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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial><FONT size=2>
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<HR>
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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 3 de agosto 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><STRONG>Brasil</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Entrevista a Joao Pedro
Stédile</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El MST quiere nuevo modelo para la
reforma agraria</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>El dirigente del Movimiento de
Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Joao Pedro Stédile, demanda que la
política agrícola priorice la distribución de la riqueza.</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial size=2><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=2><FONT face=Arial>Fernando
Sampaio</FONT><BR></FONT><FONT face=Arial size=2>Tribuna da Imprensa, Río de
Janeiro, 27-7-2007</FONT></STRONG></DIV><FONT face=Arial>
<DIV align=justify><A href="http://www.tribuna.inf.br/"><FONT
size=2><STRONG>http://www.tribuna.inf.br/</STRONG></FONT></A></DIV>
<DIV align=justify><FONT size=2><STRONG>Traducción de Sebastián
Valdomir</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><BR><FONT size=2><BR>El Movimiento de los Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST) considera a la reforma agraria clásica agotada "por las
elites brasileñas que adhirieron al neoliberalismo, un modelo dominado por el
capital financiero e internacional", y está proponiendo al gobierno un plan de
medio y largo plazo para la agricultura brasileña junto a un nuevo tipo de
reforma agraria.<BR> <BR>Según João Pedro Stédile, integrante de la
dirección nacional del MST, el primer paso es la democratización de la propiedad
de la tierra, "una bandera republicana" que puede ser establecida por medio de
límites en el tamaño de la propiedad rural. "No se puede admitir que una empresa
cualquiera tenga 100 mil o 1 millón de hectáreas apenas porque tiene dinero",
subraya. Para el, el Brasil precisa de un nuevo modelo agrícola, basado en la
pequeña y mediana propiedad. "Para eso, precisamos antes que nada derrotar al
neoliberalismo, por medio de la construcción de un modelo de desarrollo
nacional, que priorice la distribución de riqueza".<BR> <BR><STRONG>TRIBUNA
DA IMPRENSA – ¿Usted admite que el modelo de reforma agraria defendido por el
MST está agotado? ¿Qué se debe hacer?</STRONG><BR> <BR>JOÃO PEDRO STÉDILE -
Durante todo el siglo 20, los movimientos campesinos de América Latina lucharon
por la llamada reforma agraria clásica, por medio de la combinación de la
distribución de tierras con un proyecto de desarrollo de la industria nacional,
con fortalecimiento del mercado interno y distribución de renta. Ese modelo
sacaba a los campesinos de la pobreza y promovía el desarrollo mas justo. Así
sucedió en todos los países del Hemisferio Norte, pero las elites brasileñas
adhirieron al neoliberalismo, un modelo dominado por el capital financiero e
internacional, dentro del cual la reforma agraria clásica está
agotada.<BR> <BR>El modelo se agotó por imposición de las elites, no por
nuestra voluntad. Sin embargo, la cuestión agraria no está resuelta y tenemos
150 mil familias acampadas y mas de cuatro millones de familias sin tierra en el
País. Ante esto, el MST va a luchar por una reforma agraria de nuevo tipo, que
es la democratización de la tierra combinada con la reorganización de la
producción, priorizando alimentos para el mercado interno, sin el actual control
de las empresas transnacionales. Precisamos también de una reforma agraria que
adopte un nuevo padrón tecnológico, respetuoso del medio ambiente, llevando para
el interior del País las agroindustrias en forma de cooperativas de producción,
el acceso a la escuela y la educación.<BR> <BR><STRONG>¿Cual es la
propuesta para la agricultura brasileña? ¿Cual sería el nuevo modelo
agrícola?</STRONG><BR> <BR>El país precisa de un novo modelo agrícola,
basado en la pequeña y mediana propiedad. Para eso, precisamos antes que nada
derrotar al neoliberalismo, por medio de la construcción de un nuevo modelo de
desarrollo nacional, que priorice la distribución de riqueza, a la industria
nacional y con la prioridad absoluta en generar trabajo y empleo para que el
pueblo tenga renta.<BR> <BR>El primer paso de este nuevo tipo de reforma
agraria es la democratización de la propiedad de la tierra, una bandera
republicana que puede ser establecida por medio de límites en el tamaño de la
propiedad rural.<BR> <BR>No se puede admitir que una empresa cualquiera
tenga 100 mil o 1 millón de hectáreas apenas porque tiene dinero. Los verdaderos
agricultores, incluso capitalistas, saben que con un establecimiento de 1000
hectáreas pueden ganar mucho dinero. La organización de la producción, antes que
nada, debe atender a las necesidades del mercado interno. El mayor mercado
potencial de productos agrícolas no es Europa ni Estados Unidos, son los pobres
de Brasil. Aquí tenemos 60% de la población que se alimentan mal.<BR> <BR>O
sea, tenemos 120 millones de brasileños queriendo consumir, pero que no tienen
renta. Actualmente, las transnacionales vienen aquí y controlan la producción,
el comercio, los precios. Eso está mal. Como alternativa al control de la
producción y procesamiento de alimentos, tenemos que llevar las pequeñas
agroindustrias para el campo, generando empleo y renta en el interior del
país.<BR> <BR>Precisamos también de una nueva matriz productiva en el
campo, por medio de técnicas que respeten al ambiente, produzcan alimentos
saludables y no llenos de agrotóxicos, que afectan a la salud de toda la
población, inclusive a la de la ciudad, que muchas veces piensa que no tienen
nada que ver con eso. Después, pueden pagar la cuenta de ese desconocimiento en
el hospital.<BR> <BR>Finalmente, precisamos llevar los servicios públicos
para el campo, especialmente la educación formal y el conocimiento para formar
al ciudadano campesino. El campesino sin estudio solamente lo único que ve es la
tierra en su frente y no comprende la complejidad de la sociedad brasileña y de
la lucha de clases. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo enorme para elevar el
nivel de conciencia cultural y política.<BR> <BR>Lanzamos recientemente en
nuestro congreso una Campaña Nacional de Alfabetización en el campo, basado en
el método cubano "Si, yo puedo". Tenemos que dominar las letras y avanzar en la
enseñanza formal. Quien está en la enseñanza primaria tiene que ir para la
educación media y quien esta en la media tiene que entrar en la universidad.
Para eso, nosotros tenemos solo una bandera: para ser militante de los sin
tierra tiene que estar estudiando.<BR> <BR><STRONG>¿Cómo son los
campamentos del MST en el país?</STRONG><BR> <BR>Los campamentos son
formados por familias de trabajadores rurales pobres, que reciben los salarios
mas bajos de la sociedad brasileña y perciben que la tierra debe ser de aquellos
que trabajan en ella, no de aquellos que la tienen como parte de reserva de su
patrimonio o producen para la exportación. Son pobres que viven como
arrendatarios, trabajadores zafrales bóias-frias, medianeros, que quieren tener
su propia tierra para plantar.<BR> <BR>También hay familias pobres, que
fueron expulsadas del campo y se deslocalizaron para la periferia de las
ciudades, y que quieren retornar al campo visualizando en el Movimiento una
alternativa para la conquista de la tierra para mejorar sus condiciones de vida,
tener su casa, una huerta para plantar y trabajar, dar educación, esparcimiento
y garantizar salud para la familia.<BR><STRONG> <BR>¿La victoria del
agronegocio en el campo obliga al MST politizarse y buscar nuevas banderas de
lucha?</STRONG><BR> <BR>No creemos en la victoria del agronegocio ni del
neoliberalismo. En las dos elecciones en las que gana el presidente Lula, el
pueblo voto contra el neoliberalismo, un modelo concentrador de tierra, riqueza
y renta, que genera mas pobres y desempleados y que no tiene las condiciones de
resolver los problemas de la sociedad. El agronegocio politizó a nuestro
movimiento, porque el actual nivel de la lucha por la reforma agraria implica la
derrota del modelo económico neoliberal y la construcción de un proyecto de
desarrollo, que resuelva los problemas del pueblo brasileño, creando condiciones
para un proceso de distribución de tierras de nuevo
tipo.<BR> <BR><STRONG>La reforma de las leyes laborales es una polémica que
está proxima. ¿Cual es la posición sobre el tema?</STRONG><BR> <BR>Nosotros
nos oponemos a la retirada de derechos históricos conquistados con mucho
esfuerzo y lucha por los trabajadores durante todo el siglo 20. Estamos junto al
movimiento sindical, popular y estudiantil, en una gran jornada contra la
reforma de la Seguridad Social, contra toda reforma que reduzca derechos, como
la Enmienda 3. El gobierno precisa de un proyecto para crear empleos, garantizar
un salario digno y vivienda y realizar la reforma agraria. Esa política
económica, basada en el superávit primario, intereses altos y en el pago de los
títulos de la deuda, perjudica a la clase trabajadora y a la soberanía del país
y enriquece banqueros y grandes empresarios, estrangulando cualquier posibilidad
de inversiones en políticas sociales, manteniendo la perversa concentración de
la riqueza.<BR> <BR><STRONG>Por primera vez desde la fundación del MST, en
1984, el presidente Luiz Inãcio Lula da Silva no fue invitado para el Encuentro
Nacional del movimiento, realizado recientemente, en Brasília. ¿Por
qué?</STRONG><BR> <BR>Lula es consiente de que nuestro congreso tiene otra
naturaleza y no se pauta por el gobierno. Eso es lo que la prensa tampoco
entiende. Nosotros nunca invitamos a ningún presidente de la República. No
tendría sentido, porque es una actividad para nuestra militancia y para la
discusión interna de nuestro movimiento. Las autoridades que participaron fueron
por iniciativa propia como amigas del movimiento.<BR> <BR><STRONG>¿Cual es
el balance del 5º Congreso Nacional del MST?</STRONG><BR> <BR>Nuestro
congreso fue una gran confraternización de los militantes de 24 estados, un
momento de reflexión y análisis colectivo sobre el cuadro de la cuestión agraria
y la sociedad brasileña, y de movilización, con la marcha que hicimos para
denunciar que el Estado brasileño, retratado en sus tres Poderes de la
República, impide la reforma agraria. Aparte de eso, después de dos años de
discusión en los campamentos y asentamientos, concluimos nuestro Programa
Agrario, que presenta nuestra propuesta para la agricultura
brasileña.<BR> <BR><STRONG>El ministro de desarrollo agrario, Guilherme
Cassel, al rebatir críticas suyas, clasificó como "medieval" el discurso y que
las banderas del movimiento están superadas. ¿Cómo lo
ve?</STRONG><BR> <BR>Nosotros no queremos perder tiempo con cuestiones
secundarias, que no ayudan a la realización de la reforma agraria. Queremos si
discutir con la sociedad, inclusive con el gobierno, un nuevo modelo agrícola,
que de prioridad a la agricultura familiar volcada al mercado interno, a los
pobres del País. Eso debe comenzar con un proceso masivo de reforma agraria,
inicialmente con el asentamiento de las 150 mil familias acampadas al costado de
las carreteras.<BR> <BR>No podemos seguir con ese modelo del agronegocio,
que entrega nuestras tierras a las empresas transnacionales, expulsa al pueblo
del campo, destruye el medio ambiente, impone los transgénicos y los
agrotóxicos. El nuevo modelo agrícola que defendemos esta vinculado a un
proyecto de desarrollo, basado en la defensa de la soberanía popular, y en un
nuevo modelo económico, que tenga como centro el fortalecimiento del mercado
interno, la distribución de la riqueza, la industria nacional para sustentar la
generación de empleo y renta para el pueblo.<BR> <BR>Lo que sucede es que
el presidente Lula esta en deuda con el MST y con los campesinos de todo Brasil,
porque su gobierno no hizo la reforma agraria. Al contrario, la concentración de
la propiedad de la tierra aumentó.<BR><STRONG> <BR>¿Cual es su opinión
sobre la desigualdad de la renta en el país?</STRONG><BR><BR>La desigualdad
entre ricos y pobres en el país es una vergüenza, que es resultado de las
opciones de la elite brasileña en el pasado y en el presente. Según estudios del
profesor Marcio Pochmann, cinco mil familias controlan 40% de la riqueza
nacional, un 10% de la población rica se apropia del 75%, mientras el 90% del
pueblo brasileño se quedan apenas con 25%.<BR> <BR>La política económica
neoliberal, vigente desde la mitad de la década de los 90, apunta para la
preservación y la ampliación de esa desigualdad. La sociedad brasileña gasta
actualmente, por medio de sus impuestos, cerca de R$ 150 mil millones por año en
el pago de los títulos de la deuda pública, que son dirigidos para 20 mil
familias de banqueros y especuladores. Hasta el vice-presidente José de Alencar
denunció esa transferencia absurda.<BR> <BR>En el campo, por cuenta de la
opción de las clases dominantes, perdemos cuatro oportunidades históricas de
realizar la llamada reforma agraria clásica, combinando la distribución de
tierras con un proyecto de desarrollo de la industria nacional para ampliar el
mercado interno.<BR> <BR>La primera fue durante el proceso de abolición de
la esclavitud, cuando los trabajadores rurales negros querían trabajar en el
campo, pero fueron impedidos por la Ley de Tierras de 1850. Después, en la
implementación de un proyecto nacional de industrialización, en la década del
30. En el comienzo de la década del 60, con el ascenso del movimiento de masas
en torno a las propuestas de João Goulart, especialmente la reforma
agraria.<BR> <BR>Finalmente, durante la campaña por las elecciones Directas
Ya, cuando había un clima favorable en el Partido del Movimiento Democrático
Brasileño (PMDB) para viabilizar un proyecto de desarrollo nacional. A partir de
allí, las elites brasileñas dejaron de lado el proyecto nacional e impusieron al
País el neoliberalismo, que subordina la economía brasileña al capital
internacional y financiero y que amplia las desigualdades sociales y la
pobreza.<BR> <BR><STRONG>¿Como ve la violencia en el campo? ¿Como se
combate eso?</STRONG><BR> <BR>El fin de las muertes de trabajadores rurales
depende de la realización de la reforma agraria y de la fuerza de los
movimientos sociales del campo, que, cuando están organizados, tienen mas fuerza
para resistir la violencia, como lo demostró el último Informe de la Comisión
Pastoral de la Tierra (CPT). Las muertes y la impunidad, que deja que pistoleros
y latifundistas que los contratan estén en libertad, demuestra las
intransigencias de las clases dominantes con los problemas sociales del pueblo
brasileño, y son siempre "resueltas" por medio de la violencia y las muertes. La
muerte de compañeros y compañeras es consecuencia de nuestra estructura injusta
de la propiedad de la tierra y de la mentalidad atrasada de los
latifundistas.<BR> <BR>Muestra también el carácter antisocial del Estado
brasileño, que no resuelve los problemas del pueblo. Tenemos un Poder Judicil
que protege a los ricos y es omiso en relación a los derechos de los pobres, un
Poder Legislativo que no aprueba desde hace mas de 10 años un proyecto que
establece la expropiación sin indemnización de tierras de hacendados que se
aprovechan del trabajo esclavo, y un Poder Ejecutivo que no tiene el coraje de
cumplir la Constitución, que determina que todos los latifundios que no cumplen
una función social deben ser expropiados.<BR> <BR><STRONG>¿El presidente
Lula ahora es un enemigo de la reforma agraria?</STRONG><BR> <BR>Nuestros
enemigos son el agronegocio, las transnacionales, los bancos y el mercado
financiero. Denunciamos también que los poderes Legislativo, Ejecutivo y
Judicial impiden la reforma agraria, dando protección al latifundio y apoyo al
agronegocio. Con relación al gobierno, nosotros ya le entregamos una propuesta y
queremos discutir un plan de medio y largo plazo para la agricultura brasileña
para combatir la pobreza en el campo y concretar la reforma agraria. Vamos a
mantener nuestra autonomía y a criticar la política económica, el apoyo al
agronegocio y las grandes empresas, por medio de prestamos de los bancos
públicos y con la exponeración de la tasa de
exportación.<BR> <BR><STRONG>¿Cómo ve a la izquierda
brasileña?</STRONG><BR> <BR>La izquierda brasileña está pasando por un
proceso pedagógico y está comprendiendo que las transformaciones sociales no
suceden por la voluntad de un presidente, de un partido o incluso de un
gobierno, por mas que sea nuestro amigo e que hayamos ayudado a que sea electo.
La transformación del país se concretará con la movilización del pueblo
brasileño en torno a un proyecto de desarrollo nacional, que modifique la
estructura de la sociedad brasileña y sustente el crecimiento de la economía,
con creación de empleos, reforma agraria, inversiones en los servicios públicos
de educación y salud y distribución de renta y riqueza.<BR> <BR>Los
movimientos de masas de izquierda están en un reflujo desde 1989. En la década
del 80, el país vivió un período de ascenso de los movimientos de masas que
consiguió imponer la democracia y apuntó en un sentido de cambios mas profundos
en la sociedad brasileña. En la década del 90, ese reflujo implicó perdida
de fuerza en el movimiento sindical, que tuvo su base social impactada por las
políticas neoliberales, que causaron desempleo e
informalidad.<BR> <BR><STRONG>¿Qué diagnóstico realiza del gobierno
Lula?</STRONG><BR> <BR>El pueblo votó al presidente Lula contra el
neoliberalismo. Sin embargo, las alianzas realizadas para ganar las elecciones
generaron un gobierno de composición, que incluye con peso a las fuerzas
neoliberales. No hubo un reacenso del movimiento de masas en la sociedad. Mas
allá que tengamos un gobierno mas progresista que en relación a los tucanos, la
correlación de fuerzas no se vio alterada en relación al modelo económico.
Nuestra sociedad es muy compleja y las fuerzas del capital, aliadas al capital
internacional, son muy poderosas. Las transformaciones en un país como Brasil
vendrán cuando el pueblo tenga mas conciencia, este mas organizado y realice
grandes movilizaciones de masas, como hicimos contra el régimen
militar.<BR> <BR><STRONG>¿Cómo analiza esta serie de escándalos de
corrupción en el país?</STRONG><BR> <BR>El Estado brasileño fue construido
históricamente por medio del patrimonialismo, de los cambios de favores y de la
corrupción para favorecer una burocracia ligada a los empresarios. No es una
novedad. Precisamos salir de lo superficial y buscar la raíz de esos desvíos,
que es la relación estrecha de senadores y diputados con empresarios,
prestamistas e intermediarios, banqueros y con el mercado financiero. No
adelanta hacer una reforma política que no implica cambios en este sistema, que
tiene a la Vale do Rio Doce con 47 diputados; a Aracruz con 16 diputados; al
Banco Itaú con 27 y al Grupo Gerdau con 27.<BR> <BR>El problema de la
democracia brasileña es mas profundo de lo que aparece en los diarios y en la
televisión. Nosotros precisamos de una reforma política, pero para colocar los
poderes y las instituciones al servicio del pueblo, por medio de mecanismos de
real participación y de representación. La Constitución prevée en el articulo 14
la realización de plebiscitos, referendos y consultas populares. Nosotros
estamos, junto a otros movimientos sociales y entidades como la Orden de
Abogados de Brasil (OAB) y la Comisión Nacional de Obispos de Brasil (CNBB),
coordinados por el profesor Fabio Comparato en una campaña en defensa de la
democracia y de la república.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>Correspondencia de Prensa, difundido por
la red solidaria de información. Los artículos firmados no comprometen la
opinión editorial del boletín. Redacción (Ernesto Herrera). Suscripciones:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
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