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<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><FONT size=4><FONT size=5><U>boletín informativo - red
solidaria</U></FONT><BR><FONT color=#800000 size=6><EM>Correspondencia de
Prensa</EM></FONT><BR>Año V - 25 de octubre 2007<BR>Redacción y suscripciones:
</FONT></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><FONT
size=4>germain5@chasque.net</FONT></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR><STRONG><FONT size=3>1917 - Revolución Rusa -
2007<BR><BR>Octubre 1917: en la gran conmoción de
1914-1922</FONT></STRONG></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3></FONT></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG><FONT size=3>Charles-André Udry *</FONT></STRONG>
</DIV>
<DIV align=justify><A
href="http://www.alencontre.org"><STRONG></STRONG></A></DIV>
<DIV align=justify><STRONG><U><FONT
color=#800080></FONT></U></STRONG> </DIV>
<DIV align=justify><STRONG>Traducción de Ernesto Herrera - Correspondencia de
Prensa</STRONG></DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG></STRONG></FONT> </DIV>
<DIV align=justify><FONT size=3><STRONG>1.</STRONG></FONT> Diversas corrientes
de historiadores disertan sobre la Revolución Rusa en divorcio total del
contexto internacional y del período histórico pertinente: el de 1914-1922. Esto
dificulta la tarea de restitución del “acontecimiento”, la riqueza de su
significación política y la dimensión histórica de sus implicancias. Tanto la
periodización, como la contextualización, se tornan indispensables para
descifrar las especificidades de un “acontecimiento” que, Jean Jaurés, no vaciló
en catalogar como una revolución que delimitó, radicalmente, “intereses
inicialmente confundidos”.<BR> <BR><STRONG><FONT size=3>2.</FONT></STRONG>
Los años 1914-1922, engloban: 1) el desencadenamiento de una guerra de nuevo
tipo con sus múltiples consecuencias sobre la sociedad europea, sus
instituciones y sobre las izquierdas políticas y sindicales; 2) el estallido del
proceso revolucionario en Rusia (febrero-octubre 1917); 3) la guerra civil en el
país de los soviets, que comienza de hecho en 1919, y finaliza en 1922 con los
últimos movimientos armados contra el gobierno bolchevique; 4) las convulsiones
sociales y políticas en diversos países europeos (Austria, Hungría, Alemania,
Italia) y su correspondiente dinámica de revolución/contrarrevolución.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Este período de turbulencias coloca, como novedad, un
debate histórico, político, ideológico que, de cierta manera, se prolonga
todavía hasta el presente. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Por el contrario, los “grandes discursos” posmodernos
sobre esta fase de 1914-1922, borran de un plumazo la complejidad de las
confrontaciones de clases y de fracciones de clases; las cuestiones de
estrategia política (y de poder) con todas sus bifurcaciones; las crisis
institucionales de los regímenes capitalistas; las tormentas sociales,
políticas, culturales, con sus efectos en profundidad o incluso de corta
duración.</DIV>
<DIV align=justify><BR>La certeza perentoria con la que diversos historiadores,
intelectuales, académicos y portavoces políticos, tratan Octubre 1917, se apoya
más en la visión burguesa liberal que en un examen instruido y riguroso de lo
que realmente ocurrió.<BR> <BR><STRONG><FONT size=3>3.</FONT></STRONG> En
1914 se inicia un traumatismo colosal en las sociedades europeas, cuyo efecto
golpea de lleno a la clase trabajadora, las capas medias, los militares. La
guerra (contrariamente a lo previsto por el alto mando del ejército alemán), se
prolonga en el tiempo. Los componentes de una crisis del movimiento obrero se
acumulan y, a finales de 1915, son plenamente detectables.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Diversos “modelos” difundidos por los partidos de la II
Internacional - que se hacen eco de los intereses políticos, sociales e
ideológicos de los trabajadores y de un ala crítica de la guerra - también se
ven afectados. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) coloca al movimiento obrero
internacional ante una serie de cuestiones fundamentales: 1) el fatalismo
optimista sobre la “maduración socialista” con sus leyes naturales, es
cuestionado; 2) el modelo del gran partido “educador” del proletariado teorizado
por Kautsky - que pone entre paréntesis el aprendizaje y la formación de la
conciencia adquirida en las huelgas de masas y los consejos obreros - es
arrinconado por la lucha de clases; 3) la concepción ritualista de una
proclamación internacionalista, pero renegada en la práctica bajo el argumento
del “realismo”, lleva a los prestigiosos dirigentes socialdemócratas a un
realineamiento chauvinista nacional en agosto de 1914 (votando los créditos de
guerra): esta conversión chauvinista entra en contradicción con las resistencias
de una amplia franja del movimiento obrero y popular; 4) la naturaleza de la
guerra (“guerra interimperialista” para Lenin) y la explicación del por qué de
su “explosión” y de sus causas; 5) sobre el tipo de crisis revolucionarias
surgidas en las sociedades capitalistas en el contexto de la Primera Guerra
Mundial.<BR> <BR><STRONG><FONT size=3>4.</FONT></STRONG> Entre las figuras
de Octubre 1917, que se rebelan contra el curso chauvinista nacional y se
disponen tanto a denunciar la guerra, como a confrontar contra el
parlamentarismo y los modelos partidarios convertidos en dogma (que paralizaron
al movimiento obrero), sobresale nítidamente Lenin. Ese personaje tan devaluado
hoy. Desde 1916, Lenin concentra todos sus esfuerzos para dilucidar: 1) los
trazos constitutivos de la crisis del imperialismo y su conexión con el tipo de
Estados fuertes (coincidiendo en este análisis con Bujarin); 2) la perspectiva
de una transformación radical de la sociedad y de sus instituciones, a escala
internacional, como “respuesta socialista” a la guerra.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Su reflexión apunta a indicar como perspectiva política
la “vía de la Comuna de París de 1871”, diseñada por la emergencia de los
soviets en febrero de 1917. Lenin no se adapta por tacticismo a la evolución de
sociedad en Rusia; los elementos que lo conducen a una conclusión ya son
apreciables en enero de 1917, cuando redacta el “Informe sobre la revolución de
1905”. En su aproximación, la revolución es un punto de partida que se ubica en
la crisis del imperialismo; simultáneamente, constata que “Rusia es un país
campesino, uno de los más atrasados de Europa”. La Revolución Rusa, entonces, es
un “prólogo” hacia la revolución internacional: dispone de una experiencia
previa (1905), un potencial de movilización obrera y campesina; y cuenta con un
aliado principal: el “proletariado socialista europeo”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Simultáneamente, aparece con toda su fuerza la
“subversión leninista” en torno al lugar del partido en la estrategia:
organización del instrumento revolucionario, organización de la revolución,
organización de la sociedad que nace de esa misma revolución. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Este recorrido sistemático de Lenin no implica una coherencia
sin fallas, ni definiciones a priori. Lenin (re)construye permanentemente.
Aproximaciones sucesivas, ajustes, ambivalencias; elaboración de una orientación
estratégica efectuada en los flujos y el caos de una “guerra mundial” y de una
revolución enclavada en un país tan enorme y desigual como Rusia. En fin, un
Lenin muy diferente al que pintaron los manuales estalinistas y la monocorde
propaganda de los partidos comunistas. <BR> <BR><STRONG><FONT
size=3>5.</FONT></STRONG> El campo cubierto por el análisis de Lenin (y de otros
revolucionarios) contrasta con las críticas - pasadas y presentes - en cuanto a
la “revolución prematura” o a la supuesta “inmadurez” de la sociedad rusa. Tema
abordado por Max Weber en ocasión de la revolución de 1905, a la cual definió
como “un levantamiento insensato”.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Aquí nos limitaremos a describir sólo dos de las
perspectivas que prevalecieron, en particular antes de 1918: 1) una corriente
determinista económica, que entiende que la dinámica de desarrollo dispone de un
fuerte potencial en Rusia, por tanto la perspectiva de una “democratización”
ineluctable de la sociedad rusa. La revolución de 1905, la represión masiva que
le sigue, los “retrocesos institucionales”, la política de guerra imperial del
zarismo y su derrumbamiento en febrero de 1917, aparecen de todas formas como
elementos “exógenos”. Las contradicciones, no se ubican enraizadas en el cuadro
de los antagonismos de clase que atraviesan la formación social rusa, sino que
se remiten a las “inercias” del régimen de poder autocrático; 2) una corriente
revolucionaria, para la cual entre febrero-octubre de 1917 se va configurando un
cuadro de fuerzas sociales - con sus representaciones en términos de partidos e
instituciones – que demuestra que los antagonismos arriban, rápidamente, en un
enfrentamiento entre un bloque de clases sociales y capas explotadas y
oprimidas, y el bloque de fuerzas implantadas en el pasado imperial, de la
monarquía, del ejército, de las fuerzas ultra-nacionalistas. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>Con la caída del régimen zarista y fracasado el interregno
“democrático” de Kerensky, el proceso revolucionario se abre paso. Es allí donde
el “poder de los soviets” deberá enfrentarse “al océano campesino”, como aclara
con fineza el historiador polaco Moshe Lewin. Mientras tanto, se espera al
“aliado privilegiado”: el proletariado europeo. O la aparición de crisis
revolucionarias en otros países. En este contexto, el Estado es la única
mediación que el “poder soviético” tiene en su vínculo con las masas obreras y
campesinas. Aquí nace el nudo complejo de las relaciones entre
Partido-Estado-Sociedad.<BR> <BR><STRONG><FONT size=3>6.</FONT></STRONG>
Autores tan diversos como rigurosos que estudiaron el período febrero-octubre de
1917 (Edward H. Carr, Moshe Lewin, Marcel Liebman, Beryl Williams, Stephen F.
Cohen, Ernest Mandel, Pierre Broué, David Mandel, entre otros), demuestran,
categóricamente, la importancia decisiva de la irrupción de enormes masas
liberadas en la vida política. Y la relevancia de los soviets como instrumentos
de democracia directa: sufragio universal, debate público, pluralismo político
(pluripartidismo) y toma de decisiones. Los soviets actúan como vínculo de
aprendizaje y ejercicio de una democracia desde abajo jamás antes conocida.
Instrumentos de un doble poder instituido, donde obreros, campesinos, soldados
insurrectos, veían - antes que en los programas de los partidos o en la Asamblea
Constituyente – “la solución a sus problemas”. A pesar de las deficiencias
organizativas o en materia de representación, las masas consideraban a los
soviets como “sus órganos” naturales de asamblea y resolución. El nuevo “poder
soviético” nacido de Octubre 1917, impactará a escala internacional en el
corazón de amplias capas proletarias y marca la posibilidad cierta de una
victoria sobre las clases dominantes. Haciendo palpable la capacidad de los
dominados para asignarse los instrumentos propios de su auto-emancipación.
<BR> <BR><STRONG><FONT size=3>7.</FONT></STRONG> Esta dinámica soviética
ira perdiendo aliento. Entre la multiplicidad de factores que intervienen en la
curva descendente de este poder, vamos a considerar algunas decisiones
político-institucionales: 1) la polémica disolución de la Asamblea
Constituyente; 2) la integración de los soviets al sistema de gestión
administrativa (estatal) del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom); 3) la
centralización de los soviets en el Comité Ejecutivo Pan-Ruso (VTsIK), y
particularmente sus modalidades de gestión desde abril-mayo de 1918; 4) la
separación de los socialistas revolucionarios de izquierda y de los mencheviques
de izquierda, de los órganos soviéticos centrales, en junio de 1918; 5) el
control que, desde julio de 1918, pasa a tener el Ministerio del Interior sobre
los soviets provinciales; 6) los decretos y ordenanzas sobre las “cortes de
justicia” o sobre la Checa (Comisión Extraordinaria para la Seguridad del
Estado) en noviembre de 1918, que indican la ausencia de una conciencia en el
dominio de la democracia en la revolución. Estas decisiones y sus efectos
prácticos, revelaron los peligros existentes entre la imposición de medidas para
defender la revolución y las derivaciones autoritarias y arbitrarias. En un
momento donde la guerra civil tocaba a la puerta.<BR> <BR><STRONG><FONT
size=3>8.</FONT></STRONG> La alianza social – en parte por conveniencia y aún
así fluctuante – entre amplias capas campesinas y el partido bolchevique, es un
elemento explicativo para mirar los sucesos político-militares de esta guerra
civil que culminó con la victoria del campo revolucionario. Los jefes blancos de
la reacción burguesa-imperialista nunca pudieron estabilizar las relaciones con
el campesinado, porque representaban el pasado zarista, con su explotación, su
opresión y su cadena de humillaciones para el campesino pobre. Las fuerzas
reaccionarias eran la vuelta al oscurantismo. Pero la guerra civil acelera otros
problemas: 1) la fractura del “tejido” social; 2) la crisis económica que tiene
la amplitud de una catástrofe; 3) la desurbanización, que acentúa la drástica
reducción de los “polos obreros” fabriles; 4) la absorción de miles de miembros
del partido bolchevique (y de otros partidos), en las tareas militares del
Ejército Rojo o en funciones administrativas, con pérdidas humanas cuantiosas y
“reconversiones” profesionales masivas. El personal político, administrativo y
de “seguridad”, seleccionado en (y para) la guerra civil, pasa a ocupar cargos
en el partido, el Ejército Rojo y el Estado. El partido se “militariza” y cambia
su base de composición. Al finalizar la guerra civil, quedan muy pocos de los 25
mil miembros de febrero de 1917. Habría que remontarse a los años 1903-1912,
para encontrar una mutación tan significativa. Este cambio en la membresía del
partido es una ruptura de la continuidad y de la experiencia acumulada, de la
formación y la tradición política del partido. De allí las dificultades para
comprender la “transición” de los años 1923-1928 y la “pasividad” ante el
proceso de burocratización. <BR> <BR><FONT
size=3><STRONG>9.</STRONG></FONT> Pese a los estragos sociales, económicos y
humanos de la guerra civil, el partido bolchevique dispuso de ciertas
capacidades tanto para operar cambios como para una elaboración táctica y
estratégica. Y fueron aprovechadas. Prueba de ello es la instrucción de la Nueva
Política Económica (NEP) y los debates políticos que tuvieron lugar.</DIV>
<DIV align=justify><BR>Sin embargo, la clausura de la democracia interna en 1921
(prohibición de las tendencias y fracciones en el seno del partido), constituye
un paso atrás que conduce al fracaso del intento de restituir una dialéctica de
regeneración de la sociedad y de una re-movilización política conciente. Esta
prohibición, terminará creando las condiciones para introducir medidas
autoritarias y represivas (contra todas las fuerzas políticas no-bolchevique,
incluso si apoyaban la revolución) e impidió el desarrollo de instrumentos
democráticos para debatir, públicamente, las diferentes opciones que se abrían
en el nuevo escenario político, económico y social, y para restablecer las
relaciones con el campesinado. La sangrienta represión contra la rebelión
de la “comuna” de Kronstadt (marzo de 1921), con el consiguiente aplastamiento
de los marineros considerados hasta entonces “orgullo y gloria” de la Revolución
Rusa, reforzó el giro trágico del “poder soviético”. En una sociedad postrada
por las penurias y la destrucción de una guerra civil alimentada por los
gobiernos imperialistas, el curso hacia un partido monolítico y administrativo
se aceleró. Los nuevos miembros “seleccionados” en los años 1919-1922, serán
absorbidos por el aparato del Partido-Estado en base a sus “atributos”
burocráticos. Se iniciaba el camino de la contrarrevolución
estalinista.<BR> <BR><STRONG><FONT size=3>10.</FONT></STRONG> El sistema
surgido de este período (1917-1922) y que se extiende hasta 1928, no puede ser
definido como una “sociedad socialista”, Ninguna de las consideraciones teóricas
de Marx y Engels en su tiempo, como las de Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Karl
Korsch y otros marxistas revolucionarios, permiten arribar a esa conclusión.
Menos todavía, el desarrollo posterior del “estado obrero degenerado”. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En todo caso, Octubre 1917 está impregnado por el debate
de ideas sobre su génesis; la “dictadura del proletariado”; las diversas
instituciones que presidieron la afirmación de la victoria del “poder
soviético”; las contramarchas bolcheviques; el enfrentamiento
revolución/contrarrevolución; las discusiones que marcaron cada una de las fases
y de las distintas fuerzas sociales y políticas que componían el proceso. </DIV>
<DIV align=justify><BR>Es en tal sentido que una reflexión histórica sobre
Octubre 1917, conecta pasado con presente. Revelando la temática propia de un
proyecto de cambio radical de la sociedad: el sujeto social (“fuerza motriz”) de
ese cambio; los instrumentos políticos que ese sujeto debe construir; el
programa de ruptura anticapitalista; la cuestión de la estrategia ligada a la
“conquista del poder”; las relaciones entre clases sociales/partidos y
auto-organización de las masas. </DIV>
<DIV align=justify><BR>En las actuales condiciones de la “mundialización”
capitalista y sus consecuencias en términos de explotación, opresión y, en
definitiva, de agudización de la lucha de clases, Octubre 1917, puede, todavía,
propulsar la inteligencia de una izquierda revolucionaria. Al precio de saber la
distancia histórica que nos separa de aquel “acontecimiento” que conmovió al
mundo. </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify> </DIV>
<DIV align=justify>* Miembro <SPAN style="FONT-FAMILY: Arial">del Movimiento Por
el Socialismo (MPS) de Suiza y militante por la defensa de los derechos de los
trabajadores inmigrantes. Economista y director de la colección Cahiers libres,
Editions Page deux, y de la revista A lencontre: (<A
href="http://www.alencontre.org">www.alencontre.org</A>). Integra la redacción
del mensual La Breche (<A href="http://www.labreche.ch">www.labreche.ch</A>)
</SPAN></DIV>
<DIV align=justify>
<HR>
</DIV>
<DIV align=center><STRONG><EM><FONT color=#000080 size=4>Correspondencia de
Prensa - boletín informativo - red solidaria<BR>Ernesto Herrera (editor):
</FONT></EM></STRONG><A href="mailto:germain5@chasque.net"><STRONG><EM><FONT
color=#000080 size=4>germain5@chasque.net</FONT></EM></STRONG></A></DIV>
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<HR>
</DIV>
<DIV align=justify><BR> </FONT></DIV></BODY></HTML>