmente el 48.5 por ciento de
los trabajadores urbanos de América Latina se ocupa en la economía informal y
México sobresale como uno de los países con mayor participación con 28 por
ciento. Más de 26 millones 700 mil trabajadores en el país laboran sin tener
prestaciones; carecen de pensión, jubilación, aguinaldo, servicio médico y otros
beneficios. Durante el gobierno de Vicente Fox el número de trabajadores sin
prestaciones aumentó en 4 millones 63 mil personas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>5. La subcontratación salvaje se ha convertido en la
característica distintiva de las empresas e instituciones públicas (bajo la
modalidad de subrogación) en el país, al abarcar a tres millones 127 mil
personas, modalidad por la cual han encontrado una válvula de escape a sus
elevados costos de producción mediante una menor remuneración al trabajo. La
precarización es también un factor que viene acompañado al crítico estatus
laboral que se vive en la economía, debido a que el 11 por ciento de la
población asalariada obtiene ingresos de un salario mínimo al mes, situación que
afecta a dos millones 900 mil personas. Un salario mínimo mensual es
alrededor de 100 euros. </DIV>
<DIV align=justify><BR>El sexenio del presidente Vicente Fox arrojó en materia
laboral, de acuerdo con información del investigador Raúl Lescas [5] , uno de
los saldos más funestos en 24 años de políticas neoliberales en el país; hubo 3
mil 292 huelgas, la mayoría por violaciones a los contratos colectivos de
trabajo, desaparición de prestaciones y ajustes salariales. En el año 2006,
fallecieron 96 asalariados, desde los mineros de Pasta de Conchos hasta los
maestros de Oaxaca. En la mina de Pasta de Conchos murieron 65 trabajadores
mineros por negligencia criminal patronal, de las autoridades gubernamentales y
del propio sindicato. En ese periodo la política neoliberal llevó a que las
empresas, en su afán de ser "competitivas", y aumentar la tasa de plusvalor,
redujeran prestaciones y nóminas, y recortaran el servicio social, lo cual ha
resultado en 13 mil 908 huelgas y 2 millones 129 mil 322 conflictos laborales,
sin tomar en cuenta los paros, las faltas colectivas y las huelgas declaradas
"inexistentes". </DIV>
<DIV align=justify><BR>Desde tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari
(1988–1994) se ha utilizado a los llamados "sindicatos de protección" para
vulnerar los derechos de los trabajadores. La Ley Federal del Trabajo lo
permite; sin embargo, operan en contra de los intereses de los trabajadores pues
no hay asambleas ni revisiones de contrato, éstos se dan en forma individual.
Para su registro cuentan con la ayuda de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social (STPS), lo que ha generado un nuevo nicho de negocios para ciertos
abogados laborales y una megacorrupción sindical. La desregulación y
flexibilización del mundo laboral (bajo los principios del Consenso de
Washington y como condición para la firma de acuerdos comerciales con Estados
Unidos y Europa), ha traído como consecuencia una mayor pobreza de la clase
trabajadora mexicana. <BR><BR>6. Dentro del sindicalismo mexicano, en
contraposición a las dos principales estructuras sindicales sistémicas
corporativas y neocorporativas (Congreso del Trabajo [CT], de filiación priista;
y la Unión Nacional de Trabajadores [UNT], de filiación priista y perredista),
se encuentra un embrión de sindicalismo clasista, independiente y democrático,
constituido por el Frente Sindical Mexicano (FSM) –encabezado por el
Sindicato Mexicanos de Electricistas (SME), incluido el Sindicato Independiente
de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM)–, el cual desde agosto de 1998
se ha convertido en una relativa fuerza aglutinadora de las viejas
reivindicaciones clasistas de los trabajadores urbanos y rurales del país. Este
frente sindical de clase, comparado con las otras dos tendencias gremiales, es
débil políticamente en su expresión cuantitativa, pero tiene el potencial para
emerger como una poderosa fuerza siempre y cuando mantenga una política
independiente del Estado y de los partidos políticos sistémicos (PRI, PAN y PRD)
y se apoye en la movilización de los trabajadores para frenar la política
neoliberal del capitalismo salvaje. </DIV>
<DIV align=justify><BR>La ausencia en México de una organización política
socialista que manifiesta una profunda crisis de la dirección revolucionaria de
los trabajadores mexicanos, deriva en la tragedia de que todavía no existe una
poderosa fuerza sindical clasista proletaria. Pese a todas las adversidades, se
vislumbran movimientos sociales, populares y sindicales –como la Asamblea
Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y la reciente formación en la ciudad de
México, en enero pasado, del Frente Único de los Trabajadores–, que pueden
avanzar en el camino de su emancipación. Por supuesto, esta dinámica depende
principalmente del curso que tome la lucha de clases en México, pero también del
curso de las luchas en Latinoamérica y en el mundo entero, como parte del
necesario internacionalismo proletario contra la barbarie de la mundialización
del capital. <BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>* Integrante del Sindicato del Personal Académico de la
Universidad de Guadalajara (SPAUdeG) y del Comité Coordinador de la Liga de
Unidad Socialista (LUS).<BR><BR><STRONG><U>Notas</U></STRONG><BR><BR>[1] Cambios
en el mundo del trabajo. Organización Internacional del Trabajo (OIT).
www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc95/index.htm<BR>En el informe
Lugares de trabajo seguros y sanos: hacer realidad el trabajo decente, el
organismo puntualiza que cada año mueren 2.2 millones de personas por
enfermedades y percances relacionadas con el trabajo. La cifra es 10 por ciento
superior a los cálculos que había realizado previamente.<BR>De acuerdo con
información de la OIT, las sustancias peligrosas matan a aproximadamente 438 mil
empleados por año en el mundo, y el cálculo es que al menos 10 por ciento de los
cánceres de piel son atribuibles a la exposición a esas sustancias en los
centros de trabajo.<BR>En este sentido, el asbesto o amianto mata a más de 100
mil trabajadores de la construcción al año, pues actualmente 90 por ciento de
ese material es usado en los productos del cemento para techos y tuberías.
Canadá es uno de los mayores exportadores de asbesto del mundo, señala la
Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM), y resalta
que estos obreros también están expuestos a caídas y un sinnúmero de
enfermedades ocupacionales más que son "invisibles e ignoradas" por muchos
gobiernos.<BR>La OIT resalta que uno de cada seis accidentes mortales en el
trabajo ocurren en obras de construcción, áreas en las cuales cada año reportan
más de 60 mil accidentes de fatales consecuencias.<BR>No sólo el amianto daña la
salud de los trabajadores, también hace lo propio el polvo de sílice en la salud
de los mineros, al grado que cada año fallecen más de 5 mil obreros por
silicosis, enfermedad que se estima padecen 37 por ciento de los mineros de
América Latina. A este polvo están expuestos más de 10 millones de empleados en
este ramo de los países en desarrollo.<BR>[2] Trabajadores de la Nueva
Tecnología. Informe sobre las condiciones laborales en la industria electrónica
de México. Centro de Reflexión Laboral (CEREAL). Junio del 2006. Guadalajara,
Jalisco.
<BR>http://www.redtdt.org.mx/home/noticias/informes/2006/julio/inf000001Anexo-I.pdf
<BR>http://www.imfmetal.org/main/files/06071816152666/cereal_electronics_report.pdf
<BR>[3] Véase la Declaración de El Salto, Jalisco:
http://www.regeneracionradio.org/index.php?option=com_content&task=view&id=462&Itemid=93
<BR>[4] Originado especialmente durante la década de los veinte, el
corporativismo–autoritario sindical se caracterizó por su alto grado de
dependencia política respecto al poder presidencial–bonapartista y a los grupos
de poder tanto nacional como local y regional, esto incluye, por supuesto la
relación orgánica con los respectivos cacicazgos políticos. Desde entonces, la
corrupción sindical prevalece como una de las formas de control y coptación
política de las dirigencias venales a las estructuras de poder estatal. <BR>El
término de charrismo se empezó a emplear durante el régimen de Miguel Alemán
Valdez (1946-1952) con referencia a Jesús Díaz de León, secretario general del
sindicato de ferrocarrileros, cuyo mote era "el Charro", por su desmedida
afición por la charrería... pero también muy hábil para mediatizar demandas y
reprimir de manera violenta y delictuosa a la disidencia sindical, eliminándola
de una u otra manera.<BR>[5] La Jornada Michoacán, Sábado 28 de octubre de 2006
/ Nota de Antonio Aguilera.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
</FONT></DIV></BODY></HTML>