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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><U><FONT size=5>boletín informativo - red
solidaria de revistas</FONT></U><BR><FONT color=#800000
size=6><EM>Correspondencia de Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 20 de mayo 2007 -
Redacción: </FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG><FONT size=3>La connivencia
política con las organizaciones de ultraderecha<BR><BR>Colombia en el abismo del
terrorismo paramilitar <BR><BR>Las denuncias de un jefe "para" involucran cada
vez a más aliados del presidente Uribe, quien no logra correrse del
escándalo</FONT><BR> <BR>Pablo Biffi <BR>Clarín, Buenos Aires,
20-5-2007</STRONG><BR><BR><BR>Hay que remontarse hasta junio de 2005 para
encontrar el primer ladrillo de la enorme pared que por estos días se le viene
encima al gobierno colombiano de Alvaro Uribe y que amenaza con derrumbarse,
sepultando todo lo que encuentre en su caída: por entonces, la dirigente del
opositor Polo Democrático, Clara López, denunció los presuntos vínculos de
congresistas con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), luego de que el
encarcelado líder de esa banda de extrema derecha armada, Salvatore Mancuso,
dijera que un 35% del Congreso estaba en manos de amigos de su
organización.<BR><BR>Aún faltaba un año para que el actual presidente fuera
reelecto con más del 60% de los votos y nada hacía suponer que casi dos años
después su gobierno se encontraría al borde del abismo por las revelaciones que
semana a semana hace ante la justicia el ex líder paramilitar, sobre las
relaciones de los "paras" con encumbrados aliados del presidente, gobernadores,
empresarios, y hasta generales de las fuerzas armadas que debían
combatirlos.<BR><BR>En mayo del año pasado Uribe fue reelecto y aún había pocos
vestigios de la tormenta que lo esperaba pocos meses después. Pero la pared
seguía creciendo, impulsada por las denuncias del senador del Polo Democrático,
Gustavo Petro, las investigaciones de algunos medios y el "ventilador encendido"
de Mancuso.<BR><BR>Mancuso está preso desde 2004 cuando se entregó por los
acuerdos de paz que los líderes "paras" negociaron con el gobierno: así se
desmovilizaron más de 30.000 combatientes, sus cabecillas se entregaron y purgan
una condena de apenas 8 años pese a ser los responsables de las peores masacres
en la historia del país.<BR><BR>Pero para gozar de los beneficios de una ley por
demás benevolente y no ser extraditados a los EE.UU. (que los reclama por
narcotraficantes) deben, fundamentalmente, "contar toda la verdad" de lo
ocurrido en las últimas dos décadas en las que las AUC crecieron y se
multiplicaron para enfrentar, por fuera de la ley, a las organizaciones
guerrilleras.<BR><BR>Para noviembre del año pasado ya había tres congresistas
presos por presuntos vínculos con los "paras" y a finales del mismo mes el
senador Miguel De la Espriella reveló que en 2001 un total de 40 congresistas
firmaron un documento con los paramilitares para "refundar el país". Como si no
fuera suficiente, la Corte Suprema ordenó después el arresto del senador Alvaro
Araujo, hermano de la entonces "ministro estrella" de Uribe, la canciller María
Consuelo Araujo, que apenas pudo resistir en su cargo unos meses. Hoy ya son 12
los congresistas presos, todos —menos uno— aliados de Uribe. <BR><BR>Este año no
siguió mejor para el gobierno, que comenzó con la caída forzada de su canciller,
siguió con una visita en marzo de George W. Bush que no le dejó réditos,
continuó con el desplante del ex vicepresidente de EE.UU., Al Gore, que se negó
a participar de un foro porque Uribe estaba invitado, al tiempo que los
demócratas frenan en el Congreso el Tratado de Libre Comercio que Bogotá
considera clave.<BR><BR>El gobierno sostiene que el "paraescándalo" no lo afecta
y que ha sido el presidente Uribe el que ha impulsado su esclarecimiento. Pero
eso, y algunos golpes de efectos mediáticos de los que el gobierno intenta sacar
rédito, parecen no alcanzar: la visita de Bush, el nombramiento como canciller
de Fernando Araujo, que se les escapó a las FARC tras cinco años de cautiverio,
o el reciente caso del policía Pinchao, que también se fugó de la guerrilla
luego de ocho años o el posterior pedido de Uribe a las fuerzas armadas para que
rescaten a los rehenes por la fuerza, apenas sirve para ocupar unos días las
portadas de los diarios.<BR><BR>Hay más congresistas presos, la revelación de
escuchas ilegales a periodistas y a la oposición y nuevas declaraciones de
Mancuso que apuntan al "poder real". Por un lado, una primera lista de grandes
empresas y empresarios que financiaron y promovieron a las AUC. Y por el otro,
la revelación de que el actual vicepresidente, Francisco Santos le propuso crear
un bloque paramilitar en Bogotá para aniquilar a la guerrilla. Colombia está en
"shock" por las denuncias, aunque el presidente Uribe no fue involucrado. Pero
el escándalo le está costando muy caro, cuando aún faltan dos años para que
finalice su segundo mandato.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>La información difundida por
Correspondencia de Prensa es de fuentes propias y de otros medios, redes
alternativas, movimientos sociales y organizaciones de izquierda. Suscripciones,
Ernesto Herrera: </FONT></EM></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT color=#000080
size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
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