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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5>boletín informativo - red
solidaria</FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 22 de junio 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Uruguay</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El Nunca más del
presidente</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>La celebración de las
cúpulas</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Del sistema político faltaron pocos.
La derecha comprendió el mensaje y cerró filas junto al presidente, a diferencia
del grueso de los frenteamplistas, que quedó con sensaciones encontradas. De
todas formas el “Nunca más” presidencial camina, mientras la cúpula del FA busca
argumentos para justificar su concurrencia.</FONT><BR><BR>Víctor H
Abelando</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Semanario Brecha, Montevideo,
22-6-2007</STRONG><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Algo estaba fuera de encuadre para la liturgia de una
celebración de izquierda: la plaza Independencia estaba (SEMI) poblada de
centenares de gorras militares, inmóviles junto a la dirigencia de los partidos
de oposición (con la ausencia de los ex presidentes colorados y blanco), la
abrumadora mayoría de los legisladores oficialistas y la nueva burocracia
estatal. El desencuadre se prolongaba en las ausencias: nada (o casi) de pueblo
frenteamplista, ni del otro, completaba la celebración del Nunca más del martes
19.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El poco más de un millar de personas que participaron
junto al presidente Tabaré Vázquez, tuvo, por tanto, una composición muy
distinta a la que acostumbra convocar la izquierda uruguaya. Carente de
militancia frenteamplista, el acto se transformó en el encuentro de las cúpulas
partidarias, militar y religiosa, una comunidad de intereses que presumiblemente
no despertó el entusiasmo de los adherentes de izquierda, ni tampoco de la otra
mitad de la población. La ausencia de frenteamplistas se vuelve más notoria
siempre que se considere que la convocatoria partió del propio presidente
(Tabaré Vázquez dijo el lunes 4 que quien lo quisiera acompañar fuera a la plaza
Independencia), de la Mesa Política del FA e individualmente de los sectores
frenteamplistas (con las numéricamente notables excepciones, por su poder de
movilización, del MPP, el PCU, el PVP y los llamados sectores radicales, que
participaron de un acto alternativo el mismo día). </DIV>
<DIV align=justify><BR>A su vez –una ausencia simbólicamente trascendente en un
día donde el Nunca más también incorporaba la condena al terrorismo de Estado–,
tampoco estuvieron presentes las organizaciones de derechos humanos como
Familiares y Serpaj, ni las sociales como la FEUU, FUCVAM y el PIT-CNT, que no
convocó y dejó en libertad de acción a sus afiliados. Unos pocos dirigentes
sindicales, en particular los miembros del grupo Articulación e integrantes del
partido Socialista, decidieron finalmente ir a la
plaza.<BR><BR><STRONG>Exito</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Desde la página web de la Presidencia se echaron las campanas
al vuelo por el acto. Los titulares de las notas allí publicadas reseñaron: “Día
del Nunca más fue acompañado por el calor del pueblo”, “un nuevo paso hacia la
reconciliación”, “blancos y colorados a favor de la paz y la
reconciliación”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La euforia que trasmitían esos títulos no obedecía
exclusivamente a la natural costumbre de los medios oficiales de magnificar
resultados: ocurre que realmente para Vázquez y gran parte del gobierno el
operativo fue un éxito.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para entender ese entusiasmo es necesario preguntarse qué
se buscaba con el Nunca más, quién debía legitimar esa nueva concepción de
“nunca más hermano contra hermano”, y quiénes podían acompañar la idea de que el
Ejecutivo diera por cumplida su obligación de investigar las desapariciones de
personas tal cual lo obliga el artículo 4 de la ley de caducidad.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En primer lugar resulta claro que este Nunca más rompe
con el relato histórico de la izquierda y se ubica, más allá de algunos
desmentidos, en la concepción de los dos demonios. Tal ruptura hacía difícil la
concurrencia de una militancia que históricamente combatió esa tesis sobre el
pasado reciente, más aun después del rechazo generado por algunas iniciativas de
la Presidencia (como la reparación a los familiares de militares muertos por la
“sedición”).</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tampoco resultaba creíble que la nueva concepción del
Nunca más despertara el fervor participativo de los votantes blancos y
colorados, poco propensos de por sí a concurrir, fuera de época electoral, a las
actividades políticas y menos a las convocadas por un presidente de
izquierda.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La legitimación buscada era probablemente la del sistema
político, incluida la derecha, y la del poder militar. En ese plano el objetivo
parece alcanzado, pues en el acto participó la gran mayoría de los dirigentes
opositores, dando así aval a la propuesta presidencial. Es claro que no podían
dejar de hacerlo, salvo en base a cálculos menores, porque el presidente se
acercó en mucho a su visión de la historia. Paradigmático en esa dirección fue
el abrazo de Vázquez con Pedro Bordaberry, una figura de especial simbolismo por
ser hijo de quien es y porque meses atrás protagonizó un episodio de grabaciones
ilegales que afectaron al hombre de confianza del presidente, el secretario de
la Presidencia, Gonzalo Fernández, y al senador Rafael Michelini.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Por su lado los militares, con excepción de los sectores
más recalcitrantes reunidos en el Centro y el Círculo Militar, han interpretado
que ha llegado el momento del “punto final”, al menos desde la perspectiva de un
Poder Ejecutivo actuando como impulsor de las investigaciones sobre las
violaciones a los derechos humanos. Para ello se remiten a los considerandos del
decreto del 26 de diciembre de 2006, donde se afirma que “corresponde tener por
cumplido el mandato impuesto por el artículo 4 de la ley número 15.848 en lo
referente a detenidos desaparecidos en territorio uruguayo, sin perjuicio de la
información complementaria que pudiese surgir en el futuro”. Previamente, el
Ejecutivo había cesado el pedido de información a los mandos sobre el destino de
los desaparecidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pero el presidente tuvo otro aval, el de los medios de
comunicación. Otra vez, y como ocurrió el 2 de marzo, los canales de tevé
abierta trasmitieron en vivo el acto sin que mediara un pedido oficial de
cadena. Y amplificaron los contenidos del mismo, evitando tomas que abarcaran la
plaza en su totalidad, pues dejarían en evidencia la esmirriada concurrencia.
</DIV>
<DIV align=justify><BR>Otro punto no menos relevante del éxito fue la
participación disciplinada de la grey oficialista. Y lo hicieron quienes
discrepan con la idea que anima este Nunca más y aquellos que la aplauden. Por
ejemplo, de los socialistas concurrieron las dos alas, y mientras unos lo
hicieron convencidos de la justicia del planteo gubernamental, otros fueron por
“razones operativas”. El editorial del Correo Socialista, escrito por su
director Jorge Papadópulos, sostiene que “en los días aciagos de la polarización
y el enfrentamiento entre hermanos, mi Juventud Socialista y mi partido
reclamábamos y llevábamos a cada centro de estudios, a cada sindicato, a cada
rincón del país en que lográbamos entrar la consigna que exigía ‘paz, pan y
libertad’. Esta era nuestra verdad frente a un enfrentamiento que no queríamos y
que no compartíamos”. Lo que no dice el texto es que en 1967 el ps había
firmado, en Cuba, la declaración de la olas, que reivindicaba la lucha armada
como la “única vía de liberación de los pueblos”.<BR>En tanto, los dirigentes
socialistas de la corriente garganista justificaron su presencia en la necesidad
de no dejar solo al presidente, rodeado de la derecha y los militares. Un
razonamiento esgrimido también en sectores como el MPP. La Vertiente Artiguista
optó por hacer una lectura parcializada del discurso del Nunca más y eligió de
todas las acepciones que incluyó Vázquez el 4 de junio aquella que le permitiera
no romper con sus antiguos posicionamientos, y colocó pasacalles con la consigna
“Nunca más al terrorismo de Estado”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para la Alianza Progresista se trató de un paso “dirigido
a construir el futuro”, más allá de la confrontación derivada de estos años y
sin renunciar a la justicia, la memoria y la verdad. Lo importante, remarcaron a
Brecha altos dirigentes de dicho grupo, es que en la plaza estaban los que “son
capaces de influir en la sociedad”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una nota distinta la dio el ministro de Trabajo, Eduardo
Bonomi, que condicionó la reconciliación a la consolidación del país productivo
y del trabajo, pues sostuvo que ello genera las condiciones para la ausencia de
conflictos. Bonomi señaló a Brecha que la reconciliación no es fruto de un acto,
y en base a su experiencia personal recordó que nació 44 años después de 1904 y
que cuando comenzó a enterarse de la realidad, allá “sobre fines de los
cincuenta, en mi casa todavía se hablaba de los ‘blancos
degolladores’”.<BR><BR><STRONG>El uno</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Pero el acto del martes refleja otro aspecto del accionar del
presidente de la República, revelador de un punto de inflexión en la cultura de
los dirigentes de la izquierda. Vázquez no legitima el hecho político del Nunca
más ante su pueblo, lo hace ante la “clase política” y los medios masivos de
comunicación.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En este plano, el mandatario parece dar un paso más en la
ruptura del cordón umbilical con el Frente Amplio y comienza a ubicarse por
encima de los partidos. De acuerdo a fuentes del gobierno, la lectura que hizo
el servicio de prensa presidencial no es la que debía hacer con independencia
del resultado negativo o positivo del acto, es lo que piensa el presidente. El
éxito estuvo dado por esa capacidad de convocar a todo el sistema político y “no
importa” –como dijo a Brecha un operador de Vázquez– que haya ido poca gente.
“Ese no era el objetivo, ahora Tabaré quedó ubicado como un estadista que es
capaz de reunir a todos, para sellar el pasado conflictivo.”</DIV>
<DIV align=justify><BR>Alejada por decisión propia la posibilidad de una
reelección, sus allegados trabajan para transformarlo en una figura más allá de
los anclajes partidarios. De ahí que los mismos operadores que actuaron cuando
vinieron los asambleístas argentinos, o en la circunstancia del paro patronal de
noviembre último, firmaran las pintadas llamando a concurrir con una bandera
uruguaya. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En esa lógica resaltaron que la negativa a participar del
Centro y del Círculo Militar, del diputado colorado Daniel García Pintos y, por
otro lado, el acto alternativo del 26 de Marzo y la ci, muestran a Vázquez como
un dirigente rechazado por los extremos, lo que indica la “mesura y consenso que
comienza a generar su figura, por encima de intereses corporativos y
sectoriales”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los operadores presidenciales consultados, tras señalar
que grupos como el pcu y el pvp no concurrieron para marcar perfil político,
fueron condescendientes para la ausencia más significativa del martes, la
agrupación Familiares, respecto de la cual dijeron comprender la “repugnancia”
que les provoca reunirse con quienes hicieron desaparecer a sus hijos y
parientes, pero agregaron: “La política no se hace en base a sentimientos”.
<BR><BR><STRONG>Otro Nunca más</STRONG><BR><BR>En la tarde del martes 19, un
agrupamiento de organizaciones que incluía, entre otros, al 26 de Marzo, la ci,
la Plenaria Memoria y Justicia, el Suatt y la Coordinadora de Jubilados y
Pensionistas realizó un acto alternativo al oficial de la plaza Independencia.
La convocatoria reafirmaba el concepto de que el Nunca más es al terrorismo de
Estado y no a la “confrontación entre uruguayos”, como expresaba el acto de la
mañana. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Alrededor de tres mil personas manifestaron desde la
Plaza de los Desaparecidos hasta las proximidades del Obelisco. Previamente
hicieron un alto en el trayecto, cerca del Círculo Militar. La tranquilidad de
la manifestación fue interrumpida por las piedras, petardos y bombas de pintura
que parte de los manifestantes arrojaron contra la institución militar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la proclama leída, los convocantes hicieron explícito
el repudio al acto oficial de la mañana, señalando que éste “fue convocado a
partir del decreto del gobierno sobre el ‘Nunca más’, que reinstala la ‘teoría
de los dos demonios’, y pretende consagrar una supuesta ‘reconciliación
nacional’ entre las víctimas del terrorismo de Estado y sus víctimarios.
Intentan generar una nueva historia oficial. Se pretende borrar la memoria de
nuestro pueblo, para hipotecar también nuestro futuro”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, la novedad tuvo lugar previo al inicio de la
marcha. Desde el Ministerio del Interior se había anunciado que la manifestación
estaría rodeada de un fuerte operativo policial, y así ocurrió. Si esto
significaba un cambio frente a demostraciones anteriores de grupos opositores al
gobierno, la principal modificación fue la actitud represiva de la Policía ante
un corte de 18 de Julio.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Pocos minutos después de las 17 horas y cuando los
manifestantes estaban concentrados en Rivera y Jackson, a dos cuadras de allí,
en 18 de Julio y Eduardo Acevedo, unos 20 integrantes de la agrupación Fogoneros
quemaron gomas interrumpiendo el tránsito. Un grupo de la Metropolitana ubicado
cerca del lugar decidió reprimir y, sin mediar intimación alguna, comenzaron a
golpear a quienes habían cortado la circulación. Como consecuencia de la acción
policial fue herida una mujer y se detuvo a cuatro de los manifestantes, que
fueron liberados pocas horas después por la justicia.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La ministra del Interior, Daisy Tourné, asumió la
responsabilidad de la represión y anunció que ésa sería la conducta a seguir en
el futuro ante cualquier corte de calle o rotura de vidrios.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los miembros de la Metropolitana tomaron con gusto la
orden y desempolvaron viejas prácticas, como buenos ejecutantes de la nueva
política que preconiza Tourné, muy distante de la que promovió cuando los
disturbios en la marcha anti Bush.</DIV>
<DIV align=justify><BR>A consecuencia de la represión, la feuu y fucvam
decidieron suspender la actividad que tenían planteada también en discrepancia
con la convocatoria oficial. <BR><BR><STRONG>Yo les avisé</STRONG><BR><BR>Para
explicar el viraje con respecto a la construcción histórica de la izquierda
sobre el pasado reciente es necesario poner atención en los discursos
preelectorales de Tabaré Vázquez. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En ellos la constante fue desarrollar la idea del “cambio
con todos” y del “acuerdo social” como un componente estratégico de un futuro
gobierno suyo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En esas exposiciones, el actual presidente dejó de hablar
de dos modelos de país y del neoliberalismo como una política nefasta para
Uruguay.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En mayo de 2004, ante los empresarios argentinos, dijo
que la génesis de la crisis que padecía el país estaba en el carácter “cansino,
solitario y anclado en el propio pasado” de Uruguay. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Hasta el ascenso de Vázquez, el fa ubicaba las razones de
los conflictos sociales y políticos en el choque de clases e intereses, en los
que reconocía la legitimidad de los postergados para resistir la implantación de
un sistema que provocaba más miseria y exclusión. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En esta línea argumental, la dictadura fue la
implantación de un modelo socioeconómico regresivo que, producto de la crisis
del Estado de bienestar batllista, buscaba acentuar la redistribución de la
riqueza en favor de las clases dominantes. Pero como la dictadura era la
culminación de un proceso, estuvo precedida por gobiernos autoritarios que
gobernaron mediante medidas prontas de seguridad, ante las cuales era legítimo
levantarse de las más variadas formas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, la ruptura de ese relato histórico y las
causalidades consiguientes, para ubicar a la sociedad como un todo ajeno a las
contradicciones de clase y por ende armónico en sus intereses, no admite más
razones para el conflicto que la impaciencia o la activación de los demonios que
los hombres portan. De ahí la culpabilidad compartida en los hechos de violencia
que vivió el país.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>Correspondencia de Prensa, difundido por
la red solidaria de información. Los artículos firmados no comprometen la
opinión editorial del boletín. Redacción (Ernesto Herrera). Suscripciones:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
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