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<BODY bgColor=#ffffff background=""><FONT face=Arial size=2>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año V - 7 de octubre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>40 años
después...</FONT></STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>Reportaje: el Che
íntimo</STRONG></FONT></DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT face=Arial><STRONG>"Te podría decir que te
extraño"</STRONG></FONT></DIV><FONT face=Arial size=2>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>Documentos inéditos facilitados por
su viuda, Aleida March, revelan aspectos íntimos del mítico guerrillero
convertido en icono global.</FONT><BR></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Mauricio
Vicent</FONT> </STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>El País, Madrid,
7-10-2007</STRONG><BR><BR> <BR>Ernesto Guevara (1928-1967) no es
sólo el guerrillero convertido en icono global. Hay otro Che. El que leía a Marx
y Lenin, pero también a Goytisolo, Baroja y Papini. El que escribía a su mujer,
Aleida: "Te podría decir que te extraño hasta el punto de perder el sueño".
Cuarenta años después de su muerte, la viuda ha facilitado a EL PAÍS materiales
inéditos que muestran al Che más íntimo y desconocido.<BR><BR>Mi única:
aprovecho el viaje de un amigo para mandarte estas letras; claro que podrían ir
por correo, pero a uno le parece más íntimo el camino paraoficial. Te podría
decir que te extraño hasta el punto de perder el sueño, pero sé que...". Escrita
el 2 diciembre de 1966 en el campamento guerrillero de Ñancahuasú, en Bolivia,
esta carta fue la última que recibió Aleida March de su esposo, Ernesto Guevara
de la Serna, más conocido como el Che. Cuatro meses después comenzaron los
combates con el ejército boliviano y, el 8 de octubre de 1967, convertido ya en
un mito revolucionario, Guevara fue capturado en la Quebrada del Yuro. Al día
siguiente, el Che cayó bajo las balas de la ametralladora del soldado Mario
Terán en la escuela pública del poblado de La Higuera</DIV>
<DIV align=justify><BR>Terán cumplía órdenes del Gobierno de Bolivia y éste a su
vez de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA). La única
consigna precisa que recibió de sus superiores para el asesinato fue no disparar
al guerrillero en la cara.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La orden tenía sentido. La participación del Che junto a
Fidel Castro en la lucha insurgente de Sierra Maestra y el papel que jugó
después como comandante y ministro de la revolución cubana, así como su vocación
por liberar a las bravas al Tercer Mundo, habían cincelado una biografía
impecable de héroe rebelde.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En 1965, cuando renunció a todos sus cargos para marchar
a combatir en el Congo, y después a Bolivia, Guevara escaló a la categoría de
ejemplo peligroso. Por eso, aquel mediodía en La Higuera, la CIA lo quería
muerto y bien muerto, pero con el rostro reconocible, para exhibir el trofeo y
acabar con la leyenda.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La estrategia no tuvo éxito. En pleno siglo XXI, el Che
sigue siendo un icono revolucionario muy poderoso. Millones de personas han
pasado por su mausoleo en la ciudad cubana de Santa Clara, y la famosa foto que
le tomó Alberto Korda en 1960, con boina y la mirada extraviada, aparece tanto
en barricadas de izquierda como en camisetas y productos de marca.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para sus enemigos, lo más relevante de su vida son sus
fracasos. Aun así, 40 años después de su muerte, en el despacho oficial del
actual presidente de Bolivia, Evo Morales, hay una foto de Guevara.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En la misma casa de La Habana que fue su hogar durante
años -hoy, parte de las instalaciones del Centro de Estudios Che Guevara-,
Aleida March guarda numerosos documentos, cartas y textos inéditos que ofrecen
una visión íntima del hombre tras el mito de piedra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Está, por ejemplo, la carta que le escribió el 14 de
agosto de 1965 desde la selva del Congo, y que hoy se publica por primera vez.
El Che le cuenta, con sentido del humor y medio en clave, que, a falta de
combates, pasa gran parte del tiempo escribiendo y dedicado al estudio. "Estoy
manejando aceptablemente bien el idioma, mis matemáticas van bien y voy a ser
catedrático del Capital a fuerza de releerlo (cada vez con más ganas, como el
Quijote)".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Junto al fusil y las balas, Guevara llevaba un índice de
lecturas en una vieja agenda de teléfonos. Durante aquella frustrada experiencia
guerrillera del Congo, entre abril y noviembre de 1965, anotó a Carlos Marx,
Lenin y Mao Tse Tung, pero también a José Martí; Pío Baroja; La Ilíada y La
Odisea, de Homero; México insurgente, de John Reed, y la polémica obra de teatro
La noche de los asesinos, del dramaturgo cubano José Triana, que acababa de
publicarse meses antes y que después sería convertida en una obra maldita en la
época más gris de la cultura cubana. En 1966, mientras preparaba el que sería su
último combate, además de los clásicos marxistas, en el plan de lecturas del Che
estaban Shakespeare, Papini, Lezama Lima y Goytisolo.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Leía todo el tiempo y de todo, le apasionaba la
literatura", recuerda Aleida, su compañera de luchas guerrilleras en Villa Clara
y madre de cuatro de sus cinco hijos: Aleida, Celia, Camilo y Ernesto.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Muchas de las cartas que le escribió desde el Congo, y
después desde Tanzania, Praga y Bolivia, no se han publicado nunca. Otros textos
y apuntes sobre economía y filosofía que elaboró en ese mismo periodo han
empezado a conocerse recientemente. Coincidiendo con el cuadragésimo aniversario
de su muerte, Aleida March ha puesto a disposición de EL PAÍS algunos materiales
inéditos y otros escasamente divulgados en Europa que descubren a un Ernesto
Guevara poco conocido.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En estas páginas aparece el Che que supo anticipar el
fracaso del socialismo soviético 25 años antes de la desaparición de la Unión
Soviética; el Che que se carteaba con poetas como León Felipe y que escribía
poesía el mismo; el hombre de acción que a la vez era un teórico que trabajó en
dos textos, uno sobre economía política y otro sobre filosofía, muy críticos con
los manuales que convirtieron el marxismo-leninismo en "una Biblia".</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Temprano, siendo ministro de Industria, el Che fue capaz de
señalar lo malo de la revolución con palabras como éstas: "Lo que menos me
agrada es nuestra falta de valentía en ocasiones para afrontar ciertas
realidades, a veces económicas y a veces políticas (...)". A veces -admitió
durante un encuentro con estudiantes norteamericanos- "hemos tenido compañeros
que siguen la política del avestruz, de esconder la cabeza. En los problemas
económicos le hemos echado la culpa a la sequía, al imperialismo".</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>"Y el ejército qué?"</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>Materiales como el anterior, incluido en el libro Che
desde la Memoria y otros recogidos en el polémico Apuntes críticos de la
Economía Política, han sido publicados recientemente por el Centro de Estudios
Che Guevara sin omitir los juicios más ácidos del guerrillero cubano-argentino
sobre el socialismo supuestamente real.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Para los más ortodoxos, este Che punzante e iconoclasta
aún no es fácil de digerir.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Por desgracia, tras su muerte, muchos convirtieron al
Che en un ídolo acartonado y vacío de matices críticos y de la complejidad de su
pensamiento", asegura un ex dirigente cubano que colaboró con él al triunfo de
la revolución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La mayoría de los apuntes económicos -y los filosóficos
que todavía no se han editado- los redactó o sistematizó el Che entre 1965 y
1966, durante los meses que pasó en Tanzania y Praga después de salir del Congo.
Son comentarios y señalamientos al entonces vigente Manual de Economía Política
de la Academia de Ciencias de la URSS, en su edición al español de 1963. Guevara
somete a revisión todo el texto, escrito en época de Stalin, y hace
observaciones como estas: "Hay muchas afirmaciones en este libro que se parecen
a la fórmula de la Santísima Trinidad; no se entienden pero la fe lo
resuelve".</DIV>
<DIV align=justify><BR>En algunos casos llega a la irreverencia, como cuando
comenta el capítulo sobre la "construcción de la economía socialista en los
países europeos de democracia popular". "La puntilla", dice. "Esto parece
escrito para niños o para estúpidos. Y el ejército soviético ¿qué? ¿Se rascó los
huevos?".</DIV>
<DIV align=justify><BR>En uno de los textos que será incluido en los Apuntes
filosóficos se muestra a un Che en guerra contra los esquemas y dogmas al
comentar un pasaje de Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana,
de Federico Engels.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Los científicos", afirma Guevara, "han hecho
aportaciones valiosas al campo de la filosofía y de la economía, pero la base
idealista los lleva por caminos extraviados. Hay que liquidar el dogmatismo y
abordar los nuevos problemas que se plantean con el espíritu abierto a cierto
agnosticismo científico".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Estos textos del Che, desde luego, no son los de un
revisionista. Todo lo contrario. Guevara no reniega de su visión del hombre
nuevo, ni de sus posiciones radicales contra todo lo que sean "concesiones" al
capitalismo o a la economía de mercado. El Che era un marxista convencido y su
lucha por despojar el marxismo-leninismo de ataduras doctrinarias, y de
enfrentar lo que Néstor Kohan llama las "tendencias burocráticas que pretendían
congelar la revolución, reducirla a un solo país y aprisionarla en los pasillos
ministeriales", era para asegurar el éxito del socialismo, no para cuestionar su
validez.</DIV>
<DIV align=justify><BR>"Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha
sucedido un pragmatismo inconsistente. Y, lo que es trágico, esto no se refiere
sólo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la
vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas,
pero cuyos resultados finales son incalculables", escribió Guevara al justificar
la necesidad de sus apuntes.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según señala Aleida March a EL PAÍS, "la relevancia de
estos documentos, inéditos o no, reside en que a través de ellos se pueden
comprender mejor sus sueños y aspiraciones, su vasta cultura y sobre todo su
obra creadora en la construcción de la nueva Cuba. Su lucha teórica no es sólo
contra la interpretación estalinista de la historia, es sobre todo una lucha
contra los dogmas que encerraron al marxismo y pretendieron eliminar partes muy
sustanciosas, como es el humanismo marxista".</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Cartas a León Felipe</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>El 21 de agosto de 1964, meses antes de partir hacia la
guerrilla del Congo, Guevara escribía al poeta español León Felipe: "Maestro:
hace ya varios años, al tomar el poder la revolución, recibí su último libro
dedicado por Ud. Nunca se lo agradecí, pero siempre lo tuve muy presente. Tal
vez le interese saber que uno de los dos o tres libros que tengo en mi mesa de
cabecera es El Ciervo ; pocas veces puedo leerlo porque todavía en Cuba dormir,
dejar el tiempo sin llenar con algo o descansar, simplemente es un pecado de
lesa dirigencia...".</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 27 de marzo de 1965, días antes de que el Che entrara
clandestinamente al Congo, el poeta, ya a punto de cumplir 81 años, le escribía
desde México: "Mi querido amigo Che Guevara. Le escribo a Ud. ya muy viejo y muy
torpón, pero le debo a Ud. un abrazo que no quiero irme sin dárselo. (...) Le
envío como recuerdo el autógrafo del último poema que escribí hace unos días.
Salud y alegría".</DIV>
<DIV align=justify><BR>León Felipe murió en 1968, un año después del asesinato
del Che.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Junto a la correspondencia privada y de Estado, Aleida
conserva numerosas cartas y notas breves que Guevara le escribió a ella y a sus
hijos, como una postal enviada a Camilo (hoy abogado) desde Dar-es-Salaam,
capital de Tanzania: "Camilito: hoy hablé con mi amigo Pepe el Caimán y le conté
que a ti no te gusta mucho la escuela y que estás un poquitín malcriado. Lo
fotografiamos en el momento en que me estaba diciendo que podías venir a su
escuela, que él te enseñaría muchas cosas buenas.<BR>[En el reverso, un
cocodrilo amenazador tiene la boca abierta]".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Durante 40 años, Aleida guardó celosamente estos
recuerdos, hasta que escribió Evocación, un libro de memorias íntimas que revela
el lado más desconocido del mito revolucionario. Evocación será publicado el
próximo año en España, e incluye cartas, reflexiones, postales, poemas y otros
textos inéditos de Guevara, junto al testimonio de la mujer que estuvo a su lado
ocho años y que quizá mejor conoce la psicología de un hombre que antepuso sus
ideales revolucionarios a su propia vida.</DIV>
<DIV align=justify><BR>En uno de los capítulos, Aleida cuenta cómo "bajo la
influencia directa del Che", que "de forma permanente ejercitaba su capacidad de
persuasión", poco a poco ella se fue "enrojeciendo". "Trataba de enseñarme y
convencerme, paso a paso, sobre mi equivocación del comunismo, sin que yo
sintiera ninguna imposición".</DIV>
<DIV align=justify><BR>Tras el triunfo de la revolución y debido a los severos
ataques de asma que sufría el Che, la pareja se instaló temporalmente en una
casa en Tarará, a las afueras de La Habana. Pronto esa casa se convirtió en un
centro de conspiración revolucionaria, cuando todavía el Gobierno cubano incluía
partidarios de tendencias moderadas. "Fidel nos encargó preparar en secreto un
grupo de leyes revolucionarias; la principal, la ley de reforma agraria",
recuerda Alfredo Guevara, hombre muy cercano a Fidel Castro desde los tiempos de
la universidad y desde entonces vinculado al partido comunista.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El equipo estaba integrado por varias personas, además
del mismo Alfredo: el Che; Raúl Castro y su esposa, Vilma Espín; el geólogo
Antonio Núñez Jiménez; por supuesto, Fidel, y algunos invitados ocasionales. "A
veces venían sólo algunos, a veces todos, y a veces estaban solos el Che y
Fidel", recuerda Aleida de aquellas sesiones de trabajo que duraban hasta la
madrugada.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según Alfredo, todos estaban aprendiendo sobre la marcha,
pero el que más preparación y conocimientos teóricos de marxismo tenía era el
Che. "Y era el que iba más lejos en sus planteamientos". La primera ley de
reforma agraria se promulgó el 17 de mayo de 1959 y supuso la confirmación del
carácter radical que tomaría la revolución, marcando el comienzo del
enfrentamiento directo con Estados Unidos.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Una de las grandes preguntas de la revolución es qué
papel jugo en verdad el Che en su rumbo, qué peso tuvieron sus posiciones
radicales en aquellos primeros momentos que definirían el futuro; en definitiva,
cuánto influyó el Che en Fidel Castro.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Según Alfredo Guevara, el Che estuvo en todas las
decisiones importantes. "Fidel encontró en su vida demasiados espejos; el Che no
era espejo, tenía cultura y criterio propio. El Che le hablaba de igual a igual,
era un igual, quizá el único de nosotros", afirma. "El Che sabía que Fidel era
el jefe, y Fidel escuchaba y respetaba al Che; era una complicidad
perfecta".</DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>"Un día llegó Fidel y dijo que a partir de ese momento nos
reuniríamos una vez a la semana en el Banco Nacional, que no se podía dirigir un
país sin saber cómo funcionaba el banco", recuerda Alfredo Guevara. El 26 de
noviembre de 1959, el Che fue designado presidente del Banco Nacional de Cuba.
Antes había sido jefe militar en la fortaleza de la Cabaña y jefe del
Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de la Reforma Agraria;
después, a partir de 1961 y hasta su salida de Cuba, ministro de
Industria.</DIV>
<DIV align=justify><BR>ia."Yo lo respetaba como militar; después, no. Como
dirigente fue un desastre". El ex comandante de la revolución Eloy Gutiérrez
Menoyo, que pasó 22 años en una cárcel por alzarse en armas contra Fidel Castro,
resume los argumentos de los detractores del Che: su papel en los fusilamientos
de los primeros meses de la revolución; "su extremismo, que le hizo ser un fiero
defensor del centralismo y la estatización absoluta, lo que desarboló la
economía y Cuba todavía lo está pagando ahora"; su teoría del hombre nuevo y
contra los estímulos materiales -"fíjese lo que la gente está pidiendo hoy"; y,
por supuesto, "su aventurerismo".</DIV>
<DIV align=justify><BR>¿Héroe o villano? Después de 40 años, todavía continúa la
discusión. Según Alfredo Guevara, el Che se mostró consecuente con sus ideas y
"estuvo siempre dispuesto a convertir lo que pensaba en acción, pero acción
inteligente. El hombre más allá del icono era un intelectual riguroso y
antidogmático, y eso se conoce poco o no se quiere conocer".</DIV>
<DIV align=justify><BR>El 14 de agosto de 1965, el Che escribe a Aleida desde el
Congo: "Hay momentos en que casi veo crecer a los muchachos y leyendo a Hugo
(leo a destajo por aquí) me enternezco. Son los días míos, pero no del estudio
[la actividad militar], no rindo lo que debiera. Además, la vuelta se hace más
lenta así". En Tanzania, meses después, mientras esperaba la preparación de una
nueva operación guerrillera -todavía no tenía definida cuál-, el Che siguió
trabajando en sus apuntes filosóficos. El 4 de diciembre le escribe una carta al
dirigente cubano Armando Hart: "En este largo periodo de vacaciones le metí la
nariz a la filosofía, cosa que hace tiempo pensaba hacer. Me encontré con la
primera dificultad: en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos
soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar; ya el partido lo
hizo por ti y tú debes digerir".</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Che le comenta que elaboró un plan de estudios para él
y que podría ser mejorado y servir de base para el estudio de la filosofía en
Cuba. Bromea sobre la revolución: "Ya hemos hecho mucho, pero algún día
tendremos también que pensar". Dos años más tarde, una ráfaga de ametralladora
acabó con su vida en la pequeña escuelita de La Higuera. Es la historia
conocida. Después comenzó el mito.</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG>Cuando el Che recitaba los versos de Machado a
Líster</STRONG></DIV>
<DIV align=justify><BR>"...DE MONTE A MAR esta palabra mía: / si mi pluma
valiera tu pistola / de capitán contento moriría". En septiembre de 1956, poco
después de salir de la cárcel en México y dos meses antes de partir hacia Cuba
en el yate Granma, el Che, en la clandestinidad, visita a su primera esposa, la
economista peruana Hilda Gadea, y a su hija Hildita en la casa en que vivían en
el Distrito Federal.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Ambas fallecieron ya, pero antes de morir, Gadea contó
que ese día el Che les recitó los versos que Antonio Machado dedicó al general
Líster.</DIV>
<DIV align=justify><BR>El Che siempre tuvo gran cercanía al exilio republicano
español. Tras el triunfo de la revolución mantuvo buenas relaciones con el
militar Alberto Bayo, que había entrenado al grupo de Castro en México y con
quien jugaba al ajedrez, así como con intelectuales españoles que residían en la
isla, como el jurista José Luis Galbe y el científico Julio López Rendueles.
Veinte años antes, en 1937, en el pueblo argentino de Altagracia, Guevara tuvo
su primera noción de la guerra civil española al llegar a vivir a su casa los
hijos de un médico republicano. Tenía nueve años. Con sus amigos seguía los
partes de guerra y llegó a aprenderse los nombres de todos los generales
republicanos. Luego estudió medicina, pero abandonó la profesión para recorrer
América y dedicar su vida a la revolución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Los manuales soviéticos que el Che tanto criticó
siguieron estudiándose en Cuba hasta finales de la década de los ochenta, cuando
el campo socialista se derrumbó. Mario Terán, el sargento que terminó con la
vida de Ernesto Guevara, recuperó el año pasado la visión gracias a un programa
de salud cubano que ofrece tratamientos gratuitos de la vista en toda América
Latina.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La noticia trascendió hace una semana por casualidad,
cuando el hijo de Terán escribió una carta a un periódico boliviano en
agradecimiento a los médicos cubanos.</DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV></FONT></BODY></HTML>