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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 8 de setiembre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Guatemala</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Elecciones del 9 de
septiembre...</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>La izquierda postergada y necesaria
<BR><BR>Andrés Cabanas</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Revista Pueblos</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.revistapueblos.org/"><STRONG>http://www.revistapueblos.org/</STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><BR> </DIV>
<DIV align=justify>Más allá de los previsibles (malos) resultados electorales de
los partidos de izquierda, el mayor fracaso de este proceso eleccionario desde
una visión alternativa es la carencia de debate sobre las grandes deudas
sociales de Guatemala. Las propuestas continuistas (reglas de juego favorables
para los negocios, apertura a las inversiones extranjeras, seguridad concebida
como represión, persistencia de un estado centralista) se robaron un largo,
aburrido y carísimo show electoral de seis meses de duración. Las organizaciones
y personas de izquierda no han logrado situar en el centro de la reflexión la
necesidad de soluciones audaces, nuevas y radicales para los problemas del
país.<BR><BR>La candidatura presidencial de Rigoberta Menchú, importante en
cuanto a la modernización del sistema electoral y de partidos [1], presenta como
aspecto negativo la debilidad de su propuesta programática, que no logra
enfrentar los grandes problemas estructurales. “El espacio en el que Rigoberta
se mueve es estrecho y la puerta es angosta. Rigoberta no quiere parecer de
izquierda. No escogió competir con la URNG, en el partido de la antigua
guerrilla, calculando que eso la hubiera “quemado”. Hoy, Rigoberta no aparece
liderando agendas radicales”, afirma el antropólogo Ricardo Falla [2].</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los espacios simbólicos de participación se amplían, lo
cual es positivo y fruto de las luchas populares de muchos años. Pero el debate
político es restringido y continúa estancado. El racismo, la exclusión de
indígenas y mujeres, la refundación de un Estado secuestrado por “los corruptos,
militares, las élites y el neoliberalismo” [3] y la construcción de una
Guatemala plurinacional, no han sido tomados en cuenta en esta campaña.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Lejos de aggiornizarse y volverse incluyentes, los
programas electorales se han tornado más conservadores: fórmulas de mano dura
para la seguridad; unánime rechazo a la introducción de nuevos impuestos, a
pesar de que la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados
Unidos (TLC) y el fin de la vigencia del IETAP, Impuesto Extraordinario y
Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz, provocarán a partir de 2008 una caída
de la recaudación; ausencia dramática de los Acuerdos de Paz en los discursos de
los candidatos.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>¿Dónde está la izquierda política?</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>No es todavía el momento de las izquierdas. Se anticipa
un dominio prácticamente impune de las grandes corporaciones económicas y sus
operadores políticos en las votaciones del 9 de septiembre. Se anuncia la
desaparición de los partidos Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca,
URNG-Maíz y Alianza Nueva Nación, y poco más del 5% de votos para Encuentro por
Guatemala-Winaq. La izquierda no influirá significativamente en el próximo
Congreso.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, y sin pretender convertirme en crítico
empírico e improvisado de encuestas y percepciones sociales, creo conveniente
exponer algunas matizaciones al anterior planteamiento. La primera, la
existencia de un voto invisible para la izquierda que no asoma en los estudios
de opinión, por la violencia política y su consecuencia, el temor a
manifestarse.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En segundo lugar, la posibilidad de un sesgo en la
presentación de las encuestas. “URNG-MAÍZ cuenta con estructura política y
amplio apoyo, pero su fuerza real se borra cuando los resultados de las
encuestas son publicados. Esta “desaparición” del mapa electoral refleja o un
muy mal diseño de la encuesta o una decisión de alterar los resultados, que
indicaría el sesgo político. Lo mismo ha pasado con fuerzas izquierdistas en el
pasado”, afirma Raúl Molina Mejía [4].</DIV>
<DIV align=justify><BR>En tercer lugar, es importante observar la realidad de
manera dinámica: Guatemala no es la misma que en pasados comicios. Desde 2003 se
viene produciendo, con altibajos, un nuevo ciclo de luchas sociales, expresado
en las movilizaciones indígeno-campesinas y la conformación de la Coordinadora
Waqib´Kej en 2003; las luchas contra el TLC en 2004; la resistencia a la minería
de metales (consultas comunitarias y luchas en Sololá desde 2005).
Paralelamente, se expresan con fuerza actores sociales como las mujeres (campaña
Nosotras las mujeres de 2003), los jóvenes (conformación del Bloque
Antiimperialista) y la comunidad como actor y sujeto en la lucha por la defensa
de los bienes naturales. Posiblemente el impacto de estas luchas no se perciba
el 9 de septiembre, salvo en el ámbito local, pero marcará la coyuntura en los
próximos años.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En cuarto lugar, la sobredeterminación de lo urbano, lo
central y lo ladino (en el número de empadronados, los candidatos y los
programas) está impidiendo conocer la opinión siempre discreta de las
comunidades rurales e indígenas y dificulta una caracterización objetiva del
actual proceso político.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No es todavía el momento de las izquierdas. Pensar lo
contrario implica trasladar mecánica y simplistamente a Guatemala la euforia por
los cambios políticos en el Sur; situar en la razón las hipótesis del corazón; y
restar importancia a factores internos de la debilidad: prolongada
desarticulación, sectorialización y onegeización de las organizaciones
populares, desconexión entre liderazgo y la base social y comunitaria,
dificultad de aunar luchas populares, indígenas y de mujeres, todo ello sumado a
las limitaciones del sistema electoral y de partidos, construido para la
continuidad y no para la ruptura.</DIV>
<DIV align=justify><BR>No obstante, y sin intentar convertirme en apologista de
causas aparentemente perdidas, las incipientes pero constantes luchas sociales
permiten anticipar que la izquierda no está todavía llamada a gobernar el país,
pero tampoco está condenada a la desaparición. Los muertos que otros matan aún
gozan de cierta salud.</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>[1] “Su condición de mujer y de indígena califica esta
propuesta como un nuevo momento político de la democracia guatemalteca. Aun más,
constituye en si misma, cualquiera que sea su ideología, una ruptura fundamental
en la historia de la política electoral. En el pasado fue importante el voto al
analfabeto y el voto a la mujer. Con la candidatura de una mujer indígena se
cierra ese ciclo y se inaugura otro” afirma Edelberto Torres Rivas en el ensayo
“Notas para reflexionar sobre el trabajo político de las izquierdas en
2007”.<BR>[2] “Rigoberta Menchú: ¿estrella fugaz en el cielo electoral?” Ricardo
Falla. Envío Nicaragua, julio 2005.<BR>[3] Máximo Ba Tiul, Prensa Libre, 29 de
agosto de 2007.<BR>[4] “Tuve la oportunidad de ser uno de los coordinadores de
la campaña de 1995 del Frente Democrátio Nueva Guatemala, cuando la izquierda
participó luego de décadas de ausencia forzada. A todo lo largo del proceso
electoral, no hubo ninguna encuesta publicada que le diera al FDNG ni siquiera
el 1% de la intención de voto. Pocas semanas antes de las elecciones, tomamos la
decisión de organizar nuestra propia encuesta y encontramos que el 8% de la
población demostraba su apoyo hacia nosotros. En la prueba final, el día de las
elecciones, el FDNG obtuvo exactamente ese porcentaje y se convirtió en la
tercera fuerza política. Según la ciencia de la estadística, la diferencia entre
los resultados de las encuestas “oficiales” y los resultados finales no admite
explicación, salvo las explicaciones no estadísticas del fenómeno”. Raúl Mejía
en “¿Reflejan las encuestas de opinión y los artículos de prensa los resultados
más probables de las elecciones a realizarse el 9 de septiembre de 2007?”,
www.albedrio.org.</DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT color=#000080 size=4><EM>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</EM></FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
color=#000080 size=4><EM>germain5@chasque.net</EM></FONT></STRONG></A></DIV>
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</DIV></FONT></BODY></HTML>