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<DIV align=center><FONT size=4><STRONG><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 5 de julio 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</STRONG></FONT><A href="mailto:germain5@chasque.net"><FONT
size=4><STRONG>germain5@chasque.net</STRONG></FONT></A></DIV>
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<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Colombia</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV><FONT
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<DIV align=justify><STRONG>Acuerdo humanitario YA</STRONG></FONT></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>Rafael Rincón
*</STRONG></DIV>
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<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG>El YesQuero Nº 155,
4-7-2007</STRONG> </FONT><BR><BR></DIV>
<DIV align=justify>El acuerdo humanitario es un derecho, no es una concesión del
príncipe, y es, también, una obligación del Estado Social de Derecho, porque es
una concreción del derecho a la paz de todos los ciudadanos (Art. 22 de la C. P.
de 1991). El Acuerdo Humanitario no es tampoco una regalía de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), es un imperativo ético y un mandato
del Derecho Internacional Humanitario que han sido desconocidos por quienes
fungen de fuerza revolucionaria.<BR><BR>Pero, algunas de las víctimas del
conflicto armado le ruegan por años al presidente Uribe V. y a las Farc, de la
misma manera como los súbditos le imploraban al príncipe medieval, que les
conceda una gracia y pacten el despeje de dos municipios en el departamento del
Valle del Cauca.<BR><BR>El rogado príncipe de El Ubérrimo se exhibe condolido y
quebrado ante las víctimas de los once diputados muertos en manos de las Farc,
saluda de beso, cual Judas, sin reato de conciencia ni vergüenza alguna, a los
familiares de las víctimas.<BR><BR>Además, está decidido a tomarse la
manifestación, decidido a encabezar la “marcha” nacional de repudio, de protesta
contra el secuestro, capitalizará para su guerra las lágrimas y los dolores que
él pudo evitar colocando a un lado su arrogancia y su sed de venganza. El arcano
presidencial esconde sus intenciones fallidas de rescate, que él denomina
razones de Estado o altos intereses de la patria, disimula las repetidas
peticiones de Doña Fabiola Perdomo Estrada para que deponga su rabia, despeje
Pradera y Florida y logre un acuerdo humanitario.<BR><BR>La sociedad civil de
otrora, la de Pacho Santos, Ana Teresa Bernal, Sabas Pretelt, Angelino Garzón y
Luis Carlos Restrepo marchará esta vez como sociedad política, como la sociedad
del príncipe que se cuela por la puerta de adelante en la manifestación nacional
de repudio.<BR><BR>El presidente Uribe V. se excusa del deber de hacer un
acuerdo humanitario diciendo que no está en sus manos, que sería desmoralizar a
la Fuerza Pública, que él no hace acuerdo humanitario porque Colombia no tiene
conflicto armado sino que es víctima de una agresión terrorista.<BR><BR>Con esta
actitud de príncipe neofeudal confiesa que su gobernabilidad está fundada en la
fuerza y no en el consenso, en la desconfianza, en el temor. La bandera de las
víctimas no es la bandera del presidente Uribe V.<BR><BR>Sabe el príncipe que
sus pactos son oscuros, frágiles y deleznables, y que están amparados en los
negocios, en las embajadas, en los cargos burocráticos, en la protección de los
privilegios y no en la protección de la vida y la libertad de todos. Su sorpresa
del siete de junio le salió por la culata, al menos a las familias de los once
diputados.<BR><BR>Colombia quiere protestar, quiere repudiar la guerra y quiere
la solidaridad con las víctimas de las muertes de los once diputados
secuestrados por las Farc y de todos los secuestrados en Colombia, y de todas
las víctimas del conflicto armado.<BR><BR>Colombia quiere manifestarse en
solidaridad con las víctimas, en solidaridad con la vida, con la libertad.
Colombia quiere el Acuerdo Humanitario, quiere que las partes depongan su
arrogancia a favor de los derechos.<BR><BR>Pero, infortunadamente, la
solidaridad va a ser torcida hacia un apoyo al presidente Uribe V. La
Presidencia de Colombia busca convertir la solidaridad con las víctimas en un
escenario oficial de adhesión a la posición de guerra, en un plebiscito a favor
de uno de los coautores de la tragedia.<BR><BR>Llegó la hora del sueño
autoritario, la hora de “Todos a marchar”; el jueves 5 de julio será la cresta
del embrujo autoritario. Llegó lo esperado, el tsunami de sangre será blanqueado
con una manifestación nacional. Gracias a las abominables Farc la mesa está
servida para que el autoritarismo del caudillo quede blanqueado por esta
generación.<BR><BR>Quiere la Presidencia que Colombia marche y marchará detrás
del victimario camuflado de víctima, el presidente que ha ignorado la
Constitución y los derechos a la dignidad, a la paz, a la familia, los derechos
de los niños. El presidente que no ha prestado atención al acuerdo humanitario,
el que ordena los rescates armados, el que odia la solución política negociada,
el presidente de los pactos secretos, presidente que ahora se pega del dolor y
del repudio para galvanizarse. El hombre cargado de tigre, como él se define,
marchará cargado de cordero. Amen para las ánimas.<BR><BR>Unos harán la marcha
por los cadáveres y no con énfasis en el Acuerdo Humanitario porque para el
presidente Uribe V. la muerte es un triunfo, la muerte de los once diputados son
su ganancia. Gracias a las Farc Uribe V. es el que es: El presidente de la
guerra coronado por la guerrilla “revolucionaria” de las Farc. Uribe V. es un
reaccionario del tamaño de las acciones degradadas de las Farc. Uribe V. le
calza a las Farc y eso le gusta, infortunadamente, a muchos
colombianos.<BR><BR>Uribe V. y las Farc (U&F) son un dúo sin partitura,
tocan de oídas, se afinan con truenos. La guerra les suena y la cantan con las
armas.<BR><BR>Un protagonista de la debacle va a marchar para ocultar su
responsabilidad, habla pausado para no levantar malicia, pero se quiere escapar
metido en la multitud; y la otra responsable, la que secuestra pueblo, dice que
el fuego cruzado le mato la presa, que siga escondida en la selva, los animales
le enseñaran la paz.<BR><BR>La justicia cojea pero llega, la historia vestida de
toga alcanzará al príncipe camuflado y a su concertista guerrillero.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Medellín, 4 de julio 2007<BR><BR>* Director del Consultorio
de Derechos y Gobernabilidad háBeas Corpus.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>Correspondencia de Prensa, difundido por
la red solidaria de información. Los artículos firmados no comprometen la
opinión editorial del boletín. Redacción (Ernesto Herrera). Suscripciones:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<BR></FONT></DIV></DIV></BODY></HTML>