<!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.0 Transitional//EN">
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<BODY bgColor=#ffffff><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 4 de agosto 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT
size=3>Debates</FONT></STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3><FONT class=titulo>Islam político,
antiimperialismo y marxismo </FONT><BR></FONT></STRONG><SPAN
align="left"><BR></SPAN><SPAN align="left"><STRONG><FONT size=3>Claudia Cinatti
*</FONT></STRONG></SPAN></DIV>
<DIV align=justify><SPAN align="left"><STRONG><FONT
size=3></FONT></STRONG></SPAN> </DIV>
<DIV align=justify><SPAN align="left"><STRONG>Estrategia
Internacional</STRONG></SPAN></DIV>
<DIV align=justify><SPAN align="left"><A
href="http://www.ft-ci.org/"><STRONG>http://www.ft-ci.org/</STRONG></A></SPAN></DIV>
<DIV align=justify><SPAN align="left"></SPAN> </DIV><SPAN
align="left"></SPAN>
<DIV align=justify><BR><I class=spip>"Así, la crítica de los cielos se
transforma en crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica de
la ley, y la crítica de la teología en la crítica de la política" </I></DIV>
<DIV align=justify><I class=spip>(</I>Karl Marx, Introducción a la Crítica de la
Filosofía del Derecho de Hegel.)</DIV>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>Fundamentalismos y "choque de
civilizaciones"</STRONG></P>
<P class=spip align=justify>Después de los atentados del 11 de septiembre de
2001 el gobierno de Bush agitó el fantasma del "fundamentalismo islámico" como
la nueva amenaza contra el "mundo libre" en general y los valores
norteamericanos en particular que vendría a reemplazar al "imperio del mal"
soviético. Con este discurso buscaba justificar la "guerra contra el
terrorismo", una ofensiva política y militar cuyo objetivo era recomponer la
hegemonía norteamericana empezando por "rediseñar" el mapa del Medio
Oriente.</P>
<P class=spip align=justify>Esta retórica colonialista hacía ver en cada
musulmán un "terrorista en potencia". Bush popularizó el término
"islamofascismo" con el objetivo de definir al amplio espectro del islamismo
militante como los sucesores de los "totalitarismos" del siglo XX. Como
resultado de esta "islamofobia" aumentó considerablemente la discriminación y el
racismo contra las comunidades árabes y musulmanas en los países centrales.</P>
<P class=spip align=justify>Ante todo, cabe aclarar que el término
"fundamentalista" es ajeno al mundo musulmán. Su origen se remonta a la
corriente de teólogos norteamericanos de principios del siglo XX cuyos artículos
fueron reunidos en un libro, conocido como The Fundamentals, (del mismo modo el
término "integrismo" usado en Francia para referirse al islamismo radical se
refiere a un movimiento similar dentro de la Iglesia Católica) que se centraban
en la crítica al liberalismo político y a los protestantes, pretendiendo
rescatar la letra de la Biblia [<A class=spip_note
title='[1] "Durante gran parte del siglo XIX, la mayoría de los protestantes creía que (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb1" name=nh1>1</A>].
Durante la Guerra Fría, este "fundamentalismo" devino la corriente de expresión
ideológica de los sectores más reaccionarios de la política norteamericana,
caracterizada por un anticomunismo rabioso.</P>
<P class=spip align=justify>La administración Bush creó un monstruo a la medida
de su política guerrerista, una fuerza que venía de un mundo ignoto para la
mayoría de los "occidentales", recurriendo a la seudo tesis del "choque de
civilizaciones", fabricada a comienzos de la década de los ’90 por Bernard
Lewis, historiador británico devenido gurú de los neoconservadores, y
popularizada por Samuel Huntington.</P>
<P class=spip align=justify>No requiere mucho esfuerzo intelectual demostrar que
la argumentación de Lewis es absolutamente ideológica e interesada. Uno de sus
objetivos es demostrar que el profundo antinorteamericanismo que caracteriza a
las sociedades musulmanas, no responde a la política imperialista y proisraelí
de Estados Unidos, ni al sostén a gobiernos árabes despóticos y dictatoriales,
sino que constituye una reacción contra una humillación ancestral que lleva a
rechazar la civilización occidental como tal, no lo que hace sino lo que es, y
los principios y valores que practica y profesa", según estas definiciones,
Lewis concluye que "estamos enfrentando un estado de ánimo y un movimiento que
trasciende de lejos el nivel de las políticas y los gobiernos que las llevan
adelante. Esto no es ni más ni menos que un choque de civilizaciones -la
reacción probablemente irracional pero seguramente histórica de un rival
ancestral de nuestra herencia judeo-cristiana, nuestro presente secular y la
expansión a todo el mundo de ambos" [<A class=spip_note
title='[2] Lewis, B. "The roots of Muslim rage", The Atlantic Monthly, Sep. (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb2" name=nh2>2</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Esta maniobra seudo científica fue expuesta, entre
otros, por Edward Said en su libro Orientalismo en el que discute cómo esta
"disciplina" de los expertos occidentales en el mundo musulmán reproduce los
prejuicios coloniales y, a menudo, está al servicio de los intereses de las
distintas potencias que sucesivamente han ocupado parte de Medio
Oriente [<A class=spip_note
title='[3] En el epílogo de 1995, Said plantea: "el momento político actual, con sus (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb3" name=nh3>3</A>].
Esto es más que evidente desde el momento en que ni Lewis ni ningún
"orientalista" considera que el sionismo forma parte del espectro mesiánico y
religioso, justificando no sólo la existencia sino la política terrorista del
estado de Israel, cuyas bases son absolutamente confesionales y racistas.</P>
<P class=spip align=justify>En su famoso artículo "The Clash of Civilizations?"
Huntington describe en los mismos términos de "identidad cultural" los enemigos
de Estados Unidos luego del colapso de la Unión Soviética. Huntington reconoce
"siete, quizás ocho" civilizaciones actuales -occidental, confuciana, japonesa,
islámica, hindú, eslava-ortodoxa, latinoamericana y "posiblemente una
civilización africana" (sic). No casualmente en la "civilización occidental"
están agrupados los principales aliados de Estados Unidos: Europa occidental y
el Estado de Israel. La hipótesis de Huntington es que "la fuente fundamental de
conflictos en este nuevo mundo no será ideológica o económica. Las grandes
divisiones de la humanidad y la fuente dominante de conflicto será cultural.
(...) El choque de civilizaciones será la línea de batalla del futuro". Luego de
exponer in extenso sus ideas colonialistas, llega a la conclusión que, si bien
todas las "civilizaciones" se oponen parcialmente a occidente, hay dos que son
verdaderamente antagónicas con respecto a éste: la confuciana, es decir China, y
la islámica. Frente a este escenario, la recomendación de Huntington para los
gobiernos norteamericanos para los "conflictos culturales" por venir es tratar
de mantener la hegemonía dentro de la occidente y civilizaciones afines como
América latina, contener a Rusia y Japón, mantener la superioridad militar y
explotar los conflictos potenciales entre los estados islámicos y confucianos.
Para lograr estos fines "civilizatorios", será preciso que "occidente mantenga
el poder económico y militar necesario para proteger sus intereses en relación
con esas civilizaciones" [<A class=spip_note
title='[4] Huntington, S. " The Clash of Civilizations?" Foreign Affairs, Summer, (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb4" name=nh4>4</A>].
Cualquier semejanza con los objetivos del "nuevo siglo americano" y los
fundamentos neoconservadores para la aventura guerrerista en Irak, no es pura
coincidencia, es la puesta en práctica de una estrategia que un sector de la
elite norteamericana venía planificando mucho antes de los atentados del 11S y
de que el "mal" tomara el rostro de Osama bin Laden.</P>
<P class=spip align=justify>Pero esta política está fracasando. El Irak
pos-Hussein que estaba destinado a ser un "modelo" para la "democratización" del
mundo árabe y musulmán, se ha transformado en un infierno para las tropas de
ocupación, debilitando cualitativamente al gobierno de Bush. La "civilización"
occidental mostró una vez más su barbarie en las cárceles de Abu Ghraib y
Guantánamo, en las torturas y asesinatos, en los cientos de miles de civiles
muertos en Afganistán e Irak por "bombas inteligentes", como antes lo había
hecho tirando la bomba atómica o financiando dictaduras genocidas.</P>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>Política y religión en el siglo
XXI</STRONG></P>
<P class=spip align=justify>Una década y media atrás el investigador francés G.
Kepel publicaba, bajo el sugerente título La revancha de Dios, un estudio sobre
el retorno del uso político de la religión desde mediados de los ’70. Según su
tesis, este fenómeno abarca al catolicismo, al cristianismo, al judaísmo y al
islam.</P>
<P class=spip align=justify>Lejos de la versión urdida en las usinas ideológicas
del Departamento de Estado norteamericano, la invocación de valores religiosos
como justificación de la política de los últimos 30 años no es privativa del
Medio Oriente ni del mundo musulmán, sino que tiene a Estados Unidos como uno de
sus precursores. El punto de inflexión quizá lo constituya el acceso a la
presidencia en 1980 de Ronald Reagan con el apoyo de una masa de electores
evangélicos o fundamentalistas, seguidores de las consignas de organismos
político-religiosos como la Mayoría Moral, creado en 1979, que se propone hacer
de un país en crisis, debilitado por una inflación de dos dígitos y humillado
por el secuestro de su personal diplomático en Teherán, una nueva
Jerusalén [<A class=spip_note
title="[5] Kepel, G. La revancha de Dios. Cristianos, judíos y musulmanes a la (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb5" name=nh5>5</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Del mismo modo la Iglesia Católica encontraba en el
cardenal polaco Karol Wojtyla, el papa Juan Pablo II, un "mensajero" de la
propaganda procapitalista en países de Europa del Este como Polonia, a la caída
del muro de Berlín. Y en Israel, un estado racista y religioso, resurgían a la
actividad corrientes sionistas confesionales ligadas a la ocupación de los
territorios bajo la forma de expansión colonial de asentamientos que buscaban
reestablecer el "Gran Israel" que según la Biblia, Dios prometió a los judíos
como "pueblo elegido".</P>
<P class=spip align=justify>Esta instrumentación política de la religión
-independientemente de cuál de ellas se trate- tradicionalmente ha sido una
estrategia de sectores de las clases dominantes para mantener sometidas a las
poblaciones: Arabia Saudita, Israel en sus extremos, España bajo el Partido
Popular, Italia y su movimiento "Comunión y Liberación", las presidencias
norteamericanas, preferentemente republicanas como la de Reagan y George Bush
(h) [<A class=spip_note
title='[6] "Los que se definen como evangélicos comprendieron alrededor del 40% del (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb6" name=nh6>6</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Durante la década de los ’90 varios investigadores
occidentales del mundo musulmán coincidían en señalar una "reislamización" de la
esfera política luego de las décadas de hegemonía del nacionalismo laico, pero
anunciaban la crisis terminal de las tendencias más extremas del islamismo,
tensionadas entre las derrotas sufridas en los intentos de extender la jihad a
otros territorios como Bosnia, Kosovo y Argelia, y la creciente represión
estatal a la que estaban sometidas. Pronosticaban un fortalecimiento de los
sectores "moderados" del establishment político-religioso que llevarían a la
instalación de regímenes más afines a los intereses de occidente [<A
class=spip_note
title="[7] Entre quienes anunciaron este escenario estaban dos de los principales (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb7" name=nh7>7</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Sin embargo, la realidad ha desmentido estas tesis
"normalizadoras" del Medio Oriente, aunque no por razones religiosas. Desde los
atentados contra las torres gemelas en 2001, pasando por la resistencia iraquí,
la victoria electoral de Hamas en las elecciones legislativas palestinas en
enero de 2006, hasta el triunfo político de Hezbolá en su resistencia contra
Israel en la breve guerra del Líbano de julio-agosto de 2006, el llamado
"islamismo radical" se ha instalado en la escena mundial como el principal
antagonista a la política norteamericana y sus aliados como el Estado de Israel,
empleando métodos de acción que en algunos casos emulan a las guerrillas de los
años ’70. El peso de la "amenaza islamista" en los discursos de los gobiernos y
de los medios imperialistas aumenta a medida que la acción de estos movimientos
no se limita al Medio Oriente y los países musulmanes y se ha extendido sobre
todo a los países europeos que fueron o son aliados de Estados Unidos en la
guerra contra Irak. Tanto en los atentados de Madrid como en los subterráneos de
Londres, habrían participado jóvenes hijos o nietos de inmigrantes procedentes
de países árabes o musulmanes. Y hay que tener en cuenta que en Francia la
comunidad musulmana es de alrededor de 5 millones, en Gran Bretaña viven 2
millones de musulmanes, y que en ambos casos, tomados de conjunto, constituyen
los sectores más empobrecidos de la población [<A class=spip_note
title="[8] Los jóvenes que protagonizaron los levantamientos de las banlieus en (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb8" name=nh8>8</A>].</P>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>¿Es posible la radicalización
política de organizaciones islamistas?</STRONG></P>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>Algunos elementos históricos para
responder</STRONG></P>
<P class=spip align=justify>El ascenso del islamismo político ha reabierto un
debate al interior de la intelectualidad y también de la izquierda marxista
partidaria, en particular en Europa y en los mismos países del mundo árabe y
musulmán, sobre la posibilidad teórica y la probabilidad histórica de que
sectores provenientes de las filas del islamismo militante radicalicen sus
posiciones acercándose al marxismo.</P>
<P class=spip align=justify>En un artículo reciente [<A class=spip_note
title="[9] Amir, S. "L'islam politique", Á l' encontre, Revue politique (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb9" name=nh9>9</A>],
Samir Amin construye una definición categórica del fenómeno del islamismo
político -en el que incluye desde la monarquía saudita a organizaciones
populares- en la que prácticamente está excluida esta posibilidad. Una serie de
consideraciones confluyen en esta definición, a saber: 1) el islamismo político
no es comparable con el surgimiento de la "teología de la liberación" como
tendencia de izquierda del catolicismo de América latina, dado que no predicaría
la "emancipación" sino la sumisión; 2) como ideología es completamente
reaccionaria, plantea un retorno imposible al pasado, más precisamente a la
época en que el islam no había sido sometido al capitalismo occidental. Esta
imposibilidad explicaría que los partidos islamistas no tengan un programa
político concreto; 3) es complementario del neoliberalismo, por esto, junto con
el establecimiento de una autocracia política, los partidos islamistas
constituyen el mejor instrumento de dominio de la "burguesía compradora", es
decir, de aquel estrato social compuesto de comerciantes o rentistas que sirven
a los intereses ya sea de un ocupante colonial o de las potencias
neocolonialistas; 4) por último, como sucede con el catolicismo, el discurso
religioso está al servicio de legitimar el ejercicio del poder político. Con el
objetivo de tomar el poder del estado en beneficio de este sector burgués,
existe según Amin una división del trabajo entre las asociaciones "moderadas",
como los Hermanos Musulmanes, que se infiltran en el estado, y los grupos
clandestinos que recurren a las acciones violentas de tipo terrorista.</P>
<P class=spip align=justify>Coincidimos con Amin en que estos elementos apuntan
a caracterizar al islamismo como movimiento religioso, que (tal como ocurre con
el cristianismo, el catolicismo y el judaísmo) está al servicio de las clases
dominantes [<A class=spip_note
title="[10] Desde este punto de vista, aunque la teología de la liberación era una (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb10" name=nh10>10</A>].
En términos generales, el islamismo político, al igual que antes el nacionalismo
burgués, busca conciliar las diferencias de clase que desgarran a las sociedades
capitalistas musulmanas, ya sea a través de la "unidad de la nación árabe" o por
medio de la "comunidad de los creyentes". Esta ideología policlasista con la que
se combate al marxismo está al servicio de los intereses de las burguesías
locales que a través de un discurso unificador, buscan evitar que los
trabajadores y los oprimidos desarrollen una política independiente. Sin
embargo, como plantea F. Halliday, es un error hablar del islam como si fuera un
movimiento o una ideología homogénea, o como si pudiera ser tratada como una
fuerza social autónoma. Como creencia religiosa, el islam tiene algunas
características homogéneas, pero como movimiento político y social es diverso,
variando en cada país en su contexto social y significación política [<A
class=spip_note
title='[11] Halliday, F. "The Iranian Revolution and Its Implications", New Left (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb11"
name=nh11>11</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Su estudio concreto sólo puede partir, desde un
punto de vista marxista, del precepto metodológico más general de que las
ideologías, incluidas las religiosas, tienen un desarrollo relativamente
autónomo, pero no pueden independizar absolutamente su existencia de la realidad
material en la que surgen y actúan, es decir, las relaciones sociales, los
intereses de clase o sectores de clase que mayormente defienden, la relación con
las clases explotadoras nacionales o regionales y la relación con las potencias
dominantes. En distintos países y en distintos momentos sus principales
organizaciones han jugado diferentes roles. Mientras que algunas, como los
Hermanos Musulmanes en Egipto o Argelia o los voluntarios islamistas en
Afganistán en general han sido instrumentadas para fines reaccionarios
-esencialmente por el imperialismo o por los estados de origen para combatir a
la izquierda marxista-, en procesos revolucionarios o de conflictos agudos
algunas organizaciones islamistas se han radicalizado, llegando a expresar en su
seno las aspiraciones de cambios revolucionarios, rompiendo con su carácter
confesional. La revolución iraní ha mostrado el desarrollo de distintas
variantes políticas tanto laicas como de procedencia islamista, pues además de
los grupos afines al khomeinismo y a la burguesía liberal, en el curso del
proceso revolucionario intervinieron un abanico de grupos de izquierda, desde el
Tudeh stalinista, pasando por el llamado "islamo-marxismo" hasta grupos
trotskistas [<A class=spip_note
title="[12] El trotskismo iraní se formó en enero de 1979 con la caída de la dictadura (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb12"
name=nh12>12</A>].</P>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>La revolución iraní</STRONG></P>
<P class=spip align=justify>El ejemplo histórico más ilustrativo de lo que
planteamos en el apartado anterior es el derrotero político de los Mujaidines
del Pueblo en la revolución iraní. Ellos tenían origen en el ala islamista del
Frente Nacional, en particular en el Movimiento para la Libertad de Irán,
dirigido desde 1961 por Bazargan (nombrado por Khomeini primer ministro del
gobierno provisional a la caída del sha) y el ayatollah Taleqani (a diferencia
de los Fedaiyines que eran casi todos marxistas que habían roto con el Tudeh o
con el Frente Nacional). Los mujaidines estaban compuestos mayormente por hijos
de bazaríes y ulemas, tenían muchas mujeres en sus filas e influían
principalmente al movimiento estudiantil y secundariamente a sectores de
trabajadores, aunque la clase obrera tendía a simpatizar con el Tudeh o con los
fedaiyines.</P>
<P class=spip align=justify>Ideológicamente los mujaidines seguían a Ali
Shariati, un sociólogo laico exiliado en Francia durante el régimen del sha.
Shariati concilió una particular interpretación del Corán y del shiismo con las
ideas del populismo tercermundista, incorporando elementos de teóricos
anticolonialista como Frantz Fanon, en los que busca una posición intermedia
entre el capitalismo occidental y el marxismo. Sostenía que la lucha de
liberación nacional no podía ignorar los factores culturales y religiosos, que
hacen a la identidad de un pueblo. De esa forma introdujo una versión islamista
de la "teología de la liberación", en la que se combinaba el elemento religioso
que fundamentaba una identidad iraní islámica, con otros elementos que hacían a
la nación iraní.</P>
<P class=spip align=justify>Al igual que los fedaiyines, los mujaidines se
habían lazando a actividades guerrilleras, lo que para mediados de los ’70 les
había hecho perder muchos militantes y combatientes a manos de la represión de
la Savak y el ejército del sha. Con la dinámica revolucionaria un sector de los
mujaidines se radicalizó y comenzó a acercarse al marxismo [<A
class=spip_note
title="[13] Según Tariq Ali, "La frase ‘sociedad sin clases' era usada con (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb13" name=nh13>13</A>],
hasta que en 1975 la mayoría de sus dirigentes votó declarar "marxista
leninista" a la organización. En una carta, el hijo del ayatollah Taleqani le
explica del siguiente modo a su padre este giro radical de los mujaidines: para
organizar a la clase trabajadora, tenemos que rechazar el islam, rechazar la
religión para aceptar la principal fuerza dinámica de la historia: la de la
lucha de clases. Por descontado, el islam puede jugar un papel progresivo,
especialmente a la hora de movilizar a los intelectuales contra el imperialismo.
Pero es sólo el marxismo lo que proporciona un análisis científico de la
sociedad y se centra en las clases explotadoras para su liberación" [<A
class=spip_note title="[14] Citado por N. Kiddie, op cit. pág. 292."
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb14"
name=nh14>14</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Esta transformación del ala radical de los
mujaidines en una organización marxista, de tendencia maoísta, provocó una
crisis interna y la ruptura violenta de los sectores más conservadores de la
organización. De modo que cuando comenzaron las acciones revolucionarias en 1977
había dos mujaidines: los islamistas, que tenían peso en los sectores
estudiantiles y los marxistas que se habían volcado a la clase obrera y donde
militaba la tendencia maoísta Peykar. La evolución del ala izquierda de los
mujaidines (del islamismo a un cierto marxismo, aunque populista y maoísta),
muestra que el fundamento religioso, cuando se abren procesos revolucionarios,
no es un absoluto que en forma abstracta descarte toda posibilidad de
radicalización política [<A class=spip_note
title="[15] Otro ejemplo histórico del surgimiento de alas radicales en (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb15" name=nh15>15</A>].
Esto es así porque los conflictos que abren la dinámica
revolución-contrarrevolución tienen sus raíces no en la ideología, es decir, en
la falsa conciencia con la que se conciben en un primer momento los actores
sociales (religiosa o no), sino en las contradicciones generadas en las
relaciones sociales de producción y en la dominación política de las clases
explotadoras.</P>
<P class=spip align=justify>A la vez, el derrotero político de los mujaidines
dejó en evidencia las consecuencias desastrosas para el movimiento de masas de
la estrategia populista de colaboración de clases. En 1981 los mujaidines se
declararon en guerra contra el régimen de Khomeini y antes de ser aplastados
realizaron varias acciones armadas en un momento en que la teocracia estaba
consolidando su poder interno alrededor de la guerra contra Irak. La represión
contra los mujaidines fue brutal. Terminaron exiliándose en Francia donde se
aliaron con la oposición liberal al régimen teocrático. De ser uno de los
factores clave en la derrota militar de los sectores del ejército que aún se
mantenían leales al sha en las jornadas del 10 y 11 de febrero de 1979, los
mujaidines del pueblo terminaron estableciendo una relación de utilización mutua
con Estados Unidos y Francia, asumiendo una posición abiertamente
proimperialista [<A class=spip_note
title="[16] La relación entre los Mujaidines del Pueblo y las potencias imperialistas (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb16" name=nh16>16</A>].
Durante la guerra fratricida entre Irán e Irak los mujaidines combatieron del
lado de Irak en contra de Irán, esperando que la guerra haga colapsar a la
República Islámica, coincidiendo con la política de Estados Unidos. En el actual
enfrentamiento entre Irán y Estados Unidos, su principal dirigente, Maryam
Rajavi, aconseja aplicar sanciones económicas combinadas con una política de
"revolución naranja" alentada por Estados Unidos y la Unión Europea [<A
class=spip_note
title="[17] Las declaraciones de Maryam Rajavi y del Consejo Nacional de la (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb17"
name=nh17>17</A>].</P>
<P class=spip align=justify>El mecanismo por el cual el clero aniquiló a los
opositores y terminó estableciendo un régimen fuertemente autoritario no es
particularmente religioso o islámico, sino que como cualquier otro sector
reaccionario en la historia que intenta frenar una revolución o apropiarse del
poder del estado, recurrió al terror estatal y a la represión política y social.
Indiscutiblemente la "moral religiosa" hizo brutal la opresión social, sobre
todo pero no solamente contra las mujeres, restringiendo las libertades
democráticas conquistadas con la caída del sha. La prueba está en que Khomeini
necesitó más de dos años para estabilizar un régimen teocrático. La debilidad
política de la clase obrera para plantear una alternativa para el conjunto de
los oprimidos, la ausencia de una dirección revolucionaria en una situación en
la que los grupos de izquierda existentes, en particular el Tudeh prosoviético,
profesaban la colaboración de clases y el populismo político, y la hostilidad
imperialista, -no el carácter "medieval" o "irracional" de Khomeini o el
"islamofascismo"-, son algunos de los elementos que explican la paradoja de la
revolución iraní.</P>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>Hamas y Hezbolá. El populismo
islamista</STRONG></P>
<P class=spip align=justify>Amin señala en su artículo la relación entre los
fines ideológicos reaccionarios de los islamistas y la falta de un programa
político concreto. Efectivamente este parece ser el caso de Al Qaeda, que
expresa sus ambiciones políticas en un lenguaje religioso mesiánico, un opuesto
discursivo especular del "choque de civilizaciones", que pregona desde el
islamismo la lucha global contra "occidente" como "tierra de la impiedad".</P>
<P class=spip align=justify>Pero la generalización de estas características
lleva a conclusiones incorrectas cuando se las aplica a ciertas organizaciones
islamistas que dirigen movimientos nacionales.</P>
<P class=spip align=justify>Daremos dos breves ejemplos. En enero de 2006, luego
de su triunfo resonante en las elecciones legislativas, Hamas presentó al
parlamento palestino un programa de gobierno de 39 puntos que en líneas
generales podría ser evaluado como un programa reformista desde el punto de
vista social y nacionalista burgués en cuanto al conflicto palestino. Entre
otros puntos incluye:</P>
<P class=spip align=justify>El fin de la ocupación y los asentamientos, la
demolición del muro del apartheid y la construcción de un estado palestino
independiente y con plena soberanía con al Quds (Jerusalén) como su capital.
Derecho al retorno de todos los refugiados expulsados por el estado de Israel.
Reconocimiento de la resistencia en sus distintas formas como un derecho
legítimo del pueblo palestino para poner fin a la ocupación y recuperar los
derechos nacionales. Mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y alentar
la solidaridad social, expandir la red de salud y educación y desarrollar
servicios para la población. En este programa ni siquiera se mencionaba el
establecimiento de un estado islámico basado en la sharia aunque, como sabemos,
el objetivo último de esta organización (fundar en el territorio histórico
palestino un estado confesional) tiene un carácter reaccionario y es incapaz de
darle una salida progresiva a las justas aspiraciones nacionales del pueblo
palestino.</P>
<P class=spip align=justify>En el caso de Hezbolá, su programa original se
publicó en febrero de 1985. Allí se definía a la organización como "ni
capitalista ni comunista". Sus ejes centrales son: 1) la reivindicación de la
relación con Irán, reconociendo a Khomeini como jefe espiritual [<A
class=spip_note
title='[18] "Se nos pregunta con frecuencia: ¿Quiénes somos nosotros, el Hezbolá y cuál (...)'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb18" name=nh18>18</A>];
2) la pelea por el establecimiento de un estado islámico regido por la sharia,
aunque teniendo en cuenta el carácter multiconfesional del Líbano, este objetivo
máximo sólo podría ser alcanzado por consenso y no por la fuerza; 3) la
definición de los principales enemigos: Estados Unidos y sus aliados, el estado
de Israel y las falanges libanesas; 4) los objetivos nacionales de la
organización: expulsar a los norteamericanos, los franceses y sus aliados
poniendo fin a la empresa colonialista, someter a juicio a las falanges,
permitir que se elija libremente el tipo de gobierno, aunque Hezbolá se declara
partidario de un régimen islámico como única alternativa para detener la
injerencia imperialista. En líneas generales Hezbolá combina nacionalismo e
islamismo, lo que se expresa en un discurso antiimperialista y tercermundista
con el aditamento religioso siguiendo el ejemplo de Irán que financia y entrena
en gran medida a sus milicias.</P>
<P class=spip align=justify>Posteriormente la reivindicación del estado islámico
fue pasando a un plano más estratégico y reemplazada por el concepto de "estado
humanista" concebido como una suerte de estado asistencialista sin base
confesional, de ahí el desarrollo de sus amplias redes sociales. Esto no implica
de ninguna manera que haya cambiado el carácter religioso de la organización,
que actualmente sigue de manera oficial al gran ayatollah iraní Ali
Khamenei [<A class=spip_note
title="[19] Khamenei, como antes Khomeini es el guía espiritual o marja, que son (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb19"
name=nh19>19</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Hezbolá comenzó a participar en el sistema electoral
en 1992, obtuvo cargos parlamentarios, ingresó al gobierno de Siniora en abril
de 2006 y se retiró del mismo en noviembre, luego de la guerra contra Israel. El
discurso político de la organización expresa claramente su carácter populista,
similar a otras corrientes o líderes nacionalistas, que basa su estrategia en la
"unidad nacional" -que sólo puede ser burguesa-, contra el imperialismo
norteamericano y el estado de Israel, dejando completamente de lado los
antagonismos de clase que dividen a la sociedad libanesa.</P>
<P class=spip align=justify>En ambos casos, la moral religiosa como valor
absoluto y ley del estado, no sólo atenta contra libertades democráticas
elementales manteniendo un instrumento de opresión social, sino que pretende
ocultar que en las sociedades musulmanas existen, como en occidente,
explotadores y explotados, y que la religión está al servicio de mantener el
dominio de los primeros. Pero esto no impide levantar programas políticos
concretos, que en ambos casos no difieren demasiado de otras tendencias
populistas laicas de occidente.</P>
<P class=spip align=justify><STRONG class=spip>Los marxistas y la
religión</STRONG></P>
<P class=spip align=justify>El marxismo tiene como base filosófica el
materialismo dialéctico, que al decir de Lenin "hizo suyas plenamente las
tradiciones históricas del materialismo del siglo XVIII en Francia y de
Feuerbach (primera mitad del siglo XIX) en Alemania, del materialismo
incondicionalmente ateo y decididamente hostil a toda religión" [<A
class=spip_note
title='[20] V.Lenin, "Actitud del partido obrero hacia la religión", 1909.'
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb20" name=nh20>20</A>].
Esta tradición materialista desenmascaró el carácter ilusorio y el rol
ideológico de la religión, que si bien es creada por el hombre, transforma a
éste en su creación. Para Marx, este hombre que crea el pensamiento religioso no
es abstracto, sino que vive en una sociedad y un estado concreto, por lo tanto,
la religión es producto de esas relaciones sociales y políticas históricamente
concretas, es la "interpretación general de este mundo, su lógica en forma
popular, su ‘point d’honneur’ espiritualista, su exaltación, su sanción moral,
su solemne complemento, su consuelo y justificación universal" [<A
class=spip_note
title="[21] K. Marx, Introducción a la crítica dela Filosofía del Derecho de Hegel, (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb21" name=nh21>21</A>].
Por esto mismo es para Marx el "opio del pueblo". En consecuencia, como plantea
Lenin "el marxismo considera siempre que todas las religiones e iglesias
modernas, todas y cada una de las organizaciones religiosas, son órganos de la
reacción burguesa llamados a defender la explotación y a embrutecer a la clase
obrera" [<A class=spip_note title="[22] V. Lenin, op cit."
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb22"
name=nh22>22</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Sin embargo, los marxistas no luchamos contra la
religión desde una perspectiva anticlerical liberal, que le da un valor positivo
absoluto a lo secular. Para un intelectual ilustrado la persistencia de las
ideas religiosas en amplios sectores del movimiento de masas se explicará
esencialmente por su ignorancia o su atraso. Para los marxistas en cambio, la
raíz más profunda de la religión en nuestros tiempos es la opresión social de
las masas trabajadoras, su aparente impotencia total frente a las fuerzas ciegas
del capitalismo, que cada día, cada hora causa a los trabajadores sufrimientos y
martirios mil veces más horrorosos y salvajes que cualquier acontecimiento
extraordinario, como las guerras, los terremotos, etc. [<A class=spip_note
title="[23] Ídem." href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb23"
name=nh23>23</A>]</P>
<P class=spip align=justify>Porque la religión no es más que la visión invertida
de la sociedad y surge de las relaciones sociales materiales, la lucha contra la
religión no puede ser un combate ideológico y abstracto, sino que "hay que
vincular esta lucha a la actividad práctica concreta del movimiento de clases,
que tiende a eliminar las raíces sociales de la religión" [<A
class=spip_note title="[24] Ibíd."
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb24"
name=nh24>24</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Cuando tomaron el poder en 1917 los bolcheviques se
enfrentaron con el problema práctico de sostener una alianza con los pueblos
musulmanes oprimidos por la autocracia zarista en el que la cuestión nacional se
presentaba bajo la forma religiosa. Como plantea el historiador E. Carr, el
poder soviético pasó de tener una idea vaga de que se trataba de pueblos
oprimidos que esperaban ser liberados de los mullahs, a sorprenderse al
"descubrir que, si bien la influencia del islam sobre los pueblos nómadas y
sobre algunas partes de Asia central era poco más que nominal, permanecía en
cambio en otros sitios como una institución tenaz y vigorosa, que ofrecía una
resistencia mucho más feroz que la de la Iglesia Ortodoxa a las nuevas creencias
y prácticas. En las regiones en que era fuerte -notablemente en el norte del
Cáucaso- la religión musulmana era una institución social, legal y política
tanto como religiosa que regulaba el modo de la vida diaria de sus miembros casi
en cada detalle. Los imanes y los mullahs eran jueces, legisladores, maestros e
intelectuales, al mismo tiempo que jefes políticos y militares" [<A
class=spip_note
title="[25] Carr, E.H. Historia de la Rusia Soviética. La revolución bolchevique (...)"
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb25"
name=nh25>25</A>].</P>
<P class=spip align=justify>El atraso de estas regiones remotas del ex imperio
ruso no se debía a la religión de sus habitantes, sino a las relaciones sociales
semifeudales que caracterizaban mayormente a las zonas campesinas-sean
musulmanas u ortodoxas- del territorio.</P>
<P class=spip align=justify>El 24 de noviembre de 1917, el gobierno soviético
emitió un llamado "A todos los obreros musulmanes de Rusia y el Este" donde
planteaba:</P>
<P class=spip align=justify>“Musulmanes de Rusia, tártaros del Volga y de
Crimea, kirguises (es decir, kazajos) y sartos de Siberia y del Turkestán,
turcos y tártaros de Tanscaucasia, chechenos y montañeses del Cáucaso y todos
aquellos cuyas mezquitas y oratorios han sido destruidos, cuyas creencias y
costumbres han sido atropelladas bajo la bota de los zares y de los opresores de
Rusia. Desde ahora vuestras creencias y costumbres, vuestras instituciones
nacionales y culturales son libres e inviolables. Organizad vuestra vida
nacional en completa libertad. Tenéis el derecho de hacerlo. Sabed que vuestros
derechos, como los de todos los pueblos de Rusia, están bajo la poderosa
salvaguardia de la Revolución y sus organismos, los soviets de obreros, soldados
y campesinos. Prestad vuestro apoyo a esta Revolución y a su gobierno” [<A
class=spip_note title="[26] Ídem, p. 336."
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nb26"
name=nh26>26</A>].</P>
<P class=spip align=justify>Aunque la relación de la III Internacional con los
pueblos musulmanes y sus líderes nacionalistas fue contradictoria (baste
recordar el Congreso de Bakú de 1920), la política del gobierno soviético
revolucionario hacia éstos sigue siendo un ejemplo de cómo la clase obrera puede
ganarse como aliados a las masas populares oprimidas.</P>
<P class=spip align=justify>Indudablemente, la agudización de la lucha de clases
en el Medio Oriente -esencialmente como lucha antimperialista y/o de liberación
nacional- acompañado por el ascenso del islamismo militante, plantea una
situación altamente contradictoria para los marxistas. Desde hace años existe
una polarización en las filas de la izquierda, en particular de los grupos del
trotskismo europeo, en torno a qué política plantear hacia esas organizaciones,
dando lugar a dos posiciones que, en nuestra opinión, son equivocadas. Por un
lado, están quienes dándole un valor absoluto al carácter reaccionario de la
religión -manifestado en la opresión hacia las mujeres, el rechazo y la
persecución a la izquierda marxista, la imposición de valores morales rigurosos,
entre otros elementos ciertos.- anteponen la defensa del "laicismo" casi como un
principio, adoptando así una posición "democratista" abstracta. La tendencia
opuesta es a considerar a los movimientos islamistas en sí mismos como
"progresivos" y "antimperialistas", por ser expresión política de las masas más
explotadas y oprimidas.</P>
<P class=spip align=justify>Varios factores (de los cuales no podemos dar cuenta
en estas líneas) se combinan para explicar el ascenso del islamismo político,
desde las tradiciones culturales y nacionales hasta elementos
histórico-políticos que han marcado al mundo árabe y musulmán. Sin embargo,
desde el punto de vista de la lucha de clases, uno de los elementos
fundamentales ha sido el retroceso de la clase obrera mundial en las últimas
décadas, que ha impedido que sus sectores más avanzados, tanto en los países
centrales como en el mundo semicolonial, presenten una alternativa para los
pueblos oprimidos por el imperialismo. Esto se ha visto en las movilizaciones
contra la guerra de Irak que, a pesar de su masividad, mayormente no han contado
con acciones obreras contundentes que pudieran detener los engranajes de la
maquinaria bélica mediante la huelga general o el sabotaje. El otro aspecto que
creemos decisivo en el fortalecimiento de los grupos islamistas de los últimos
años, es la crisis de la perspectiva socialista y el internacionalismo obrero.
Creemos que estos elementos, de superar el estado actual, podrán influir en los
futuros procesos de radicalización política de sectores que en los países
oprimidos enfrenten al imperialismo. Esa es nuestra apuesta estratégica.
<DIV align=justify> </DIV>
<P class=spip align=justify>* Claudia Cinatti es integrante del staff de las
revistas Estrategia Internacional y Lucha de Clases. Integra el
Consejo Asesor del Instituto del Pensamiento Socialista Karl Marx. El artículo
fue publicado originalmente en Herramienta, evista de debate y crítica marxista
Nro 35, Buenos Aires, Junio de 2007: <A
href="http://www.herramienta.com.ar">www.herramienta.com.ar</A>
<P class=spip align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG>
<P class=spip align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh1" name=nb1>1</A>]
"Durante gran parte del siglo XIX, la mayoría de los protestantes creía que la
ciencia confirmaba la enseñanza bíblica. Cuando la biología darwiniana y la
‘alta crítica’ académica comenzaron a arrojar dudas sobre las visiones
tradicionales de la autoría de la Biblia y su veracidad, el movimiento
protestante norteamericano se fracturó. Los modernistas planteaban que la mejor
forma de defender a la cristiandad en una época iluminista era incorporar los
nuevos conocimientos a la teología, y la corriente mayoritaria de los
protestantes siguió esta lógica. Los fundamentalistas creían que las iglesias
debían permanecer leales a los ‘fundamentos’ de la fe protestante, tal como la
verdad literal de la Biblia", W.R. Mead, "God’s Country?", Foreign Affairs,
September/October, 2006.
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh2" name=nb2>2</A>]
Lewis, B. "The roots of Muslim rage", The Atlantic Monthly, Sep. 1990.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh3" name=nb3>3</A>] En
el epílogo de 1995, Said plantea: "el momento político actual, con sus variados
estereotipos racistas antiárabes y antimusulmanes, (...) permite a Lewis
realizar afirmaciones ahistóricas y deliberadamente políticas en forma de
argumentos académicos, práctica siempre presente en los aspectos menos creíbles
de un antiguo orientalismo colonialista". Said, E. Orientalismo, Barcelona,
Random House Mondadori, 2004, pág.450.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh4" name=nb4>4</A>]
Huntington, S. " The Clash of Civilizations?" Foreign Affairs, Summer, 1993</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh5" name=nb5>5</A>]
Kepel, G. La revancha de Dios. Cristianos, judíos y musulmanes a la conquista
del mundo, Madrid, Grupo Anaya, 1995. En 1979 el predicador Jerry Falwell,
sucesor de Bill Graham, creó el movimiento político-religioso The Moral Majority
que tenía como temas de batalla la oposición al aborto, la introducción del rezo
obligatorio en las escuelas y la reintroducción de valores cristianos y
comunitarios en una sociedad que veían corrompida por las elites liberales.
Entre mediados de los ’70 y fines de los ’80 florecieron otros movimientos del
mismo tipo como Christian Voice, Religious Ronudtable, etcétera, lo que de
conjunto constituye el llamado "fundamentalismo", "evangelismo" o "nueva derecha
cristiana". La novedad es el peso político que adquieren estas organizaciones y
la movilización de sus bases en las elecciones. Esto se ve claramente en el
discurso de los presidentes norteamericanos que deben parte de su victoria a los
electores evangélicos. En su campaña Reagan cuestionaba la teoría de la
evolución de Darwin y planteaba que el destino de Estados Unidos estaba escrito
en un "plan divino". Fue quien elaboró un discurso con tintes religiosos contra
la Unión Soviética, a la que llamaba "el imperio del mal". Su fervor lo llevó a
declarar 1983 "el año de la Biblia".</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh6" name=nb6>6</A>] "Los
que se definen como evangélicos comprendieron alrededor del 40% del total de
votos de G. W. Bush en 2004. Entre los evangélicos blancos, Bush recibió el 68%
de los votos nacionales en 2000 y el 78% en 2004". WR. Mead, op cit.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh7" name=nb7>7</A>]
Entre quienes anunciaron este escenario estaban dos de los principales
investigadores franceses del mundo islámico: Gilles Kepel, quien predecía el
ascenso de las tendencias "democratizadoras" del islamismo y Olivier Roy que en
1992 publicaba su libro El fracaso del Islam.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh8" name=nb8>8</A>] Los
jóvenes que protagonizaron los levantamientos de las banlieus en Francia en 2005
eran en su mayoría descendientes de inmigrantes de origen árabe. Este fenómeno
de violencia urbana no es nuevo y según Olivier Roy no está relacionado
necesariamente con la religión: "Si los brotes de violencia que sacuden de vez
en cuando algunos extrarradios franceses suelen implicar a los beurs, nada
tienen que ver con el islam. Son estallidos de cólera urbana que responden al
fenómeno de los extrarradios calientes, común a todos los países occidentales, y
se producen en contextos religiosos y culturales completamente distintos".
Genealogía del islamismo, Barcelona, Edicions Bellaterra, 1996; pág. 14.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh9" name=nb9>9</A>]
Amir, S. "L’islam politique", Á l’ encontre, Revue politique virtuelle, 15 de
enero de 2007.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh10" name=nb10>10</A>]
Desde este punto de vista, aunque la teología de la liberación era una tendencia
políticamente de izquierda, ideológicamente seguía sosteniendo el dogma
religioso en cuanto a la sumisión del hombre a dios y a semejanza de grupos
islamistas radicalizados, su estrategia era populista en la medida en que
profesaba la colaboración de clases</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh11" name=nb11>11</A>]
Halliday, F. "The Iranian Revolution and Its Implications", New Left Review
i/166 - November-December 1987.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh12" name=nb12>12</A>]
El trotskismo iraní se formó en enero de 1979 con la caída de la dictadura del
sha y el retorno de miles de exiliados políticos. A pesar de la división en
varias organizaciones, sobre todo el PST (HKS según las siglas en su idioma
original) llegó a tener una cierta influencia en sectores de vanguardia,
incluidos sectores obreros de la industria petrolera en la provincia de
Khuzistan. Por mas detalles, ver: Alexander, R. International Trotskyism.
1929-1985. A documented analysis of the movement, Durham y Londres, Duke
Universitary Press, 1991, pág. 558-567.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh13" name=nb13>13</A>]
Según Tariq Ali, "La frase ‘sociedad sin clases’ era usada con frecuencia por
las alas más radicales del movimiento religioso. Los defensores más vociferantes
de la sociedad sin clases fueron los mujaidines -un desarrollo único en el mundo
islámico. En un momento los mujaidines se habían acercado tanto al marxismo que
renunciaron al islam y se declararon marxistas revolucionarios. Este grupo, el
Peykar, fue el tercer grupo más grande de la izquierda iraní". En Alexander, R.,
Op cit. pág. 132-133.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh14" name=nb14>14</A>]
Citado por N. Kiddie, op cit. pág. 292.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh15" name=nb15>15</A>]
Otro ejemplo histórico del surgimiento de alas radicales en organizaciones de
inspiración islamista es el del movimiento negro norteamericano. Malcom X surgió
de las filas de los Musulmanes Negros, fue radicalizando sus posiciones hasta
que en 1964 se separó de la Nación del Islam y fundó la Organización de la
Unidad Afroamericana. Malcom X fue uno de los líderes más radicalizados del
movimiento negro, reivindicaba la autodefensa frente a los ataques racistas y
criticaba duramente la estrategia negociadora de Martin Luther King. Por su
asesinato en 1965 fueron condenados tres miembros de los Musulmanes Negros.
Malcom X inspiró a una nueva generación de activistas negros que enfrentaron
abiertamente a la dirección tradicional del movimiento de derechos civiles y su
estrategia pacifista. El grupo más conocido surgido de este sector radical y
separatista fue Panteras Negras, fundado en octubre de 1966 en California. Era
una organización armada que se reivindicaba socialista revolucionaria y
planteaba la autodeterminación de los negros, la autodefensa frente a ataques de
la policía y de grupos racistas. En su programa incorporaban puntos levantados
por los Musulmanes Negros, pero habían abandonado definitivamente el aspecto
religioso.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh16" name=nb16>16</A>]
La relación entre los Mujaidines del Pueblo y las potencias imperialistas ha
pasado por distintas fases. Fueron incluidos en la lista de organizaciones
terroristas y en 2003 el gobierno francés arrestó a más de cien miembros
importantes de la organización exiliados en Francia. A la vez tienen buena
relación con congresistas norteamericanos republicanos, que ven en la
organización a un posible agente interno para impulsar un "cambio de régimen" a
través de una "revolución democrática". Ver "De la révolution au mercenariat.
Les Moudjahidin perdus", Voltaire net, édition internationale, 17 février
2004.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh17" name=nb17>17</A>]
Las declaraciones de Maryam Rajavi y del Consejo Nacional de la Resistencia de
Irán están disponibles en www.maryam-rajavi.com</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh18" name=nb18>18</A>]
"Se nos pregunta con frecuencia: ¿Quiénes somos nosotros, el Hezbolá y cuál es
nuestr identidad? Somos los hijos de la umma - el partido de Dios, cuya
vanguardia fue victoriosa en Irán por la gracia de Dios. Allí la vanguardia
estableció las bases de un estado musulmán que juega un rol central en el mundo.
Obedecemos las órdenes de un líder, sabio y justo, las de nuestro tutor y faqih
(jurista) que cumple todas las condiciones nesarias: Ruhollah Musawi Khomeini.
Dios lo guarde! En virtud de esto no constituimos un partido organizado y
cerrado en Líbano (...) somos una umma ligada a los musulmanes de todo el mundo
por la conexión sólida doctrinal y religiosa del Islam". Carta abierta, febrero
de 1985.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh19" name=nb19>19</A>]
Khamenei, como antes Khomeini es el guía espiritual o marja, que son fuentes de
imitación. El otro guía que tiene un peso similar o mayor es el gran ayatollah
Ali Sistani, que es quien conduce gran parte de la comunidad shiita en Irán.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh20" name=nb20>20</A>]
V.Lenin, "Actitud del partido obrero hacia la religión", 1909.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh21" name=nb21>21</A>]
K. Marx, Introducción a la crítica dela Filosofía del Derecho de Hegel, Buenos
Aires, Editorial Claridad, 1987, pág. 7.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh22" name=nb22>22</A>]
V. Lenin, op cit.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh23" name=nb23>23</A>]
Ídem.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh24" name=nb24>24</A>]
Ibíd.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh25" name=nb25>25</A>]
Carr, E.H. Historia de la Rusia Soviética. La revolución bolchevique (1917-1923)
1., Madrid, Alianza Editorial, 1973, pág.343.</P>
<P class=spip_note align=justify>[<A class=spip_note
href="http://www.ft-ci.org/article.php3?id_article=856#nh26" name=nb26>26</A>]
Ídem, p. 336.
<HR>
<STRONG><EM><FONT color=#000080 size=3>Correspondencia de Prensa, difundido por
la red solidaria de información. Los artículos firmados no comprometen la
opinión editorial del boletín. Redacción (Ernesto Herrera). Suscripciones:
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=3>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A>
<HR>
<P></P></FONT></BODY></HTML>