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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria de revistas</U></FONT><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 25 de abril 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Horror en
Colombia</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia busca a 10.000
muertos</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Paramilitares se entrenaban para matar
picando campesinos vivos</FONT></STRONG></DIV></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.eltiempo.com/justicia/2007-04-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3525024.html"><STRONG>http://www.eltiempo.com/justicia/2007-04-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3525024.html</STRONG></A></DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV><STRONG><FONT size=3>Antropóloga volvió de Kosovo a desenterrar muertos de
los "paras"</FONT></STRONG></DIV>
<DIV><FONT size=3><FONT size=2><A
href="http://www.eltiempo.com/justicia/2007-04-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3525025.html"><STRONG>http://www.eltiempo.com/justicia/2007-04-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3525025.html</STRONG></A></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Testimonios de familiares de las
víctimas</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><A
href="http://www.eltiempo.com/justicia/2007-04-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3525026.html"><FONT
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<DIV align=justify><STRONG></STRONG></FONT><BR><BR><FONT size=3><STRONG>Colombia
busca a 10.000 muertos </STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Luz María Sierra, jefa de redacción<BR>Informe
especial/El Tiempo, Bogotá, 24-4-07<BR></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El Tiempo se metió en las entrañas de esta búsqueda que
empezó hace un año. Se han hallado 533 cuerpos, pero solo 13 han sido plenamente
identificados por su ADN y 173 por prendas de vestir. Ahora se conocen datos
escalofriantes: 'paras' dictaban cursos para descuartizar, las 'Águilas Negras'
desentierran los cuerpos y los lanzan a los ríos y las víctimas siguen con
miedo.<BR><BR><STRONG>Preguntas sin respuesta</STRONG><BR><BR>¿De quiénes son
esos zapatos? ¿Quién era? ¿Por qué la mataron? ¿La estará buscando una anciana
atormentada con el recuerdo de una hija perdida? ¿O no la está buscando nadie?
<BR><BR>Esas preguntas que provoca esta fotografía tomada en una fosa en
Facatativá (Cundinamarca) son apenas algunas de las que se hacen en Colombia
-desde que se levantan hasta que se acuestan- los dolientes de entre 10.000 y
31.000 personas de las que no ha quedado rastro después de los últimos años de
guerra (el primera dato es de la Fiscalía, el segundo es de la Comisión
Colombiana de Juristas).<BR><BR>Haciendo un corte de cuentas en abril, cuando se
cumple el primer año de búsqueda de fosas comunes, la Fiscalía ha recibido 3.710
denuncias de sitios en donde hallarlas; pero la mayoría no se ha podido explorar
por falta de recursos: se han encontrado 533 cuerpos y lo más dramático es que
solo 13 han sido identificados plenamente, es decir, con ADN. Otros 173 han sido
identificados de manera preliminar (por prendas, tatuajes,
etc).<BR><BR><STRONG>Daban clases de descuartizar</STRONG><BR><BR>Cuando en El
Tiempo decidimos hacer un informe especial sobre el fenómeno de las fosas
comunes comenzó a repetirse una escena en la sala de redacción: uno a uno, los
reporteros que volvían de su labor, llegaban aterrados.<BR><BR>Pocos
cubrimientos nos han sacudido de tal manera y pocos son tan difíciles de contar
con palabras: por el tamaño del horror del método de muerte de los asesinos, por
el dolor de las familias de las víctimas que no se aplaca y -tal vez lo más
angustiante- por la sensación de que la magnitud de esta empresa desborda por el
momento al país. ¿Se podrá desenterrar un porcentaje significativo de los
muertos e identificarlos para aliviar a sus familiares? ¿Se logrará hacer como
es debido el duelo para evitar abrir un tercer capítulo de violencia extrema en
Colombia?<BR><BR>Los testimonios de paramilitares y los resultados de los
equipos forenses permiten concluir que las Autodefensas Unidas de Colombia no
solo diseñaron un método de descuartizar a seres humanos sino que llegaron al
extremo de dictar cursos utilizando a personas vivas que eran llevadas hasta sus
campos de entrenamiento.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Francisco Villalba, el paramilitar que dirigió en terreno
la barbarie del Aro (Antioquia), en la que torturaron y masacraron a 15 personas
durante 5 días, revela detalles de esos cursos hasta hoy desconocidos. "Eran
personas de edad que llevaban en camiones, vivas, amarradas (...) Se repartían
entre grupos de a cinco (...) las instrucciones eran quitarles el brazo, la
cabeza... descuartizarlas vivas", dice su expediente.<BR><BR>El uso de la
motosierra no se ha visto en los cadáveres hasta ahora desenterrados. "Entre
otras, no era práctico porque la motosierra se enreda en la ropa y por eso
prefieren el machete", explica un fiscal especializado en exhumaciones. El 70
por ciento de los que han desentarrado en la Costa están desmembrados con
machete y la mayoría de los 106 cadáveres hallados en Putumayo -adonde Carlos
Castaño exportó primero su maquinaria de muerte desde Urabá y Córdoba-
recibieron un tiro en la cabeza y luego fueron partidos en cada articulación
prominente.<BR><BR>¿Por qué descuartizar? Por un pragmatismo macabro: ante la
necesidad de correr menos riesgos con jueces de aquí y del mundo por crímenes de
lesa humanidad, los tenían que enterrar. Y para no tener que cavar fosas muy
profundas -para ahorrar esfuerzo- lo mejor era partirlos en pedazos.<BR><BR>"A
la medida del tronco (de la víctima) usted hace el hueco, aunque hondo. Y todas
las piezas las mete. Entre cuatro o cinco mujeres hacen ese trabajo en unos diez
minutos", cuenta uno que comandó grupos de 'paras' en los Llanos. No parece
haber explicación antropológica de querer esconder al otro, es solo una solución
práctica.<BR>Salvatore Mancuso por ejemplo confesó que para evitar que hallaran
el cuerpo del líder indígena Kimi Pernía, lo sacaron de la fosa y lo echaron al
río Sinú. Y fuentes informadas cuentan que antes de comenzar la negociación, el
mismo Mancuso, para esconder sus crímenes, mandó a levantar tierra de una finca
en Ralito que su grupo había sembrado con cadáveres. Ahora, las Águilas Negras,
herederas de los 'paras' los están desenterrando y lanzando a los ríos, dicen
investigadores.<BR><BR>¿Y de la guerrilla? También se han encontrado fosas,
sobre todo en Cundinamarca, pero el 98 por ciento de las denuncias de las que se
ocupa hoy la Fiscalía son de 'paras'.<BR><BR><STRONG>"A Bogotá le importa un
carajo": especialista </STRONG><BR><BR>El capítulo de desenterrar los
desaparecidos juega un papel vital si se quiere un proceso que de verdad sane
heridas en el país.<BR><BR>Y así lo reconoce Eduardo Pizarro, presidente de la
Comisión Nacional de Reparación: "Ellos (los paramilitares) buscan borrar la
memoria. (...) Hay que desenterrarlos (...porque) lo más importante para la
víctima es recuperar el cuerpo de su hijo".<BR><BR>Uno de los grandes problemas
es que este tema no parece tocar nervios críticos del país. "Cada vez como que
no pasa nada. Seguimos encontrando fosas y al país como que no le duele", se
queja otro de los fiscales encargado de desenterrar. Y María Victoria Uribe,
antropóloga que le ha dado cátedra al país sobre la violencia de los años 50
anota: "A la sociedad bogotana le importa un carajo que descubran 15 cadáveres
en Sucre".<BR><BR>En la antigua Yugoeslavia, por ejemplo, montaron un banco de
ADN que les permitió identificar a 10.000 víctimas. En Colombia se están
haciendo algunos esfuerzos (se aprobó un Plan de Búsqueda, a finales del 2006 se
reforzó el equipo de Fiscalía: aumentó de 1 a 3 fiscales especializados y a 8
fiscales de apoyo), pero no se ha logrado completar el registro unificado de
desaparecidos al que obliga la ley desde el 2000 y a los que exhuman les ha
tocado hasta protegerse con la fosa como un trinchera por la presencia de grupos
armados.<BR><BR>Pizarro asegura que el tema amerita un documento Conpes o estar
en el Plan de Desarrollo. Pero por ahora, ni lo uno ni lo otro.<BR><BR>Cada una
de las historias de las víctimas es conmovedora. Un abogado que recorrió durante
ocho meses el río Magdalena buscando los restos de su hermano o la mujer de
Amalfi que perdió a sus cuatro hijos y ha hurgado hasta en camiones de cadáveres
tratando de encontrarlos, son apenas unas de ellas.<BR><BR><STRONG>Hallazgos a
punta de recompensas y descuentos</STRONG><BR><BR>¿Cuántas fosas se podrán
encontrar? La ubicación de las fosas las dan informantes que quieren ganarse
500.000 pesos o paramilitares denuncian para lograr una rebaja de hasta un
cuarto de su condena.<BR><BR>Los que quieren ganar dinero a costa de los muertos
se convirtieron en un escollo, pues de oidas, daban datos que les hicieron
perder mucho tiempo a las autoridades. Las que denuncian los 'paras' son más
acertadas. De hecho se aumentó un 500 por ciento desde que empezó a aplicarse la
Ley de Justicia y Paz. Sin embargo, ahora no tienen claro si serán tenidos en
cuenta para los beneficios y por eso, mientras en el 2006 fueron 3.214 denuncias
(9 por día) en lo corrido del 2007 el promedio ha bajado a 5 por día (496). Y
las denuncias de las víctimas son cada vez más escasas por el miedo: "Algunas no
quieren ir con nosotros -cuenta un investigador-, pero nos dejan un palito en la
noche en el sitio para guiarnos".<BR><BR>¿Qué va a hacer el país? En este primer
intento de la historia de Colombia por buscar la verdad de una época atroz no
tendría ninguna justificación que el país urbano que vive en el siglo 21, no
haga nada para evitar que el país rural siga siendo arrasado por la
barbarie.<BR><BR><STRONG>El museo de la infamia</STRONG><BR><BR>Onofre Granados
Peña, un campesino de 27 años, vestía una camiseta negra el día en que los
paramilitares lo sacaron de su casa de la vereda Sacramento, en el municipio de
Fundación (Magdalena). Ese fue el primer indicio para los investigadores que
hallaron una prenda similar junto a un esqueleto exhumado el 23 de septiembre
del 2006. Hoy está plenamente identificado.<BR><BR>Un escapulario con la imagen
de la Virgen fue encontrado en una cueva en Chaguaní (Cundinamarca). Estaba
enredado en el cuerpo de su dueño. Habían enterrado junto a él, a uno de sus
amigos y a su perro.<BR><BR>Billetera de Winnie The Pooh. Estaba junto a los
restos de un niño, cuya identificación aún falta por establecer. La osamenta del
cuerpo, hallado en Cundinamarca, está triturada porque le lanzaron rocas para
cubrirlo.<BR><BR>El día en que los mataron, Willian Arenas y Alexander Paez
llevaban overoles y botas negras de caucho, con líneas rojas, marca Bata. Las
Farc los confundieron con agentes de inteligencia y les pegaron un tiro en la
cabeza. Era el 24 de mayo de 1999. Las botas, overoles y documentos aparecieron
junto a sus restos en una vereda de Viotá (Cundinamarca), el 6 de junio del
2006. <BR><BR>Sandalias de mujer marca 'Karelis Shoes'. Fueron halladas entre
los restos de 34 cuerpos exhumados en junio del 2006 en dos fincas del
corregimiento Mingueo, en el municipio de Dibulla (La Guajira).<BR><BR>Un buzo
negro, de algodón, marca cotton Wers, talla M y un yin marca Ortfer, talla 32,
de color verde hallados en una sepultura sin nombre en el cementerio de
Berrugas, en San Onofre (Sucre), hace sospechar que los restos encontrados allí
pertenecen a Julio Rafael Navarro Méndez, conocido como 'Macayepo'. Sin embargo,
falta la prueba científica. <BR><BR>Ocho años después de su muerte, los
investigadores hallaron casi intacta la camiseta verde, de tres botones, tipo
Polo, Main Stream, talla XL que Ovidio Russi vestía el día en que lo
secuestraron las Farc, entre Girardot y Nilo. Se lo llevaron el 12 de Noviembre
de 1998 y el 19 de septiembre del 2006 la Fiscalía halló sus restos en la vereda
Ceilán, corregimiento Palmar, en Viotá. <BR><BR>Un cuerpo que tenía sandalias de
mujer, pertenecía al ganadero Manuel Guillermo Montes. Lo encontraron cerca de
María La Baja (departamento de Bolívar). La declaración de la viuda, sobre cómo
los guerrilleros de las Farc se llevaron a su esposo, coincidía con el hallazgo:
"Cómo salió descalzo, yo le entregué mis sandalias".<BR></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>¿Busca la prenda de un ser querido?</STRONG>
<BR><BR>La Fiscalía General comenzó a publicar en una página web, fotografías de
las prendas que acompañaban a algunos de los restos óseos encontrados en fosas
comunes. Este museo de la infamia lo encuentra en la dirección electrónica: <A
href="http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/index.htm"><STRONG>http://www.fiscalia.gov.co/justiciapaz/index.htm</STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT color=#000080 size=3><EM>La información
difundida por Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios,
redes alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda.
Suscripciones, Ernesto Herrera: </EM></FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT color=#000080
size=3><EM>germain5@chasque.net</EM></FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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