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<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año IV - 18 de setiembre 2007<BR>Redacción y
suscripciones: </FONT></STRONG><A
href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
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<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>Cuba</STRONG></FONT></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>James Petras responde a Fidel Castro
y Pablo González Casanova</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><FONT size=3><STRONG>Defendiendo la Revolución cubana:
¿Con amor o con veneno? <BR><BR>James Petras</STRONG><BR></FONT></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Rebelión y La Haine<BR>Traducido para Rebelión
por Manuel Talens y revisado por Juan Vivanco</STRONG><BR><BR><BR>Todas las
revoluciones, y la cubana no es una excepción, avanzan inmersas en un proceso
contradictorio: al mismo tiempo que solucionan los problemas básicos inmediatos,
se enfrentan a nuevos desafíos. Hay escritores revolucionarios que reconocen
este proceso dialéctico y la necesidad de apoyar críticamente la revolución. Por
otro lado, hay publicistas que se arrogan la función de apologistas
incondicionales de cada cambio en la política que proponga el portavoz oficial y
repiten como papagayos el argumento del día.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En su reciente ensayo “Cuba: Revolución permanente y
contradicciones contemporáneas” (Rebelión) [1], James Petras y Robin Abaya
describen con gran detalle las conquistas históricas de la Revolución cubana:
sus avances socioeconómicos, sus éxitos en la resistencia frente a la agresión
imperialista de EE.UU., su capacidad de mantener programas populares básicos a
pesar de la debacle de sus principales socios comerciales y la reciente
recuperación económica y el crecimiento de que ahora goza. Tras bosquejar los
logros de la Revolución cubana, insólitos dentro del contexto mundial, Petras y
Abaya destacan la aparición de contradicciones que podrían erosionar las bases
populares de la revolución: el enorme déficit de viviendas, los bajos salarios
de los trabajadores, la penuria del transporte, el robo generalizado de la
propiedad pública, la baja productividad y la excesiva dependencia del turismo,
las exportaciones de materias primas y las importaciones de alimentos (en
particular de EE.UU.). Algunos de los líderes de la revolución reconocen la
mayoría de estos problemas. Las causas pueden rastrearse hasta la ausencia de
control popular sobre la política de inversiones, que da lugar a un desarrollo
excesivo de los servicios para la exportación y a la falta de inversión en
viviendas subvencionadas, transporte y agricultura.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Petras y Abaya destacan la necesidad de reflexionar y
replantearse las grandes e intensivas inversiones de capital en hoteles y
biotecnología a la luz de las crecientes demandas populares y del descontento
ante la escasez crónica de artículos básicos de consumo privado. Concluyen que
la lucha contra la corrupción generalizada y una mayor transparencia en los
presupuestos públicos y en las remuneraciones personales de las autoridades
comprometidas en empresas conjuntas pueden lograrse mediante audiencias públicas
televisadas, convocadas por comisiones independientes de trabajadores,
agricultores, profesionales y contadores titulados. Su ensayo es el reflejo de
varias décadas de apoyo a la Revolución cubana (incluso a veces con un costo
personal) y de un profundo amor por su pueblo revolucionario. Tanto Petras como
Abaya creen que los genuinos defensores de la revolución ofrecen su crítica
constructiva para hacer avanzar el proceso contra sus enemigos externos e
internos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>De acuerdo con sus observaciones y con un estudio
cuidadoso de la erosión del socialismo en la URSS y China, Petras y Abaya han
llegado a la conclusión de que cuando no se consulta a los trabajadores ni a los
agricultores para planificar inversiones y prioridades, el apoyo al socialismo
disminuye y el neoliberalismo aumenta. Al señalar con el dedo las
contradicciones de Cuba, lo que están demostrando es su deseo de que la
revolución evite las consecuencias catastróficas que tuvieron contradicciones
parecidas en los antiguos regímenes socialistas.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Su ensayo ha logrado uno de sus propósitos principales,
ya que ha estimulado un amplio debate dentro y fuera de Cuba, tanto entre
intelectuales como entre activistas políticos. En particular, en Cuba, Raúl
Castro ha hecho un llamado a un amplio debate crítico, a la formación de
comisiones encargadas de revisar políticas básicas y de apoyar la formulación de
nuevas estrategias socioeconómicas. Petras y Abaya escribieron aquel artículo
con la intención de participar en este debate fraternal.<BR><BR><STRONG>Fidel
Castro y Pablo González Casanova</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, dos autores que gozan de gran reconocimiento
no han logrado comprender ni reconocer el espíritu fraterno y la pertinaz
solidaridad del ensayo que firman Petras y Abaya. Fidel Castro los acusó en “Los
superrevolucionarios” (Cubadebate) de “envenenar” el intercambio intelectual, de
apoyar el neoliberalismo y de otros “delitos de pensamiento” parecidos [2]. Los
acusó de “pretender ser amigos de la revolución” mientras que al mismo tiempo la
difamaban. Según su lógica (repetida luego como un papagayo por Pablo González
Casanova en dos artículos consecutivos, “Cuba y un hombre perverso I” y “Cuba y
un hombre perverso II” (La Jornada) [3,4]), la revolución avanza siempre de
manera lineal, siempre adelante y sin contradicciones, apoyada por personas
capaces de sacrificar sin descanso sus necesidades básicas. De acuerdo con esta
lógica, quien niegue dicha linealidad y señale contradicciones y retos internos
cae en manos de la contrarrevolución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La dura polémica de Fidel adolece de graves defectos. El
primero y principal, su denuncia de Petras y Abaya como “superrevolucionarios,
“neoliberales” y “venenosos” podría considerarse como una amenaza a cualquiera
que tome parte en el profundo debate que está teniendo lugar en la Cuba de
hoy.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Decenas de miles de cubanos están aprovechando la nueva
apertura de Raúl para implicarse en una crítica constructiva, que a veces va
mucho más lejos que la de Petras y Abaya. En segundo lugar, la inferencia que
hace Fidel de un apoyo infinito a la revolución refleja un grado de voluntarismo
que no se corresponde con la realidad: la mayoría de los cubanos están cansados
de esperar, las parejas casadas aguantan mal el verse incluidas durante décadas
en listas de espera para acceder a un apartamento decente y un aumento salarial;
tampoco aprecian el verse en la obligación de aguardar hasta fin de mes para
recibir el salario y poder comprar alimentos de calidad en el mercado libre; o
de hacer cola para subir en el abarrotado transporte público. En la vida real
hay límites en la espera de mejoras básicas, incluso entre las personas más
revolucionarias.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La incongruencia de la polémica política de Fidel y
González Casanova es más que evidente en su uso de invectivas personales: cuanto
más vacía es la argumentación, más duros son los ataques ad hominem.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El ensayo de Pablo González Casanova es un ejemplo
puntual. En vez de enfrentarse a los argumentos empíricos de Petras y Abaya,
recurre a los insultos más extraños llamando “perverso” a Petras y tachando sus
escritos de “perversión”. Su omisión del nombre de la coautora -Robin Abaya-
sugiere un sexismo flagrante. En vez de ofrecer pruebas que refuten las
observaciones de Petras y Abaya sobre la vivienda, la política de la renta o los
problemas de productividad, se interna en nuestro supuesto comportamiento
perverso por haber osado criticar a los muy sabios y entendidos líderes cubanos.
González Casanova no ha aprendido nada de la realidad cubana ni tampoco ha
dejado atrás su retórica brezhneviana ante la argumentación socialista
existente. No es una coincidencia si González Casanova se hace eco de la
polémica de Fidel; repite sus invectivas hasta la caricatura y no da muestras de
independencia de pensamiento. Escribe como un soldado del Líder, tenga o no
tenga razón, pero no como un soldado de la revolución. Para ser un politólogo
que presume de “científico social riguroso”, González Casanova no parece haberse
adentrado nunca en las calles cubanas ni haber hablado con las parejas que se
arman de estoicismo durante diez años para obtener un apartamento o que
trescientos días al año, a 40º de temperatura, toleran junto a cientos de
personas el eterno retraso de una guagua atiborrada. Es difícil obtener estos
datos en las recepciones de La Habana donde se agasaja a los universitarios
extranjeros distinguidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para disimular la dogmática y oportunista defensa que
hace de una posición acrítica y su servil entuerto a las profundas reformas que
pide el pueblo cubano, González Casanova sostiene que se inspira en los
“movimientos sociales” y en las nuevas corrientes izquierdistas de
Latinoamérica. Mientras que González Casanova elogia a los “movimientos
sociales” desde su atalaya académica, su declarado “perverso”, Petras, ha estado
trabajando sobre el terreno durante décadas con dichos movimientos: en Brasil
con el MST desde 1991 y con CONLUTA desde 2004; en Argentina con los
trabajadores desempleados desde 2002; en Ecuador con el sindicato de los
trabajadores del petróleo desde 2002 (y hoy con los movimientos sociales en el
Polo Democrático); en México con el sindicato de los electricistas desde hace
muchos años; con Chávez y los chavistas desde 2001. Y Petras ha defendido la
Revolución cubana desde 1959, cuando el Dr. González Casanova todavía era
partidario del PRI.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Hay muchos otros movimientos y otras regiones y países
donde el “perverso” favorito de González Casanova ha trabajado con los
movimientos en lucha: España, Catalunya/Euskadi/Andalucía, Grecia, Italia,
Turquía, Filipinas; pero creo que los lectores de Rebelión saben de qué hablo.
Casanova, el apologista de salón de Cuba, carece de los hechos elementales sobre
a quién critica y qué defiende. Los movimientos sociales en Latinoamérica tienen
una vida política. No participan en la adoración de un culto al líder. Debaten,
critican a sus dirigentes, sus errores e incluso a la Revolución cubana...
cuando es necesario. La irreverencia de los movimientos sociales para con la
autoridad, incluso de líderes tan respetados como Fidel, los convierte en
“perversos” según González Casanova o en “superrevolucionarios” según
Fidel.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Defender la revolución cubana exige la defensa
incondicional contra el imperialismo y también propuestas para rectificar sus
problemas. Tales propuestas son actos de amor. La invectiva polémica y los
ataques personales contra defensores de toda la vida de la revolución y de los
movimientos revolucionarios aislarán aún más a Cuba -y a los oportunistas como
González Casanova- de la realidad y las transformaciones sociales que están por
llegar a Latinoamérica y de los cambios sociales en
Cuba.<BR><BR><STRONG><U></U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U>Notas</U></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>[1] <A
href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55223">http://www.rebelion.org/noticia.php?id=55223</A></DIV>
<DIV align=justify>[2] <A
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</DIV>
<DIV align=justify>[3] <A
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<DIV align=justify>[4] <A
href="http://www.jornada.unam.mx/2007/09/13/index.php?section=politica&article=020a1pol">http://www.jornada.unam.mx/2007/09/13/index.php?section=politica&article=020a1pol</A>
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<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<DIV align=justify></FONT> </DIV></BODY></HTML>